Capítulo 40
Narra Abi
Me sentía agobiada y nerviosa, después de llorar más de una hora mientras conducía, me sentía más que nada mareada. Estaba frente a la puerta de la vieja casa de mis abuelos, bueno, ahora solo de mi Abuelo Tom.
Sin fuerzas toque la puerta frente a mi, escuche unos fuertes pasos caminar inmediatamente hacia mi dirección, la puerta se abrió rápidamente y pude visualizar a mi abuelo, estaba igual que la última vez. Al verme el quedó frío y serio, no me reconoció al principio, después de unos interminables segundos, me reconoció, soltó una suave sonrisa y al ver mi estado cedió, me abrazo fuertemente contra su pecho, inmediatamente volví a soltar lágrimas constantes.
— Abigail, cariño.
— Abuelo, estoy mal, no me sueltes, por favor — lo agarre más fuertes, aferrándome a su suéter color azul.
— Tranquila, cariño — quedó en silencio abrazándome durante largos minutos, acariciando mi cabello para que me calmara, cuando mis sollozos empezaron a cesar, se separó y me miro fijamente a la cara — estás gigante hija, hermosa, igual a tu abuela cuando joven — soltó una sonrisa melancólica.
— Te extrañe mucho — dije mirándolo entrar en la casa, yo lo seguí cerrándome la sudadera, hacia frío en su campo, entre en su salón.
— Quiero hablar contigo, yo, yo quería perdiste perdón, no hay día donde no me arrepienta de lo que hice — dijo mientras se sentaba en el sofá.
— No es necesario, me abriste los ojos — me senté a su lado y mire mis zapatillas.
— No, yo estaba cegado, hija — puso su mano derecha sobre mis manos — vi en ti a tu abuela cuando joven, ella y yo siempre fuimos amantes de la música, pero mi amor por la música murio cuando ella murio, estaba dolido y no quería recuerdos de ella, me dolía. Cometí un gran error. Tu eres una estrella, mi estrella, cariño.
Mire a los ojos de mi abuelo, los cuales me miraban fijamente, se veía el sufrimiento y melancolía en ellos, él amaba más que nada en este mundo a mi abuela.
— Yo también extraño a la abuela, cada vez que toco me llega un recuerdo de ustedes — sonreí con pena, sin saber que más decir.
— Sabes, tu abuela siempre quiso que te mostrara esto cuando ya seas adulta, ven — mi abuelo se levantó con algo de dificultad y camino a través de los pasillos de la gigante casa, por mi lado lo seguía cuidadosamente, intentado dejar en paz los pensamientos sobre Joshua y Olivia.
Quería olvidar, aunque sea por un momento.
Mi abuelo salió de la casa por la puerta trasera, caminando hacia un pequeño cobertizo a las afueras de las casa, sacó unas llaves de su bolsillo delantero y abrió con mucha dificultad la puerta, él entro con cuidado, dejándome a solas en el patio trasero, estaba indecisa de entrar o no entrar.
— No te quedes afuera, entra — mi abuelo saco la mitad de su cuerpo y alzo su mano, con cuidado levante mi mano y la coloqué sobre la suya, él me arrastró dentro, allí pude visualizar algo que hizo que mi corazón volviera a latir con locura.
Había un hermoso piano negro de cola, una batería antigua, una guitarra en el mismo estado y un micrófono antiguo. Era hermoso.
— Este fue nuestro estudio cuando empezamos a construir la casa, fueron nuestros primeros instrumentos, en es época eran carísimos, así que por eso parecen nuevos, los compramos hace unos 20 años, creo.
— Me encanta — dije fascinada mirando el lugar, todo se encontraba completamente limpio.
— Lo eh cuidado desde la muerte de tu abuela, me pasó aquí todas las tardes, intentando tomar un poco de su amor por la música y liberarme en el piano. Quizás a ti te sirva — lo mire tristemente y solté un suspiro bajando la mirada — la mejor manera de quitar el sufrimiento y los malos recuerdos, es con música — el anciano se acercó a mi y dejo un beso en mi cabeza, caminó unos pasos y salió del cobertizo dejándome a solas.
Camine hacia el piano, me senté y solté un suspiro, apoyando mi cabeza en las teclas, haciéndolas sonar bruscamente.
Sin poder controlarme, las lágrimas salieron de mi.
What am I now?
What if I'm someone I don't want around?
I'm fallin' again
Okey, si la música me sanara, eso haré.
Creare una canción para mi liberación.
Me levante del piano rápidamente y corrí a través de la casa para llegar a mi auto, lo abrí saqué mis cosas y volví al cobertizo, no saldría de aquí hasta escribir la canción perfecta para expresarme.
Nadie sabrían de mi y yo no sabría de nadie, eso era lo mejor.
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