New Zeland

Luego de casi diez horas dentro del avión, arribaron cerca de las tres de la tarde. El aeropuerto de Auckland era concurrido pero nada exagerado como el de Corea.

Ambos, tomados de la mano y a punto de enfrentar la parte mas dificil del viaje -salir del lugar sin ser reconocidos- trataron de tomar sus valijas lo mas pronto posible para caminar rapidamente y tomar un taxi.

Los dos se encontraban casi trotando por el lugar hasta que una melodia hizo que Jennie se detuviera en seco y lo mirara divertida.

- ¿Por qué te detienes? -se preocupó.

- ¿No la escuchas?

Yoongi frunció el ceño pero agudizó su oido y pudo reconocer su melodía de inmediato.

- Dollar, dollar~ -comenzó a cantar Jennie mientras tomaba la delantera y arrastraba a su novio.

La castaña, aunque un poco asustada, se puso increiblemente feliz por el hecho de que el grupo de su novio estuviera recibiendo la atencion que merecian.

Yoongi la escuchó tararear y cantar la letra de su cancion y rió sin poder evitarlo.

Al menos de esa forma trataba de distraerse y no pensar en los nervios por tener en frente a su suegro en cuestion de minutos.

Jennie fue cantando la cancion durante todo el recorrido, siendo su mano apresada por la del mayor, de manera fuerte y segura.

Los dos salieron del aeropuerto rápidamente sin levantar sospechas y se dirigieron hacia la parada de taxis.

Tomaron uno y aun cubiertos, Jennie indico la direccion de su casa con su acento ingles, ganando un beso en la sien por parte de su novio.

Jennie apretó su mano al sentir sus labios un poco temblorosos y le dedico una tierna mirada. El muchacho notó la inmensa felicidad que su chica proyectaba al pensar en volver a ver a sus padres asique se mentalizó en hacer lo mejor posible por ella.

El camino fue un poco lento pero para nada aburrido. Es decir, era la primera vez de Yoongi en el país asique queria disfrutar esas hermosas vistas.

La ciudad tenia los tipicos razgos de una metrópolis desarrollada pero a su vez conservaba el encanto isleño que de seguro era fuente segura de ingresos.

La ciudad era preciosa y se notaba bien poblada. Mientras observaba por el auto con la boca algo abierta, Jennie mordió su labio ansiosa. No podía esperar para ver a sus padres juntos como antes.

Esta vez iría con su novio y esperaba que su papa y Yoongi se llevaran bien.

- Ya estamos a punto de llegar, Yoonie.

El nombrado tragó duro y sintio sus manos resbalosas por el sudor y los nervios.

Debia calmarse.

¿Que tan malo podría ser?

🇦🇺

Jennie tocó el timbre de su, casi mansion, lo unico que faltaba en la entrada de esa casa era una escultura griega con cascada y Yoongi ya podría dejar de sorprenderse.

Observo maravillado la entrada y el exterior de aquella enorme casa con vista al mar. Era preciosa, blanca, enfundada con varias piedras que parecian locales, rodeada de palmeras y ¿por qué no volver a decirlo? Gigante.

A simple vista parecia una casa de vecindario rico con tres pisos y una vista preciosa pero eso era solo por fuera.

Unos segundos despues de tocar, vieron la puerta abrirse y una silueta conocida los recibio con abrazos y sonrisas.

- ¡Jennie, Yoongi, estan aquí! -la madre de la chica abrazó a su hija de forma rapida y paso literalmente por encima para abrazar con mas fuerza al muchacho.

Ella rodó los ojos algo celosa.

- ¿Como estuvo tu vuelo, Yoongi? ¿Te has alimentado bien?

- Si mamá, estoy bien.

- No seas celosa. -la regaño. -Es la primera vez que Yoongi viene y no podemos ni pondremos verlo con frecuencia luego.

La chica dejó a su novio con su madre en la entrada y se adentró con emocion, buscando a su papá.

- ¿Y papá?

- En el patio esperandolos. Esta muy ansioso.

- ¿En serio?

La madre asintió. -Dijo que no iría a la clinica de no ser una urgencia y que se tomaría unos dias.

Jennie sonrió en grande al recordar a su papá. La señora Kim los vio con su equipaje, mientras Yoongi observaba la casa anonadado y buscaba apoyo de parte de su novia.

-¿Por qué no van a dejar las cosas en sus habitaciones y luego bajan? Yoongi, te preparé la habitacion de huespedes ¿esta bien asi?

- Claro, muchas gracias. -dijo nervioso.

-No de que, cariño. Ahora vayan a dejar sus maletas.

La pareja subió las largas escaleras y a cada paso que el peliceleste daba, se sorprendía mas. Esa casa era un sueño.

- Te toco el mejor cuarto. -dijo ella caminando por el pasillo.

- ¿Ah si?

- Tiene vista al patio.

Ella lo llevo hasta el cuarto y Yoongi pudo compararlo con el de un hotel cinco estrellas. Esa familia cagaba el dinero.

Dejó sus pertenencias cerca de la cama y se acercó al balcon de su cuarto. Fue acariciado por las suaves cortinas y visualizo unas verdes y perfectas palmeras justo en frente, en el medio del cesped.

Detras, el mar. Su cabello celeste no podía compararse, aquel paisaje era hermoso y deseo guardarlo en su memoria lo maximo posible.

Sintió a la chica abrazarlo por detras y besar su mejilla.

- Vamos, debes conocer a papá.

Jennie cruzo el pasillo y abrió la puerta blanca con el detalle pequeñas flores rosadas, justo en frente.

Dejó su valija y antes de que Yoongi pudiera ver, salió rapido y cerro la puerta detras de ella.

- La veras despues, lo prometo. -guiño el ojo.

Lo tomo de la muñeca y bajando las escaleras de dos en dos, salió corriendo hasta la enorme puerta-ventanal que había en el comedor.

Ambos salieron y respiraron el aire puro de mar y entre cerraron sus ojos debido a la explosión verde que sus ojos captaron. Todo alli era verde, muy cuidado y de color chillon, todo un sueño.

Yoongi y Jennie caminaron juntos hasta llegar a una enorme psicina. Si el chico se habia impresionado antes ahora lo estaba el doble porque...

Al final la escultura y la cascada la tenian junto a la psicina, siendo cubierta por una enredadera y flores de madre selva.

Jennie vio a su padre, descando en una silla junto a la piscina con un trago al lado, en una mesita de cristal.

Las manos de los dos temblaron y la voz de Jennie se cortó.

- Pa-papá. -llamó tartamudeando.

El hombre se dio vuelta y abrió los ojos en grande.

- Jennie...

Se paró como un rayo y a los pocos segundos ya se encontraba abrazando a su hija. Rodeandola con grandes brazos y cubriendo casi todo su cuerpo.

- Has vuelto, princesa.

Yoongi sintió la tristeza en su voz y su corazón se encogió un poco, Jennie era su princesa. Habia descubierto que para su padre, tambien lo era y debía de sentirse horrible amar tanto a alguien de esa forma y tenerla tan lejos.

Se separaron con Jennie siendo un rio de lagrimas y su padre pudo ver un joven muchacho, usando una gorra negra con dos anillos en la vicera y el resto de su ropa era del mismo calor.

Jennie limpió sus lagrimas y se separó para ponerse a su lado.

- Papá, el es Yoongi... mi novio.

El padre de Jen lo vio un minuto entero, lo analizó de pies a cabeza con la mirada dura y posando sus ojos en ese extravagante cabello y sus manos entrelazadas con las de su pequeña.

Luego de verlo un rato, habló.

- Muchacho, ¿no tienes calor?

Yoongi boqueo al escucharlo hablar en coreano pues, todos allí estaban hablando ingles y se sentia un poco fuera de lugar.

Pero se recompuso y se inclino haciendo una reverencia respetuosa.

- Mi nombre es Min Yoongi, señor. Y no, no tengo calor.

Jennie rió un poquito y su papa la vio.

- ¿En serio no tiene calor?

- No, papi.

- Bien, soy Kim Michael, el padre de Jennie. Un gusto, Yoongi-ssi.

Estiró su mano en señal de saludo y el menor la acepto en seguida.

- El gusto es mio.

- Dime, Yoongi. ¿Te gusta la langosta?

🇦🇺

De acuerdo, las cosas no estaban resultando como planeaba. Jennie quiso literalmente correr a su cuarto y encerrarse cuando sus padres tomaron confianza con su novio y comenzaron a contarle anécdotas vergonzosas de su infancia.

Su padre y Yoongi habian congeniado extrañamente bien. Ambos compartían el mismo tipo de personalidad reservada pero una vez que los conocias... el resto es historia repetida.

Ambos tomaban una cerveza neolandeza mientras esperaban la langosta y escuchaban a su madre contar historias del pasado de la menor.

- Un dia vino llorando a casa porque se habia enterado por sus compañeros que Santa no existía.

- ¿Era pequeña? -pregunto interesado.

- Tenia 14 años, por el amor de Dios. -respondio Michael mientras tomaba un trago largo. -¿Y cuando le dijimos que los unicornios no existían tampoco?

- Oh. -la señora Kim revolvió su mojito. -Se encerró en su cuarto y lloró durante 2 dias.

Yoongi largó la risa y Jennie lo fulmino con la mirada.

- ¿Que?

- Se rehuso a salir a menos que nos retractaramos.

El peliceleste no pudo evitar carcajearse y mirar a su novia con ojos de luna y encias rosadas.

De no ser porque amaba esas sonrisas ya estaria muerto.

Jennie se cruzó de brazos y bufó. Lo que menos queria era una conversacion asi donde hablaran de sus peores y mas vergonzosos momentos pero allí estaban.

Vio a las tres personas mas importantes de su vida reirse de ella y un sentimiento calido inundo su corazón. Queria era imagen por siempre, ojala tuviera una camara para guardar el momento.

Por un momento pensó en lo afortunada que era y lo bien que se estaban llevando.

Su familia.

Su vida entera.

La paz inundo su ser y por mas que estuvieran hablando de la vez que una estrella de mar se pegó a su rostro, sonrió genuinamente.

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