Cuatro pares de ojos miraban con fervor al chico que dormía tranquilamente sobre su cama.

Los cuatro hermanos agradecían al infierno que su dulce chico jamás hubiera prohibido la entrada a cualquier vampiro, como la mayoría de la gente hacia, ya que gracias a ello, los cuatro podían disfrutar de la bella vista cada noche.

-Ya paso una semana-dijo el mayor de los hermanos acercándose al bello chico y rozando sus blancos y fríos dedos por el costado del cuello, donde había estado la marca de su hermano menor-. Quiero marcarlo-susurro sabiendo que sus hermanos lo escucharían.

-Solo ten cuidado, Lou- susurro Liam cruzándose de brazos y manteniendo su mirada en su hermano.

El castaño de ojos azules asintió y se acerco a la cara del rubio rozando ligeramente sus labios con los del chico dormido, cerrando sus ojos disfrutando de lo cálidos que eran.

Abriendo sus ojos, el hermoso color azul tormenta ya no se encontraba presente, si no un profundo y llamativo rojo escarlata.

Alejándose ligeramente del chico, bajo su cabeza y lamio la unión del hombro y el cuello soltando un suspiro sobre la húmeda piel por el exquisito sabor y provocando un ligero jadeo en el más chico.

-Rompe me un brazo si es necesario-dijo en un susurro sin despegarse del chico, sabiendo que sus hermanos harían lo pedido si veían que era demasiado para el mayor.

Abriendo su boca lo suficiente para capturar una pequeña porción de aquella unión mordió ligeramente sin usar sus colmillos que amenazaban con salir.

Pasando su lengua sin despegar su boca, volvió a escuchar el jadeo escapando por entre los rosados labios del chico.

Succionó disfrutando de la dulce y suave piel entre sus dientes y labios.

Su mano vago por el brazo del chico y ascendió hacia su hombro, hasta llegar a su cuello.

Ahí los tres hermanos se pusieron alerta.

Un gruñido casi gutural escapo de entre los labios de su hermano mayor cuando se alejo ligeramente del chico y eso fue suficiente para sus hermanos cuando vieron el brillo, por la luz de la luna, sobre los colmillos bañados en saliva y ponzoña.

Dos pares de manos se colocaron sobre los brazos del mayor alejandolos del cuerpo del mas chico y una gran mano se coloco sobre el cabello del mayor y la otra sobre el cuello.

-Controlate-gruño Liam en un susurro.

Pero Louis queria, no, deseaba poder morder al chico y drenarlo para calmar el ardor en su garganta.

-Afuera-gruño Liam a sus hermanos y ambos asintieron sin soltar a Louis saliendo con gracia y en silencio por la ventana.

Liam escucho como sus hermanos atravesaban en bosque directo a su casa mas rápidos que una flecha, o una bala, mientras arrastraban a Louis con ellos.

El castaño de ojos pardos se acerco al rubio mas chico y acarició su cabello dejando que sus ojos cambiaran de color.

-Descansa, bello mío- dijo para dejar un beso sobre su frente y admirar por unos segundos la marca de tono morado sobre su piel.

Louis había sido brusco.

Pero había marcado a su pequeño como todos habían acordado que lo harían.

Dándole una ultima mirada al chico, salio por la ventana y fue tras sus hermanos, deseando, no tener que golpear a Louis para hacerlo recordar quien era y no cayera ante el deseo de la sangre.

Deseando que su hermano no volviera a estar tan cerca de ser una escoria vampirica.