Durante varias semanas Hiccup ansiaba hablar con aquella jovencita de cabellera rubia, pero la timidez e inseguridad eran un obstáculo siendo imposible superar. Por lo que las charlas se convirtieron en miradas discretas, las sonrisas en suspiros silenciosos y la amistad en una simple relación como compañeros de clases

Hasta que esa noche algo cambió, las miradas discretas se convirtieron en conexiones inmediatas revelando sus sentimientos como aguas cristalinas, aquellos suspiros que daba en silencio a un rincón del aula se convirtieron en abrazos cálidos y esa simple relación como compañeros de clases se convirtió en un lazo especial y único, donde las palabras sobraban y los latidos del corazón eran más que suficientes para descifrar pensamientos inexplicables

Pero aquello no bastaba para reunir el suficiente valor de dar a conocer sus sentimientos, porque la timidez e inseguridad seguían ahí 

Incluso si tenía innumerables terapias con la intención de que se aceptase tal y como es, aquello no serviría de nada, porque cada vez que estaba tan cerca de ella, terminaba por reconocer lo repugnante que es, el monstruo que se convirtió, la clase de fenómeno mostrándose con una vida normal

El sin fin de voces en su cabeza atormentándolo día y noche sobre lo inútil que puede llegar a ser, el poco hombre que deseaba la vida de una mujer a pesar de tener entre las piernas pene y testículos

"¿Acaso crees que ella se enamorará de ti?" "Un humano que se echó a perder" "Ella desea un hombre que la complazca, no un marica sin el valor de hablarle"

Fue por ello que deseaba ocultarle los sucesos de aquella noche, no era necesario saber que había besado un maldito travesti, porque Hiccup tenía miedo, el temor de perder su confianza y consideración, porque no le importaba si sus sentimientos jamás salían a la luz, iba a seguir ahí, protegiéndola de lejos, observando como es feliz a distancia, ya que así debía ser. Astrid necesitaba una vida normal

Lo que más deseaba era el bienestar de la chica, nada de riesgos o desobedeciendo las reglas, no quería hundirla en la miseria junto a él, sabía que el sin fin de críticas en su instituto jamás pararía, inclusive si el tío de la chica estaba dispuesto a ayudarlo eso no significaba que lo aceptaría como el pretendiente de Astrid

Sus padres tenían razón, un ser como él debía pasar por miles de torturas por el horrible pecado que cometió

(...)

Hiccup se mira al espejo de los sanitarios escolares, el color del pintalabios aún era visible, en sus uñas aún quedaban los brillos incrustados. Mira a su costado la bolsa de plástico con un par de vestidos dentro, no quería salir, deseaba huir y jamás volver. Nunca debió aceptar la idea de su amigo Kristoff, pero sonaba tan tentador y la presión de ya no poder ocultarlo invadió su mente

Su madre debía estar en estos momentos dentro de la oficina del director, debía estar furiosa, atónita

¡Tonto!, ¡idiota!, ¡cabeza hueca!, era la voz de su cabeza molestándolo de nuevo, se suponía que solo se colocaría ese hermoso vestido unos minutos, pero su profesora de filosofía lo atrapó en el acto. Los regaños no pasaron por alto, la advertencia de llamarle a sus padres la cumplió y los nervios comenzaban a consumirlo de pies a cabeza

Esto debía ser un sueño, una horrible e impactante pesadilla, ¡despierta, despierta!, no funcionaba, Hiccup sintió sus lágrimas correr por sus mejillas, el delineador se había corrido, vuelve a mirarse observando su imagen de diferente manera, sentía repulsión, asco, tanta era su ira consumida que no se contuvo a tomar el pinta uñas y estrellarlo contra el espejo, pequeños trozos cayeron al suelo y uno que otro llegaron a rozarle el rostro a Hiccup dejando pequeñas heridas donde la sangre roja y viva comenzaba a salir

Los profesores no tardaron en llegar, examinaron el desastre y cuidaron a Hiccup en la enfermería

— ¡Los cristales pudieron causarte heridas más graves, joven Haddock! — Regañaba la enfermera colocando benditas en las heridas curadas — Traeré un poco de agua del comedor, no pienses en moverte

Aquella joven con vestimentas blancas salió de la habitación dejándolo solo en un enorme silencio, no importaba si los mejores doctores llegaban a tratarlo, nadie podía parar el enorme dolor que siente ahora, el tan solo pensar la enorme decepción que le dará a sus padres

Los simples pensamientos que tenía ahora eran tan vulgares y agresivos que no se contuvo a lastimarse deseando que el dolor parara

— ¿Hiccup? — El sonido de la puerta abrirse lo obligó a detenerse y mirar al chico rubio frente a él — Me dijeron que habías roto el espejo de los sanitarios, ¿estás bien?

Intentó tocar las heridas de su rostro, pero Hiccup se apartó tan rápido como vio la mano de su amigo alzarse, Kristoff se sentía culpable, era el único que sabía su secreto, estaba enterado de lo que sentía y pensaba, tanto era su propósito en ayudarlo que no pudo soportar verlo sufrir solo, creía que liberarse un poco lo ayudaría, pero sus planes se salieron de control teniendo como resultado que todo el instituto se enterara

— Viste a mi madre, ¿cierto?

— Si, el director no parece demasiado contento

— Seguramente ella también... — A pesar de que todo este problema saliera, Kristoff sabía que era lo correcto, tarde o temprano los padres de Hiccup debían enterarse, y aunque esta no fue la mejor manera de saberlo, presentía que las cosas estarían mejor, sin secretos o algo que ocultar. Hiccup podría actuar como él mismo de una vez por todas 

El castaño se levantó de su asiento saliendo de la habitación a pesar de escuchar los innumerables gritos de su amigo pidiendo volver. Después de caminar por varios pasillos logró llegar a la oficina del director, la puerta se encontraba cerrada, las cortinas estaban corridas, pero podía escuchar claramente la conversación que tenían

— Se da cuenta de la gravedad de la situación, ¿no es así señora Haddock?

Inmediatamente era la voz del director bastante molesto, el tono que usaba parecía no tener control, como si en cualquier momento iba a terminar estallando

— Quisiera disculparme por el acto incompetente que ha hecho Hiccup

— Vaya que lo hará, pensaba que el joven Haddock era un estudiante ejemplar. Todos los profesores parecían estar de acuerdo en que llegaría demasiado alto, pero que desperdicio a tan temprana edad. Quince años es un número bastante pequeño

— Jamás volverá a suceder

— Por supuesto que no volverá a pasar, porque temo decirle señora Haddock que su hijo esta expulsado de esta institución

Aún seguía doliendo, y esta vez era diez veces mayor que todas las anteriores, la palma de su mano pasa a sus labios para que sus llantos no se logren escuchar, su cuerpo se recarga en la pared deslizándose hasta llegar al frío suelo, esconde su rostro entre sus piernas, comienza a mecerse lleno de temor

Sabía que esa noche revelaría la verdad, pero las consecuencias no solo consistirían en gritos y golpes. Deseaba morir, lo deseaba hasta en lo más profundo de su alma

(...)

Hiccup no tiene la vida perfecta, no muchos reúnen el valor de confesar que un hombre ama usar vestidos y faldas, sin embargo, salir a la luz era quitarse un enorme peso de encima. Y a pesar de tener momentos difíciles, era mejor que seguir callado durante toda tu vida 

¡Hola personita que más amo y adoro en este mundo! Antes que nada, debo decir tres cositas

Uno, me han dado mis vacaciones y por fin podré actualizar un poco más seguido ^^
Dos, he hecho una nueva historia en mi otra cuenta azucarada1029 y nada me haría más feliz que la apoyaran :3
Tres, hay una nota en esta historia y todavía sigo esperando sus preguntas sobre algo que quieran saber de mi o la historia, todas serán contestadas una vez que la historia este concluida

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