KAPITEL 11: VERRÜCKT CRUELES

Colin en la foto(L)

COLIN

Cuando me desperté en la mañana, un olor a gofres me hizo darme cuenta de la presencia de Sarah en casa. Cuando salí a la cocina, la vi con un rostro radiante y una gran sonrisa.

Cuando se giró en mi dirección corrió hasta mí y me dio un gran abrazo. Su beso parecía ser como los que me daba siempre y yo como un débil idiota, sucumbí a sus encantos agarrándola por la cintura y pegándola contra mí.

Sarah parecía que había vuelto a ser la misma de siempre y una esperanza vacía se instaló en mi corazón destrozado por los celos. Pero dejé de pensar y la tomé en brazos para llevarla al dormitorio.

La necesitaba; era una necesidad que sentía desde hacía mucho tiempo. Era como una forma de despedirme de ella ante la posibilidad de que ella hubiera tomado la decisión de irse con otra persona a mis espaldas.

No quería calma, quería descargar mi frustración sobre ella y sobre éste momento. No deslicé su ropa por aquel cuerpo que había venerado durante años sino que se la arranqué sin miramientos y sin pesar en nada más.

No quería caricias ni besos tiernos; quería castigarla y sobretodo, castigarme a mí por todavía amarla aunque ella no lo mereciese.

Me introduje en su interior con mi mente llena de recuerdos felices; recuerdos compartidos durante mucho tiempo con la que consideré mi compañera de vida y futura esposa.

El anillo que compré aún descansaba en el cajón de mi mesilla. Su inscripción ya no tenía tanto significado como antes ya que parecía todo ser mentira.

La usé, usé a la mujer que amo porque ella me ha usado a mí para desfogar sus instintos. Ella no se dio cuenta de mi frialdad lo que me indicaba que estaba en lo cierto.

Todo parecía haber sido dicho entre aquellos gemidos carentes de cariño y llenos de rencor. No necesitaba obtener nada más de ella que no fuera la verdad de lo que me ocultaba.

Aprovechando ese momento de pasión compartido, puse en marcha el plan que Jordan y yo maquinamos para acabar con todo de una vez por todas.

Cuando le propuse a Sarah ir a cenar juntos esta noche, su sonrisa habitual enmarcó su rostro e intenté mostrarme feliz por aceptar. Pero por dentro...yo me sentía como un segundo plato que nadie quería.

Era la hora de irnos a trabajar y por primera vez en mucho tiempo. Fuimos juntos como la pareja consolidad que solíamos ser. Pero todo había cambiado tanto a pesar de lo que aparentábamos, pero al menos sabía fingir lo suficientemente bien como para que Sarah no sospechara. Tras despedirse de mí, ella se fue a su clase y yo a la mía.

Mientras que explicaba a mi clase la lección de hoy, miraba una y otra vez el reloj de pared deseando que llegara la hora de irme. Cuanto más pasara el tiempo, menos me quedaría para ir a mi clase diaria de guitarra donde era plenamente feliz.

Necesitaba una buena dosis de música para poder enfrentar la cena de esta noche, porque yo no estaba hecho para mentir y temía que el plan se fuera al traste.


ALEXA

Si dijera que dormí como un bebé sería la mayor mentirosa que la tierra había parido. Entre los vómitos producidos por la resaca que padecí por culpa de la botella de vino que me tomé en soledad y los mensajes que había recibido, el sueño se empeñó en abandonarme durante casi toda la noche.

Pero una alegre Hanna parecía haberse levantado pronto de buen humor, porque me había dejado una bandeja de desayuno en la cocina con un post-it en forma de corazón deseándome un buen día y un buen desayuno humeante.

Aunque tenía hambre, una sensación de angustia que se instaló desde la pasada noche, amenazaba con destruirme lentamente. Pero yo siempre había sido una mujer fuerte, un pequeño fénix como decía mi hermano.

"Resurjo de mis cenizas y convierto a quien ose hacerme daño en cenizas", era la mejor definición que me había dado Alex. Realmente me hacía falta ese desgraciado con el carácter más controlado que había conocido jamás. A pesar de ser tan diferentes, él era el que mejor me entendía y el que me brindó su mayor apoyo. Cuando el escándalo respecto a mi supuesta relación con el productor musical salió a la luz, pensé que mis padres me llamarían e interesarían por mí ya que estaba sola en el mundo, pero eso era mucho pedir. Ellos se desentendieron completamente de mí y de Alex en el momento que nos fuimos de casa para comenzar la vida que él y yo queríamos.


Las cosas se pusieron peor cuando la mujer de aquel productor se enteró de todo el escándalo. Esa mujer me había dado la oportunidad de poder grabar un disco con su marido; sin ella no hubiera conseguido la fama que tuve en el pasado así que el grado de culpabilidad que sentí en ese momento fue bestial a pesar de que no había hecho nada.

A pesar de ser menor de edad, la justicia no hizo nada porque aquel tipo era poderoso y yo una vulgar niñata que se quería cepillar al productor a cambio de fama. La justicia no hizo nada y no creyeron mi versión.

La gran realidad es que fui violada por ese desgraciado tras negarme a la propuesta de grabar un disco a cambio de favores sexuales. Aquel hombre, no contento con dejarme a las puertas de cumplir mi sueño, me violó sin compasión una noche que me mandó un mensaje diciéndome que había cambiado de opinión y que comenzaríamos a grabar el disco.

Cuando llegué al lugar y lo vi todo a oscuras excepto el estudio lo empecé a ver sospechoso. No había nadie pero él prometió que no tardarían en llegar.

Pero no salí de allí hasta que él quiso...

Y no volví a ser la misma...


Dejé de creer que los sueños eran de algodón, que eran suaves y dulces. Que todo lo que me proponía lo podía lograr si me empeñaba en ello. Dejé de ver el lado bueno de las cosas y me sumergí de lleno en mi pena sin posibilidad de poder contar con un hombro sobre el que llorar.

Cuando por fin reuní fuerzas tras soportar dos años de vejaciones y malas lenguas, decidí marcharme de mi ciudad natal para poder comenzar a vivir fuera de las cámaras. Al menos hasta ahora lo había conseguido, pero ese mensaje me indicó que el pasado tiene las piernas más largas que yo.

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