Siete.


Him •

Maeve H.

No lograba distinguir si era un mapache o un panda, nunca me consideré fea pero tampoco tan linda. Mi cabello es castaño acercandose al rubio, tener senos grandes nunca han sido mi fuerte, no soy plana pero tampoco tengo senos enormes, jamas concentré mucho en mi físico, hasta que crecí y me di cuenta en cual era mi fuerte frente a los chicos, y ese era mi trasero, si, y realmente no sabia como sentirme al respecto. Pero ahora, he adelgazado de todos lados pero he ganado fuerza por todo lo que hacemos en este "refugio" improvisado.

—— ¿Sabes? Si me hubieras preguntado hace unos dias qué haría si estuviera atrapada en un lugar como este, creo que habría dicho que llorar hasta quedarme seca.

—— Tú llorarías, y yo gritaría. Parece que ambos teníamos razón.

—— La unica vez que te oí gritar fue cuando derramé refresco sobre tu camisa en la boda de Sloane y Luther. —— Él rió.

—— Se me veia bien y tu refresco lo arruinó.

—— Fuiste un dramático.

—— ¡Tú tambien!

—— ¡Me vomitaste encima! —— Ben me mira indignado.

—— Estaba ebrio. —— Trató de escusarse.

—— Lo que tu digas.

Ben suspira. —— ¿Cómo era tu vida en la academia? —— Cuestionó Ben.

—— Era... aburrida y triste. —— Acerqué mis manos a la fogata improvisada para calentar mis manos un poco. —— Cuando estaba en la academia, siempre me sentí... como si fuera inutil. Reginald siempre decía que era la más tonta, que no tenía remedio. Así que me encerraba en mi habitación, rodeada de libros. Leía de todo: libros de aprendizaje, enciclopedias, incluso guías de viaje; era lo unico que Reginald almacenaba en la biblioteca.

—— ¿De verdad creían que eras tonta? No me parece que lo seas.

—— Bueno, no ayudaba que cometiera errores cada cinco minutos. Pero... los libros me ayudaban a escapar de la realidad

—— Literalmente hemos sobrevivido gracias a tí. —— Volteó a mirarme.

—— No te quites credito.

El rió. —— ¿Qué he hecho? ¿Ayudar a buscar agua? —— Se burló de si mismo.

—— Me has ayudado a no perder la cordura... y realmente eso es mucho.

—— Luther me dijo que tú tambien te fuiste de la academia, ¿Cómo fue eso? ¿Trabajaste? —— Se recargó en la pared.

Siempre he sido desvergonzada, me recosté sobre sus piernas y lo miré mientras hablaba. — Estudié Literatura, me encantaba la idea de analizar las historias, encontrarles significado. —— Sonreí al recordar mi juventud. ——. Pero no fue fácil, tuve que trabajar como niñera, limpiando casas para pagar mis estudios, además de trabajar en una cafetería también, aprendí a preparar deliciosos cafés. A veces sentía que nunca iba a salir adelante, pero al menos me sentía libre, ¿sabes? Sin todos esos ejercicios, peleas, misiones... eso nunca fue mi fuerte.

—— Debe haber sido difícil dejar todo atrás. Pero te mantuviste en pie. —— Él suspiró. —— Lo hiciste mejor que yo. —— Acarició mi pelo, su toque era reconfortante. —— Tu cabello es demasiado lacio.

Reí. —— Lo sé, siempre que intentaba ondularlo, quedaban mas tiesos que nada. —— Él rió.

No me gustaba solo hablar de mi, así que pregunté. —— ¿Y tú? ¿Cómo era estar con los Sparrow?

Él sonrió con nostalgia y una sonrisa se formó en su rostro. —— Era complicado. Éramos como... una bomba de tiempo lista para estallar. Siempre estábamos peleando. Marcus y yo, especialmente.

—— ¿Por el liderazgo? —— Él asintió. —— Déjame adivinar. ¿Tú eras el terco?

Ben sonríe de lado. —— Obvio, pero Marcus era igual de terco. A veces, Fei tenía que intervenir. Ella siempre decía: "Ben, deja de ser un idiota por cinco minutos, por favor."

Él desvió la mirada. —— Pero a pesar de las peleas... los insultos, eramos una familia, bien dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, ¿No? —— Noté como una lagrima resbalaba por su mejilla.

Me acerqué a él. —— La familia es complicada... y sobrellevar la perdida es... difícil.

—— Lo olvidaba, tú también perdiste a un hermano, pero claro, se escusan con que me volvieron a ver.

—— Tú no eres él. —— Se giró a mirarme. —— Tienes su fisico pero ambos son completamente distintos, y no compares tu dolor con el mio, perdí un hermano hace mas de 15 años pero tú perdiste a seis hermanos en menos de una semana...

—— Maeve basta, eso pasó hace seis años.

—— ¿Tan siquiera hablaste de eso con alguien?

—— Si, con mi almohada mientras estaba por dormir. —— Se puso de pie y se limpió las lagrimas. ——. Maeve, ya basta, no quiero hablar de esto, no necesito tu lastima, solo necesito salir de aquí.

Se dio la vuelta dándome la espalda. —— Entiendo... no hablaremos de nada que el otro no quiera, y no es lastima, ademas no necesitas ocultarte conmigo, no me molesta verte llorar ni tampoco me voy a burlar.

No dije nada mas y me alejé para darle su espacio, fui tonta e incompetente, solo a mi se me ocurría hablar de eso.



























Ben H.

Los días tenían dos modos, o se iban demasiado rápido o tardaban demasiado en pasar, me sentía frustrado, quería gritar, pero una parte de mi estaba aterrado, asustado... quería llorar.

Llevábamos ya tres meses aquí, era muy temprano por la mañana y estaba harto de buscar entre la basura y los escombros algo para comer, si bien había ganado fuerza por todo lo que hacíamos aquí, también había perdido peso y mi cara se veía mas desgastada de lo normal, en si la cárcel no me hizo un buen favor.

Suspiré frustrado y pateé la silla improvisada. —— ¡Estoy harto de esto! ¡Hartísimo! ¡Esto no es vida! ¡Es una maldita pesadilla!

Maeve se levantó, ya estaba despierta pero seguía enrollada a la manta. —— Ben, baja la voz. No ayuda que te pongas a gritar como un lunático.

—— ¡Oh, claro! Porque tú eres la reina del autocontrol, ¿verdad? Siempre tan perfecta, Maeve. Pero dime, ¿qué diablos has hecho para sacarnos de aquí? ¡Nada!

Maeve se levanta y camina hacia mi. —— ¿Nada? ¡He estado intentando mantenernos vivos mientras tú te quejas todo el tiempo! ¿Qué esperabas, que encontrara una puerta mágica por arte de magia?

—— ¡Pues si tanto querías venir aquí, tan siquiera hubieras sabido mas del tema! Pero claro, como siempre estas de entrometida en todo y siendo una inútil.

—— ¿Inútil? ¡Mira quién lo dice! Tú no sabes hacer nada sin dar órdenes o tratar a todos como si fueran inferiores. ¡Por eso tus hermanos no te soportaban!

Me quedé estático, ambos suspiramos, estabamos frustrados, y si, no debí decirle eso, es solo que.... Todo esto, solo queria encontrar una navaja y cortarme las venas para morirme de una buena vez.

Pero Maeve estaba aferrada a volver, ella si tenia una familia, alguien por quien volver. Yo no tenia a nadie.
Me senté en el suelo, mirando el techo por una media hora, hasta que Maeve se acercó.

—— ¿Sirvió de algo liberar toda esa frustración gritandome? —— Cuestiona ella mientras se sienta a mi lado.

—— Perdon...

—— Nahh, me han dicho cosas peores. —— No soporté mas y la abracé. —— Hey... tranquilo, está bien...

—— No puedo más, Maeve. No puedo seguir aquí. —— No tuve control de las lagrimas que salieron de mis ojos. —— Estoy cansado.... Estoy asustado.

Ella tocaba mi cabello, su mano, sus dedos, la suavidad y el exquisito amor con que lo hacia me reconfortaba. —— Lo sé, yo también estoy asustada. Pero no estás solo, Ben. Estoy aquí contigo, ¿okay? Y no importa cuánto tiempo pase, no dejaré que te hundas solo.

Y era un cobarde, un idiota, ella también estaba pasando por lo mismo que yo y solo he sido egoísta enfocándome en mi miedo, en mi dolor y en mi maldito narcisismo.

Mi corazón estaba acelerado, mis lagrimas seguían cayendo, pero ella... ella joder, era como un puto bálsamo para mi alma, una manta que te cubría durante el frío, una maldita ancla, y no hablo solo de ahora, ella siempre lo fue, siempre fue Maeve Hargreeves.

Mientras pasaban los días, aprendíamos a trabajar juntos, ahora en un entorno más cercano. Maeve temblaba de frío, y yo también, las noches eran muy frías y nuestras mantas eran muy delgadas, la miré, ella tenia sus dedos entrelazados, Maeve era más friolenta que yo y pude darme cuenta.

—— Quizás... debamos dormir juntos. —— Ella frunce el ceño. —— El calor se mantendrá mejor entre los dos, compartiremos tu manta y mi manta, prometo no decir nada inapropiado.

Ella lo pensó por unos momentos y asintió, pasé mis brazos a su alrededor, ella puso sus manos sobre su pecho, sentí su respiración en mi cuello, su cuerpo, su calidez, mierda ¿Qué está pasando?

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