La pelirroja abrió la puerta después de haber escuchado múltiples veces el timbre, acababa de salir de la ducha y por ello había corrido casi cayéndose en el trayecto una vez terminó de cambiarse. Se sobresaltó cuando cierto chico popular apareció al abrir la puerta.

—¿Q-Qué haces tú aquí? —preguntó Flaky confundida y nerviosa—. ¿Q-Qué quieres d-de mi?

—Información —le mostró un par de billetes—. Quiero saber sobre Splendid.

—¡Aleja eso de mi! —exclamó al ver el dinero—. N-No voy a venderme como todos los demás solo para que arruines la vida de mi hermano —comenzaba a tener sus tics por tanta ansiedad que el chico le causaba—.

Flaky generaba mecanismos de defensa todo el tiempo, sus tics eran lo más común en la mayoría de ocasiones. A veces perdía el juicio o simplemente se metía demasiado en sus pensamientos.
A pesar de verse dulce y ser demasiado linda para los demás, ella no era mentalmente estable, lo que comenzaba a inquietarle a Splendont.

—Bien, sin dinero —comentó el chico y guardó los billetes para luego suspirar—. Oye, sé que tienes una mala imagen sobre mi pero realmente tienes que ayúdame —la miró suplicante pero ella no se calmaba—. Me gusta tu hermano.

Los tics de Flaky se detuvieron de golpe para dejar a la chica paralizada por la sorpresa de aquella noticia. No había ninguna reacción y ni siquiera decía una sola palabra, ¿quién se creía ese chico para hacerla sentir tan mal?

—¿Q-Qué? —la chica logró tartamudear—.

—Quiero que me ayudes a quitarme esa duda, saber si realmente me gusta Splendid o no —suspiró—. Y antes de que digas algo, todo ocurrió después de haberlo dañado.

Flaky lo miró por un par de segundos en silencio mientras trataba de relajarse después de ese cambio tan repentino de reacciones. Asintió mirando hacia afuera por si el auto de su novio no aparecía y, al ver que su pareja no se veía a lo lejos, asintió para dejar entrar al chico.

—Gracias —agradeció en voz baja Splendont e ingresó a la casa—.

—Lo que quieras decir... dilo rápido, no quiero tener problemas con mi novio porque te he dejado entrar, pero es mejor a que si te ve afuera, eres muy odiado —comentó Flaky—. ¿Exactamente que quieres?

—Quiero que me digas cosas sobre Splendid sobre su vida, su familia como padre y madre... —fue interrumpido—.

—Jamás menciones a su padre, murió en un incendio —la chica negó con la cabeza—. Su madre trabaja en otra ciudad y pocas veces lo visita, Splendid vive solo.

—¿Dónde trabaja su madre? —preguntó de golpe—.

—Olvidé el nombre —se encogió de hombros—. Suele visitarlo en su cumpleaños, probablemente venga.

—¿Qué le gusta hacer a Splendid? ¿Sabes si le gusta algún chico?

—Es un chico de gustos simples y no le gusta nadie que yo sepa —hizo una pausa—. ¿Qué sientes al ver a Splendid? No quiero ayudarte pero lo hago por mi hermano.

—Splendid es tan atractivo —dijo Splendont y miró el techo con una amplia sonrisa—. Se ve que es un buen líder, tan valiente y amable... tan superior, dicen que está marcado y yo solo he visto sus brazos —rió un poco—. Quiero todo eso.

—¿No estás obsesionado? —cuestionó la pelirroja y el chico la miró—. ¿O tengas curiosidad?

—Puede ser —hizo una pausa—. ¿Crees que puedas llamarlo y decirle que quiero tener una noche con él?

—¡Ni lo sueñes! —exclamó molesta—. No apoyaré eso, n-ni siquiera sé incluso si no es para arruinarle más la vida.

—Escucha, es verdad, no dejo de mirarlo y odio cuando está hablando con alguien más, esa estúpida Ant sobre todo —hizo puños con sus manos—. No quiero seguir con esto pero debo hacerlo —miró a la pelirroja—. Dile a tu hermano que le devuelvo el puesto el martes.

—¿El martes? —frunció el ceño—. ¿Después de la competencia?

—No le digas a nadie pero... —suspiró—. Le quité el puesto a Splendid para poder obtener un trofeo, necesito tener ese trofeo y era demasiado fácil quitarle el puesto —la miró molesto—. Si, no planeaba devolvérselo pero ahora lo haré pero odio verlo así, odio que no quiera hablarme, odio que ni siquiera pueda acercarme a él.

—Le arruinaste parte de su vida, lo atacaste por lo que es y ahora temo por su bienestar —se notaba bastante nerviosa y preocupada—. Debes hablar con él directamente, quizás te rechace pero será lo mejor que pase y solo quedará entre ustedes.

—No puedo —negó con algo de inquietud—. S-Splendid es demasiado hostil conmigo.

—Es entendible.

—Lo sé, pero eso hace que no pueda ni mirarlo a los ojos.

Ambos pelirrojos se sobresaltaron cuando escucharon un automóvil estacionarse afuera, la chica comenzó a tener un ataque de tics inmediatamente; sabía que el problema sería contra el chico.
La puerta se abrió dejando ver a Flippy con un par de bolsas entre sus manos, al principio no los había visto hasta que cerró la puerta.

—¿Qué mierda hace él aquí? —dejó las bolsas en el suelo para después mostrar un comportamiento más agresivo—. ¿¡Qué mierda hace este idiota aquí!?

—Será mejor que me vaya —comentó Splendont—.

Antes de poder hacer algún movimiento, el peli verde caminó con rapidez hacia el chico y lo amenazó con una navaja en su cuello. El contrario se mantuvo inmóvil y lo único que pensó para salvarse fue el dinero que le había mostrado a la chica, así que lo tomó de su bolsillo para poder mostrarle el dinero al que lo amenazaba.

—Toma esto y déjame —habló Splendont—.

—Tú dinero es una mierda para mi —acercó más su navaja hasta que tocó un poco el cuello del pelirrojo—. Estás en la casa de mi novia, confío en ella que por eso no le he reclamado nada.

—V-Vino para saber sobre Splendid —habló Flaky—.

—¿Y le diste información a este estúpido?

—S-Si.

El ex militar miró a su novia con el ceño fruncido, ¿acababa de escuchar bien? Trató de buscar un motivo y finalmente volvió a preguntar.

—¿Qué busca exactamente? —Flippy se alejó del chico—.

—D-Dice que le gusta Splendid.

Y no podían creerle.