KAPITEL 16: EIN VORSCHLAG
Maratón día 1 (1/2)
ALEXA
Habían pasado unas cuantas horas desde que hablamos lo del tema del concurso. La noche no me hizo cerrar bien los ojos por el tema de los nervios y los mensajes nada tranquilizadores que había recibido. Pero lo extraño era que aparentemente me habían dejado tranquila, al menos por el momento. Estaba en el estudio sola porque Adam y Doris habían decidido colgar el cartel de día libre al menos por hoy para celebrar lo del concurso y empezar a componer en sus respectivas casas. Yo, por el contrario, cumplí con mi obligación asistiendo a mi puesto de trabajo esperando a mis alumnos.
La campanita de la entrada me hizo mirar el reloj dándome cuenta que era la hora en la que Colin siempre venía a ensayar. Su rostro apareció en el umbral de la puerta con unas ojeras típicas de no haber dormido nada. Era curioso porque no era el único al que le pasaba. Decidí ser un poco menos mordaz y dejar paso a la poca amabilidad que tenía en mi cuerpo, al fin y al cabo, Colin parecía no estar en sus mejores días:
-Eh,¿Una noche movidita?-Le pregunté con una media sonrisa simpática que él no pareció notar porque miraba solo y exclusivamente al suelo.
- ¡Eh Colin, sé que no soy una belleza, pero mi cara no está ahí!
Pero por mucho que le dijera, él seguía enfrascado en un mundo inaccesible para mí. Sus ojeras eran un tanto púrpuras y su piel blanca era casi traslúcida: parecía sentirse enfermo.
Se apoyó en la pared como si la debilidad se apoderase de sus piernas. corrí a su lado y puse su brazo alrededor de mi cuello para ayudarlo a andar y sentarse en el amplificador de mi guitarra. Estaba realmente preocupada por él: parecía realmente afectado por algo.
Cuando lo senté, él tiró de mi brazo cayendo directamente sobre él. Me rodeó con sus brazos buscando consuelo, pero yo no era la mejor persona para consolar a nadie. Pero lo hice lo mejor que pude y lo rodeé con mis brazos con el mayor cariño y cuidado posible.
-Colin, dime que te ocurre. No voy a juzgarte porque no es justo que alguien como yo lo haga.
Colin sacó su cabeza de mi cuello y me miró con sus enormes ojos grisáceos. Vi toda la pena y tristeza del mundo y me sentí como en el pasado cuando estaba sola y nadie creía en mí.
Su voz era demasiado tenue, pero por la cercanía que teníamos podía escucharlo.
-Me han engañado, me han mentido y he creído algo durante años que no era cierto. Y ahora debo enfrentarme a la verdad y encajarla.
Sabía bien a lo que se refería y sentí una gran pena por él. No sabía cómo consolarlo, solo podía ofrecerle lo que hacía cuando la pena me llenaba por completo: hacer música.
Me levanté de donde estaba sentada y tomé mi guitarra apoyada sobre la pared. Miré a Colin desafiante con una sonrisa de triunfo en mis labios y le dije fingiendo pavonearme delante de él:
- ¡Eh tu flojo!¡Enséñame lo que tienes si no quiere que te destroce!
La cara de sorpresa de Colin era un poema y cuando pensé que iba a mandarme a la mierda, comenzó a reírse con fuerza hasta casi caer al suelo. Cuando terminó de llorar de la risa, su rostro no mostraba ni una migaja de pena sino de reto y de fuerza y eso me encantaba. Tomó su guitarra y se puso de pie a mi lado:
-Veremos si el que te pateará el culo no voy a ser yo.
Comencé a reírme con fuerza sin importar si había alguien fuera de la sala y le dije tras sacarle el dedo:
-Eso ya lo veremos, paliducho.
La cara de sorpresa de Colin era un poema y cuando pensé que iba a mandarme a la mierda, comenzó a reírse con fuerza hasta casi caer al suelo. Cuando terminó de llorar de la risa, su rostro no mostraba ni una migaja de pena sino de reto y de fuerza y eso me encantaba. Tomó su guitarra y se puso de pie a mi lado:
-Veremos si el que te pateará el culo no voy a ser yo.
Comencé a reírme con fuerza sin importar si había alguien fuera de la sala y le dije tras sacarle el dedo:
-Eso ya lo veremos, paliducho.
El rugido de nuestras guitarras comenzó a inundar el lugar prendiéndolo de la magia curativa de la música. Era tan liberador y estimulante que ambos comenzamos a movernos danzando como dos dementes que lo único que les une a la cordura eran esas cuerdas afiladas. Reíamos y gritábamos, nos liberábamos de la carga, pero entonces la magia hizo un mayor efecto cuando ese cabrón de pelo largo comenzó a cantar algo que había improvisado y me quedé estupefacta.
https://youtu.be/bAcI7gLxLrM
Cada vez que me miro al espejo
Todas esas líneas en mi cara
Haciéndose más claras
El pasado se ha ido
Pasó como el amanecer al anochecer
No es ese el camino
Todo el mundo tiene sus deudas
Que pagar en la vida
Si, se que nadie lo sabe
De donde viene y a donde va
Se que es el pecado de todos
Tienes que perder para aprender a ganar
La mitad de mi vida está escrita
En las páginas de los libros vivir
Y aprender de los tontos y de los sabios
Sabes que es cierto
Todas las cosas se vuelven contra ti
Canta conmigo, canta por los años
Canta por las risas y por las lágrimas
Canta conmigo, aunque sólo sea hoy
Quizás mañana el buen Señor te lleve
Sigue soñando
Sueña un sueño hecho realidad
Sigue soñando
Sueña hasta que tu sueño
Se haga realidad
Sigue soñando.
Nunca una canción había definido mejor lo que hacíamos ni cómo nos sentíamos. Era el himno de su vida y la mía, unas vidas un tanto malditas y dolorosas que extrañamente se parecían y complementaban. Esa conexión provocada por la pena compartida y convertida en inspiración me hizo darme cuenta aún más del talento de Colin. Él debía pertenecer al grupo que habíamos formado Doris,Adam y yo; merecía tener la oportunidad de grabar un disco y darse a conocer porque él merecía la pena. No sabía el tipo de engaño que había sufrido Colin pero de lo que estaba orgullosa era de la obra de arte que había creado canalizando era ira.
Al fin y al cabo, el que la había provocado lo único que se llevaría sería un destino cruel cuyo ejecutor es el sabio tiempo.
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