Capitulo 7: La furia de un caído

Los días pasaban, el castaño y sus esposas visitaban las diferentes facciones para reafirmar la alianza correspondiente, el grupo femenino más fuerte de las tres facciones paso a ser el equipo del Sekiryuutei, todos vivían bien, el castaño ya hacía tiempo reclamo la virginidad de sus esposas, al ser demonios ellas, a excepción de Irina que es un ángel, no quedaron embarazadas, tendrían que tener más intentos para lograrlo, ya el reloj marco las ocho de la mañana, en una habitación del inframundo una alarma comenzó a sonar, molestando el sonido a un joven castaño el cual con muy pocas ganas levanto su brazo desnudo para apagar el despertador, lográndolo a los tres intentos, causando que este mismo se cayera al suelo.

-¿Acaso ya me tengo que levantar?- un castaño somnoliento y con bastante sueño empezara a delirar.

-No bebé, quédate un poco más.- la pelirroja no dejaba que se moviera el castaño obligándolo a quedarse debido a que presiono sus pechos contra el cuerpo del chico, causando que se girará.

Los dos chicos se abrazaban en la cama, ambos desnudos y con sonrisas en sus labios, disfrutando del calor del otro, causando que el joven tuviera un momento de excitación.

-Parece que mi Issei esta alegre de dormir conmigo.

-Como no estarlo preciosa, lo que paso en la noche fue increíble.

Ambos esposos empezaron a compartir besos de lujuria cegada por la pasión, con movimientos bruscos, provocando que unos objetos del mueble cercano se cayeran quebrándose al tocar suelo, provocando que el par de esposos se detuviera.

-Pero si apenas comenzaba la diversión, quiero sentirte en mí de nuevo.

Issei solo sonrío y procedió a besar lujuriosamente a la pelirroja, la cual lo recostó en la cama quedando ella arriba de el pasando sus manos por sus delineados pectorales, mientras el ponía sus manos en los firmes glúteos de la chica.

Sonrieron ambos y siguieron besándose, las manos de ella se colocaron en sus bíceps y las manos de el apretaban con desesperación el trasero de la chica; sacando varios gemidos en el proceso.

Seguían dejándose llevar por la pasión que sentían y desataron un huracán en el departamento dejando un olor a sexo por toda la habitación, probando diferentes posiciones para mayor placer de los amantes.

-Vaya que eres todo un hombre, mira lo que me hiciste, te amo demasiado, pero después de la primera vez ya solo deseo hacerlo todos los días, tendrás que hacerte responsable.- la demonio carmesí, besaba dulcemente al castaño, que no se negó para nada, coloco sus manos en su cintura atrayéndola para profundizar el contacto, la chica pasaba sus manos por el desarrollado torso del joven, continuando el contacto mientras el estimulaba eróticamente a su pareja.

-Issei, se que ya tomaste la virginidad de todas, pero, ¿Cómo demonios eres tan bueno en poco tiempo?

Rías jadeaba de la excitación, el hombre que amaba sabía perfectamente donde tocarla para hacerla sentir bien, mientras que Issei reflejaba una mirada de total satisfacción, puesto que después de siglos en la lucha finalmente estaba cumpliendo el sueño por el cual se había hecho demonio, tener su propio Harem, aunque también amaba demasiado a la pelirroja que tenía en frente, la mujer que lo había devuelto a la vida, aquella que vio en el un potencial que nadie jamás había visto.

-Yo se los dije, el pervertido del que se enamoraron nunca se fue, solo madure un poco pero me encantan, más aún tus pechos Rías, aún recuerdo tu vergüenza cuando active mi armadura por primera vez.

Rías se sonrojo demasiado, no creía que recordaría eso en un momento así, además de que la vergüenza quería consumirla pero el estímulo que le estaba dando Issei le impedía poder detenerlo y que decir del castaño, sonreía con victoria de ver tan inocente y avergonzada a su esposa, algo que le encantaba hacer, iban a continuar de no ser por una explosión que se escuchó a lo lejos.

-¿Qué rayos fue eso?

Rías consternada hacia la pregunta, se cubrió con las sábanas por el susto, mientras Issei también se puso serio, ambos rápidamente se levantaron y vistieron Issei se colocó su traje de batalla que consistía en un pantalón negro, camisa roja y una gabardina negra, mientras que Rías usaba un pantalón negro y una blusa roja además de ponerse una chaqueta negra, pareciéndose mucho al de su esposo, pero así era el uniforme oficial del grupo del Sekiryuutei, posteriormente ambos salieron volando por la ventana Issei podía gracias a sus alas de dragón mientras que Rías lo hacía con sus alas de demonio.

-Si tan solo estuviera Ddraig conmigo, sería más sencillo, no sé si la armadura se active, como me dijo Zeus que solo lo haría cuando realmente fuera necesario, espero poder con mi poder de dragón.

-No te precipites, ya me encargue de llamar a las demás, llegaremos tan rápido como podamos, pero tú no atacaras primero, te quedó claro.

-Rías, no me puedes pedir eso, yo quiero protegerlas.

-Lo entiendo Ise, pero también ya has visto nuestra fuerza, nosotras podemos con lo que sea, tu eres el último recurso, por favor comprendelo.
.
.
.

Mientras tanto en el lugar de la explosión, a lo lejos un ejército de soldados de la capital de Lilith trataba de detener a la persona intrusa.

-Alto ahí en nombre de Sirzechs Lucifer, queda bajo arresto por alteración pública y daños al territorio del inframundo.

Los soldados a pesar de ser de nivel clase alta otorgaban un problema a los intrusos debido a la cantidad que estaban en sus filas, esto desde que trihexa había atacado, el entrenamiento constante a los soldados por 10 años había dado resultado.

-Solo son unos insectos, no interfieran en mi camino y prometo tener piedad por sus cabezas.

Una voz femenina proveniente de una cortina de humo que ella misma generaba despertaba el temor en los soldados, debido a la cantidad de poder que estaba expulsando.

-No tendremos miedo, repito que le levante las manos, está bajo arresto en el nombre de Sirzechs Lucifer.

La mujer solo sonrió por la arrogancia y estupidez de los soldados, dispuesta a atacar con su espada para matar a todos de un solo golpe.

-Les advertí que huyeran, no hacen caso, los mataré por evitar que encuentre al Sekiryuutei.

Desenfundó su espada, camino lentamente para salir de la cortina de humo, dejando ver a una pelirroja vestida con una armadura de dragón.

-Así que estás buscando a mí alumno, ¿Puedo saber porque?, Diosa Artemisa.

Él ángel caído Azazel había llegado oportuno al que se pudiera considerar como campo de batalla, ocultando sus alas negras como la noche eterna encaró a la diosa griega.

-Quítate de mi camino ángel caído, solo vengo por el asqueroso dragón galés, no tengo nada que ver con ustedes.

Ella mantenía firme su espada apuntando al pecho del ángel caído, el cual ni se inmutó ante tal amenaza.

-No creo que quieras enfrentar a un líder de facción, lo repetiré una vez más, ¿Que buscas con Hyoudo Issei?

Amenazo con un dedo a la guerrera recién llegada, la cual sostenía su espada y lanza.

-Así que su nombre es ese, gracias por decirlo.

Con una sonrisa confiada ella se dirigía de forma déspota a uno de los Ángeles mencionados en la biblia, siendo uno de sus lideres hasta no hace mas de doce años.

Azazel se dio un golpe en su cabeza por tan estúpida forma de dar información pero ya nada podía hacer. Solo seguía mirando con amenaza a la chica pelirroja.

-De acuerdo, error mío, pero aquí viene mi pregunta, ¿Vas por el dragón o por el portador del dragón?

Ahora la chica era la sorprendida, no esperaba que llegara esta situación, no imaginaba que alguien portara al dragón.

-Explícate ahora ángel caído, ¿A que te refieres con eso?

La chica ahora sonaba mas enojada, no soportó el no encontrar a la primera al Sekiryuutei.

-No tengo la necesidad, estas invadiendo territorio, quiero pensar que es por tu propia cuenta, por lo que Zeus y los demás no tienen nada que ver, ahora va mi pregunta, ¿Que buscas del Sekiryuutei?

Azazel como el ser inteligente que es, analizo la situación y puso contra las cuerdas a la chica, la cual aun no salía de su asombro.

-Veo que no puedo contra ti, ¿Quien eres ángel caído?

Ella viendo la nulidad de argumentos que tenia contra Azazel, solo podía concretar quien era el ser que estaba delante de ella.

-Supongo que es normal el desconocimiento de mi identidad para ti, ya que solo te he visto en un par de ocasiones, asesina de dragones, aquella que porta una armadura a base del cuerpo de un dragón, ahora que lo recuerdo, hubo una época, no hace mas de dos mil años, que Ddraig ataco a la mitología griega y mato a bastantes personas, terminando en una batalla legendaria con Zeus la cuál casi nadie sabe, supongo que el nombre Ikki Kurogane es familiar para ti.

Azazel sonreía con orgullo por poner una trampa psicológica a la chica, la cual escuchando cada palabra.

-¿Cómo demonios conoces ese nombre?, ¡Dímelo ahora!

La chica ahora se hallaba enojada, puesto que habían tocado un punto sensible de su historia.

-No tengo porque responder, mis fuentes son confidenciales, además tu tampoco has respondido, supongo que ahora te he complicado más las cosas, era de esperarse de una niña como tú, te faltan milenios para estar a mi altura, tu solo eres una reencarnación más de Artemisa.

Él ángel caído se encontraba bastante confiado con sus argumentos puesto que la chica ya no mostraba signos de amenaza.

-Tienes razón, permíteme responder a tu pregunta, vengo por la armadura de Pegaso perteneciente a Seiya, que también porto Ikki Kurogane, mi amado, así que no te opongas, la segunda, vengo a matar definitivamente a Ddraig, el asesino de mi amado.

Azazel quedo impactado por aquella noticia, no solo venia por un regalo que se le había otorgado a su alumno, si no que también por la vida del dragón emperador rojo.

-Pues como te explico que llegar a él es casi imposible, mira, quizás no lo conozcas, pero él es aquel que salvo al mundo de la bestia del apocalipsis, y no solo eso, sus esposas son el grupo del Sekiryuutei, el más poderoso del mundo por cierto, incluso su nueva prometida es la líder de la facción Youkai, y las que le faltan.

La chica poco presto atención a las parejas del castaño, ella se quedó con la imagen de cierto acontecimiento que había ocurrido hace 10 años, cuando la bestia del apocalipsis había atacado la facción griega.

-Hyoudo Issei, ¿Me estás diciendo que Hyoudo Issei es el guerrero carmesí?

Ella ahora tenía una cara estupefacta, nunca había sabido el nombre de aquel guerrero, solo supo que salvo a sus guerreras y a su gente, pero la armadura no era la misma, ni se parecía en nada, de no ser por su intervención ella habría perdido la vida de sus amigas, cayo de rodillas, dejando su espada y su orgullo destrozado, ahora no sabía cómo lidiar ante esa situación.

-¿Guerrero carmesí?, no tenía idea de ese apodo, Jajajaja es realmente impresionante, el le salvo la vida a tus sirvientas, lo más valioso para cada reencarnación de la diosa Artemisa, es más ya me acorde, fue en el ataque al Olimpo, no lo reconocíste porque su armadura de ese entonces evolucionó, los santos dorados no estaban debido a que ellos tenian la misión de la defensa en Atenas, estaban desprotegidos en el Olímpo mismo obviamente el Trihexa es débil ante ataques de dragón hablando de niveles bíblicos, Issei en ese entonces alcanzaba el triple de poder comparado a un demonio de clase suprema, incluso algunos líderes consideraron la opción de llevar Issei para luchar en contra de la bestia en la brecha dimensional, pero por el despertar de su poder infinito tuvo que ser el único en ir, le costó trabajo, si no es que casi la vida misma, como líderes nos sentimos frustrados por no apoyarlo, por dejarlo ir, tanto así que entrenamos, después de siglos lo hicimos, solo para que nadie tuviera que pelear nunca más en nuestro lugar, regreso con vida mi alumno y ahora tu vienes y reclamas su vida como si nada, perdóname; ¡Pero no lo permitiré!.

Azazel incremento su aura de golpe, causando que los mismos soldados salieran volando del lugar, no les extrañaba, incluso lo entendían, esto debido a impotencia de hacer que un niño fuera a pelear por una guerra de la cual él ni siquiera era participe directo.

-¡Me frustra tanto no poder haber hecho nada!, envié a mi alumno directo a la muerte; no tenía ni cien años de vivir, no pude hacer nada, no dejare que lo toques artemisa, ni a Ddraig, son el pilar de la alianza más fuerte del mundo sobrenatural al cual perteneces, si no te gusta habla con Zeus, pero aquí no puedes hacer lo que te plazca, ¡Entendiste!

La furia de Azazel era evidente, Stella no respondía, todo por el gran poder del ángel de la noche eterna, el ex gobernador de los caídos, aquel que enfrento a Dios y sobrevivió.
.
.
.
.

¿Les vas gustando como va quedando?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top