—¡Fred!— Llamó una mujer castaña de ojos miel a su hijo.

—Mande— Respondió indiferente aquel muchacho sin ganas de hablar.

—Ve a comprarme unas manzanas por favor— Dijo sonriente la señora mientras le daba un billete a su hijo.

—¿Por qué no se lo pides a Freddy?— preguntó renegando aquel chico.

Su madre solo lo fulminó con la mirada, Fred trago saliva nervioso y asintió tomando él dinero y saliendo de la casa.

Después de un rato caminando llego a el famoso puesto de frutas.

—¡Hey! Frutero— Saludo llamando la atención de un señor algo mayor y con un excelente bigote sedoso y bien cuidado.

—¡Buenos días!— Saludo de vuelta ese atractivo y musculoso (Ahq no...) hombre.

—Me podría vender sus manzanas— Dijo algo serio él de orbes blancas.

—Claro— Don Toño sonrió y en una bolsa guardo cuidadosamente las frutas —Son las más Frescas— Comento para darle la bolsa.

—Eh... Si, gracias— Contestó dándole él billete y recibiendo aquella bolsa —Nos vemos— Se despidió para seguir su camino a casa.

—Adiós... Guapo— Se despidió también él señor y susurro la ultima parte para si mismo, no podía negarlo, era muy atractivo ese chico.