KAPITEL 41: DER GESPRÄCH
ALEXA
La noticia de que Hanna deseaba hablar conmigo me pilló completamente de sorpresa. Y aunque deseaba ir de tiendas con Colin para comprar unos muebles menos pijos de los que habían, era cierto que por el cariño que le tenía a Hanna y lo bien que se portó conmigo cuando vine a Londres escapando de mi pasado, merecía que al menos la escuchara.
Todos cometemos errores y yo no era menos, por supuesto, por esa razón no podía juzgarla. Además, el tema de Adam siempre había sido espinoso para ella y la foto precisamente no me dejaba en un buen lugar.
Le mandé un escueto mensaje y le dije a Colin que iríamos al centro comercial cuando terminase de hablar con ella. Como no era demasiado tarde iríamos a comer fuera y ya pasaríamos el día en el centro comercial, es decir, era un día de relax que, para mi ventaja, no tenía camas de por medio.
Bueno, la tienda de muebles tenía camas, pero no podían usarse para esos fines...
Tras vestirme, miré la hora y decidí salir de casa para volver al apartamento donde había comenzado todo. Lo cierto era que, aunque estaba cómoda viviendo con Colin, echaba de menos la compañía de Hanna. Además, ese apartamento guardaba gratos recuerdos de mis inicios en Londres y eso era algo que necesitaba.
Pero la vida siempre son cambios y, tarde o temprano, íbamos a dejar de vivir juntas. Éramos dos mujeres con personalidades muy diferentes y, por mucho que lo evitásemos, las peleas eran algo que ocurriría de forma normal sin poder remediarlo.
Pero al menos estábamos abiertas al diálogo para arreglar las cosas.
El taxi me dejó puntual en la puerta de mi antiguo departamento viendo la tienda de tatuajes de Hanna que estaba cerrada, ¿La había cerrado por hablar conmigo?
Sabía que el dinero no era algo que tuviera en abundancia así que ese gesto de buena voluntad oprimió un poco mi corazón. Pero no era la única con la que tenía que hablar porque Adam también tendría su buena charla conmigo.
Además, hacía varios días que no veía a Doris, así que se merecía quedar para tomar algo y hablar de nuestras cosas. Ella había sido una buena amiga y una defensora de los ataques románticos y descarados de Adam a pesar de que ellos llevaban siendo amigos más tiempo.
Toqué la puerta con los nervios amenazantes y el pulso a mil por hora. A pesar de que siempre mostraba una gran sangre fría, el volver a donde se me vetó la entrada me daba una gran incomodidad.El rostro de Hanna apareció en el umbral de la puerta y, con lágrimas en los ojos, se abalanzó hacia mí para abrazarme con un enorme cariño.
Yo acepté su abrazo porque no podía ser cruel con aquella que había hecho tanto por mí a pesar de haber pasado la vergüenza de ser echada de mi propia casa. Pero el saber que fue ella la que donó su sangre en el momento que más la necesitaba y el tener que aguantar la presencia de Adam en el hospital, me hizo darme cuenta, gracias a Colin, que ella era una amiga de verdad que estaba profundamente arrepentida.
Cuando Hanna comenzó a tartamudear intentando disculparse, levanté la mano en modo de protesta y le dije con una media sonrisa:
- ¿Qué te parece si me invitas a una cerveza dentro de casa y me cuentas qué tal la semana? No merece la pena ahondar más en la mierda que estábamos enterradas tú y yo; ya me has demostrado que lo sientes y que te arrepientes, por lo que no necesito palabras para saberlo porque son los hechos lo que me importan.
Ella me dio otro abrazo antes de apartarse de la puerta para que yo pasara. Parecía que todo estaba como siempre entre ambas como si la pelea no hubiera sucedido. En cuanto al estado de la cocina parecía un poco desordenado, pero era comprensible ahora que vivía sola y tenía menos tiempo para la limpieza.
-Disculpa el desorden; han sido unos días un poco locos-Me dijo Hanna mientras rebuscaba unos refrescos en el frigorífico, ¿Le había ocurrido algo?
- ¿Alguna novedad?
Cuando ella vino a sentarse en el sofá con dos botellas de cristal, parecía que estaba más seria que antes. Tras acomodarse en su asiento le dio un sorbo a su botella y me dijo suspirando:
-He comenzado un tratamiento psicológico porque quiero poner orden a mi vida. El tema de Adam me está dificultando las cosas y quiero asentarme con alguien de una vez con todas. A pesar de las pintas rebeldes que tengo, deseo formar una familia y casarme. Y bueno, Robert es un alto candidato para ello porque somos muy compatibles y es el tío que realmente necesito en mi vida.
-O sea que se podría decir que vais en serio...
Hanna comenzó a sonreír como si hubiera acertado de lleno. Su cara de idiota enamorada la delataba y yo no pude evitar sentirme feliz por ella. Ya era hora de que Hanna viviera feliz porque lo merecía y por lo que veía en ella aquel tipo era el indicado.
-Parece ser que encontraste a tu príncipe tatuado-Le dije.
- ¡Oh es mejor que un príncipe de cuento!¡Tiene mucho más estilo!
Ambas comenzamos a reírnos de nuestras idioteces como hacíamos cuando vivíamos juntas. Tenía la sensación de que Hanna había madurado mucho en muy poco tiempo al aceptar su problema e intentar ponerle remedio.
Pasamos un rato agradable hablando de aquel tipo que parecía haber calado en ella. No mencionó el nombre de Adam ni una sola vez, lo que me demostraba que iba por el buen camino.
Decidimos que durante la semana quedaríamos juntas con Robert y Colin para conocernos mejor porque yo era como una hermana mayor que quiere verificar la clase de tio con el que está su hermanita. Aunque lo había visto alguna vez cuando salieron, no había hablado directamente con él así que era necesario testearlo para evitar que Hanna tuviera otro fracaso sentimental.
Tras despedirme de ella, salí a la calle donde el taxi me esperaba. Era hora de ir de tiendas con Colin y poner en orden también su vida. Al menos, cuando me fuera del departamento, quería que él sintiera que estaba en su propia casa. Era lo justo cuando él me había ayudado tanto.
Pero, aunque me fuera de su departamento, no iba a romper la amistad que teníamos, pero sí evitaría el contacto físico que estaba teniendo últimamente con él. Si permanecía más tiempo bajo su techo, comenzaría a encariñarme con él aún más y lo que era peor, me acostumbraría a la vida compartida en su compañía.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top