Luna 03

Narrador:

Los dos días pasaron de manera rápida y los preparativos estaban hechos, Issei e Ingvild salieron de casa con una canasta de almuerzo. Caminaron un poco para reunirse con Sona, quien estaba esperando a los chicos en un parque cercano a la casa donde vive la joven pareja.

—Buen día, So-chan —Ingvild abrazo a Sona.

—Hola Ingvild —Sona hizo lo mismo.

—Sona-san, buen día —Issei saludo de manera un poco más formal.

Después de la noche que pasaron juntos, las cosas habían estado un poco raras entre ellos dos. No incomodas o diferentes, solo era la primera vez para ambos que pasaban la noche juntos, como amigos.

Eso emociono un poco a Issei, pero Sona no sabía cómo reaccionar a eso.

—¿Listos? —pregunto la pelinegra.

—¡Si! —respondieron al mismo tiempo Issei e Ingvild.

Los tres chicos se fueron a la estación de trenes.

...

Ya estando en la estación de Kuoh, un grupo algo grande se encontraba abordando el tren de camino al inframundo. Ya estando arriba y habiendo tomado asientos, alguien hablo.

—A ver repasemos— Un joven rubio hablo—, ¿Porque viene la presidenta Sona?

—Este es un viaje a los territorios de mi familia —comento la chica frente a él.

—Entiendo —El chico asintió—, ¿Y La señorita Leviatán?

—Porque convenceré a mis tíos de dejarla vivir con nosotros —La joven al lado de Sona cerro sus puños de manera optimista.

Asintiendo, el joven continuó

—¿Y porque viene Issei? —La duda esta vez era clara, señalando al castaño al lado de Ingvild.

—Yo fui el de la idea —Comento el castaño de manera simple.

—¿Y porque vienen Hanakai y Kusaka? —Señalo a las dos chicas, quienes se sentaron a la izquierda del castaño.

—No confiamos del todo el Hyodo —Menciono Momo, desviando la mirada y cruzada de brazos—. Si bien, sabemos que ha dejado de espiar y parece haber mejorado su reputación...

—... No podemos confiar en que no le hará nada a la presidenta— Reya repitió la acción de la albina—. Nos llevamos bien, pero a veces incluso sigue viendo nuestro pecho descaradamente.

Ante eso, Ingvild volteo a ver al chico, quien desvió la mirada rápidamente, diciendo que el pasillo estaba bonito...

Kiba rio con nerviosismo, así que negó con la cabeza y continuó.

—Es turno de Shinra-senpai —El joven miro a la pelinegra a su lado.

—O~Obviamente una reina debe estar siempre al lado de su rey —Respondió con un sonrojo.

Kiba dejo pasar la actitud de la joven, mientras el resto lo veía como si estuviera tonto.

—¿Y porque viene Koneko? —El rubio señalo a la albina a su lado.

—Porque no estaba Kiba Senpai para cuidarme —La loli comía un dulce mientras respondía.

—¿Y porque vengo yo? —El joven se señaló a si mismo con una risa nerviosa

—Porque eres mi amigo y necesito alguien que me acompañe por el inframundo— Señalo Issei—, alguien que no me mate de un abrazo —El joven miro a Ingvild—. O me siga viendo como pervertido —El chico miro a Momo y Reya—, Y mucho menos alguien que tendrá las manos ocupadas con sus padres —Al final el chico miro a Sona.

—(Además, es una excusa para que tengas tiempo a solas con Shinra sempai)— pensaron todos a la vez.

—Ah bueno, así si— El rubio asintió—. Aunque...

—Kiba —Issei estiro su brazo, tomando el hombro de su amigo—. Hicimos mucho para lograr que Gremory senpai te dejara venir, entre ello, traer a Koneko —Hablo issei—, no te estarás arrepintiendo, ¿Verdad?

—N~No, para nada —río el chico.

No sabía porque, él era más fuerte que Issei en todos los aspectos, pero, aun así, esa sonrisa le aterraba.

—Le enseñamos bien —Menciono Reya.

—Demasiado bien —Comento Ingvild.

—A veces hasta a mí me asusta —Momo rio con nervios.

—Si...— Sona asintió.

El viaje continúo siendo una divertida experiencia para todos en el tren hacia el territorio de los Sitri. Issei observo por la ventana por curiosidad y solo vio algo extraño que no supo explicar con palabras.

Koneko iba comiendo sus dulces. Kiba estaba sentado de manera un poco incomoda a un lado de Tsubaki, mientras que la chica mostraba un sonrojo evidente en el rostro.

Momo y Reya estaban jugando cartas junto con Ingvild, e iban perdiendo gran parte de sus ahorros en contra de la chica de cabello morado. Sona solo estaba jugando su usual partida de ajedrez sola, pero en eso Issei se acercó para observarla jugar.

...

Pasarón ocho horas de viaje y los chicos estaban dormidos en sus asientos. Ingvild y Reya estaban abrazando Momo. Issei se encontraba envuelto en una manta y aun lado suyo estaba Koneko, igual que el castaño.

Tsubaki y Kiba estaban durmiendo con las espaldas encontradas. Sona se quedó dormida mientras leía un pequeño libro de bolsillo. Todos descansaban de manera cómoda, cansados después de divertirse en el trayecto al territorio de los Sitri, familia de Sona.

El tren se fue deteniendo, cosa que los chicos notaron y uno a uno fueron despertando. Tsubaki y Kiba fueron los primeros en hacerlo, se movieron un poco y la posición que tenían era de cara a cara, a pocos centímetros de sus rostros.

Sin darse cuenta, ambos solo se quedaron viendo el uno al otro, directo a sus ojos. No percibieron que estaban siendo observados por los demás, Ingvild incluso saco su teléfono y tomo una foto, no olvido quitar el flash de la cámara.

Un mayordomo entro al vagón y al hablar llamo la atención de todos.

—Jóvenes amos, he de informarles que hemos llegado al territorio de Lord y Lady Sitri —dijo el hombre que aparentaba estar en sus medios veintes.

Tsubaki y Kiba volvieron a la realidad y se vieron rodeado de todos. Sonrojados, se separaron de manera inmediata, quedando prácticamente de lado opuestos... Dejando a todos los demás con una sonrisa que se convirtió en una carcajada grupal.

—Kiba-senpai, estas muy rojo —dijo Koneko, sacando un pan de melón.

—Es cierto Kiba, ¿estas enfermando? —Issei puso su mano en la frente de Kiba.

—Déjame en paz, por favor —Kiba cubrió su rostro con ambas manos.

Tsubaki estaba siendo molestada de la misma manera, pero su tortura corría a manos de Momo y Reya. Sona se encargo de detener a sus subordinadas, haciendo que Tsubaki pudiera respirar de nuevo.

—¿Entonces ya llegamos? —preguntaba Issei, con duda.

—Sí, Hyodo-Kun, llegamos —Sona respondió con calma.

—Tengo muchas cosas que enseñarte Issei-kun —Ingvild se abrazó derecho de Issei—, nos vamos a divertir mucho. Estoy segura qué te encantara.

—Sera divertido —Koneko se coloco a un lado de ellos—. Hay comida muy deliciosa, pero no tanto como la de Issei-senpai e Ingvild-senpai.

—Pasaran a buscarnos en cinco minutos, si necesitan ir al baño ahora es el momento —dijo Sona, recordando el itinerario que armaron entre Ingvild y ella.

Cuando llegaron por el grupo, un gran carruaje tirado por unos enormes caballos paro frente a ellos. El paisaje era grandioso, todos estaban disfrutando de la vista a través de las ventanas del carruaje.

—Esto es fantástico —dijo Issei, sorprendido.

—¿Qué te parece? —Ingvild pregunto con una sonrisa.

—Es muy grande, solo tengo una duda ¿La propiedad de los padres de Sona es muy lejos? —preguntaba el castaño.

Ingvild se tomó un poco de tiempo para responder.

—Toda el territorio es propiedad de los padres de Sona —Respondió con cuidado la peli morada.

—¿eh?

Issei se asombro al escuchar que todo el lugar, un espacio comparable a una gran ciudad era propiedad de la familia de Sona. Ingvild, Kiba y Koneko habían estado enseñando un poco de la cultura de los demonios y el lenguaje al castaño, pero se nota que nadie toco el tema geográfico y político.

—Aún debo aprender mucho más sobre todo en general —dijo Issei, suspirando un poco.

El viaje continuo de manera tranquila.

...

Durante más de hora y media más de recorrido, el carruaje arribo a una enorme mansión. Issei estimo que era por lo menos diez veces más grande que el terreno que ocupaba un campo de futbol. El castaño era el único que estaba asombrado, los demás al ser demonios sabían a la perfección que los hogares de los demonios de clase alta eran lugares demasiado grandes.

—¿Vives aquí, Sona? —Issei pregunto incrédulo.

—Sí, así es —Sona respondió con un tono calmado de voz.

—So-chan y yo pasamos mucho tiempo jugando en los alrededores de la mansión —Ingvild dijo con felicidad, recordando aquellos días—. So-chan siempre cargaba con un libro y se sentaba al pie de un árbol para leer, mientras yo jugaba a su alrededor y le mostraba las cosas que encontraba en el suelo.

—Eso suena lindo —dijo Issei imaginando la escena.

—Lindo —Koneko se limitó a decir eso.

Kiba, Tsubaki, Momo y Reya estaban observando los alrededores. Tomo un poco ce tiempo antes de que los recibieran en la puerta.

—Lamento la tardanza, sean bienvenidos a la mansión Sitri —dijo la sirvienta con una sonrisa—. En unos instantes los guiaremos a sus habitaciones, por favor siéntanse como en casa.

El grupo entro. Kiba, Koneko e Issei echaron un vistazo alrededor. Si bien para los demonios del grupo Gremory no era nuevo el lujo y la extravagancia que demuestran los demonios en sus viviendas, para ellos era la primera vez que visitaban la casa de los Sitri.

—Me gusta el color azul que tienen los detalles —dijo Issei en voz alta.

Ingvild le dio un pequeño codazo a Issei en las costillas. La sirvienta de antes regreso con un grupo de empleados.

—Su equipaje ya ha sido llevado a sus habitaciones correspondientes —dijo la jefa de sirvientes—. Lord y Lady Sitri los atenderán a la hora de la cena. Ahora por favor dejen que mis compañeros los guíen.

Los mayordomos les indicaron la dirección, uno a uno fue entrando a la habitación que usarían durante su semana de estadía, pero, Issei era el único que no recibió una.

—Disculpe, ¿Dónde dormiré yo? —pregunto el castaño, curioso.

—Leviatán-Sama nos dio instrucciones muy precisas de ordenar sus pertenencias en la misma habitación que ella —informo la mujer de manera amable.

—Sí, lo hice —Ingvild tomo de la mano a Issei y lo jalo hacia ella—. Anda, mi habitación está cerca.

Issei e Ingvild caminaron tomados de la mano mientras iban en dirección a la habitación. Cuando llegaron, la peli morada abrió la puerta y sorprendió mucho más a Issei.

La habitación era enorme, al igual que la cama. Los muebles evidentemente eran lujosos y se notaban espaciosos. El castaño no pudo evitar pensar que esta habitación era más grande que la casa en la que viven en el mundo humano.

—¿Te gusta? —pregunto la chica.

—Es enorme

—Entonces te gusta —dijo para después dejar salir una pequeña risa—. Si lo deseas, puedes descansar un poco. Se que el viaje fue muy largo al igual que el camino de la estación a la mansión, por lo que puedes dormir un poco.

—Ahora que lo mencionas, estoy un poco cansado —Issei comento.

—Entonces duerme un poco, voy a preparar el baño para antes de la cena —dijo Ingvild con una sonrisa—. Te ayudare a escoger un cambio de ropa para la cena.

—¿Estas segura? —Issei la vio un poco preocupado—. Deberías descansar también.

—¿Estas segura, cariño? —Issei la llamo así a propósito.

El rostro de Ingvild se sonrojo y se relajo un poco. No podía evitar sentir mariposas en el estomago cuando Issei le llama de ese modo, ¿Cómo podría?

—Si insistes, puedo descansar un poco —Ingvild dijo con una pequeña sonrisa en el rostro—. Muchas gracias, Querido.

Issei del mismo modo se sonrojo. Aún no estaban acostumbrados a llamarse de esa manera, pero, era lindo el sentimiento cuando escuchan eso el uno del otro.

Ahora que Issei convenció a la peli morada de tomar un descanso, ambos se sentaron a la orilla de la cama. Se tomaron de las manos, y se dejaron caer para terminar acostados.

—Esto es relajante —Issei dijo a modo de susurro.

—Si... mucho.

El sueño comenzó a apoderarse de ambos, haciendo que poco a poco se quedaran dormidos.

...

El tiempo que duraron dormidos no fue muy largo. Durmieron durante diez minutos, era la primera vez que ambos dormían juntos a solas, por lo que despertaron algo sonrojados.

Ingvild fue a preparar el agua para el baño, e Issei estuvo entretenido eligiendo un atuendo adecuado para la cena. Era importante verse bien, las primeras impresiones cuentan mucho al momento de conocer a una persona, y deseaba dar una buena impresión a los padres de Sona, esto para intentar ganar algo de su confianza y hacer que dejaran ir a vivir a la chica de lentes con ellos.

Sus modales en la mesa no serán problema porque Ingvild aparte de enseñarle a cocinar, aprovecho la oportunidad para enseñarle algo de etiqueta para cuando tuvieran algún evento importante, reunión o cena.

Desde que te conocí... fuiste tú quien me ayudo a conseguir las cosas buenas que me han pasado, ha sido gracias a ti... Ingvild —Issei pensó para sí mismo.

Una sonrisa apareció en su rostro cuando observo a Ingvild salir del baño. Ella sonrió al ver que Issei la miraba con una sonrisa.

...

Sona estaba en su habitación algo nerviosa. Se estaba acercando la hora en la que sus padres conocerían a Issei. Si bien su madre ya era consciente de la existencia del castaño, sería la primera vez que lo hagan de manera formal.

—Esto me incomoda —dijo Sona, estrujando un poco su falda.

Algo que la saco de sus pensamientos, era la puerta. Alguien estaba tocando del otro lado. Se puso de pie y camino para atender a la puerta.

—¿Sí?

Sona abrió la puerta, era Tsubaki.

—Hola, Sona-Sama —Tsubaki saludo de manera formal.

—No es necesario que seas tan formal, Tsubaki-san —Sona cerro la puerta cuando Tsubaki entro.

—¿Sona-san? —pregunto la chica, como si fuera un juego.

Sona sonrió un poco. Tsubaki Shinra ha sido su mejor amiga desde el momento en que se conocieron, siendo una persona muy leal en el momento que la convirtió en un demonio. Siempre apoyándola en cualquier momento.

—¿Cómo te sientes, Sona-san? —pregunto Tsubaki, algo seria.

Ella sabía el propósito del viaje. Durante parte del camino pudo notar que mostraba una conducta un poco fuera de lugar, señal de que estaba ocurriendo algo con ella.

—Normal, solo un poco agotada por el trayecto —Sona cerro los ojos, simulando estar calmada.

—¿Estás nerviosa, cierto? —Tsubaki dijo de manera casual.

—¿No puedo ocultarte nada, cierto?

—Sí lo hicieras, sería una mala reina —Tsubaki respondió con una sonrisa.

—Es correcto.

Ambas chicas tomaron asiento en un sofá que estaba en la habitación. Duraron unos cuantos segundos en silencio, hasta que Tsubaki hizo una pregunta.

—¿Quieres hacer esto? —Pregunto la vicepresidenta.

—¿A qué te refieres?

—¿deseas ir a vivir con Hyodo-san y Leviatán-sama?

Sona se quedo en silencio unos momentos.

—Sí... aunque no parezca, ellos se han ganado un espacio en mi corazón —dijo Sona, mientras una pequeña sonrisa escapaba.

—Al inicio pensé que solo ayudaba a Hyodo-san por la cercanía que esté tiene con Leviatán-sama —la chica de cabello largo menciono—. Al paso del tiempo, pude notar que disfrutaba de poco en poco el tiempo que pasa con ellos. Seria una mentira decir que no me preocupe por ustedes dos, al estar cerca de un chico que corría con fama de ser un pervertido.

—¿A que deseas llegar, Tsubaki? —Sona fue directo al grano.

—Tiene mi apoyo total, Sona-sama —dijo Tsubaki, dando una pequeña sonrisa a Sona.

—Gracias, Tsubaki —Sona agradeció de manera sincera.

Ambas chicas sonrieron. Dejaron ese tema de lado y continuaron charlando de otros temas, para aliviar un poco la tensión que estaba sintiendo Sona.

...

El tiempo pasó y todos se reunieron en el comedor para recibir a los padres de Sona. Iban bien vestidos para la ocasión, Ingvild e Issei iban a juego con sus conjuntos.

Los padres de Sona estaban sentados, observando a los amigos de su hija menor. Era claro que los extraño que Sona trajera amigos a casa, dos chicos de la casa Gremory, un chico humano y tres de sus sirvientes.

—Padre, Madre —Sona hablo con voz clara—. Les presento a Hyodo Issei, es un amigo de la escuela.

—Oh, es el chico que Ingvild trajo mal herido —Leila Sitri menciono, recordando el nombre del chico.

—En efecto —dijo Sona, con seguridad.

—Es un placer conocerte, muchacho —dijo Lady Sitri—. Mi nombre es Leila Sitri, madre de Sona.

—Mi nombre es Yerak Sitri, padre de Sona —Yerak se presentó de manera corta.

Ingvild se acerco un poco a Issei y le susurro.

Mi tía te ayudo, ella corrió con los gastos del hospital —dijo Ingvild, sonriendo.

Issei se puso de pie e hizo una leve reverencia.

—Es un placer conocerlos, mi nombre es Hyodo Issei —Issei se presentó, estaba un poco tenso—. Me gustaría agradecerles su amabilidad, por favor acepten estos regalos.

Un mayordomo que se hizo amigo de Issei se acerco con los presentes que el castaño había preparado. Estaban envueltos de manera cuidadosa, tanto que daba pena abrir el paquete y ver que era.

—Puros cubanos para Yerak-Sama, Café de tostado artesanal para Leila-sama —dijo el mayordomo, entregando los obsequios.

—Gracias Hyodo Issei —Yerak tomo un puro y lo olfateo—, es una excelente elección muchacho.

—Este café tiene un aroma delicioso, ¿Dónde lo compraste? —Leila preguntaba, algo curiosa.

—Huele rico —Koneko dijo para sí misma.

Issei se sonrojo y no supo que decir, en ese momento Ingvild intervino.

—Issei preparo por sí mismo el café, se esforzó mucho haciéndolo —Ingvild comento de manera espontánea.

—Es muy considerado de tu parte, no debiste hacerlo —dijo Leila con una ligera sonrisa.

Sona y Yerak asintieron. Era algo lindo de parte de Issei el hacerle estos regalos, no eran necesarios, pero era un gesto muy amable de su parte.

Hablaba muy bien de la personalidad del joven, así que ambos consideraron un poco aceptar la reunión que su hija menor pidió personalmente. También demostraba que era un amigo importante para Sona, de lo contrario no habría tomado tantas molestias para introducir a un humano común y corriente al mundo sobrenatural.

—Cenemos y luego hablemos de lo que los trajo aquí —dijo Yerak, con una ligera sonrisa en su rostro.

Del estómago del hombre salió un sonido que llamo la atención a todos.

—Serviremos la cena ahora —dijo una Sirvienta.

Una larga fila de mayordomos y sirvientas desfilaron a un lado de la enorme mesa del comedor. Un mar de comida con un delicioso aroma y apariencia se puso en la mesa. Issei observo la cantidad de platillos desconocidos descansaban en las bandejas, debía probar un poco de todo.

Ingvild le dio un pequeño golpe bajo la mesa como si hubiera adivinado sus pensamientos.

Todos empezaron a cenar de manera tranquila.

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