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03. ❝¿tantas veces te rechazo?❞
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Las horas pasaron tranquilamente, la mente de la pelirroja pensaba solamente en los ojos dorados del chico que a primera vista le quito el aliento. Era extraño, nunca en su vida sintió algo parecido. Ese tirón en el estómago pidiendo que no se separara de él, los elefantes que corrían locamente por su estómago cada vez que lo pillaba mirándola.

Cualquier libro de romance diría que lo que sentía era amor, pero era demasiado deprisa. Eso repetía como un mantra en su mente.

Me puede gustar, eso lo puedo aceptar. Pero no me estoy enamorando, eso es demasiado. Igualmente, creo que sería imposible.

Su mente era un desastre, demasiados pensamientos al mismo tiempo.

—Perla— una voz femenina grito su nombre, sacándola de sus pensamientos, y a la vez llamando la atención de un grupo de vampiros que no podían despegar su vista de ella—. Vamos, es hora del almuerzo y estoy hambrienta— comento Ángela, su compañera de banco en clase de literatura, con quien se entendió maravillosamente.

—Ay, ahora que lo dices yo también estoy hambrienta— respondió con una pequeña sonrisa, entrelazando sus brazos se dejó llevar por la morena—. Entonces, después de mi cuarta hora tengo libre.

—¡Perfecto!—exclamó emocionada—. Yo también, perfecto para escribir el artículo.

Demasiado entretenida con la conversación que no noto la presencia del chico Cullen y dos de sus hermanos, pasando por su lado en dirección a la cafetería. Una vez en el lugar se sentaron en una mesa con más gente.

—Perla, te presento a Jessica— señalo a la única chica además de ellas, su ondulado pelo castaño resaltaba lo pálida que era su piel—. Tyler y Eric, pero creo que a Eric ya lo conociste.

—Hola Perla— saludo el respectivo con emoción—. ¿Cómo fue tu primer día de clases?

—Bastante bien— contesto con una sonrisa, observando a la lejanía a Bella acompañada de un chico rubio—. Gracias a los Dioses que un chico lindo me ayudo a llegar a mi primera clase, o si no seguiría igual de perdida— rio, acomodándose en la silla.

No paso mucho para que Bella se sentara a su lado, quedando está en medio de la pelirroja y de Eric. La saludo con una sonrisa, su boca llena de un sandwich de pollo, recibiendo una sonrisa a cambio.

—Mikey, ¿conociste a mi amiga Bella?— pregunto sarcásticamente—. Seguro que no conociste a la maravillosa Perla— comento, sacando una sonrisa a la mencionada.

—No, es un placer conocerte Perla— hablo, sonriendo tímidamente al notar lo linda que era.

—El placer es mío Mike.

—No te equivoques Eric— comento Tyler—. Son mis chicas— robo un beso en la mejilla a cada una, para acto seguido tirar de la silla en la que estaba sentado el rubio, esté cayendo al suelo, sacando risas a todo aquel que miraba la escena.

—Oh, Dios mío—comentó Jessica—. Parece que hemos vuelto al jardín de infantes y ustedes son los nuevos juguetes.

Este comentario no le gustó a Perla, quien decidió ignorarlo y centrarse en su conversación con Ángela y Eric. La fotografía era algo que le gustaba a la pelirroja, pero no era algo que hiciera habitualmente. Tenía una camera foto, la cual era pequeña, pero era perfecta para ella, manteniéndola siempre en su bolso, nunca sabia cuando tendría la necesidad de enmarcar algún recuerdo.

—¿Quiénes son ellos?— llamo su atención Bella, quien miraba por la ventana de la cafetería a un grupo de estudiantes.

—Los hermanos Cullen— contesto al instante Jessica, como si fuera algo natural hablar sobre ellos—. Son los hijos adoptivos del doctor y la señora Cullen.

Con la mención del apellido, Perla descubrió que el doctor que la atendió hace unos días hacía parte de la familia. Su mirada viajó rápidamente al vendaje de su mano, intentando ocultarlo lo más que podía con su jersey.

—Vinieron de Alaska hace algunos años.

—¿Alaska? Debió de ser un cambio bastante grande— comento Perla, comiendo lentamente sus patatas fritas.

—Probablemente—contestó Ángela—. Son más reservados, no hablan con gente que no sea de su familia—explicó mirando a las chicas, quienes no quitaban su mirada de esa familia.

—Ya, porque están juntos, en el sentido de que están saliendo— comentó Jessica, su cara llena de felicidad de poder hablar sobre estos—. La rubia es Rosalie y el chico moreno y alto es Emmett, tienen algo.

—Claramente, yo también ignoraría que es mi hermana si estuviera en su lugar— comentó con una sonrisa Perla—. Su hermana está buenísima— su sonrisa ensanchándose al ver la mirada perpetua de las chicas que la acompañaban—. ¿Qué?— pregunto extrañada—. No veo por qué me miras así cuando solo dije que era bonita.

Pero no iba a mentir, a Perla le gustaban las chicas, pero no una relación, no era algo que la atraía por el momento. Sin importar que la persona respectiva sea una chica o un chico. Pero eso no era algo que deseaba comentar estando en la mesa con lo que parecía la persona más chismosa de todo el instituto.

—Igualmente— ignoro lo que dijo, continuando con lo que parecía ser su monólogo—, ni siquiera sé si eso es legal.

—A quien le importa, seguro que sus bebes serán demasiado lindos— la pelirroja volvió a comentar, fastidiando un poco a la morena.

Dicho comentario afectó a la pareja, pero parecía que nadie lo noto, con la pequeña excepción de la chica que hizo dicho comentario, ya que no despego la mirada de estos al tener un sentimiento extraño. Su ceno se frunció al observar esto.

—La pequeña es Alice, es bastante extraña— continúa Jessica—. Está con Spencer— dicho chico tenía el pelo castaño claro, casi rubio y es como una cabeza más alto que la chica, sus ojos no se despegaban un segundo de esta, lo que hizo que la pelirroja sintiera un deseo de ser mirada de esa manera como si fuera lo más hermoso del mundo—. Y ellos son Jasper y Edward, Jasper siempre tiene una cara de sufrimiento y Edward es demasiado lindo, aunque ni lo piensen, no tienen ninguna oportunidad.

—Jessica—llamo Perla desviado su atención del chico—. ¿Que te hace pensar que no tendríamos oportunidad?— pregunto ladeando su cabeza hacia su lado derecho, lo único en lo que Jasper pensaba al observarla era lo tierna que se veía—. Digo, ¿tantas veces te rechazo?

Levantándose, se despidió de sus dos amigas, dejando a la morena con la palabra en la boca. Perla tenía demasiadas preguntas en su mente como para quedarse chismorreando con Jessica. Demasiadas dudas sobre la familia Cullen, especialmente al ver que no tenían intención de tocar la comida en sus bandejas.

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Era el final del instituto y Perla no deseaba nada más que tirarse en su cama y dormir. Su cuerpo se sentía exhausto. Caminaba hacia la salida tranquilamente, olvidado que debía de preguntar a su vecina por un aventón a su casa porque su hermano estaba ocupado en el trabajo y no podría venir a por ella.

Con un suspiro cansado, dejo que su mirada inspeccionara el aparcamiento, notando que el coche naranja en el que se basaba para ir a casa faltaba. Maldijo y se preguntó que haría asta que su hermano saliera de trabajar para tener con que ir a casa.

No caminaría hacia su hogar ni pagada, había una vibra extraña que la impedía sentirse a salvo, pero no sabía que era exactamente.

—¿Perla?— una voz masculina la saco de su mente, se giró quedando cara a cara, o mejor dicho cara a pecho, con Jasper—. Pareces más perdida que esta mañana.

—Se podría decir que lo estoy— suspiro, jugando inconscientemente con sus manos—. Olvide decirle a Bella de ir con ella devuelta a casa y mi hermano no puede venir por mí, y sinceramente no me siento cómoda para ir caminando— explico mirando el suelo, incapaz de mantener su mirada en el chico.

Jasper asintió comprensivamente, era su oportunidad de acercarse más a la pelirroja y no parecer un acosador.

—Si deseas te puedo llevar— ofreció con una sonrisa, balanceándose discretamente en sus puntillas, Perla sonrió agradecida.

—Gracias, gracias— exclamo—. Te devolveré el favor— aseguro sin quitar su sonrisa, creando una mezcla de sentimientos que el vampiro nunca sintió.

—No es nada— respondió, agradecía haberse atrasado y que sus hermanos se fueran sin él, dejándole tiempo con su alma gemela—. No tiene por qué devolverme el favor, señorita.

—Claro que sí, caballero, ya bastante con que me ayudaste esta mañana, ahora también, no me puedo quedar de brazos cruzados.

El silencio gobernó a la pareja que caminaba hacia el jeep gris de la familia, con ayuda del rubio Perla consiguió subir al coche, el frío de su piel erizo cada parte de la chica. Le agradeció con una sonrisa.

Se acomodó en el asiento, suspirando. Su mente iba demasiado rápido, incluso para ella, teorías y más información viajaba de un lugar en su cabeza. Asta que cayó al fijar su mirada en el chico, en el color de sus ojos, en la perfección de su pálida piel y la forma vieja con la que hablaba a veces sin darse cuenta.

Jasper Hale y probablemente toda su familia eran vampiros.

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1545 palabras

cortito y de relleno un poco,
pero este es solo el
principio de la aventura
de Perla

bueno, espero que
no habéis pensado
tres capítulos que la
familia Frost es humana