KAPITEL 43: NEUE MÖBEL
Un capítulo súper tierno que os sacará más de un suspiro,¡Que lo disfrutéis!
ALEXA
- ¡Colin ya para, parecemos dos críos de infantil! -Le grité mientras que él me tenía agarrada y rodábamos por la cama de muestra de aquella tienda de muebles. La gente que pasaba nos miraban entre extrañados y sorprendidos, pero yo sentía una gran vergüenza al ver lo mucho que llamábamos la atención.
Pero a Colin no le importaba nada de lo que ocurría, simplemente se dejaba llevar. Pero yo, a pesar de intentarlo, no podía. La enorme preocupación de aquellos mensajes me tenía el alma comida y la tranquilidad era un oasis inalcanzable en mi vida en estos momentos. A pesar de ello, Colin sabía que me ocurría algo, pero no preguntaba porque bien iba conociéndome y yo agradecía su paciencia. Esa paciencia se vio un tanto recompensada cuando decidí esta mañana contarle algo sobre mi llegada a Londres y el cómo conocí a Hanna. Él no preguntó nada, sino que simplemente se limitó a escuchar como si mis palabras fueran un fenómeno hermoso que apenas se daba y que debían de disfrutarse en silencio.
- ¡Oh vamos, tenemos que probar nuestra futura cama y ver que soporta nuestro peso! ¿No crees?
-Si seguimos así lo que nos va a pasar es que nos quedaremos sin nuestra "futura cama" porque nos echarán de aquí.
Tras varios refunfuños, Colin se puso de pie de un salto y yo le seguí admitiendo que había sido divertido ver cómo la gente nos miraba como dos aliens que han venido a la tierra a, simplemente, hacer el idiota. Tras elegir la cama que más nos gustó, nos fuimos a la sección de cocina porque, por petición de Colin, toda la vajilla iba a tirarla sin excepción de nada porque le asqueaba poner sus labios donde los había puesto su ex novia. Pero, ¿Qué había hecho esa mujer para que Colin le tuviera tal asco y odio?
No estaba en disposición de preguntar porque yo también ocultaba cosas, pero me podía más la intriga. Mientras que paseábamos por el apartado de los vasos y platos, miré a Colin y le lancé la pregunta:
- ¿Por qué dejaste a Sarah?
Él se quedó petrificado al escuchar mi pregunta y no era para menos; no solía inmiscuirme en la vida de nadie y menos de esa forma tan directa. Colin pareció destensarse ligeramente y comenzó a explicar:
-Digamos que fueron una serie de cosas, pero, básicamente, descubrí algo que no pude tolerar. Era una mentira que estuvo ocultando desde que comenzamos a salir juntos y eso era algo imperdonable para mí. Te contaré más en otro momento; no dudes que sabrás todo de mí-Me dijo con un tono amable.
El tema era espinoso para él, pero parecía que le hacía sentir mejor hablar conmigo. La promesa de que él me lo contaría todo de su vida me hizo sentir peor al pensar que yo no era capaz de hacer algo así. Esa era la razón principal por la que él y yo no éramos ni seríamos nunca una pareja, porque él no podía saber nada de mi pasado tan avergonzante y doloroso.
Tras elegir toda una vajilla completa con colores más bien fríos en contraposición los que teníamos en casa, fuimos al restaurante a comer para reponer fuerzas. El lugar al que me llevó Colin era genial, decorado con Katrinas de diferentes colores por doquier. El estilo de México podía respirarse en cada esquina al igual que su comida. El cosquilleo picante de sus especias me llegaba a la nariz como un leve cosquilleo y me provocaba que mi estómago se moviera como si tuviera una lavadora por estómago en vez de mi propia barriga.
Nos sentamos en una mesa que tenía un cartel de reservado. Estaba muy emocionada al venir a un sitio completamente nuevo; hacía mucho que no me daban una sorpresa y menos del tipo agradable.
-¿Qué va a pedir la gatita para calmar a su estómago tan sonoro?-Preguntó Colin con la carta en la mano.
Yo le lancé la servilleta en forma de protesta al llamarme así y tomé la carta libre que quedaba sobre la mesa. El menú era demasiado apetecible y estaba indecisa.
-Yo pediré nachos con pico de gallo y queso para compartir, ¿Te parece?
Asentí alegremente mientras seguía revisando la carta. Estaba claro que las enchiladas me estaban llamando y, desde luego iba a ser una de mis elecciones.
Conforme íbamos revisando las cartas, ambos nos poníamos de acuerdo con lo que pediríamos lo que hacía que la camarera que esperaba nuestro pedido nos sonriera divertida.
Tras tomarnos el pedido, ambos nos quedamos en silencio sin apartarnos la vista el uno del otro. Era el típico momento de película en la que el tiempo parecía detenerse y yo no sabía qué hacer o donde meterme. La mano de Colin se deslizó sobre la mía que se encontraba sobre la mesa. Intenté apartarla, pero sus dulces palabras hicieron que cediera:
-Soy muy feliz de estar contigo; eres una gran compañía, de hecho, te considero la mejor compañía para mí.
-Por favor Colin, no digas esas cosas...-Le dije bajando la vista hacia mi plato vacío pero su mano se quedó en su lugar, respondiéndome con el mismo tono amable:
-Eres una gran defensora de decir lo que uno piensa al igual que yo así que eso es lo que simplemente hago, ¿Para qué callarme?, solo conseguiré tenerte más lejos y que otro intente estar en el puesto privilegiado que estoy yo.
Comencé a reírme ante su mirada seductora y yo le contesté mordaz:
-¿Ah sí?¿Y qué posición privilegiada tienes tú?
-A parte de la que tenemos tu y yo en la cama, soy tu hombre especial.
-Digamos mi niño especial-Dije sin pensar, sintiendo como el frío se instalaba en mis brazos.
Mierda...lo había dicho...
Había dicho que Colin era especial para mí.
Ahora las bromas iban a ser terribles.
Al levantar la vista, me topé con un Colin risueño, pero no dijo nada al respecto, sino que me dio un ligero apretón en la mano antes de apartarla. Al instante, la camarera vino cargada con varias bandejas con nuestros pedidos y yo agradecí su intervención para olvidar un poco lo que había dicho momentos atrás.
La comida estaba transcurriendo apaciblemente, charlando como si nada hubiera pasado y planeando qué sección de la tienda de muebles miraríamos ahora. Mientras tanto, la amable camarera se nos acercó con una botella entre las manos y ambos la miramos extrañados, pero ella dijo:
-Una botellita de charanda para los enamorados, invita la casa.
Pero antes de poder decir nada, Colin agradeció a la chica el obsequio y yo simplemente, quería matarle.
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