Narra Abi

Mientras íbamos en el auto todo iba en silencio, ninguno de los dos hablaba, él miraba hacia el camino mientras conducía y yo miraba hacia la ventana, intentando ignorar todo. Pensaba en mi confesión no respondida, pero igualmente estaba feliz, porque en el fondo de mi corazón sabía que el sentía lo mismo, no eran necesarias las palabras.

Giré mi cabeza mirándolo fijamente, estaba neutro mirando el camino. Hoy nos quedaríamos en su departamento, ya que su madre le llamo preguntando porque todavía no llegábamos, ella inmediatamente al enterarse que seguíamos en Los Ángeles le mando a Joshua que nos quedáramos, que era demasiado tarde para volver, el como un buen hijo acepto, el problema no era quedarnos, el problema era cómo dormiremos.

Cuando entramos en el edificio, Joshua se dirigió al estacionamiento subterráneo, cuando ya estaba bien acomodado apago el motor y me miro.

— Dormirás en mi cama y yo en el sofá — dijo para después bajar, dejándome con la palabra en la boca, inmediatamente me baje.

— Joshua no quiero que duermas incómodo, iré a algún hotel, no tengo problema.

— No, claro que no te irás a un hotel, estarás bien en mi departamento, así no gastarás el poco dinero que trajiste.

— Si, pero le puedo decir a mi padre que..

— No, te quedarás y dormirás en mi habitación, asunto cerrado — solté un suspiro resignada, él no iba a ceder.

— Esta bien.

Joshua al ver mi cara de decepción, se acercó a mi, tomo mi mano y caminamos de esa forma al departamento. Nos subimos al ascensor y nos encaminamos al 4 piso, al departamento 63, Josh colocó la clave y entramos rápidamente.

El departamento de Joshua era moderno y acogedor, tenía el living junto a la cocina, las dos en una habitación, un baño a un lado y su habitación, perfecta para un joven soltero, al entrar me puse tímida, estábamos solos, él camino a su habitación mientras yo lo seguía.

— Te daré un pijama, pero ¿Te gustaría ver una película? Aun no tengo sueño—- Joshua estaba rebuscando en su closet mientras hablaba.

— Si, claro ¿En el comedor? — me senté en su cama mientras lo veía buscar más ropa.

— Si, Netflix ¿Te parece? — se dio la vuelta, me dio un pantalón de chandal y una camiseta grande con unas caricaturas, solté una risita — ¿que? ¿no te gusta? — miro hacia su derecha sonrojado.

— No, claro que me gusta, tonto, inclusive era mi caricatura favorita de pequeña.

— La mia también — me sonrió de vuelta, me levante con las cosas en mano

— Iré al baño a cambiarme si no te molesta.

— No, no, te puedes cambiar aquí, yo iré al baño — tomo otras prendas y se fue de la habitación, cerrando la puerta.

Me cambie rápidamente con la ropa que el me había dado, claramente me quedó grande, pero no me interesó, la ropa olía a él, subí un poco la camiseta y tome una larga inhalada, sonreí como tonta al sentir su aroma.

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Ya cambiada salí de la habitación y me senté en el sofá, prendiendo la televisión. Siento como se abre una puerta y se cierra, giro mi cabeza y veo a Joshua ya cambiado con su pijamada, se acercó al sofá y se tiró en el sofá a mi lado, solté una risita al verlo rebotar.

— Te ves linda con mi ropa — sonrió y se sentó mejor — ¿y si traigo algo para comer?

— Si, está bien ¿voy yo?

— No, quédate y elige la película.

— Esta bien — sonreímos y él se levantó hacia la cocina. Netflix no tenía demasiadas películas buenas, así que al final me decidí por Los Ilusionistas, era una buena película a mi criterio, la escojo y la pongo en pisa para esperar a Joshua, espero unos segundo y aparece el chico castaño con un tazón de palomitas en mano.

— Yummy yummy — dije al verlo.

— ¿Es por mi o por las palomitas? -- habló burlón, haciendo que estallara en risas — tomare eso como un "es por ti" — el río y se sentó junto a mi.

— Elegí Los Ilusionistas.

— Oh, está bien, dale play — emocionado se metió toda una mano de palomitas a la boca, le sonreí enternecida por su actitud de niño pequeño y le puse play a la película.

— ¡HEY MAN! —

Narra Joshua

Sinceramente la película estaba aceptable, aunque no muy buena, pero parecía que a Abi le interesaba ya que a estado todo el tiempo en silencio, apoyada en mi hombro. Me giro para verla cuando terminó la película y me la encuentro completamente dormida. Suelto una risita, se veía demasiado tierna para ser real. Apago la televisión y dejo el tazón de palomitas, ya vasito, a mi lado izquierdo y saco con suavidad la cabeza de Abi de mi hombro, la levantó como princesa mientras ella se acomoda en mi pecho, sonrío más grande, parecía un gatito que buscaba el calor.

Lleve cuidadosamente a Abi a la habitación, la recosté encima de la cama y abrí el otro lado de la cama para volver a levantarla y acostarla debajo de las sábanas, ya arropada estaba por retirar cuando siento su mano en mi muñeca.

— Josh, puedes dormir conmigo, no somos niños, ven — dijo aun con sus ojos cerrados, se movió al otro lado de la cama, dejándome el lado derecho de la cama vacío para mi. Dudoso me acoste y me tape, ella se acercó un poco con los ojos cerrados — no importa si no me quieres, yo siempre te querré.

Su nueva confesión hizo que mis mejillas se calentaran y la mirara fijamente, siento su respiración más tranquila, se había dormido otra vez.

— Tu también me gustas Abi, estoy perdidamente enamorado de ti — puse mi mano en su mejilla y la traje hacia mi, la abracé para dormir cálidamente.