☆꧁༒☬ડꫀꪀ𝕥ⅈꪑⅈꫀꪀ𝕥ꪮડ☬༒꧂☆

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Veía desde la ventana de la cocina como los policías entrenaban. Le parecía entretenido ver el entrenamiento que tenían los chicos, no se visualizaba haciendo los mismos ejercicios que ellos, algunas veces era muy pesado y los castigos eran peores. Agradecía haber escogido la gastronomía como su carrera.

Claro que no todo era color de rosa, últimamente coincidía con uno de los estudiantes. Era un chico que siempre andaba perdido, tanto física como mentalmente. Todo el tiempo debía de indicarle como encontrar, su salón, el área de entrenamiento, las regaderas, el comedor, TODAS las áreas existentes y por existir en esa academia.

Dió un largo suspiro. Tomó del bolso de su mandil una cajetilla de cigarros que guardó en su saco, saldría a fumar un poco en un lugar donde no lo cachen. Tenía poco de seis meses en ese lugar haciendo su servicio, está a escaso tiempo de graduarse ante quién sabe cuánta gente. Iba sumergido en sus pensamientos, caminando en automático chocando con aquel chico.

- ¡Fíjate por dónde...! - no terminó la oración cuando vió de quién se trataba. Suspiró. - ¿Vas tarde? - preguntó burlesco

- No, espero a mi superior. Fíjate por dónde caminas idiota - respondió sin mirarle y tratando de mantener la calma, no quería un castigo por levantar un poco la voz aunque sea.

- Seguro te perdiste y no lo quieres admitir -

- Nunca me pierdo, los pasillos se mueven cada que voy a un sitio - respondió molesto, pero sin moverse de su posición de firme - Y ya déjame en paz, maldita sea -

- Ese tipo de lenguaje no está permitido aquí cadete - ambos chicos miraron hacía donde provenía la voz y vieron al superior del peliverde -

- Disculpe señor - pidió disculpas avergonzado

- Hmp - el mayor le miró solamente y se dirigió al rubio - ¿No deberías estás en la cocina en lugar de estar molestando a los estudiantes? -

- Iba a salir a tomar un poco de aire - respondió Sanji cabizbajo

- Ya veo, regrese a la cocina - ordenó el mayor. Sanji solo asintió y se dió la vuelta. Se había arruinado su plan para fumar, escuchó que el mayor dió una orden y enseguida unos pasos. Detuvo su andar a la cocina, giró y observó que ambos hombres se iban.

Sonrió para sus adentros, no lo admitiría, pero le parecía lindo aquel chico que se perdía constantemente, que parecía estaba en las nubes y que era quién se esforzaba más entre todos. Claro que lo veía digno de estar con él, pero no estaba interesado en ese momento de salir con alguien por la exigencia que le pedían en la academia.

No supo en qué momento había aceptado la idea de su padre de hacer su servicio en ese lugar y no en el restaurante del que es dueño el don. Sabía que no lo quería ahí por ser algo familiar (también porque casi siempre discute con los empleados y no por ser el hijo adoptivo del dueño, solo por joder de repente).

No sentía que haya sido una mala decisión, corrió a la cocina para ver por la ventana y ver a ese chico que tanto le llamó la atención. Sabía en qué momento sucedió, simplemente se sentía nervioso al estar parado junto a él y trataba de disimularlo (a veces lo lograba, otras veces no).

Veía al chico y a su superior andar por todo el patio de la academia, se preguntaba a dónde irían, ya que conocía muy bien las salidas.

Se arruinó su salida para fumar.

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Terminaba de limpiar la cocina, había sido un día largo. Acababa esa tarea y podía irse a su casa. Sentía tanta envidia de los que formaban parte del colegio, ellos terminaban sus labores y podían dormir en una habitación propia, y él, tenía que irse a su casa a veces caminando, a veces su padre iba por él, a veces alcanza el último bus del día, a veces, solamente tenía "a veces". Dió un largo suspiro, miró hacía la ventana y vió todo oscuro, miró la pared donde tenían un reloj de manecillas y se dió cuenta que iría de regreso caminando. Había olvidado su celular como para avisarle a su padre.

-Zeff va a matarme - lo más rápido que pudo, se puso a limpiar y guardar las últimas cosas que le faltaban. Sin embargo, se sentía muy cansado. Se sentó un momento frente a una de las barras de la cocina, necesitaba solo 5 minutos de descanso.

Miraba un punto fijo en la cocina. No pensaba nada, solo estaba ahí existiendo esforzándose por no dormir. Le gustaba el colegio por la noche, no había ruido alguno, los pasillos estaban completamente tranquilos, no había voz alguna, y los únicos pasos que se escuchaban eran los suyos y de algunos chicos que tenían que hacer guardia.

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- ¡Ey, rubio! - escuchaba una voz, la reconocía era del peliverde

- Mmh - fue su respuesta

- "Mmh" ¿Qué? Levántate, te quedaste dormido -

A pesar de la insistencia del chico, Sanji ni se inmutaba. Suspiró tomó de los hombros al rubio y lo movió constantemente un poco, no tan fuerte para que esté no azotara en la mesa.

- Sino te despiertas, te quedarás aquí -

Gracias al movimiento, Sanji había reaccionado, parpadeó varias veces mientras se encorvaba. Maldición, se había quedado dormido. Miró a todos lados un poco desorientado y coincidió mirada con el peliverde, se puso rojo en ese momento.

- ¿Estás bien? - preguntó preocupado el chico - Estás rojo - señaló el rostro del contrario

En automático, Sanji colocó sus manos en su cara avergonzado. Miró hacía el reloj, pasaban de las 2. Definitivamente, Zeff lo mataría.

- Mierda - rápidamente tomó las cosas que le faltaban guardar y como pudo las trataba de colocar. No dejaría la cocina desordenada - Me quedé dormido, mierda. Ya es bien tarde, Zeff me va a servir mañana en el menú -

- ¿De qué hablas? - había olvidado que no estaba sólo.

- Ayúdame, estás cosas van ahí - le dió una pequeña torre de platos y le señaló el lugar donde iban -

- No soy tu asistente -

- No, pero necesito ayuda. Sino guardo, mañana me llamarán la atención y si me tardo mi padre me servirá como el especial de mañana. Ahora, guárdalo -

Por voluntad propia, el chico ordenó al rubio. No quería discutir, sobretodo por lo tarde que era y entendía que estuviera alterado y preocupado por su hora de salida. Escuchaba cierto temor en si comentario. ¿Realmente su padre es tan malo con él?

- ¿Por qué no le llamas? - rompió el silencio que se había formado en ambos

- ¿A quién? - respondió con otra pregunta, Sanji no estaba prestandole atención.

- A tu padre -

- Olvidé el celular en casa, no tengo como avisarle. Presiento que va a estar muy preocupado si es que acabó temprano en el restaurante -

- ¿Cuál es tu nombre? - tenían días conociéndose, meses cruzando palabras y no sabían sus nombre. El rubio se puso realmente rojo de nuevo. Detalles, detalles.

- Sanji - respondió casi en un susurro y evitando tartamudear. El peliverde levantó una ceja algo confundido, relajó su mirada y extendió su mano frente a él.

- Zoro - le regaló una pequeña sonrisa, calida, amable, le transmitía seguridad. Sujeto su mano, quería huir del tacto, pero a la vez solo quedarse - Zoro Roronoa - un pequeño apretón, antes de que lo soltara. - Esperaba algún apellido de tu parte -

- No me gusta, si tengo, pero no es como si lo fuera divulgando por ahí. Es más una condena -

- Creo que entiendo porque temes llegar tarde -

- Ja - rió suavemente - Quién me espera es mi padre adoptivo, mi padre biológico no sé dónde esté y no es como si me importara. Terminamos, nos vemos - por inercia, de manera inconsciente tomo sus cosas y depositó un pequeño beso en la mejilla del chico, para salir corriendo.

No observó la hora en el reloj, salió lo más rápido posible sin darse cuenta de su acción. Se sentía muy feliz por eso, no le importaba si esa noche Zeff lo regañaba por llegar tarde a la cena.

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Holaaaaa! Volví a este género, ahora quise poner gift y separados y así, espero que no se too much 🙃

Espero les haya gustado y lo disfruten, hace mucho no escribo y me siento oxidada.

Chao chao ♡✨