Tomioka: deja de rondar en mi cabeza

Rodó en su cama con incomodidad, mordiéndose el labio y cerrando los ojos con fuerza mientras en su cabeza se repetía lo mismo -no vas a llorar, no vas a llorar, no vas a llorar- y a pesar de cerrar con fuerza los ojos, cuando los abría parpadeaba rápido, como queriendo mantener las lágrimas adentro, porque se sentía solo...

No era la primera noche ni la primera vez que intentaba silenciarse o calmar sus lágrimas, entre pensamientos inadecuados sobre acompañar a Sabito en donde sea que estuviese, o ser un egoísta y morir sin poder llegar a alcanzarlo en el (si es que existía) otro mundo.

Eran pensamientos casuales, de un amigo que había tenido, y que sin pensarlo habían surgido sentimientos encontrados que terminaron mezclándose para poderle dar nombre al sentimiento

Tomioka: amor...

Metió su cabeza entre la almohada, era el sentimiento más estupido que jamás había sentido y lo que más dolor le había provocado pero al final del cabo la que más le había sustentado, y por alguna razón solo pensaba que esa noche no era tan mala como para escribir un testamento y echarse a morir en cualquier parte, al fin y al cabo, echarse a morir era poético, o quería convencerse que era la mejor idea, pero no, Sabito siempre le había motivado a vivir, e irónicamente lo había dejado solo porque la muerte le consumió, y ahora la muerte quizás acabaría con el también, no sabía si vivía por el, solo estaba viviendo con vagos recuerdos de Sabito y sus palabras, palabras que motivaban.

Así que estaba moviéndose por palabras de un muerto, pero bueno, le daba ira, él ya no tenerlo al lado, dolía tanto, daba cólera e impotencia, le dolía el estómago de pensar en que no hizo nada, y le daba un terrible dolor en el pecho al ver que ya no había vuelta atrás, Sabito había muerto, sin importar como, viéndolo como se viese, era la realidad, estaba muerto, lo estaba y lo estaría porque jamás volvería, así funciona la vida y detestaba tener que escuchar y recordar eso, "la vida sigue" viendo pasar como muchos la pierden.

Tomioka: ¿de eso se trata la vida? De quizás morir viejo mientras vi a todos morir...¿es eso la vida?

Y como si un hilo delgado se hubiese roto lloró, su almohada se humedecía, sus lágrimas saladas, su nariz y ojos comenzaban a tornarse en ese rosado melancólico.

Sin saberlo, quizás jamás podría volver a amar igual, quizás los besos casuales e inocentes que habían llegado a realizar solo quedasen en inocencias de jóvenes, en algo de lo cual se estarían riendo ahora, pero también, quizás se reirían en uno solo, compartiendo una cama para dormir o para estar despiertos haciendo lo suyo, quizás tendrían peleas y reirían al final con lágrimas en los ojos mientras se disculpaban por haberse insultado, y terminar abrazándose en un patio mirando la lluvia en reconciliación...

Fantasear con esa vida feliz ya no valía, no ahora, y de nuevo, solo seco sus lágrimas en desesperación, su cuerpo dando saltos en un intento para calmarse, y cuando lo logro, lo repetía como en otras noches, recordaba como había amado con locura y como lo seguía haciendo, para cerrar sus ojos, y dormir esperando a sentirse mejor la noche siguiente, si es que fuese posible, y los recuerdos y fantasías no volviesen a llegar de nuevo, junto con sus ganas de acabar con su cuerpo y encontrar la paz al lado de quien amaba, aún si morir era fuerte, sonaba bien el volver a ver la sonrisa de Sabito.

Tomioka: ...buenas noches, Sabito

-Fin-

Algo corto, una idea simple, pero espero que haya agradado

GRACIAS POR LEER