CAP. 12

Amor verdadero, dos difíciles y dolorosas palabras, lo que Hiccup más deseo es decirlas ya sea hacia sus padres, su tío Bocón, inclusive esperó ese término con Jack, pero nunca terminó creyendo que esas engañosas palabras conducirían a una bella y linda chica rubia, mira sobre su hombro a tan hermosa joven. Aún pensaba que estaba dentro de un profundo y satisfactorio sueño, porque a pesar de verla ebria y agotada seguía siendo la chica del cual esta perdidamente enamorado

Sabía que sus palabras parecían tan irrealistas como para dejarse llevar del maravilloso momento que experimentaba, esos insignificantes segundos donde sintió los dulces labios de Astrid, porque a pesar de que no se movió su mente guardaría ese preciado recuerdo en lo más profundo de su corazón

Durante todo el trascurso de la noche Astrid durmió en el hombro de Hiccup hasta el punto de que el amanecer apareciera dejando una vista impresionante y el rostro de la chica reluciera combinando con los colores vivos de la mañana  

Sabía que sería todo un riesgo dejar que la gente los viera de esa forma, por lo que cuidadosamente acostó a Astrid en la fría banca llamando al número de sus nuevos amigos dejándola a su cuidado

(...) Para: Rapunzel Corona
        De: Hiccup Haddock

¿Podrías recoger a Astrid y llevarla sana y salva a casa? Por favor cuidala. Te enviaré la dirección en un segundo

Posdata: No le digas que estuve con ella anoche  (...)

Mirándola por última vez y dejándole su abrigo, decide irse sabiendo que debía fingir que nada había sucedido, tenía que convencerla que todo había sido un simple y absurdo sueño...

Astrid despertaba sin tener conocimiento de donde se encontraba o con quién venía acompañada. Mira a su alrededor notando estar dentro de un auto en movimiento, logra tranquilizarse al ver a sus dos vecinos en los asientos de en frente, inmediatamente su cabeza comienza a doler como el mismísimo infierno dando quejidos bastante audibles alertando a la pareja

— ¡Astrid, estás despierta! — Llamaba la chica de cabellera larga tomando una botella de agua entregándosela — Anoche nos tenías muy preocupados

— ¿Qué fue lo que pasó?

— Eugene y yo intentamos buscarte, así que nos separamos, intentamos por bares, parques de atracciones, heladerías e incluso cafeterías. Hasta que Eugene pudo localizarte en un minisuper de veinticuatro horas, estabas ebria y desubicada, no querías irte hasta el amanecer 

Por más que su mente intentaba recordar lo sucedido todo fue en vano, no teniendo otra opción más que creer en la palabra de sus vecinos, pero a pesar de ello, se sentía distinta. Un enorme sentimiento de curiosidad la consumía, cada vez que tocaba sus brazos le causaban escalofríos dándole deseos de golpear algo hasta encontrar los recuerdos pérdidos y porque sus labios estaban más hidratados que nunca, porque sentía un extraño pero exquisito sabor al lamer estos

Gran parte del trayecto Astrid quedó callada sin ninguna pregunta más, seguía pensando e intentado recordar. Algo no cuadraba en toda la historia, había un desconocido detalle que la hacia dudar si realmente sus vecinos eran quienes la acompañaban durante toda la noche, pero su mente seguía en blanco dejando de darle más vuelta al asunto y olvidarlo

Tomó su celular por unos segundos, entrando a la bandeja de mensajes ve sus últimas conversaciones y a pesar de ver el mensaje de un número desconocido avisándole que su madre estaba en el hospital también pudo notar que ese no fue el único mensaje que le llegó esa noche

— Eugene, te había pedido el número de Hiccup, ¿cierto? — El mencionado asintió sin preocupación conduciendo y manteniendo su atención en el volante

Mientras Astrid releía los mensajes que había mandado y que nunca fueron vistos por el chico, revisa su registro de llamadas aclarando sus dudas, viniendo borrosos y confusos recuerdos

(...) — Debemos irnos, te llevaré a casa — Queriendo tomarla de la cintura con la intención de que no cayera, la chica se apartó en un acto de reflejo en defensa

— Estoy bien, puedo controlar mi propia vida, ¡no soy un desastre como todos dicen! — (...)

El dolor de cabeza comienza a intensificarse debido al esfuerzo dado, sin embargo, Astrid no dejó de intentarlo viendo a su lado un enorme abrigo rosado cubrir sus piernas viendo de nuevo a Rapunzel y su esposo

— ¿De quién es el abrigo? — Cuestionó curiosa al no recordar este tipo de abrigo en el guardarropas de la chica de cabellera larga cada vez que le ayudaba a realizar las tareas del hogar

— No lo sé, supongo que lo tomaste de alguien más... — Y ahí fue donde Astrid sabía que toda su historia no era cierta, se veía nerviosa al dar una respuesta poco convincente concentrándose ahora con más esfuerzo por recuperar sus recuerdos

(...) — Hiccup... — El mencionado decidió hacer contacto directo, las emociones volvieron y con más impacto, las acciones y palabras que Astrid decía eran difíciles de controlar por lo que no tenia medido decir lo siguiente — Te quiero a mi lado, tú eres básicamente la única razón por el cual me despierto todos los días  (...)

Incluso si no quiso verse tan sorprendida por descubrir quien realmente estaba con ella esa noche, Eugene pudo notar en el espejo retrovisor como con las simples expresiones que intentaba no demostrar la delataban

Durante todo el viaje no pudo dejar de pensar en las locuras que logró recordar y si no era que todavía faltaban más, sus mejillas explotaban en un color rosa carmesi bastante adorable, cuando llegaron a su destino logró entrar a casa sin decir tantas palabras más que agradecer por la preocupación que pusieron en ella anoche. Entró a casa sin la idea de ver a su madre sentada en el sofá con heridas en el rostro y sus manos de la misma manera

— Mamá... ¿Estás bien? — Tal vez no recordaba todas sus acciones de anoche, pero logró recuperar todos sus pensamientos mientras estaba ebria, llegó a pensar si realmente la única persona que estaba actuando de una manera imprudente y estúpida era ella, si ella era el problema y la razón por el cual su madre tenga la necesidad de lastimarse y beber hasta estar inconsciente

— Claro que lo estoy cariño — Siente la fría mano de su madre posarse en sus mejillas, sintiendo una enorme piedra en su espalda termina sollozando hasta que sus lágrimas se deslicen por sus mejillas — ¿Qué pasa mi amor?, ¿por qué lloras?

Quiso gritarle que todo era su culpa, que Astrid Hofferson había arruinado la vida de su madre al no tener la suficiente fuerza y resistencia de pasar los problemas de lado, por no quedarse al lado de ella cuando sabía que la necesitaba, por ser una torpe y testaruda niña que solo quería amor o comprensión por parte de sus padres

— Lo siento, lo siento tanto mamá — Más palabras no fueron suficientes para expresar el enorme dolor y culpa que llevaba aguantando durante tantos años, soltando a gritos y llantos en los brazos de su madre

Sintiendo después de tanto tiempo la calidez y el cariño materno que tanto necesitó hasta morir

Espero que te este gustando mucho esta historia, sabes que te amo y adoro demasiado, darme sus estrellitas y sus dulces comentarios son mi más deseada inspiración :3

×Azucarada×

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