01. hospitales



━━━━━━━━━━━━━━━━━━
01. hospitales
🐉🪐
━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Al estar en un pequeño pueblo, el hospital de Forks se encontraba prácticamente vacío, a excepción de un par de doctores y asistentes. El olor a desinfectante impregnaba el lugar, creando una sensación incómoda para Perla. Lentamente, se acercaron al mostrador, donde Kaz preguntó amablemente por ayuda para su hermana menor.

—Lo siento— repitió Perla por quinta vez desde que entraron al hospital, mostrando lo mal que se sentía—. No pensé que iba a caerme— las manos de su hermano mayor se posaron en sus hombros, dedicándole una cálida sonrisa.

—No te disculpes, no serías tú si no te tropezaras cada dos por tres, florecita— dijo acercándose para darle un abrazo reconfortante, esta enterró su cabeza en su pecho, Kaz siendo mucho más alto que ella.

—No soporto los hospitales— susurro, recordando dolorosamente a sus familiares fallecidos.

—Lo sé, lo sé— susurró él acariciando su cabello en un intento de calmarla.

Sonidos de pasos se oyeron a la distancia, llamando la atención de los hermanos. Un joven doctor, de alrededor de treinta años, se acercaba a ellos con una sonrisa tranquilizadora, sería mentira si este dijera que no escucho la conversación de los hermanos antes de interrumpir, esto siendo posible gracias a su oído mejorado. 

—¿Perla Frost?— pregunto, recibiendo un gesto afirmativo de ella—. Soy el doctor Carlisle Cullen, ¿cuál es la emergencia?

—Se cayó por las escaleras— respondió por ella, Kaz.

—Me tropecé con tu mochila— contesto ella, un tanto mortificada por sentirse avergonzada frente a un médico que más parecía un modelo que un doctor.

—No pasa nada, veamos esa muñeca— hablo Carlisle con amabilidad, comenzando a examinarla cuidadosamente—. Se parecen mucho a mis hijos.

—¿Tiene hijos?— pregunto sorprendida, ignorando el dolor punzante—. Pero usted parece tan joven...— sus mejillas se sonrojaron al darse cuenta de que había hablado en voz alta.

—Son adoptados, mi mujer lamentablemente no puede tener hijos— respondió el doctor con una sonrisa comprensiva—. Pero bueno, tu muñeca está torcida y necesitaremos realizar una radiografía para asegurarnos de que no haya nada roto.

Perla asintió, sintiendo un alivio al saber que estaba en buenas manos. Mientras se dirigían hacia la sala de radiografías, Kaz se quedó atrás para rellenar los papeles necesarios.

Una vez que terminaron con la radiografía y el doctor confirmó que solo era una torcedura, Perla y Kaz se dispusieron a salir del hospital.

—Gracias por todo, doctor Cullen— agradeció Perla, sintiéndose agradecida por el cuidado recibido.

—No hay de qué— respondió el doctor con amabilidad—. Espero que te mejores pronto, Perla.

Los hermanos salieron del hospital con la imagen del doctor grabada en sus mentes. Había algo en él que les resultaba intrigante, pero no era necesariamente malo.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━
🐉🪐
━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Era ya bastante tarde, los hermanos se encontraban en el salón, comiendo unas hamburguesas que compraron de un café, viniendo casa y viendo mean girls. Al final, Kaz aceptó ver dicha película para mejorar el estado de su hermana pequeña.

Después de un rato, el silencio en el que estaban al estar concentrados en la película fue interrumpido por unos golpes en la puerta. Kaz se levantó con cuidado, mirando interrogantemente a Perla, quien en respuesta solo levanto los hombros, ella misma sin saber quién pudiera ser.

La puerta se abrió, dejando a la vista a un hombre de edad media, su pelo oscuro resaltaba alguna que otra cana, todo su ser demostraba lo cansado que se sentía.

—Buenas noches— saludo—. No quiero molestar a esta hora de la noche, pero solo ahora salí de mi turno y sería muy feo de mi parte no pasar a presentarme a los nuevos vecinos— explico su presencia—. Soy Charlie Swan, el jefe de la policía.

—Es un placer conocerlo jefe Swan— hablo cortes Kaz, levantando su mano para estrecharla con la del hombre—. Yo soy Kaz Frost y ella es mi hermana pequeña Perla.

—Hola— saludo tímida, solo sacando su cabeza de detrás de su hermano.

—Solo Charlie— corrigió con una sonrisa amable—. Deben tener la misma edad que mi hija, me hacen sentir viejo.

—¿Cuántos años tiene su hija?— pregunto con curiosidad la chica.

—Tiene 17— respondió con orgullo.

—Es mayor, yo tengo 16, pero mi cumpleaños es dentro de nada, y Kaz tiene ya casi 19— empezó a hablar, sintiéndose extremadamente cómoda.

—Bueno, si alguna vez necesitan algo o tienen alguna preocupación, no duden en acudir a mí. Vivo justo al lado, en la casa blanca al final de la calle. Además, mi hija llega mañana por si quieres conocer a alguien antes de ir al instituto sin conocer a nadie— informó antes de despedirse y marcharse.

—Lo tendré en cuenta, que tengas una linda noche— se despidieron igual antes de cenar la puerta.

Los hermanos se miraron, sorprendidos por la visita inesperada pero agradecidos por el gesto amable del jefe de policía.

—Era lo último que me esperaba que pasara— hablo con la boca llena, ganando un gesto de asco de su hermana—. Creí que eran ellos.

—No, no lo creo— contesto seriamente, olvidando cualquier resto de bromas de su cara—. Ni siquiera aparece en el mapa el pueblo.

—Ya— hablo empezando a recoger los restos—. No olvides tomar tu medicina, Perla.

—Sí, papa— contesto en burla para subir las escaleras, esta vez a una velocidad normal, asustada de volver a caerse.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━
🐉🪐
━━━━━━━━━━━━━━━━━━

Perla se tumbó en la cama, unas cajas y sus maletas, siendo lo único de decoración que su habitación tenía. La cama situada en la pared opuesta a la ventana, con dos mesitas de noche a cada lado, un escritorio y un armario de una parte y la otra. Se sentía tan vacía, pero la pelirroja se aseguró que eso cambiaria mañana, decidida a desempacar la mayor parte de sus cajas. Dejo la caja con los medicamentos en el primer cajón de su mesita de noche.

Suspiro pesadamente, el momento de dormir dejo de ser su preferido desde hace semanas, siempre levantándose llorando por alguna pesadilla. Decidiendo que todavía era temprano para intentar dormir, se acercó a la ventana, sentándose en el alféizar de este, abrazo sus piernas, apoyando su barbilla en estas. Sus ojos viajaron por el bosque, quedando encantada por la magia que desprendía, dicho bosque gritaba a peligro, pero eso no impedía a la chica de querer adentrarse en este.

Sin darse cuenta se quedó dormida.

Se despertó, no dio importancia al hecho de que se encontraba en la cama y no en la ventana, donde recordaba estar la última vez. Presupuso que entro su hermano a verla y la movió a su cama. Se levantó, estirándose, la luz del día iluminaba su cuarto, pero Perla tenía un mal presentimiento, como si no todo fuera tan lindo como lo veía ahora.

Salió de su cuarto, adentrándose sin tocar al cuarto de su hermano, pero este se encontraba vacío. Con él ceno fruncido, salió para acto seguido bajar las escaleras en dirección a la cocina. Paro en el salón abruptamente al observar el resto de sangre que iba hacia la cocina, sus ojos se llenaron rápidamente de lágrimas, acelero el paso hacia la cocina, observando el cuerpo sin vida de lo que era su abuela.

—Abu— susurro, las lágrimas corrían rápidamente por sus mejillas—. No, abu, no.

Se arrodilló a un lado del cuerpo, llenándose de sangre.

—Es tu culpa— la voz de su hermano hizo presencia en la cocina, este estaba igual, lleno de sangre, demasiado pálido—. ¡Tú la mataste, tú mataste a nuestros padres, tú me mataste a mí!— grito, asustando a Perla, quien empezó a retroceder, asustada.

—Kaz, Kaz no sé de qué estás hablando— susurro llorando, viendo con miedo como su hermano se acercaba peligrosamente a ella con un cuchillo en mano—. Kaz, por favor— suplico.

Solo cuando el cuchillo corto la piel de su estómago, Perla se levantó asustada, gritando y con lágrimas frescas en sus mejillas. Su hermano al oírla corrió hacia su cuarto.

—Perla, Perlita mía— abrazo a la chica, intentando calmarla—. Fue solo una pesadilla, shhh, todo está bien, estoy aquí, cariño.

—Tu, tu in-intentaste— empezó a explicar, pero el llanto la interrumpía, siendo incapaz de formar una frase.

—Estoy aquí y no te hace ningún daño, pequeña, te amo— susurro, sus brazos intentaban acercar más a la chica a su cuerpo.

—Te amo Kazzy— susurro de vuelta, mencionando el apodo que le puso de cuando eran pequeños.

━━━━━━━━━━━━━━━━━━
🐉🪐
━━━━━━━━━━━━━━━━━━

1373 palabras

quiero decir que Kaz
es muy The Prophecy
de taylor
y Perla es muy
Hope You're Proud
de rachel grae

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top