C51: Sí amas algo déjalo ir.


— ¡Mamá!—el grito de Camila resonó en todo el lugar apenas entró en su casa y azotó la puerta dando a entender a cualquiera que estuviese a un kilómetro a la redonda que estaba totalmente furiosa.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué pretendes sellar la puerta para no volver a abrirla jamás?—le espetó la rubia saliendo de la cocina con un delantal puesto, ese que decía "best mommy all around the world". La ironía era que Camila se lo había obsequiado cuando cumplió doce en una festividad del día de las madres.

—¿Qué demonios significa esto?—exigió casi lanzándole la carta arrugada.

Los ojos de la mujer observaron la arrugada y vieja hoja para después observar a su hija que permanecía con los ojos hinchados y rojizos.

—¿Cómo es que tú...?—negó levemente—¡Estuviste husmeando en mis cosas!—la retó.—¿Con que derecho abriste la caja de madera donde estaban estas cartas, eh?—Camila rio sin ganas y se cruzó de brazos.

—Con el maldito derecho que tú misma me otorgaste cuando decidiste quedarte callada, maldita sea—respondió la chica.

—¡No tienes ningún derecho a tomar mis cosas ni a hablarme así!—gruño la mujer.

—¡Tú tampoco tenías ningún derecho a mentirme, sin embargo lo hiciste durante veinte años! ¿Quién de las dos crees que está peor, eh?—se burló la pelinegra.

—Escucha Camila, yo no quiero que tú...

—¡No estás en condiciones para decir lo que quieres o no, quiero que me digas la maldita verdad de una buena vez!—farfulló cruzándose de brazos—En esta carta dice que no sabes de quién soy hija, sin embargo cuando yo te escuché decírselo a Brooke claramente dijiste que jamás podía enterarme que no era hija de Steve. ¡Eso no tiene sentido! Te contradijiste sola—exclamó furiosa.

—Sobre lo que dije...

—¿Por qué estás tan segura que no soy hija de Steve, eh?—exigió en tono mordaz.

—Tus ojos son iguales a los de Marcus....—Camila negó un poco.—...compartes una mancha de nacimiento con él...en la base del cuello...—el corazón de la chica se estremeció ante la mención de su mejor amiga.

—Cuando me dijiste que esa marca de nacimiento la había heredado de mi padre, siempre pensé que Steve la tenía...¿Por qué tuviste que hacerlo, mamá?—cuestionó con nuevas lagrimas bajando por sus mejillas.—¡Y todavía tuviste el cinismo de hablarle a Danna de su madre! ¡Tuviste el descaro de decirle que la habías conocido!

—Yo no sabía que Marcus era casado, te lo juro—Camila negó.

—No me jures nada, ya no me interesa y ya no te creo nada de lo que dices...el hecho de que tenga los malditos ojos iguales a los de Marcus Yuna estúpida mancha de nacimiento no significa que seamos familia....—susurró indignada.

—Camila, por favor...

—¿Por favor que, Marcelle?—estalló.—Me jodiste la vida desde antes de nacer, eras mi modelo a seguir porque siempre te consideré la mejor madre del mundo, hasta el estúpido delantal que tienes puesto lo dice, le dije a mi novio que quería ser igual que tú, porque habías sido una mujer que amó con su vida al hombre con el que se casó, pero ahora...lo único que quiero hacer es luchar para no ser igual que tú en un ningún maldito sentido, porque mientras tú te divertías de lo lindo y jugabas a la adolescente enamorada con el padre de Danna, una mujer en casa estaba pasando el tiempo con su hijo esperando por su esposo...

—Para....—demandó la mujer con los ojos aguados.

—¿Qué voy a hacer con Danna, eh? ¿Cómo se supone que pueda mirarla a los ojos sabiendo que mi madre fue la tercera en discordia entre sus padres? Me da vergüenza hacerlo, me da vergüenza estar si quiera en la misma habitación que la chica que consideraba mi mejor amiga y que ahora además de todo podría ser mi hermana—masculló entre dientes.

—Para....—repitió.

—Gracias por joderme la vida, mamá.

(...)

...

—¡Fue Melissa! ¡Claro! ¡Fue ella!

—¿Qué? ¿Qué tiene que ver Melissa en esto?

—¡Ella es la que te está llenando la cabeza de tonterías, Lucy!

—Por eso apareció en la pista de repente... ¡te está manipulando! ¡Te quiere poner en contra de Cindy y de Danna!

—¡Claro que no!

—¡Claro que sí! ¿Y sabes que es lo peor? Que está lográndolo y encimas estas lastimando a las personas que te quieren en el proceso, entre ellas a Joel...

...

Lucy soltó un largo suspiro mientras las palabras de Melanie y Ady llenaban su cabeza, eran como esas vocecillas que la estaban atormentando desde el día anterior luego de que echara a sus amigas de su casa y de que Melissa se marchara un rato después luego de relatarle todas y cada una de las palabras de la rubia y la castaña.

No podía dejar de pensar en el hecho de que las chicas parecían realmente seguras de lo que estaban diciendo, lo habían decretado con tanta fiereza que la habían hecho temblar apenas las vio salir cabizbajas.

...

—No veo la hora de que vuelvas, las cosas no son lo mismo sin ti...

—Sí, ya lo sé. Han mejorado bastante pero es obvio que el equipo me necesita...

...

El exceso de confianza en Melissa siempre había sido notable, le gustaba ser el centro de atención en todas las competencias y no permitía que nadie le dijera que hacer, en cambio Danna... ¿Y sí se estaba equivocando y en verdad las cosas no eran como ella creía? Cierto que Melissa en algunas ocasiones había ido de visita a la pista, pero siempre permanecía en la grada más alta prácticamente escondida entre las sombras, era un poco extraño que de repente se hubiese acercado.

...

—No te vayas, Meli. Estamos a punto de tener una competencia totalmente importante, es la que nos da el pase a la final...

—¿Por qué debería quedarme? Encontré una pista con mucho más nivel que esta, tiene patinadores increíbles y están felices de recibirme, tengo una oportunidad de oro en mis manos y no pienso desaprovecharla por...ustedes...

...

—Danna no nos dejaría en un momento así, Cindy. Tú la conoces mejor que nosotros, el patinaje le apasiona y jamás dejaría botado a su equipo...

...

Esa era la diferencia entre ambas chicas, fue entonces que lo comprendió de golpe. ¡Dios! Estaba siendo una completa egoísta con Danna, con su amiga. Porque eso era lo que ella era, mientras Melissa se había marchado a punto de iniciar una competencia importante sin importarle absolutamente nada más que ella misma, Danna había patinado corriendo el riesgo de lastimarse para no dejar a su equipo.

Se puso de pie dispuesta a ir en busca de su teléfono para llamar a Cindy y programar una cita con ella y con Danna, necesitaba pedirles disculpas a ambas, pero fue imposible porque dado el primer paso el timbre de la casa comenzó a resonar en todo el lugar. Seguro era Joel. Soltó un pequeño suspiro y camino rápidamente hasta la puerta principal.

Cuando la abrió lo primero que encontró fue el rostro de su novio que la observaba en silencio y con tanta seriedad que hizo que su corazón se estremeciera.

Estás lastimando a las personas que te quieren en el proceso, entre ellas a Joel....

Antes de que su novio pudiese si quiera pestañear, ella se abalanzó a sus brazos escondiendo su rostro avergonzado contra su pecho y aspirando su loción que hacía que sus piernas temblaran.

—Lo siento tanto, mi amor.—anunció con voz amortiguada.—Fui una tonta el día de ayer, me deje manipular por Melissa, lo acabo de comprender de repente.—explicó apartándose un poco.—De verdad, no quería ser grosera con Danna...necesito pedirle perdón—Joel suspiró.

—Espera un poco, ¿porque lo sientes? ¿Y...fuiste grosera con Danna?—cuestionó confundido.

—Porque ayer en la pista literalmente te ignoré....—murmuró con las mejillas en llamas.

—No te preocupes por eso, no pasa nada—respondió sonriéndole—Y sobre lo de pedirle perdón a Danna, no creo que se lo haya tomado personal y tampoco creo que sea un buen momento...esta...pasando por un momento difícil—los ojos de Lucy lo observaron con detenimiento y luego negó un poco.

—¿Esta bien?—Joel negó también.

—¿Tienes tiempo? Porque esto es algo realmente largo de contar y sumamente complicado de digerir...

(...)

—¿Cómo está?—preguntó Christopher entrando en la habitación de Danna donde Mariana la observaba dormir profundamente.

—El doctor dijo que era necesario aplicarle un calmante para hacer que se tranquilizara...lleva dormida un buen rato así que...creo que no debe tardar e despertar—murmuró arrugando la nariz sostenido a Leah totalmente dormida cuidadosamente.

—¿La sedaron?—exclamó horrorizado.—¿Renato permitió que la sedaran?—exigió con molestia.

—Cálmate, Christopher. Él no quería que lo hicieran, pero Danna no dejaba de llorar ni de temblar y el doctor dijo que de seguir así podía tener un colapso nervioso, creo que para nadie debe ser fácil enterarte de repente que tu mejor amiga puede ser tu hermana y es una impresión muy fuerte—explicó sonriéndole maternalmente antes de acariciar la cabeza del bebé.

El muchacho avanzó lentamente hasta la cama donde la chica descansaba abrazada al gato de peluche, el corazón se le partía de verla en aquel estado y no poder hacer nada para ayudarla. Se sentó junto a ella y acarició su mejillas son suma delicadeza, sonrió un poco cuando se percató que aun dormida su piel se erizaba en reacción a su toque.

—Hubiese dado lo que fuera para que no te enteraras nunca y evitarte todo esto, muñeca—murmuró en voz demasiado baja, pero no lo suficiente para Mariana.

—¿Lo sabías?—Christopher suspiró.

—No a ciencia cierta, pero Zabdiel y yo teníamos una sospecha cuando nos dimos cuenta que ambas compartían una marca de nacimiento...creí que Zabdiel se había vuelto loco, pero ahora...Dios, pobre Danna—Mariana negó un poco.

—Danna es muy afortunada ¿sabes?—los ojos del ecuatoriano se posaron en Mariana y ella le sonrió. —Tiene amigos totalmente increíbles y te tiene a ti, que cualquiera que esté a cincuenta kilómetros a la redonda puede sentir el aura y la fuerza con la que la amas, Chris—el chico esbozó una pequeña sonrisa y observó con curiosidad una papel blanco que sobresalía debajo de la almohada de Danna.

Cuando lo sacó su corazón dejó de latir un segundo. Una fotografía familiar. Una Danna de no más de tres años, Sebastián, Allye y Marcus sonreían a la cámara. Todos pareciendo realmente felices.

—La amo como no tienes una idea, Mariana—susurró en respuesta y volvió a dejar la fotografía donde estaba.

—Sé que para ustedes viene algo muy difícil, pero...

—Pero vale la pena, Mariana. Por Danna, vale toda la pena del mundo...

—Eso es muy madura de tu parte, Christopher. Cualquiera que estuviera en tu situación estaría haciendo una berrinche porque su novia está a punto de marcharse, sin embargo tú lo estas manejando muy bien...es admirable—él negó.

—¿Has escuchado el dicho que dice que sí amas algo déjalo ir y sí vuelve es tuyo?—Mariana asintió con el ceño fruncido—Danna es mía, pero la amo tanto que la dejaré ir para que cumpla su sueño sin temor alguno de que no vuelva, pero con la confianza de que sé que volverá a mí, porque nosotros nos pertenecemos el uno al otro...no me malinterpretes, pero...

Mariana rio.

—No tienes que explicarme nada, Christopher. Yo soy una mujer y sé a lo que te refieres sin necesidad de decir nada más, la primera vez que vi a Danna me pareció una chica realmente linda, no sólo físicamente, sino también en su forma de ser, es increíble y tiene un don especial que...bueno, tú lo sabes mejor que nadie, por algo te enamoraste de ella—él asintió—Y...cuando llegamos acá y la vi, me di cuenta que estaba totalmente radiante a pesar de la confusión que mostraba por el comentario del chismoso de mi marido, tenía...una chispa especial que solamente las mujeres podemos adquirir a base de amor y un brillo en los ojos que la hacía parecer todavía más linda que de costumbre, y sabes también a que me refiero...y fuiste tú, Chris, fuiste el responsable de ello.—las mejillas del muchacho se sonrojaron y Mariana sonrió.—ah, no te preocupes que yo no diré nada. Su secreto está seguro conmigo...

—Gracias, Mariana.—susurró avergonzado.

—No me des las gracias, mejor prométeme que siempre vas a estar con ella cuando te necesite....—Christopher asintió.

—Siempre.—sonrió y volvió a acariciar la mejilla de la chica—Yo voy a estar con ella hasta el último de mis días, te lo juro...

_ _ _

Juramento inquebrantable como en Harry Potter...jajaja.

¿Les está gustando la historia? ¿Cómo han sido sus reacciones con los últimos tres capítulos? Yo estoy en una especie de circulo vicioso, me enojo-lloro-me enojo-lloro-me enojo-lloro. JAJAJA.

Muchos besooooos.

G. xx

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