KAPITEL 38: WAHRHEITEN ANZEIGEN
Hanna en la foto(L)
HANNA
Había comenzado mi terapia y no podía ser más feliz. Robert y yo habíamos formalizado nuestra relación por fin aunque no hubo "momento cama", estábamos cerca de ello. Íbamos despacio como bien necesitaba y me había recomendado la terapeuta. Robert era realmente comprensivo y, por supuesto le conté lo de Adam y mis sentimientos hacia él. Al principio pareció tomárselo con gran molestia pero en seguida entendió que estaba esforzándome por olvidarle de una vez por todas.
Habían pasado varios días y ya estaba preparada para ir a hablar con Alexa y aclarar las cosas. Ante todo era mi mejor amiga, así que no podía estar más tiempo alejada de ella.
Tomé el teléfono para poder localizarla pero no me contestó así que pensé que quizás estaba ocupada con algo. Aun me quedaban unas horas para que Robert viniera a por mí para que saliéramos a cenar, así que decidí salir de tiendas para poder mirar nueva ropa y así impresionarle.
Tomé el bolso y salí por la puerta con una enorme felicidad. Parecía que de un momento a otro iba a convertirme en el mismísimo sol pero lo que más me llenaba el pecho era el orgullo que sentía al ver que poco a poco era capaz de encaminar mi vida.
Al no cogerme el teléfono, llamé a Colin. Su número lo tenía porque, al enterarme que vivían juntos, le pedí el teléfono por si no podía dar con Alexa. Él al principio parecía acérrimo en dármelo, por lo que pensé que quizás Alexa le contó algo acerca de lo que había pasado entre nosotras.
Al menos parecía que él si me lo cogió:
-¿Sí?
-Hola Colin soy Hanna la amiga de Alexa. Me preguntaba si ella estaba en casa porque la he llamado para hablar con ella y no me lo ha cogido.
Un silencio incómodo se instaló en la línea y unas vibraciones extrañas me hicieron sentir un escalofrío,¿Había pasado algo?
-Quizás esté durmiendo, la herida la ha debilitado mucho pero no te preocupes, le diré que llamaste.
-Te lo agradezco mucho, tengo que hablar con ella cuanto antes-Le dije con voz preocupada e interesada.
-Lo entiendo, no te preocupes; se lo diré.
Tras despedirme se me quedó un sabor agridulce,¿De seguro no había sucedido nada?¿Y por qué estaba tan intranquila?
COLIN
Mientras que volvía al apartamento, una llamada me sobresaltó. Al ver que era un número desconocido, fruncí el ceño y casi me negué a responder. Pero debido a las circunstancias que me rodeaban, cogí el teléfono por si era algo importante y una voz femenina me saludó.
Era Hanna, la amiga de Alexa, que me pedía por favor poder contactar con ella para hablar. De seguro, quería hacer las paces con ella pero Alexa no tenía pinta de ser de las que perdonaban así como así.
Tras terminar la conversación, miré al edificio dándomecuenta que ya había llegado a casa. Mi cabeza iba a cien por hora pensando encómo elegir las palabras adecuadas para contarle a Alexa acerca de Sarah. Pero ellamerecía saberlo aunque fuera una parte de la información.
Al llegar al salón, me llegaron a los oídos unos gemidos de dolor y una respiración agitada como si Alexa estuviera teniendo un ataque. Al llegar al umbral de la habitación y verla con el teléfono en la mano tratando de respirar, me abalancé sobre ella para tomarle el rostro entre mis manos:
-¡Alexa, respira!¡Respira!
Ella hacía todo el esfuerzo pero no podía hablar. Yo estaba aterrado sin saber cómo calmarla, así que lo que me se me ocurrió fue sentarla en mi regazo y acariciar su cabello. Comencé a susurrarle palabras amorosas mientras que con la otra mano sujetaba la suya.
Poco a poco la respiración se hizo regular, comprobando que ella había caido dormida. Una máscara de alivio se colocó en mi cara y una enorme alerta apareció en mi mente,¿La estaban amenazando?¿Había recibido un mensaje?
Pero no podía rebuscar en su teléfono porque cualquier información que viese me inculparía y ella sabría que lo había mirado, así que decidí ser paciente como me recomendó Jordan.
Al mirar la hora, decidí comenzar a hacer la cena para que,cuando Alexa despertase, pudiéramos cenar juntos. Entre el ataque y la herida estaba seguro que su estado físico era aun más débil, así que debía de cuidarla mucho más que antes.
Tras unos treinta minutos, me salió un estupendo salteado chino que de seguro animaría a Alexa. Cuando me giré para ir a por ella, su silueta estaba mirándome de pie en el marco de la puerta. La miré aliviado al ver que parecía encontrarse mejor:
-Veo que estás mejor; menudo susto me diste,gatita.
-Disculpa, tuve un ataque de asma-Me dijo con una sonrisa tranquilizadora, pero yo bien sabía que no era cierto.
Ella se sentó en la mesa como si nada hubiera pasado y yo serví los platos. Intentaba fingir lo máximo posible pero me reventaba por dentro el ver como ella me mentía con tal naturalidad. Pero ella tenía práctica porque llevaba ocultando una parte de su vida al resto de las personas que la conocían, por lo que la mentira se convirtió en su don natural.
Al mirar ligeramente su plato, Alexa levantó la vista y me dijo con un tono sarcástico:
-Veo que el paliducho sabe cocinar,¿O lo pediste del restaurante que hay cerca de aquí?
-Me halaga que pienses que es de un restaurante, gatita; veo que te impresioné.
Alexa suspiró pesadamente y me dijo un poco más seria:
-Colin, no me llames así porque no soy ni tu gatita ni la de nadie, así que para ya. Hemos echado varios polvos que han estado realmente bien pero ya está. Somos ante todo compañeros de piso y amigos pero nada más.
Pero mientras decía eso no le creía una sola palabra porque en su mirada se reflejaba una enorme tristeza. Ella se alejaba de mí por voluntad propia pero movida por la carga de su pasado y porque seguramente el tema de las amenazas le pesa mucho en las espaldas.
Me acerqué lentamente a ella, quedando mi rostro a la altura del suyo. Su rostro estaba pálido ante mi cercanía, pero no iba a dejarla marchar así como así:
-Sé bien que eso que dices es mentira. No sé por qué huyes de mí pero quiero que sepas que cualquier carga compartida pesa menos y te liberará. No te digo que me lo cuentes todo si no lo quieres hacer pero al menos que te sinceres con aquello que te haga daño y te impida llevar una vida normal. Sé que esto lo quieres y lo necesitas tanto como yo, así que déjate querer sin pensar en las consecuencias.
Ella apartó la vista para que no pudiera ver sus ojos que se habían cristalizado en lágrimas pero le tomé el mentón con mis dedos y le dije con suavidad:
-Además, he cumplido mi promesa y he averiguado quién te ha hecho daño. Y te puedo asegurar que lo va a pagar realmente caro.
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