KAPITEL 4: VERDäCHTIGUNGEN UND GEHEIMNISSE
COLIN
Tras mi desastrosa clase llena de gritos, despotricando contra mi guitarra como si fuera el instrumento del demonio y yo fuera un imbécil sin criterio ni gusto musical.
las palabras duras de mis padres resonaban con fuerza durante esas dos horas y media de clase que había padecido, pero ya había acabado el día para mi gran suerte. Ahora tocaba sorprender a Sarah y proponerle que se casara conmigo. Al ver la hora, supuse que ella ya había vuelto a casa porque, prácticamente era la hora de cenar.
Al girar la llave y entrar al salón, no escuché el rumor del agua de la ducha o el sonido de algo que me indicara que ella estaba en casa. Miré mi teléfono para comprobar si ella me había avisado que se demoraría, pero no; la bandeja de mensajes y llamadas perdidas estaba vacía.
La llamé varias veces, pero saltaba el buzón del contestador, haciendo que me preocupara aún más. Decidí que mientras tanto, iba a prepararme para la cena y así, en cuanto ella viniera, la sorprendiera.
Me duché y me vestí en tan solo 20 minutos, sentándome en el sofá del salón frotándome las manos de puro nerviosismo, pero Sarah no venía.
Tomé de nuevo el teléfono, pero seguía sin dar señales de vida, haciendo que mi preocupación ascendiera aún más, ¿Y si le había pasado algo?
Recordé que ella había quedado con su amiga Cinthia así que tomé el teléfono para llamarla y preguntarle si había ocurrido algo y por eso se demoraba. No tardó en contestar, provocando que un suspiro saliera de mi boca:
- ¿Colin? ¿Ocurre algo? -Me preguntó Cinthia con sorpresa.
-No exactamente, es solo que estoy esperando a Sarah desde hace un buen rato en casa y, técnicamente debería haber vuelto antes de que yo regresara de mis clases de guitarra.
-Ah pues...no sé; no la veo últimamente la verdad...
¿Cómo que no la veía últimamente? ¿Cómo era posible?
- ¿Cómo que no la ves? ¿No ha quedado contigo hoy?
-Eso es imposible Colin; Sarah lleva dándome largas varios meses porque dice que anda muy ocupada con su trabajo porque le aumentaron las horas.
-Eso no es verdad; trabajamos las mismas horas de siempre-Le dije con el corazón acelerado.
Un silencio extraño se instaló en la línea, ¿Qué me estaba ocultando Sarah? ¿Con quién había ido?
https://youtu.be/ntgzPM7vhYM
Cinthia carraspeó incómoda y continuó hablando:
-No sé Colin, está muy evasiva conmigo como si le hubiera pasado algo. Quizás deberías hablar con ella o algo porque...no parece ella misma-Dijo con un tono preocupado.
-Tienes razón Cinthia, eso es justo lo que haré. Por favor si sabes algo de ella, llámame sin importar la hora que sea.
-De acuerdo, igualmente. Buenas noches-Y me colgó.
Me hundí aún más en el sofá con la mirada perdida en el reloj de pared. Sentía como si estos últimos meses hubieran sido una mentira. Recapitulé los acontecimientos de meses atrás, dándome cuenta que Sarah y yo cada vez discutíamos más y cada vez por mayores tonterías. Era como si viviera en un perpetuo estado de nerviosismo e incomodidad y yo la molestara. Apenas teníamos intimidad; me rechazaba y esquivaba como si yo no valiera nada a sus ojos. Ya no me miraba igual y ahora me daba cuenta.
Pero esta noche la pondría a prueba una vez más. Intentaría hacer como si no supiera nada e intentaría cortejarla como al principio de nuestra relación. Necesitaba ver las evidencias y encontrar el posible motivo por el que Sarah había cambiado y se estaba alejando no solo de mí sino también de sus amistades.
Comencé a escuchar el traqueteo de unas llaves, por lo que me froté la cara, me desabroché ligeramente la camisa y me acosté de forma provocativa en el sofá. La cara de Sarah cambió al verme en el salón mirándola como si yo fuera un tigre hambriento. No vi el mismo brillo que reflejaban mis ojos al verla, pero intenté que mi decepción quedara eclipsada en mi interior:
- ¿Colin? ¿Qué haces vestido así?
-Te esperaba, preciosa. He decidido sorprenderte con una velada romántica tu y yo solos, ¿Qué te parece?
Sarah comenzó a frotarse los brazos como si la pregunta le hiciera sentir incómoda. Me sonrió con unos labios fruncidos en una mueca extraña y me dijo con voz temblorosa:
-Ehm...es que ando muy cansada últimamente y no puedo,Colin; necesito descansar.
-No hay problema, preciosa; te prepararé un baño, te daré un buen masaje y...te haré sentir especial-Le dije poniéndome de pie y caminando hacia ella con una mirada de puro deseo.
Ella comenzó a dar pasos hacia atrás intentando huir de mí, pero mis brazos se cerraron a su alrededor con su rostro muy cerca del mío. No parecía estar feliz pero no iba a rendirme. Dispuse mis labios sobre los suyos, introduciendo la lengua en su boca, lo que la hizo revolverse y escaparse de mi abrazo.
- ¿Se puede saber qué te pasa, Colin? ¿Es que no entiendes que estoy cansada? -Me gritó molesta.
- ¿Es que te cansa que te dé amor, Sarah? -Le pregunté molesto.
- ¡No es eso, es que tú quieres que luego nos acostemos juntos y estoy cansada!
-Quiero intimidad contigo, Sarah y eso abarca más cosas aparte del sexo. Parece mentira que, después de tanto tiempo y conocernos bien me digas que no tengo consideración contigo, pues eso es precisamente lo que me sobra. No sé qué mierdas te pasa últimamente, pero creo que merezco saberlo, sea lo que sea.
Sarah puso una cara extrañada como si el loco o paranoico fuera yo, pero sabía bien de qué hablaba.. Jugué mi última carta con todo el dolor de mi corazón:
- ¿Qué tal la comida con Cinthia?, veo que se alargó mucho-Le dije intentando restarle importancia a mi voz para disimular mi enfado. Sarah pareció relajarse y me sonrió:
-Pues sí, es que esta Cinthia habla por los codos. Pero bueno, he vuelto a quedar con ella para esta semana, pero aún no hemos hablado el día así que...ya te diré que día me ausento.
Tras recibir aquel dardo en el corazón, supe que había perdido a mi novia. Las razones parecían apuntar que simplemente ya no me deseaba como antes así que, poco podía hacer para cambiar aquello. Pero lo que estaba claro es que averiguaría la razón.
Asentí en silencio y me levanté del sofá para irme al dormitorio. Metí las manos en mis bolsillos notando la caja con el anillo de compromiso, intentando que la furia se quedara dentro de mí para evitar aún más confrontaciones.
Al llegar a la cama, me quité la ropa y me deslicé entre las mantas antes de que Sarah llegara. Cerré los ojos pidiendo por favor que el sueño me hiciera caer rendido antes de que ella comenzara una conversación conmigo y así fue; el sueño me invadió tras notar como el peso de Sarah se hundía en el colchón a mi lado con un suspiro.
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