KAPITEL 54: WAGEN SIE ES ZU SAGEN
Hanna en la foto(L)
Ahora se viene lo fuerte, lo intenso....agarraros bien fuerte.
Capítulo +18
HANNA
Tras la enorme celebración que casi provoca que nos echasen de nuestro lugar predilecto donde tomábamos alguna cerveza y hablábamos de forma habitual, decidí marcharme a casa porque, a la mañana siguiente, había quedado con Alexa y Doris para ver mi vestido de novia. Aun la noticia me tenía volando como si me hubieran crecido alas en la espalda y mi sonrisa de idiota me hacía parecer ridícula, pero nada me importaba en ese momento.
Tomé el coche y llegué a casa lo antes posible; sólo tenía en mente ponerme cómoda y poder disfrutar de un rato de tele en compañía de mi peluche tatuado que estaba impregnado de la colonia de Robert.
Me puse mi camisón lavanda preferido perfecto para las noches calurosas como ésta. Tomé una pizza del congelador y encendí el horno mientras meneaba el trasero haciendo mi baile de la alegría.
Pero entonces, alguien tocó la puerta y en seguida pensé que quizás Alexa quería decirme algo con respecto a las compras de ayer, así que fui a abrir la puerta.
Pero quien menos me esperaba apareció ante mí, con una cara de derrota y los ojos bien tristes. No entendía que hacía Jordan allí después de no haber venido a la reunión de hacía unas horas, ¿Le había ocurrido algo?
Le dejé pasar y él entró a paso lento sin apartar su mirada de la mía. Su larga gabardina le daba un toque de misterio en la penumbra de la noche. Su silencio me estaba poniendo realmente nerviosa pero entonces, me di cuenta que estaba delante de él con un simple camisón que mostraba mi ropa interior de forma clara.
Jordan pareció darse cuenta porque su mirada pasó de ser fría como el hielo a mostrar un lago de lava incandescente cuando se paseaba lentamente por mi cuerpo. Yo puse las manos en mis zonas más prometedoras, caminando en dirección a mi dormitorio para poder cambiarme, pero la mano de Jordan se cerró en torno a mi muñeca impidiéndome escapar.
- ¿A dónde te crees que vas? -Me preguntó con la voz enronquecida como nunca antes la había escuchado. Ahora Jordan hablaba en serio sin una pizca de broma. Parecía otro hombre diferente y no entendía bien qué había venido a buscar:
-Por favor Jordan, no estoy visible porque no esperaba visita. Déjame cambiarme porque no estoy en condiciones de que me veas así.
Él me soltó la muñeca, pero entonces, él me dijo con una sonrisa atrevida:
-Entonces, tenemos que estar en igualdad de condiciones, ¿No crees?
Poco a poco, él comenzó a desabotonar su gabardina y se la quitó tirándola al suelo. Su pecho desnudo mostraba su cuerpo moreno y bien formado para mi gran sorpresa.
Pero la sorpresa se hizo aun mayor cuando me di cuenta que él había venido completamente desnudo, provocando que mi corazón se parara en cuanto me di cuenta de la ausencia de ropa en el punto más clave de su cuerpo.
- ¿Qué...qué demonios...? -No podía hablar por mucho que lo intentara y menos podía hacerlo cuando Jordan se me iba acercando como si fuera un depredador.
Su rostro serio y sus movimientos me mostraban que estaba completamente consciente de lo que estaba haciendo y, por mucho que buscara, no había indicios de que hubiera bebido. Cuando no tenía escape porque el respaldo del sofá me lo impedía, la mano de Jordan pasó a colocarse tras el final de mi espalda para apretarme contra él. Con su mirada dentro de la mía, me lanzó unas preguntas:
-Atrévete a decirme que no me has mirado una sola vez con deseo, atrévete a decirme que siempre me has visto como un simple amigo, atrévete a decirme que no me encuentras atractivo y que no deseas probarme, atrévete a decirme que mientras decías que ibas a casarte con otro no tenías la mente puesta en mí por no estar presente en esa reunión porque me echabas de menos.
-Jordan, no me hagas esto; voy a casarme con otro hombre y no puedo estar así contigo. No está bien y nosotros somos amigos, siempre lo hemos sido.
Él negó con la cabeza sin borrar su sonrisa. Aunque no parecía convencido de mis palabras, no parecía que fuer a marcharse por donde vino sino más bien lo contrario.
-Voy a demostrarte que estás bien equivocada y que elegiste mal.
Sin darme un minuto para digerir aquella advertencia, sus labios se pegaron a los míos con intensidad. El cuerpo encendido de Jordan calentaba el mío como si fuera un enorme volcán que quisiera devorarme.
Podía sentir cada parte de su cuerpo, cada brizna de su deseo por mí en mi piel. Quería empujarlo e insultarlo, pedirle que se alejara de mí, pero él tenía algo de razón en sus palabras.
Mi cuerpo reaccionó como nunca pensé que lo haría y mi cabeza pareció querer irse de viaje en cuanto lo vió desnudo.
- ¿Ves cómo tengo razón, nena?, estás hecha para mí.
No podía respirar; un torrente de emociones extrañas unido al sofocante calor, me estaban carcomiendo las entrañas. Jordan era mejor que bueno; era increíble, apasionado, tierno y suave como la seda.
-Estoy cometiendo el mayor error de mi vida, Jordan. Tengo que parar antes de que sea demasiado tarde-Pude decirle en un instante que sus labios fueron a parar a mi cuello y pude hablar.
Pero él no cesaba en su ataque, pero yo tampoco ponía resistencia. Los millones de justificaciones que buscaba, morían en mi garganta y perdían total credibilidad a cada minuto que él me tocaba.
-El mayor error de tu vida es si te casas con ese tipo en vez de estar conmigo. Estamos perdidos desde que nos vimos en aquella sala de espera del hospital y tú misma lo sabes. No es coincidencia que nos encontremos cuando más lo necesitas; el destino juega bien las cartas, nena.
Jordan me levantó en sus brazos como si fuera una princesa y me llevó al dormitorio sin dejar de lamer mi cuello y el nacimiento de mi pecho. Me sentó al borde de la cama y me quitó el camisón, dejándome en ropa interior. Me tumbó con suavidad y sus manos comenzaron a danzar sobre mis piernas, mi estómago y mi pecho erizado. Él parecía hechizado y yo me sentía realmente extraña:
-Jordan...estoy siendo mala persona-Dije intentando contener el llanto al ver lo que estaba pasando, pero él tomó la lágrima de mi rostro y me dijo con dulzura:
-A veces debemos dejar que hablen nuestros cuerpos para que nos cuentes lo que realmente queremos. Y tú estás dejando hablar al tuyo y me está diciendo claramente lo que quieres. No voy a obligarte a nada, simplemente te estoy haciendo lo que me pides en silencio.
Su boca se posó sobre mi estómago y un gemido salió de mi garganta. Mi cuerpo temblaba ante sus caricias y sus dedos que parecían ser expertos sobre mi piel. Lentamente, me quedé desnuda como él bajo su mirada ardiente:
-Eres mejor de lo que pensaba; eres una mujer de verdad con la que me veo compartiendo más que una simple cama. Lo supe cuando te vi, cuando vi tus mejillas ruborizadas y tu sonrisa tan preciosa. Eres demasiado especial, demasiado buena y tengo la gran suerte de tenerte en mis brazos.
Me quedé muda porque no sabía qué contestarle, ¿De verdad iba a acostarme con Jordan? ¿Sentía algo más por él o era simplemente deseo?
Pero mi corazón latía muy aprisa cuando miraba su rostro. Mis manos fueron a parar a sus mejillas mientras que su mano jugueteaba con mi húmedo interior. Mis gemidos hacían eco en su boca mientras que su otra mano libre acariciaba mi cabello alborotado.
-Di mi nombre nena, quiero saber que eres consciente de lo que te estoy haciendo y de quién lo está haciendo.
Su mano se introdujo más en mi interior y me obligó a abrir más las piernas. su boca fue a parar a mi pecho mientras que mi respiración era más violenta y mi pudor se había largado junto con mi conciencia. Había tomado una decisión y no podía echarme atrás porque ni mi cuerpo ni mi mente me hacían caso:
-Jordan...ah...Jordan...
-Sí nena, soy yo...soy yo el que te está tocando....
Sin previo aviso, se deslizó completamente dentro de mí, sintiendo como mi cuerpo perdía su forma y se amoldaba al suyo. Las huellas de su piel iban marcando la mía y el olor que Robert dejó sobre mí, se disipó y fue sustituido por el de Jordan.
Una enorme ola de placer me asaltó de improviso, sujetándome al largo cabello de Jordan. Temía caerme a un abismo donde no salir jamás sintiendo como si miembro palpitaba violentamente contra el mío:
-Te deseo mi vida, te deseo...-Me dijo al oído, provocando que me derritiese en silencio,
Me aferré más a él, suspirando su nombre entre las sábanas de mi cama. No sabía que sería de mí a partir de ahora o qué camino iba a tomar, pero lo que era claro es que a Jordan nunca más lo miraría de la misma forma.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top