•1•
—Fred, hijo— Volvió a llamar la mujer a su hijo de piel grisácea.
—¿Qué paso, mama?— Preguntó él chico llegando hacia su progenitora.
—Ya se acabaron las fresas y las necesito, ve y comprame un 1kg con Don Toño— Ordeno la señora dándole de nuevo otro billete.
—¿Otra vez? — Renegó él muchacho.
—¿Quieres que te castigue?—Respondio la ojiambar con una sonrisa amable que Fred sabía que era diabólica.
—Vuelvo en un abrir y cerrar de ojos— Dijo El de hebras negras nervioso y guiñando un ojo "seguro".
[...]
—¡Hey! Frutero.— Saludo Fred de la misma manera a aquel señor de gorra roja.
—Joven...— Don Toño hizo una pausa para que él chico que le dijera su nombre.
—Llameme Fred— Le contesto observando las frutas buscando las fresas.
—Por su puesto, joven Fred— Le dijo con una cálida sonrisa él castaño.
—Deme un 1kg de fresas— Pidió no muy amable él menor.
El frutero peso la bolsa y cuando marco lo deseado, le entregó las fresas.
—Gracias— Agradeció Fred pagándole con él billete.
—Gracias a ti, guapo— Respondió Don Toño.
No se había dado cuenta de como lo había llamado, así que no se preocupo... Pero Fred si escucho ese alago.
—E-Eh... Adiós— Despidio algo sorprendido y levemente sonrojado de ese bigotudo.
El hombre solo movió sus manos mientras observaba como se alejaba de su puesto.
—Pedófilo— Se dijo a si mismo él chico de ojos negros, una vez ya se había alejado demasiado de ese señor.
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