Uno.
•Maeve Hargreeves•
Omnisciente
Viktor suspiró con frustración y llamó. ——Hey... cariño, ¿Estás ocupada? ——Preguntó Viktor al teléfono.
—— No tanto, estoy por recibir algunos libros, así que perdona si escuchas el viento y carros, estoy afuera de la librería. —— Respondió Maeve al teléfono. ——. ¿Por qué? ¿pasó algo?
——Diego nos invitó a la fiesta de Grace...
—— ¡Uh! Entonces debería de ir a comprar algo, espera.... El tono en tu voz... No quieres ir... ¿Cierto?
——Cielo... ya sabes como son.... Nuestras reuniones siempre acaban en caos y creo que nuestra vida ha estado mejor alejados de ellos
Ella suspira. —— Lo sé... Lo sé, pero son nuestra familia.... Y Grace merece pasar un cumpleaños con sus tíos ¿No crees?
Aunque Viktor odiara eso, la castaña tenia algo que siempre lo hacía ceder, tal vez era el dulce tono de su voz, su sonrisa o su calidez pero siempre acababa rindiéndose ante ella.
Después de todo, ¿Quién no lo haría?
El castaño se rindió y aceptó. —— Bien, pero vamos a adelantar lo del sábado, ¿De acuerdo? —— Ella rió.
—— ¿Se supone que es un castigo? ——Respondió picara. ——. ¿Nos vamos juntos?
—— No, tengo que cerrar el bar y prefiero hacerlo yo a que lo haga alguien mas, sabes que no confío, nos vemos en la fiesta.
—— Claro... cuidate, te amo. —— Dijo Maeve en un tono mas bajo.
——Igualmente, te amo.
Maeve cortó la llamada, no dijo nada y atendió sl hombre que traía las cajas con libros. —— ¿Señorita Hargreeves?
——Sip, soy yo. —— Ella firmó y empezó a cargar caja por caja, aunque de jovenes Reginald los hacia hacer miles de entrenamientos, Maeve actualmente no hacia ejercicio, pero se mantenía delgada ya que caminaba bastante y no era de quedarse en casa.
—— ¿Sabes? No me vendría nada mal algo de ayuda. —— Mencionó la castaña de manera sarcástica al ver a George sentado comiendo un pastel de chocolate.
—— Ni me mires, estoy en mi hora de descanso.
Maeve suspiró cansada y metió las cajas restantes, hasta que el telefono sonó de nuevo, el ruido la asustó e hizo que se le cayera la caja con libros, pegandose en el dedo del pie.
—— ¡Me lleva la... Mandarina! —— Ella gruñió y tomó el telefono. —— Libreria Meiveess, ¿En que puedo ayudarle?
—— Maeve, soy yo, Luther.
—— Oh, hola, ¿Cómo estas? ¿pasa algo?
—— Estoy bien, gracias por preguntar, ¿puedo pedirte un favor enorme? ¿Puedo tomar prestado tu auto?
Maeve frunció el ceño. —— ¿El mío? ¿Qué pasó con el tuyo?
—— Se quedó sin gasolina... otra vez.
—— ¿Y por qué no simplemente me llamaste a mi numero de teléfono en ves del de la librería?
—— Porque siempre te pido favores y me da miedo que un día no me respondas porque ya te cansaste de ayudarme. —— Respondió el rubio rascandose la cabeza.
La castaña suspira, pero con tono amable pregunta. —— ¿Para qué lo necesitas?
—— Ben llamó, al parecer hoy sale de la carcel...
—— Wow... eso es... no tengo palabras, bien pero que no robe mi auto.
—— ¿Puedes acompañarme?
—— Luther, puedes ir tú
—— ¡Por favor! Ben me da miedo
—— ¿Y crees que yo seré de ayuda? Hace años te recuerdo que estaba dispuesto a lanzarme de carnada con el Samurai.
—— Por favor, ¿Si?
Maeve suspira y asiente. —— Paso por ti en veinte minutos.
—— De hecho ya estoy afuera de la librería. —— Maeve frunció el ceño y se dio la vuelta mirando a Luther quien la saludaba con una sonrisa en el rostro.
{...}
Maeve H.
La carcel se veia un lugar tétrico, yo esperaba en el asiento del copiloto mientras luther caminaba para abrazar a Ben quien solo lo miraba de manera seria.
¿Toda la vida ha tenido cara de enojado o que?
—— Hola de nuevo benito. —— Lo saludé con una sonrisa y él rodó los ojos.
—— No me llames así.
—— Perdon. —— Lo miré. —— Bienvenido de vuelta. —— Él no respondió, solo miraba el exterior a través de la ventana.
Tras unos minutos volví a hablar. —— ¿Cómo te fue estos años? ¿Fue muy difícil? —— Tampoco respondió, voltee de nuevo a la carretera y no dije nada mas.
Ben suspiró pero no volteó a mirarme. —— Fue una mierda, ¿qué esperabas?
—— Lo siento mucho. ¿Tuviste algún problema? ——Bueno... proviniendo de Ben no me sorprendió.
Él bufó. —— ¿Problemas? No, claro que no. La cárcel es un lugar maravilloso lleno de gente encantadora.
Luther me dio un codazo. —— Bueno... me alegra que estés aquí ahora. Es lo único que importa.
Al llegar a la fiesta, Luther tuvo que convencer a Ben, logré calmarlo con una cerveza para que no estuviera con cara de rabia toda la noche.
—— Tranquilo ogro, disfruta de la fiesta, ¡Acabas de salir de la carcel! Y apuesto a que no extrañarás la comida de la carcel. —— Me recargué en la barra.
—— Claro, porque lo unico que queria al salir de prision era escuchar a cientos de niños jugar y llorar y beber jugo de uva, ¿No? —— Dijo sarcásticamente.
—— ¡Hey! No desprecies así el jugo de uva, es delicioso. —— Bebí de mi refresco.
—— ¿Acaso no disfrutas de beber de una buena cerveza?
—— No tomo alcohol pero gracias por la invitación.
—— ¿Por?
—— Cuido mi higado y mi corazón. —— Él frunció el ceño. —— Ademas que odio las resacas.
—— Al fin odias algo... —— Volvió a beber de su cerveza.
—— ¿Disculpa?
—— Básicamente amas a todo y todos, vives en un mundo de color de rosa.
—— Eso no es verdad, solo trato de ver el mundo de manera positiva. Se vive mejor...
—— Claro, siempre tan positiva. ¿Alguna vez ves algo que no sea luz y arcoíris?
—— Claro que sí. Pero prefiero centrarme en lo bueno, Ben. Es más fácil vivir así.
—— No siempre puedes pintar todo de rosa. El mundo no funciona de esa manera.
Suspiré y traté de mantener la calma. —— No, no funciona así. Pero eso no significa que debamos rendirnos y dejar que todo sea oscuridad.
Ben no dijo nada, hasta que llegó Five, al menos sirvio para hacer platica.
Ben H.
Realmente no prestaba atención a la platica, solo queria salir de ahi, hasta que Five dijo algo, ¿Maeve trabajaba en una libreria?
—— Maeve, ¿cómo va la librería? ¿Sigues manteniéndola como un refugio de paz y sabiduría?
Maeve sonrió y respondió. —— Claro que sí. Es mi pequeño santuario.
Aunque me costaba admitirlo, ese acento británico me gustaba.
Reí. —— ¿Qué clase de sabiduría? ¿Cuentos de princesas? ¿O tal vez horóscopos?
—— Para tu información, Ben, leo todo tipo de libros, desde filosofía hasta física cuántica. Sé más de lo que crees. —— Por fin ella se puso seria.
—— Oh, claro, porque seguro Einstein y Shakespeare están entre tus favoritos.
—— Para tu información, Shakespeare era un poeta y Einstein no es el único científico que contribuyó en el nacimiento de la mecánica cuántica pero claro, supongo que solo hablas por hablar. —— Ahora si parecía molesta. —— Pero al menos no necesito estafar gente para ganarme la vida.
Ella se fue dándome una leve palmada en el hombro, Five no le importó y soltó una carcajada, a lo cual lo miré de mala manera.
Maeve H.
Fui al baño y le llamé a Viktor. —— ¿Ya vienes? Esto se esta poniendo tenso...
—— Me imaginé, vine a comprar un regalo, no tardo, lo prometo.
—— Pero yo ya habia comprado un regalo...
—— Bueno... entonces le tocará doble regalo. —— Reí. —— No tardaré, lo prometo, te amo.
—— Te amo...
Cuando salí noté a Allison y Lila.
—— Hey ¿Y viktor? —— Me preguntó Lila
—— Dijo que no tarda en llegar. —— Desvié mi mirada a Allison. —— Hola Allison
—— Maeve...
Ninguna dijo nada, me alejé, todo el ambiente se sentía tenso, recapitulando Allison nos traicionó a todos, y a mi me dió un golpe en la cabeza con un cuadro para evitar que dijera del trato de Reginald y ella.
Por suerte Sloane me ayudó a levantarme y agradezco de los buenos golpes que le dio a Allison aunque lamentablemente no volvimos a ver a Sloane.
El tiempo transcurrió y Viktor no llegó, empezaba a sospechar, y claro, no quiero desconfiar de él pero últimamente ha estado distante.
Cuando fui a dejar a Ben y Luther a la academia, Ben no quizo bajar del auto. —— Te acompaño a la librería, cualquier lugar es bueno a excepción de esta casa en ruinas.
—— ¿Sabes? Creo que deberías de empezar a valorar lo que te dan, agradece que Luther te dio un espacio a pesar de lo grosero que has sido.
—— ¿Eso es todo lo que puedes insultarme? —— Claramente estaba esperando a que le gritara pero no le iba a dar el gusto.
—— Como sea, te llevaré pero me ayudarás a subir algunas cajas.
—— Lo que tú digas
Llegamos a la libreria y escuché sonidos provinentes de la pequeña cocina improvisada que tenia en la libreria.
—— George, ¿otra vez? Ya te he dicho que si necesitas algo, solo tienes que pedírmelo. —— Me crucé de brazos.
George se metió un pan a la boca. —— Ah, claro. Porque soy tu caso de caridad, ¿no?
—— No es eso. Pero, por favor, no puedes seguir llevándote cosas sin avisar. Esta es una librería, no una despensa.
—— No me sermonees, Maeve. Te he aguantado bastante. —— Dijo hablando con la boca llena.
—— ¿Aguantarme? George, te he dado muchas oportunidades. Te pago bien, te perdono errores que no debería...
George se cruza de brazos. —— ¿Y qué? ¿Vas a despedirme? Por favor. Sabes que me necesitas más de lo que yo te necesito a ti. Maeve, eres una mujer, no puedes manejar esto sola.
Fruncí el ceño. —— ¿Perdón?
Se acercó a mi —— Sí, tú. Siempre tan dulce y amable, pero ¿quién crees que hace el trabajo pesado aquí? Sin mí, esta tienda no duraría ni una semana.
Estaba por responder cuando Ben habló. —— ¿Y tú quién demonios crees que eres?
—— ¿Y este quién es? ¿Tu novio?
—— ¿Eso importa?
—— Mira, no sé quién seas, pero esto no es asunto tuyo.
—— Oh, es asunto mío cuando veo a alguien hablarle así a su jefa. ¿Qué clase de hombre necesita rebajar a una mujer para sentirse importante?
George se tensó, visiblemente molesto, dió un paso hacia Ben, pero Ben no retrocedió. —— Toma tus cosas, sal por esa puerta y no vuelvas.
—— ¿Y si no lo hago?
—— Entonces voy a asegurarte que no querrás saber cómo termina. —— George retrocedió.
—— Buena suerte sin mí. —— Él salió de la librería.
—— No soy una damisela en peligro. —— Me crucé de brazos
—— Se que no, pero hablandole bonito él iba a seguir faltandote al respeto. —— Ben se cruzó de brazos. —— ¿Por qué dejas que te traten asi? Eres su jefa.
—— Pero no quiero ser la jefa que todos odian.
—— No siempre vas a poder hacer que todos te amen Maeve.
—— ¿Te importa?
—— No, pero me irritas menos que tus hermanos
Reí. —— ¿Gracias?
Ben me ayudaba a acomodar algunos libros hasta que el teléfono sonó, era Luther y volvimos a la academia.
Me crucé de brazos al leer la nota ¿Viktor secuestrado? Sentí mis piernas temblar, cuando fuimos al lugar un hombre nos pidió ayuda, pero.... ¿Por qué pedir ayuda a nosotros en vez de a la policía? La policía aquí en New York es bastante hábil, hay algo que no me cuadra.
—— Por dios... me hicieron photoshop, salgo visca y me veo fea. ——Dije mientras miraba la foto, ¿Cuando salvamos la torre Eiffel?
—— Pues así estas. —— Respondió Ben.
Caminé hacia Viktor y él me abrazó. —— ¿Te hizo algo? ——Acaricie sus mejillas y él negó.
Five aceptó, fruncí el ceño, ¿Ahora quería rescatar a alguien?
—— Lo hice por esto. —— Five sacó un frasco con Marigolds, no, no de nuevo.
Si, me gustaban mis poderes creo que a diferencia de la mayoría era un poder fácil o algo así, porque seamos honestos ¿A quien le hace daño el agua? Y hablar con los peces.... No me miren así, yo tampoco sabia eso hasta que tuve un pez y hablaba con él, papá dijo que podía comunicarme con cualquier ser marino ademas de aguantar la respiración bajo el agua.
Nos reunimos en un bar, Viktor tomaba mi mano mientras todos se debatían en si recuperar nuestros poderes o no.
Claro que quería mis poderes de vuelta, pero seria egoísta tomar decisión por todos solo porque yo quiero.
A quien no le pareció fue a Ben, quien fue al baño y luego regresó con un último trago. —— Se que no tomas pero... por favor acéptalo, yo invito. —— Me ofreció el trago.
—— Bien. —— Lo bebí, sabia raro pero aun asi no me disgustó.
—— ¿Te irás? —— Le pregunté a Viktor.
—— Tengo que abrir temprano mañana el Bar.
—— Creí que te quedarías conmigo hoy
Como dije, Viktor no siempre ha sido así, últimamente se ha comportado extraño.
—— Mañana mejor, ¿Si? —— Me dio un corto beso en los labios. —— Nos vemos mañana, te amo.
—— Te amo...
Suspiré y tomé asiento.
—— ¿Los llevo? —— Miré a Luther y Ben.
—— No gracias, la academia esta cerca y preferimos caminar. —— Respondió Luther y Ben frunció el ceño.
—— Me quedaré un rato mas, si me permites quiero disfrutar de mi libertad unos segundos mas.
Suspiré y Luther se fue. —— ¿Te dejaron sola Caperucita?
—— No es tu asunto.
—— No es por meter cizaña pero... Viktor no se ve muy enamorado.
——Tu opinión no cuenta, ni siquiera tienes una pareja. —— Me crucé de brazos.
—— Pero me doy cuenta cuando algo anda mal, las relaciones no son lo mío realmente.
—— Ya me di cuenta, ¿Sabes Ben? Deberías de dejar de meterte en donde no te llaman por favor.
—— ¿Ya te enojaste?
—— Ben ya basta por favor, no quiero pelear.
Ben suspiró y se sentó a mi lado. —— Tú querías recuperar tus poderes, ¿cierto?
Reí. —— ¿Tanto se nota? Mi poder a diferencia de los demás... creo que es mas fácil, pero seria egoísta que yo tomara la decisión por todos.
Ben pareció pensativo por un momento.
—— Si... Tal vez tengas razón.
Aquí el primer episodio, recuerden que muchas cosas serán cambiadas.
No se olviden de comentar y votar, les quiero!
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