Capítulo 1


《Raphael primera persona》

Eran las 3am...

Me desperté.. ¿¡Quién rayos se despierta tan temprano!? pues yo.. ¿para qué? sólo para tomar agua y tener una larga y estúpida discusión con el gato helado de Mikey; sólo porque el desgraciado no quería darme hielo para mi vaso.
Luego de eso, me encaminé en dirección a mi habitación para continuar con mi descanso. Sin embargo, paré mi andar cuando escuché unos extraños ruidos que parecían ser golpes...

Caminé hacia el lugar de donde provenían esos ruidos. Mis pasos eran algo torpes y pesados; todo por el cansancio que aún estaba sobre mí.
Curioso y alerta, me acerqué a la puerta del dojo y me asomé sólo un poco.

Suspiré algo triste cuando vi a Karai...
Ella golpeaba el árbol que estaba en el centro del lugar. Sus puños estaban sangrando y en su mirada pude ver toda esa ira que llevaba dentro...

No había parado de seguir el consejo que me había dado Leonardo; no he podido dejar de mirarla a los ojos para poder darme cuenta de lo que pasaba en su interior... y eso me hizo recordar el día que nos encontramos después de tanto tiempo y donde pude darme cuenta por primera vez de lo que ella realmente sentía....

《Final primera persona》

Recuerdo.....

Donatello salió de su laboratorio con un portapapeles en sus manos. Estaba buscando a su hermano mayor, pero al verlo enfadado, golpeando el muñeco de prácticas, prefirió acercarse al temperamental que estaba tranquilo leyendo una historieta.

-Oye Raph...- habló el científico captando la atención de su hermano- ¿qué pasa con Leo?- preguntó sin poder dejar de mirar al de azul

Raphael negó con la cabeza y soltó una risa ligeramente sarcástica.

-¿Qué pasa con Leo? ¿en serio lo preguntas?- lo miró sobre su hombro fingiendo diversión- ¡Está así por ella y lo sabes, su actitud ya me está cansando!- dijo lo suficiente alto como para que su hermano mayor lo escuchara

-¡Karai ha estado desaparecida por más de dos meses!- habló el líder descargando todo su enojo con el muñeco- ni siquiera.... sabemos si aún está viva- se calmó bajando la cabeza tratando de no pensar sólo en lo negativo, pero le era imposible

Raphael lo miró un segundo y cuando parecía que iba a cambiar de opinión, su orgullo volvió.

-¿¡A quién le importa esa niña mimada!? Seguramente solo hizo todo esto para llamar la atención y si está muerta....- decidió callar antes de decir algo que seguramente empezaría el caos

-¿¡Si está muerta qué!?- espetó mirándolo con enojo- ¡Tú no lo entiendes! Ella sufre y todo por culpa de Destructor, puedo ver su sufrimiento atreves de sus ojos, deberías tratar de hacerlo también... A veces las cosas no son lo que parecen- golpeó por última vez el muñeco y luego se retiró

Donnie, quién sólo se había limitado a escuchar la discusión y quién prefirió tragarse sus palabras, fue corriendo detrás de Leo, ya que tenía que mantenerlo informado sobre sus avances con la cura para el control mental de los gusanos de Baxter Stockman.

El temperamental se quedó unos segundos en su lugar pensando en la situación y pronto lanzó su historieta a un lado y se levantó para salir de las alcantarillas....

-¿Ella sufre?- preguntó con tono incrédulo, merodeando por las azoteas- entiendo que... no debe ser fácil enterarse que el que supuestamente era su padre, en realidad la robó y casi destruyó a su familia, pero esa niña exagera, no es para estar buscando venganza cada 5 segundos- se cruzó de brazos acercándose al borde para mirar hacia la ciudad.

Raphael admitía por dentro que Karai había pasando por mucho y que su situación era bastante complicada, pero se rehusaba a pensar que ella podía ser una buena persona.

Pero lo que no sabía era que la pelinegra sólo necesitaba a alguien que la apoyara, a alguien que aunque sea le preguntara si estaba bien, ya que por dentro, su ser se caía a pedazos.

Soltó un largo suspiró para después bostezar pero se detuvo abriendo los ojos en par al ver a una pequeña cucaracha sobre su brazo mirándolo tranquila e inocente.

-AHHHH!!!- Gritó y el movimiento brusco que hizo hacia atrás, provocó que el animal cayera al suelo- ¡agh! ¡Maldita cucaracha! ¡Las pagarás!!- sacó sus sais como un loco maníaco pero se calmó un poco al ver una pequeña cámara sobre el lomo de aquella cucaracha

Guardó sus armas con frustración y se cruzó de brazos aún mirando a la cucaracha y sin atreverse a acercarse.

-Eres un asco- infló las mejillas- tienes suerte, ya tengo suficiente con las cucarachas de Donatello... animales del demonio- volvió a mirar desde el borde de la azotea- Pero qué...!?- se inclinó ligeramente hacia adelante, logrando divisar lo que parecía ser la punta de una cola escondiéndose entre las sombras de un callejón- ¿Karai?- estaba bastante desconcertado y algo confundido- Te quedas ahí, ni te atrevas a moverte!- le ordenó al insecto

Y sin perder un segundo más, saltó por las azoteas hasta llegar hacia aquel callejón, pero decidió quedarse en donde estaba para mirar desde arriba lo que hacía la chica.

Karai volvió a su forma normal y tras de varios segundos tratando de recuperarse, sacó su celular y llamó...

-Si, está todo listo...- habló contra el auricular del celular- te confirmaré más tarde...

El de rojo escuchaba atento e intrigado, pensando que posiblemente las manos curativas de su padre no habían funcionado y que ella seguía bajo el control del gusano. También estaba pasmado, ya que no entendía como la pelinegra había sobrevivido.

-Todo está bien, no te preocupes, iré por ti cuando termine los trámites y documentación... hasta luego Shinigami- sin más, cortó la llamada y guardó su celular

Raphael creyó que esa era su oportunidad y entonces bajó de una pirueta quedado frente a la chica.

-Karai...- habló serio, cruzando los brazos- dime, tu papi aún te lava el cerebro?- preguntó apunto de sacar sus sais

La chica frunció el ceño y saltó hacia las escaleras de emergencia ayudándose con ellas para subir a las azoteas alejándose del mutante.

-Karai!- la siguió y trató de hacerle un barrido de piernas para hacerla caer pero ella saltó y le dio una patada en el rostro que le daría tiempo para huir

Al de rojo no le costó recuperarse para después perseguir a la chica.

-¡Piérdete Raphael!- exclamó sin dejar de correr

-Oye, por lo que veo, te libraste de tu control mental, cosa que es sorprendente pero ahora tendrás que venir conmigo, todos han estado muy preocupados por tu culpa, así que has algo bueno en tu vida y acompáñame!- dijo con el mismo tono, estando bastante cerca de alcanzarla

La pelinegra saltó dentro de un callejón y rápidamente entró a una almacén abandonado donde podría perder a su perseguidor.

-Bueno, sólo dime quien es Shinigami y qué documentación tienes que hacer- él también entró al almacén y empezó a buscarla caminando tranquilo, examinando todo el lugar

-Eso a ti no te incumbe- su voz se escuchó como eco por todo el lugar

-¡Escucha bien niña!- exclamó molesto cosa que hizo que Karai rodara los ojos- no te estuvimos buscando durante dos meses para nada, no puedes dejar a Splinter con la preocupación que está cargando- la pelinegra se puso más atenta a la situación- y Leonardo... está cada vez más insoportable, así que al menos ten algo de consideración!

El silencio se apoderó por el lugar durante unos segundos y el de rojo sólo se quedó en su lugar esperando una respuesta. Sin embargo, Karai salió de su escondite aprovechando la pequeña distracción del temperamental al mirar hacia una ventana, y corrió en dirección a la salida.

Rapha agarró rápidamente una cadena que estaba sobre unas cajas y lanzó un extremo hacia ella logrando enlazar con el pie de Karai.

-No irás a ningún lado, linda- estiró la cadena haciéndola caer para después seguir estirando hasta que la chica quedó cerca de él

-¡Tú no lo entiendes! ¡No puedo volver!- exclamó levantándose para tratar de noquearlo a los golpes

-Ya eres la segunda persona que me dice que no entiendo- rueda los ojos a la vez que bloquea los golpes- a ver... quiero que me expliques porque no puedes volver- alzó una ceja

-No le debo explicaciones a nadie- le lanzó un golpe a puño cerrado en el rostro pero antes de que el golpe le llegara, agarró su mano y luego la otra

-¡Hablo en serio!- exclamó

-¿¡Te parece que yo estoy bromeando!?- preguntó con el mismo tono

-Mira, la verdad es que ni siquiera me interesas tú o lo que hagas, pero no puedes dejar a la familia con la angustia- dijo apretando un poco más el agarre

-¡Basta de tonterías! Ellos no me necesitan, sólo diles que estoy bien si tanto les preocupa, y se acabó!

-Así no funciona esto- frunce el ceño- ¿por qué no quieres volver? ¿¡qué ocultas Karai!?- preguntó mirándola con sospecha y enojo a la vez

Pero su semblante cambia al prestar atención a la mirada de la chica quien al instante miró hacia otro lado.

-Vas a...- habló desconcertado- no, no puedes ir tras Destructor tú sola ¿estas demente?- preguntó mirándola con un toque de sorpresa

Karai le dio un cabezazo, logrando soltarse y luego un rodillazo en el abdomen seguido por una patada que hizo retroceder al mutante.

-Sayonara Raphael...- saltó hacia atrás y giró volviendo a la salida para luego irse

-agh.. maldición...




(...)






Abril estaba sentada en la mesa escuchando sin poder creer una sola palabra de lo que contaba Raphael, quien estaba sentado frente a ella.

-Y bueno, luego se marchó- dijo recostándose sobre la mesa- fue muy sospechoso

-Aja...- dijo ella mirándolo con rareza

-¿Crees que miento?- levantó la cabeza al escuchar el tono lleno de duda y confusión de la chica

-Es que...- llevó una mano detrás de su nuca- se me hace difícil pensar que Karai sigue con vida y que está planeando ir tras Destructor- alzó una ceja

-¡Es verdad!- exclamó algo molesto- ¿por qué rayos mentiría? Tampoco es como si importara Karai- dijo rodando los ojos

La pelirroja torció la boca y lo miró por un par de segundos, ya que conocía muy bien el comportamiento de su amigo, pero no podía creer los pensamientos tan negativos que tenía hacia Karai. Si, había miles de razones para odiarla, pero después de todo.. era parte de la familia y sólo necesitaba algo de ayuda...

-Y... ¿ya hablaste con tus hermanos o con Splinter?- preguntó ladeando un poco la cabeza

-No, tampoco tienen porque enterarse, sólo se pondrían más odiosos de lo que están ahora, es mejor dejar que la olviden...- dijo decidido y antes de que la pelirroja pudiera replicar, se levantó- Ella es hija de Destructor... volverá con su papi..- dicho esto, dio media vuelta y salió de la cocina




(...)





Raphael salió al día siguiente, estaba en el borde de una azotea frente a la guarida de Destructor.
Le había dicho a sus hermanos que haría vigilancia, pero en realidad lo que quería era tener una oportunidad para volver a ver a la kunoichi y así poder llegar a un acuerdo con ella.

-Todo es exageradamente tranquilo hoy y no hay rastros de Karai- bufa- bueno... ni siquiera la busqué, je.. pero tampoco es como si tuviera ganas de hacerlo- rueda los ojos

Su mirada se dirigió nuevamente al edificio pero sólo prestó atención cuando divisó una sombra pasando rápidamente por ahí y entrando a la guarida de forma cautelosa.

-Pero qué...!?- rápidamente se levantó y bajó- no puede ser...- frunció el ceño y trepó la pared con ayuda de sus shukos hasta llegar a los ventanales de la guarida, donde pudo colarse

Estaba algo temeroso, ya que le preocupaba la posibilidad de que el Clan del Pie haya vuelto a la ciudad.

Aquella sombra paró justo en medio del lugar, donde la luz de la luna la iluminó dando a conocer su identidad.

-¿¡Karai!?- Raphael estaba perplejo, por un momento había pensado que el gusano controlador ya no estaba en ella pero ahora su pensamiento era el contrario

La chica sacó su celular y llamó a su amiga para informarle de su logro...

-Si.. he conseguido un vuelo- dijo mirando su boleto de avión con destino a Japón- amm.. no, será en unos días... no lo sé, Destructor es un tanto impredecible pero sé que podremos localizarlo tarde o temprano- la simple mención de ese nombre provocó un gran estremecimiento en Raphael

Sin soportarlo más, bajó de un salto, lanzando una de sus sais en el aire y esta atravesó el celular de la pelinegra clavándolo en el suelo.

-Raphael- dijo casi en un suspiro sonriendo un poco

-Que tonto fui al pensar que estabas de nuestro lado- frunció el ceño sacando la Sai que le quedaba

-¿Quién te dijo que no era así?- alzó una ceja y volteó por completo colocando una mano sobre su cintura

-Tus actos lo dicen, tus estúpidos pensamientos sin razonamiento- se acercó de manera amenazante

-No tengo tiempo para esto, lárgate- alzó el mentón sin moverse de su lugar

Rapha siguió acercándose hasta que ambos quedaron a centímetros, mirándose fijamente, intentando intimidarse mutuamente. A Rapha se le venía algo temblante pero estaba decidido a mantenerse firme, igual que ella.

-Has lo que quieras- su tono se volvió frío- quieres ir por Destructor? Adelante! Pero aléjate de mi familia o yo te alejaré de ella

-...- sólo se limitó a mantener la mirada

-Me rehusó a creer que eres una Hamato- se dio media vuelta dirigiéndose a la salida- lo mejor es que vuelvas con Destructor, es tu querido padre, no?

-Pero ¿¡qué dices!?- preguntó enfadándose- sólo vete!

-Uy, perdón, creo que herí los sentimientos de la princesa del Pie- dijo de manera burlesca siguiendo su camino

-Cierra la boca y sal de aquí!- exclamó apretando sus puños

-Lo siento, pero alguien debía recordarte lo que eres y siempre vas a ser, no puedes cambiarlo Karai, te criaron así, nunca podrás dejar de ser una maldita carga sin sentido- eso le dolió en el fondo a la chica pero se mantuvo firme tratando de no demostrarlo

-¿Qué me dices de ti?- sonrió de lado- ¿tus hermanos te soportan en serio? O... sólo fingen hacerlo por lastima- en ese momento el de rojo detuvo su andar- lo siento, alguien debía recordarte lo molesto e irritante que eres

Rapha soltó un gruñido y volvió hacia la chica estando rojo del enojo.

-¿¡Sabes!? ¡Estábamos mejor cuando creíamos que habías muerto!- exclamó tratando de controlar su ira por dentro pero le era imposible- no te necesitamos, Karai, sólo estorbas y además, no queremos a una hija de Destructor de nuestro lado, seguramente eres igual a él... está en tu sangre- cruzó los brazos dejando que su mirada se llenará de odio

-Crees conocerme pero no es así, sólo juzgas por mi pasado... un pasado que trato de enmendar- también cruzó los brazos alzando el mentón

-Ya es tarde Karai, no podrás cambiar... la típica niña mimada de papi.. ¡sólo eso eres!

-¿¡Crees que sabes todo sobre mí!?- apretó sus puños frunciendo el ceño

-Sé lo suficiente como para saber con que clase de basura estoy tratado- dijo con un tono seco y apagado

Estas palabras cayeron sobre Karai como balde de agua helada, hiriendo de la peor manera sus sentimientos.

-¡Cierra tu maldita boca!- exclamó airada

-¿Por qué? ¿Duele que te digan la verdad?- preguntó alzando una ceja

Ella lo miró por unos segundos más, hasta que giró unas cuantas veces hacia atrás tomando distancia.

-Sigue tu vida Raphael.... y... gracias por tu visita- sin más, tiró una bomba de humo y desapareció de la vista del temperamental

Este frunció aún más el ceño y bajó ligeramente la mirada para después lanzar sus sais contra el suelo, soltando un gruñido combinando con un grito colmado de rabia.




(...)




En un aeropuerto, bastante alejado de la ciudad, se podía ver a la pelinegra, sólo llevaba una pequeña valija con ella y esperaba con paciencia para ser la última en abordar aquel avión.

Pero pronto los gritos empezaron, seguidos por un par de rugidos. La gente corría llena de miedo, los oficiales de seguridad que estaban cerca trataban de calmar la multitud y de averiguar que era exactamente lo que pasaba, los encargados o personal llamaban por teléfono para pedir más ayuda. El aeropuerto se había vuelto un caos. Pero la locura incrementó cuando una chica fue lanzada bruscamente en medio del lugar haciendo volar su equipaje

-AGH!- fue acorralada en el piso por un mutante bastante reconocido por sus actos tan sanguinarios, un enorme felino sin cola...

-¿Miren a quién tenemos aquí? La traidora del Pie- dijo con ese tono grave y ronco tan característico en él

-Garra de Tigre- dijo la pelinegra sonriendo ladinamente- ¿sigues en busca de tu cola?- preguntó burlona frunciendo ligeramente el ceño

-Niña insensata- dijo entre un severo gruñido, arrugando la nariz y el ceño, para después lanzárle un golpe al rostro, el cual, ella pudo eludir cruzando los brazos en forma de cruz pero pronto recibió un preciso golpe en estómago cosa que la obligó a tratar de incorporarse y esto le dio oportunidad a su oponente para agarrarla de un brazo y lanzárla con fuerza contra la pared.

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Continuará

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