La noche era tranquila; el viento soplaba y agitaba ligeramente las hojas de los árboles, casi pareciendo un arrullo a las mismas.

Los cuatro hermanos estaban en el cuarto de aquel rubio chico que tanto adoraban, viendo cada movimiento y mueca que el chico realizaba en sus sueños y velando los mismos.

Habían pasado tres días desde que Liam había marcado al rubio, ahora era el turno del segundo hermano mayor en marcarlo.

La luna brillaba en su total esplendor llamando a que todas las criaturas salieran y se dieran un festín aquella noche; pero ninguno tenía la intención de alejarse del rubio.

Los ojos del color carmesí de Zayn, flamearon cuando se inclino sobre el delgado cuerpo del chico y olfateo el pálido cuello adornado con varios lunares.

Su olor era tan dulce para todos ellos, que sentían su garganta picar al estar tan cerca del chico.

Los suaves latidos del corazón del rubio tenían un tanto tenso a Zayn mientras más se inclinaba sobre su chico.

Tomando una última respiración, abrió ligeramente su boca y mordió con ligereza el cuello del chico.

Pero Zayn se tenso al sentir una mano en su cabello.

Alejándose del chico clavo sus ojos carmesí en los color mar del bello chico.

-Vampiro-susurró sin miedo en sus ojos o en su voz.

Zayn asintió y bajo su vista el cuello del menor viendo la ligera mancha roja sobre la misma; se volvió a inclinar olvidando que el bello chico estaba despierto, que sus hermanos lo estaban viendo y que el chico era un oficial de la brigada del rey.

Mordió ligeramente -sin usar sus colmillos- y disfruto del pequeño jadeo del rubio, mientras disfrutaba de la cálida mano que se entrelazaba con su cabello.

Los tres hermanos veían como su hermano marcaba al rubio mientras este los veía a cada uno de ellos con extrema curiosidad.

Y entonces ahí los cuatro acordaron algo silenciosamente.

Aquel humano de rubio cabello y ojos azules, sería su única prioridad y a la única persona que ellos compartirían.

'-Ahora él sera nuestro.'

'-En su totalidad, hermanos míos'