Capítulo 4: Lento pero seguro.
Hay momentos en los que un segundo puede hacerse eterno, y una vil traición vuelve de piedra el corazón más tierno.
Keyblade: Epitafio
Caliente.
Así es como se sentía el agua al recorrer su cuerpo.
Hoy es sábado, por lo tanto, no hay clases.
Era perfecto para ella. Además, ese día sus padres iban a trabajar.
Eso significa que tendrían casa sola.
Una sonrisa se formo en su rostro. Recordó lo que paso en la mañana.
Cuando se levanto y se aseo. Olvido que tenia puesta una playera de Issei. Solo lo recordó cuando mamá le dijo que al menos usaran protección, aunque no se quejaría de que ella fuese la mujer de su hijo.
Ella intento explicarle que no había pasado nada, pero fracaso. Miki ya se encontraba fantaseando sobre sus nietos.
Después de eso. Ella decidió tomar un baño, Miki ya había hecho el desayuno, solo había que meterlo al microondas y estaría caliente de nuevo.
Mientras se secaba, vino a su mente aquél día. Ese día donde finalmente pudo probar los deseos prohibidos de la carne, aquellos que la iglesia tanto había negado.
Su amiga, Aika. Le había dicho que otras cosas debe hacer, incluso, juegos previos. Tenía curiosidad por como Aika sabia tanto. Aunque. Algo le decía que habían cosas, que era mejor no saberlas.
Una vez vestida salio del baño.
No llevaba nada especial, solo. Un short corto solo arriba de las rodillas, y una blusa corta.
Miro la puerta del otro cuarto.
Sin preguntar, abrió la puerta de ese cuarto. Y ahí estaba él. Dormido, están vez, boca arriba.
Desde ese día, Issei había cambiado un poco.
Aún estaba deprimido, pero. Al menos. Ya comía por voluntad, comenzaba a ir a la escuela, y su piel recupero un poco de su color original. Todavía era grisácea. Pero ya no pálida.
—¿Issei?. Levantante, es hora de levantarse.
Él no reacciono.
La rubia se acerco, y y esta vez lo movió.
—Issei, Issei. Levantate, ya es tarde.
Esta vez se movió, pero solo fue para cambiar de posición.
—Dejame dormir Asia.
Su voz aún se escuchaba apagada, pero al menos, ya no era fría. Ella tomo asiento en ese espacio de la orilla que el castaño dejo al voltearse. Podía repetir lo de esa vez, pero si lo hacia. Él de seguro pensaría que solo quería sexo, y eso no haría más que hundirlo.
Recordó lo que paso con cierta pelirroja, ella sabia que su intensión no era mala. Pero sus palabras.
No fueron las correctas.
Tallo sus piernas en un intento de quitar una picazón. El problema era que esa picazón no era una que cualquier hombre o mujer tiene. No. Esta era una picazón que pedía ser calmada por alguien más.
Y justo a atrás de ella, esta el chico que puede quitársela, solo había un problema.
¿Cómo podrían hacerlo sin que termine en un hábito?. Ya sea que ella termine como ninfómana, o en su defecto, él.
Aunque recordó que Rías y Akeno, y también. Xenovia apuntaban a ese punto.
Pero en su estado actual.
Era como si un hombre recibiera una esclava, y en vez de cuidarla y hacerle ver que es importante para él, la violará generando que ella termine muriendo. Algo así esta pasando ahora mismo, solo que en vez de un esclavo, un chico en depresión.
Ella pensó en alguna forma que lo hiciera salir de su cama.
Otra vez volvió aquella idea, pero intento desecharla.
Aunque, también recordó que ella misma intento quitar esa molesta picazón. Pero al hacerlo.
Se sentía sola, vacía. Y anhelaba algo más.
Pudo fácilmente usar a otro chico, después de todo, era bella. Así que no le sería difícil.
Pero no.
Su cuerpo exigía que solo un único hombre tiene permitido tocarla, y también, es él único que puede quitarle esa picazón.
Giro su cabeza de un lado a otro buscando quitar ese pensamiento.
Un nuevo pensamiento vino a su mente.
Si, es verdad que existe posibilidad de que sea: "eso", lo que le pida. Pero si le dices a una persona que recibirá una recompensa a cambio de hacer algo. Inevitablemente va hacerlo.
Así que lo hizo.
—Ise... Si te levantas y... ... Y desayunas, yo. Yo... Yo haré lo que tu quieras.
Él se movió, giro su cuerpo para quedar en frente de ella. Cuando tubo espacio suficiente. Ella se acomodo para poder verlo.
Sus ojos ya no eran café oscuro, casi negro. Más todavía mantiene tonos oscuros. Sus ojeras casi desaparecen, y por sus ojos rojos. Ella dedujo que, nuevamente, lloro toda la noche.
—¿Lo que sea?. ¿Todo lo que yo te pida?, ¿lo harás?.
Ella comenzó a dudar un poco, creyendo que. Tal vez. No era tan buena idea.
Pero ya lo había dicho. Ya no había marcha atrás. Es como uno de esos juegos donde puedes elegir, entre ser un " Héroe" y ser amado por todos o ser un "infame" y ser odiado por todos.
(Wuachen esa referencia homies).
—Si. Todo lo que quieras.
Él se levantó, y fue a asearse. Ella rápidamente, bajo.
Tenía que calentar esos hot-cake y esa leche con chocolate. Lo bueno era que sólo necesitaban 10 segundos cada uno.
Aunque se sorprendió al verlo ahí tan rápido.
Pero le resto importancia.
El desayuno fue silencioso. Algo que incomodaba a la rubia, extrañaba esas mañanas en las que platicaban mientras desayunaban. Terminaron.
Ella llevo los platos, los lavarian después.
—Entonces, ¿todo lo que quisiera?.
Ella se puso nerviosa. No creyó que solo tomaría en serio. Es decir. Ahora no estaba en ese estado, pero al parecer. Lo subestimó.
Ella solo movió su cabeza en un asentimiento confirmando sus palabras.
Él bajo su mirada, ella estaba espectante.
—Entonces, hazme una felación.
Se congelo, creyó que le pediría algo más normal o monótono. No literalmente, chupar su pene.
Ella no tenía idea de como hacerlo.
Había visto vídeos de como hacerlo, también libros de la sexualidad.
Pero, no es lo mimo ver ha hacer las cosas.
Ella recordó lo que hacían en ese vídeo. Se acercó a Issei y se arrodillo. Como si fuera una broma o curiosidades de la vida. Su cabeza quedaba a la altura perfecta. Ella sabia que era chaparra, pero tampoco había que recalcarse de esa forma.
Primero, bajo ese short. Aunque parecía más un bóxer. Y ahí estaba ese ser que podía quitarle la picazón que en ese instante se hizo más fuerte.
Aunque, era pequeño. Ella estaba sorprendida. Pero recordó que no lo había estimulado, así que no iba a reaccionar.
Decidió usar su mano, como aquella vez, y poco a poco ese amiguito creció, hasta su límite. Ella trago.
Comenzó primero lamiendo de la base al glande.
—Mmm... AHhhh.
Gemidos.
Al mirar su rostro noto como un color rojo lo adornaba.
Esta vez, era un instinto. No siguió instrucciones como la primera vez.
Ahora, era un instinto, así que abrió la boca y lo introdujo. Decir que se atragantó no era broma. Al sacarlo, saliva lo adornaba.
Trago una vez más, y conteniendo la respiración volvió a introducirlo, intento hacer que ese pedazo de carne llegará más profundo. Pero solo termino con sonido de intentos de vomitar.
Aunque para ella seria asqueroso, no le sorprendería que para otros, eso fuera "morboso" como lo llamaba Aika.
Escuchó una respiración agitada. Al levantar su rostro vio que Issei hacia lo posible para mantenerse en calma.
¿No era torpe lo que ella hacia? Entonces, ¿por qué se estaba excitando?, o ¿acaso era el verla en su intento de satisfacerlo lo que le excitaba?.
No estaba segura, ni siquiera sabia si lo que hizo estaba bien o mal, solo seguía su instinto.
Pero había un gran problema, su vagina estaba muy húmeda, y su picazón se volvió insoportable.
Cuando volvió a sus cinco sentidos, se dio cuenta de que ahora movía su cabeza de atrás hacia adelante mientras chupaba con fuerza. Como si de una paleta de hielo se tratara.
Al mismo tiempo, sus dedos ya estaban dentro de ella, moviendo de atrás hacia delante, y chocando con puntos específicos, se sentía bien. Pero si a quien esta atendiendo también estuviera dentro de ella, sin duda se sentiría mejor. Ya lo había comprobado en su primera vez.
¿Qué seria diferente ahora?. Tal vez la lujuria.
Ella se movió con más velocidad y comenzó a chupar con más fuerza. Mientras sus dedos se movían rápido.
—A-Asia, voy a... Mm voy a. Ugh.
Sus ojos se abrieron de par en par cuando Issei tomo su cabeza y la empujo con fuerza hasta la profundidad. Ella hizo lo posible por tragarlo, aunque no iba a negar que su sabor era amargo.
Cuando termino, tosió. Ella comenzó a respirar con algo de fuerza.
Cuando lo miro, vio que aún seguía duro. Y sin decir ada, Issei la empujo y la posicionó boca abajo, tuvo que sostener su pene y acomodarlo, ella aún seguía cerrada.
Una vez posicionado entro de una embestida en ella.
—AHHHHhhh. Ahhh. Ahh. Espera Ise, mm. Ahh.
Ella fue sorprendida, de hecho, se corrió un poco. Aunque no podía negar que el tenerlo dentro de si, se sentía muy bien. De hecho, ella de forma automática apretó con fuerza sus paredes vaginales.
Esto estimulaba de gran manera a Issei. Se movió suavemente, se sentía bien, era verdad. Pero también quería que ella lo disfrutara, y ser posible. Que eyaculen juntos.
Asia voltio su cara para verlo, pero Issei no perdió oportunidad y la beso.
En los ojos de la rubia, habían anhelo y deseo. Pero también amor, incluso juraría ver en vez de sus pupilas, corazones.
Él se sentía cautivado, y quería verla más, quería ver esa expresión más.
Cuando se alejo beso con fuerza su hombro derecho, pero fue en una zona baja. Así que, a menos que se desvistiera, nadie vería un chupetón ahí.
Sus dedos estaban entrelazados. Ella no soportó más, estaba muy sensible. Y simplemente se corrió, pero su vagina se contrajo, y eso empujo al borde al castaño. Se corrió dentro de ella, no lo dudo o pensó. Sólo acciono.
Lo hicieron al menos, 2 veces más, contando la inicial, fueron 3. Pero para la tercera, la rubia ya estaba en su límite y se había desmayado.
El se sentía bien, también sentía como su confianza volvía. No era mucha, pero si lo suficiente.
Después de haberla cambiado y dejada en su cuarto, limpió todo el desastre, por suerte, sus padres volvían tarde. Así que no tuvo problema con el tiempo... Pero Issei estaba seguro, quería repetirlo más veces de ser necesario.
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