CAP. O2

La voz de la profesora explicando fue detenida gracias a los golpes de la puerta interrumpiendo su clase. A los segundos se abre dejando ver a una linda castaña sacando los papeles que se le habían entregado esta mañana. Varios chicos miraban más allá de la corta falda escolar que llevaba y la camisa desabotonada dos veces más de lo requerido

— ¿Se le ofrece algo... Señorita? — Cuestionó la profesora no muy contenta de ver a una jovencita deteniendo su trabajo provocando que la mayoría de sus alumnos babeasen como retrasados

— Joven — Corrigió dejándose escuchar su grave voz — Si no le molesta

Si no fuera porque el director del instituto ya mantenía al tanto a los profesores que un chico travesti se trasladaría hoy, juraría que sus ojos quedarían tan abiertos como dos grandes bellotas, lo intuía porque todos los chicos que veían tan provocativamente a Hiccup así quedaron

— Lamento la confusión Joven Haddock, adelante por favor

Moviendo coqueto sus caderas entra al aula posicionándose junto al escritorio de la profesora con los ojos de todos en él, algunos sorprendidos y otras de envidia - donde la mayoría eran chicas - la profesora se colocó a un lado del castaño golpeando la pizarra indicando absoluto silencio

— Acaba de trasladarse el joven Hiccup Haddock, espero que respeten a su... ¿Compañero? — Hiccup asintió a la cuestión de su profesora convirtiéndose el ambiente un poco tenso — En ese caso, tome asiento para continuar con la clase. Sería de gran ayuda para usted pedir los apuntes de la clase, ya que habrá exámenes dentro de poco

— De acuerdo

En tanto la profesora volvió a escribir en la pizarra, Hiccup pasó entre los pequeños pasillos que se formaban entre las butacas, viendo entre todos los asientos a la bella chica rubia del autobús, involuntariamente sonrió enamorado deteniéndose para deleitarse de la suerte que tenía al encontrarse en la misma clase que ella

Era el destino...

Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir una mano acariciar sus muslos provocando que Hiccup gritara y furioso dijera

— ¡Maldito imbécil! — Todos pusieron sus ojos en él de nuevo incluida la profesora mientras Hiccup estaba en medio de los pupitres de pie

— No permito ese tipo de vocabulario en mi clase joven Haddock, le agradecería si toma asiento y me permite continuar

— Si, lo siento...

— Que no vuelva a pasar, tengo poca tolerancia, recuérdelo

Haciendo caso omiso a tan repugnante acción paso entre todos tomando asiento al fondo de la clase sin percatarse de su compañero de junto, hasta que unas pálidas manos tocan su peluca recordando el horrible suceso de esta mañana en los sanitarios

— El destino te pone en mi camino princeso — Aquel peliblanco le sonríe creando repugnancia y asco en Hiccup ignorándolo durante toda la clase a pesar de lo molesto que era al hablarle y darle cumplidos de doble sentido

Hiccup deseaba más que nada que su almuerzo llegara y pedirle a otro compañero cambiarle de lugar, en especial junto a esa bella chica que no dejó de mirar durante todas las clases admirando el tono rubio de sus cabellos y esa piel tan pálida, incluso sus lindas pero pequeñas manos escribiendo sus apuntes con ese tierno lapicero adornado en la punta con un cachorro de plástico

Agradeció a los dioses el escuchar una campana indicando el inicio del almuerzo, sin esperar a que el profesor diera la indicación de que ya pudieran salir, el castaño toma sus pertenencias saliendo de su aula con tal de alejarse de ese tan odioso peliblanco

Caminó por los pasillos en busca de un lugar donde descansar o tenía la opción de esperar a la linda rubia y estar todo el almuerzo a su lado. Pero prefirió caminar por todo el instituto sin tener algún rumbo, a cinco minutos que el almuerzo terminara, terminó topándose con tres chicas bastante guapas caminando a la dirección contraria de Hiccup

Al pasar a un lado la chica pelirroja tomó su brazo lastimándolo en el proceso incluyendo que su bolso cayera al suelo

— ¡Vaya!, con que era verdad... Un hombre intentando querer ser mujer

El sonido de sus palabras ya las había escuchado antes, las imágenes de sus padres mirándolo con asco aparecieron, las hirientes palabras que soltaron sin medir antes de echarle a la calle

(...)

— Ningún marica estará en mi casa, deberías sentir vergüenza — Gritaba el señor Haddock mientras Hiccup estaba en el suelo golpeado con unos cuantos moretones en su rostro

— ¿Qué hicimos para tener un hijo como tú? Es un desperdicio

— Mamá... — Susurró herido siendo apenas audibles sus palabras

— ¡No tienes derecho de llamarla así! No seremos padres de un fenómeno como tú

(...)

La pelirroja seguía mirándolo aún con el fuerte agarre donde Hiccup logró quitarse, había una cosa que le prometió a su tío Bocón, incluso a él mismo

Era no volver a permitir ser tratado como una basura

— Incluso usando vestidos y faldas, los hombres me desean más que a ti

— ¿Qué acabas de decir estúpido fenómeno? — Tomó la castaña peluca de Hiccup, la jaló quitándosela provocando que los demás estudiantes colocaran su atención en ellos — Debes de aprender quien manda aquí

Hiccup no se dejó humillar tomando de la misma forma los cabellos rizados de la pelirroja tirándola al suelo comenzando a golpearse, quien Hiccup llevaba la ventaja al tener más fuerza mientras la chica lo arañaba con sus largas uñas

Una rubia apareció entre toda la gente observando en la pelea que tenía su prima y el chico nuevo. Hasta que un chico peliblanco detuvo la pelea con las simples palabras

— ¡Aquí viene el director! — Todos parecieron esfumarse en menos de un segundo quedando solo Hiccup con la pelirroja aún en la pelea, con Astrid y Jack

El peliblanco tomó a Hiccup mientras Astrid ayudaba tomando a su prima pelirroja, Jack tomó entre sus brazos al castaño llevándolo a los sanitarios, no le importó los dolorosos golpes que recibía por parte del chico con falda. Una vez llegando a los sanitarios asegurándose que no hubiera nadie dejó a Hiccup en el suelo, cerrando la puerta con seguro

— No es bueno que te metas en peleas princeso — Sugería tomando una pequeña toalla de su mochila remojándola para acercarse a su rostro — Arruinarían tu precioso rostro

— ¡No es asunto tuyo, idiota! — Se quejó al sentir la humedad de la toalla en su labio partido — Tampoco necesitaba tu ayuda

— Por supuesto, además meterte con Mérida significa que en verdad tienes valor — Hiccup lograba observar con mejor detenimiento el rostro del chico, notando unas cuantas cicatrices en su labio inferior además que sus ojos tenían un bello color azul — ¿Qué pasa princeso? ¿Te enamoraste?

Jack se extrañó al tener la mirada del castaño clavada en él, a pesar de que fue incómodo el peliblanco no se molestó en moverse, Hiccup tardó unos segundos más en responder

— ¿Eres gay...?

Tal vez, solo tal vez, ese tipo no era el imbécil molesto que Hiccup creía

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