C42: Nueva actitud.


—¡Buenos días!—saludó una sonriente Danna entrando en el comedor donde toda su familia estaba reunida. Los chicos la miraron con curiosidad, intercambiaron miradas entre ellos y luego le sonrieron.

No eran capaces de comprender porque la alegría de la muchacha. La noche anterior luego de la charla que ella había tenido con Renato pasó un par de horas sentada en la oscuridad de la noche pensando en lo que su padre le había dicho. Luego cuándo finalmente decidió que era hora de dormir –una vez que todo el mundo se marchó a sus habitaciones- entró en la casa y se dirigió a su habitación. Christopher había intentado quedarse con ella en el jardín para ofrecerle su apoyo moral, pero Danna luego de ofrecerle un cálido beso y unas cuantas palabras de amor, declinó la oferta de su novio porque necesitaba pensar con claridad y teniendo a Christopher cerca le costaba un poco mantener el hilo de sus pensamientos.

Se había dirigido a su habitación como si de una especie de fantasma se tratase, casi flotando. Pasó otro par de horas pensando en todo lo que le había dicho Renato y finalmente llegó a una conclusión.

¡Era tan egoísta como Azul!

No podía seguirse encerrando en su propio mundo cada vez que algo malo le pasaba. No podía ignorar a los chicos cuando ellos lo único que hacían era tratar de hacerla sentir mejor, quererla y mimarla. No le parecía correcto sentir tristeza por Marcus cuando lo único que estaba haciendo era pagar por algo que él mismo había provocado. No podía reprocharle nada a Renato porque todo lo que ese hombre estaba haciendo por ella era protegerla y quererla. Le había dado una casa, comida y amigos. Le había dado una familia. No podía seguir siendo la víctima en aquella situación, era bastante egoísta de su parte pensar solamente en ella, en lo que ella sentía y no en las personas que la rodeaban. Inconscientemente les estaba haciendo daño y eso era lo que menos quería.

Eran su familia.

Así que finalmente luego de pensarlo detenidamente un par de horas llegó a una conclusión. Danna Silvetti en serio tenía que dejar de existir. Después de todo, ella no tenía absolutamente nada que la uniera a Marcus y usar su verdadero apellido le parecía una falta de respeto hacía su padre adoptivo. Danna Francis era quién existía en realidad. ¿Qué era lo que le faltaba a Danna? ¡Nada! Tenía mucho más de lo necesario.

¿Y Danna Francis era feliz? En un intento desesperado por saber esa respuesta había comenzado a vagar por internet tratando de encontrar como es que una persona se podía catalogar como feliz. Entonces los encontró. Fortalecer personalidad. Cambiar carácter. Identificar a las personas buenas. Equilibrar emociones. Fijar metas. Dedicarse a lo que le apasionaba. Esas era una de las cuantas metas que Danna Francis tenía en mente, era todo lo que necesitaba para ser feliz.

Deja todo lo malo de lado y empieza a vivir realmente, Danna.

—¿Y esa sonrisa?—preguntó Richard sonriéndole también.

—Es que hoy es un muy buen día—respondió la chica inclinándose para poder besar la mejilla del dominicano para después comenzar a repartir besos entre todos los presentes—¿No les parece?—añadió con voz cantarina.

—¿Te fumaste algo, Danna?—preguntó Joel mirándolo. Danna rio.

—No. ¿Por qué dices eso?—cuestionó mirándole fugazmente.

—No...era una simple pregunta—se encogió de hombros de manera despreocupada.

—Pensamos que...bueno que tú....—comenzó Christopher y luego cuando los ojos de su chica se posaron en él, se quedó callado.

—¿Qué iba a estar llorando como una niña pequeña en mi habitación?—suspiró—No, nada de eso.—Renato la observó también con una ceja enarcada.

—¿Quién eres tú y que le hiciste a mi Danna?—le espetó Erick mirándola fijamente.

—¿En dónde están Johann y Yoandri?—cuestionó mirando a los muchachos que seguían estupefactos observándola.

—Aun no bajan.—respondió Zabdiel encogiéndose de hombros.—¿Puedo saber porque esta nueva actitud, Dan? Digo, esta increíble, pero la duda está comenzando a embargarme.—Danna asintió lentamente y volvió a suspirar.

—No pienso deprimirme por el hecho de que Marcus este dentro de una celda pagando por algo que él hizo. Me di cuenta que he sido una egoísta que sólo piensa en sí misma y no pienso en ustedes...no quiero dañarlos ni hacer que se preocupen por mí, chicos. No quiero seguir así, quiero tener una vida como la del resto de las chicas de mi edad, volver loco a Christopher con los dramas infundados de novia desquiciada, tener peleas de hermanos con Erick, Richard, Zabdiel y Joel. Y darle muchos, muchos dolores de cabeza a Renato—Renato rio.

—¿No son suficientes ya con los que los chicos me dan?—Danna negó con diversión.

—Pero hablando, en serio...Danna Silvetti de alguna manera tiene que dejar de existir, no quiero compartir mi vida con ella. Su vida fue algo realmente tormentoso y la vida que yo estoy llevando ni siquiera se le parece—Christopher tomó su mano por encima de la mesa y ella lo miró.

—¿Sabes que nosotros te amamos, verdad?—ella asintió lentamente.

—Y yo también los amo a ustedes, de verdad. Todos han sido increíblemente amables conmigo, me han dado todo su amor, su compresión...

—¿Por qué estamos todos tan sentimentales hoy?—inquirió el dominicano antes de darle un pequeño trago a su vaso de zumo de naranja.

—Hey Danna, me parece increíble que estés tomando todo esto de esta manera, creo que es algo muy maduro de tu parte—anunció Renato sonriéndole.

—Gracias, Re...papá—sonrió.—Gracias.

(...)

—¿Por qué mamá y tú están enojadas?—preguntó Madison apenas apartó de sus labios el vaso de chocolate y observó a la pelinegra que permanecía en silencio observando los panqueques en el plato frente a ella.

—Esas son cosas de personas adultas, Madison—le espetó Camila observándola con el ceo fruncido.

—¿Pero nunca más vas a volver a hablarle?—cuestionó de nueva cuenta.

—¿Por qué mejor no te dedicas a comer para poder terminar rápido?—la presionó la muchacha—Tenemos que llegar temprano a la pista—señaló en voz baja. Su madre la observó desde el umbral de la puerta de la cocina y cuando sus ojos se conectaron la chica de inmediato apartó la mirada.

Desde que ella había regresado a casa, había intentado un par de veces hablar con su madre, pedirle una explicación pero tal parecía que Marcelle Sáenz no pensaba decirle una sola palabra que le ayudara en nada.

—¿Voy a poder sentarme con Erick?—interrogó emocionada. La muchacha la observó un breve segundo y asintió sin darle mucha importancia, tenía algo mejor en mente.—¿Mamá, vienes a la pista con nosotras?

—No.—respondió la pelinegra incluso antes de que el cerebro de su madre pudiese procesar la pregunta. Sus ojos volvieron a encontrarse y la mujer apartó la mirada de inmediato.

—Pero Camila....

—¡Lo digo en serio, Madison!—masculló ofreciéndole una mirada desafiante.

La niña observó a su hermana con el ceño fruncido pero se quedó en silencio. Camila se sintió culpable de inmediato, pero prefirió no decir nada, no delante de su madre. En silencio terminó de desayunar y luego subió a su habitación. Camila la siguió de inmediato porque no soportaba la idea de pasar más de cinco minutos dentro de la misma habitación con ella.

—¡Danna!—exclamó Maddie corriendo en dirección a la chica que caminaba de la mano de su novio. Danna deshizo su agarre de Christopher y abrazó a la niña cariñosamente. Christopher le sonrió y las mejillas de la niña se sonrojaron de inmediato.

—¡Hola, Maddie!—la saludó la castaña.—¿Estas lista para ver algo realmente genial?—preguntó Danna sonriéndole ampliamente.

—¡Sí!—gritó la pequeña con entusiasmo. Christopher volvió a reír y luego en compañía del par de chicas camino hasta el lugar que Cindy asignado en la grada donde el equipo descansaba.

Cuando los ojos de Camila se encontraron con la figura de Danna que le sonreía se puso de pie y se acercó a su mejor amiga.—Todavía no puedo creer que estés haciendo esto, Cami—murmuró la castaña con una sonrisa en los labios.

—Ni yo, recé toda la noche para no hacer el ridículo hoy—bromeó para después reír.

—No seas exagerada, Cami. Vi los entrenamientos y lo hiciste realmente bien, en serio—sonrió—nada puede salir mal porque se esforzaron mucho para esto—Camila la contempló un momento y luego negó.

—Quiero hacerlo todo bien, Dan. Sé que esto es muy importante para ti y por eso me esforcé el doble para no hacerte quedar en ridículo con tu equipo—anunció encogiéndose de hombros.

—No digas tonterías, mejor amiga...vas a ver que va a salir increíble.—decidió la castaña.

—¡Mi amor!—exclamó Zabdiel acercándose a la pelinegra con una increíble sonrisa en los labios.

—Hola—murmuró la chica con las mejillas en llamas.

Danna sonrió para luego apartarse de la pareja. Volvió su atención al resto de los Wheels que calentaban y charlaban animadamente. Soltó un suspiro de frustración por no poder estar ahí y apoyó su cabeza en el hombro de Christopher mientras Maddie seguía parloteando con Johann, Erick y Richard. Ellos le sonreían ampliamente con cada cosa que decía y la niña se sonrojaba hasta las orejas.

Por otro lado, la sonrisa de Joel Pimentel no podía ser más amplia. Un centímetro más y terminaría con la sonrisa fuera del rostro. Estaba totalmente orgulloso de su novia y de su amiga, porque tenía que admitir que Camila se había esforzado muchísimo para hacerlo bien, y sí el no supiera la verdadera razón por la cual esa chica bailaba ese día, muy bien podría haber pensado que se trataba de una patinadora más.

Cuando los ojos de su novia se encontraron con los suyos, una linda sonrisa iluminó su rostro provocando en el proceso que el corazón del mexicano se exaltara dentro de su pecho. Le envió un beso un momento antes de que el presentador hiciera su aparición para anunciar la entrada de los Wheels en la pista y de que las luces del lugar se apagaran por completo.

—(Ha)(Yo)(What's up, what's up?)(Nah, it ain't over 'til it's over)...Here we go!...— Camila Horvat estaba a punto de echarse a correr. Y lo habría hecho de no ser porque la música comenzó a sonar por las enormes bocinas del lugar y su oportunidad se esfumó tan pronto como el reflector encima de ella se encendió.

We know what we came to do and nothing gonna stop us...—Soltó un suspiro y se obligó a mover los labios simulando cantar y a girar sobre sí misma tal y como había hecho en los ensayos.

Gonna rock this house, we're gonna prove. We're never gonna give up...—Evan la codeo de manera juguetona y Camila le agradeció al muchacho mentalmente mientras re volvía con el resto de los chicos que jugueteaban en la pista.

Try to hold us back, try to hold us down. Try to break this vibe we got going now...—Lucy rio y chocó palmas con Ady al tiempo que echaba hacía en frente para posarse decididamente en el reflector.

'Cause if you think we're giving up. Nah, we're just getting started...—A Juls le encantaba hacer movimientos de robot, por eso Cindy había decidido incluirlos en la coreografía.

So let's hit the lights and crank the sound moment of truth, let's go all out...—Ady se giró sobre sí misma y rio cuando un hombre con una cámara se posó frente a ella, Camila sonrió y luego chocó palmas con Melanie sin dejar de moverse.

¿Por qué había cámaras? A ella nadie le había dicho que habría cámaras.

Got so much adrenaline, can't hold it in let the games begin...—los chicos se posaron detrás de Axel y él simplemente se dejó caer, ellos rieron y lo empujaron al frente. Cindy sonrió complacida.

Tonight there's no distractions We gonna make it happen....—Melanie sonrió coqueta y le lanzó un beso a la cámara totalmente confiada. Camila rio por lo bajo.

No time to catch your breath; They ain't seen nothing yet...—Uri tenía ángel para el baile, definitivamente.

(Let's go) Feel the fire inside ya... (Hey, hey, hey, let's go) (In it to win it)...Dancing up on a wire... (Dancing, dancing, dancing, let's go) (Take it to the limit)...We got the strength of a fighter, fighter, fighter...—los chicos se cruzaron de brazos quedándose estáticos mientras las chicas con las manos posadas en la cintura comenzaban a balancearse lentamente sobre sí mismas.

Danna Francis estaba a punto de echarse a llorar. Se recordó a sí misma que tenía que tener una actitud positiva pero era realmente duro tener que ver como su equipo se presentaba en un evento importante y ella no podía hacerlo con ellos. Su piel se estremeció cuando la mano de Christopher se entrelazó con la suya.

Los ojos de Danna se posaron en los de su novio y le ofreció una pequeña sonrisa que ella de inmediato correspondió antes de volver a llevar su mirada hasta Camila que seguía bailando como sí toda su vida lo hubiese hecho. Tenía que aceptar que era totalmente buena, incluso aunque ella dijera que no.

Cuando la canción terminó y las luces de la pista volvieron a apagarse por completo, como el resto del público se puso de pie y aplaudió tanto hasta que las palmas de sus manos se pusieron blancas. Un momento después con el resto de los chicos y Renato se acercaron a los patinadores que festejaban como sí los hubiesen coronado campeones y los felicitaron uno por uno.

—Se lucieron, chicos—inquirió Erick sonriéndoles.—Estuvo increíble—agregó.

—Bueno, yo creo que la que verdaderamente se lució aquí fue Camila, que en el primer entrenamiento no dejó de decir que era una locura ponerla a bailar, y mírala—objetó Uriel sonriéndole a la muchacha.

Las mejillas de Camila se sonrojaron y escondió su avergonzado rostro en el cuello de su novio. —¿Vienen a festejar una increíble presentación con nosotros, chicos? Nos reuniremos más tarde en casa de los mellizos—inquirió Evan acomodándose los guantes sin dedos con sumo cuidado.

—Sí, obvio—respondió Erick con entusiasmo—...o por lo menos eso creo, tenemos que pedir permiso....—explicó encogiéndose de hombros.

—Anden, famositos. No creo que Renato no los deje no asistir si sabe que Cindy estará presente.—replicó el chico.

—Ese es definitivamente un buen punto.

(...)

Camila y Zabdiel caminaron tomados de la mano por el pasillo que conducía a la oficina de Renato. Ella había persuadido a su novio para que la acompañara alegando que tenía un tema importante que tratar con el hombre. Zabdiel esperaba que la loca de idea de dejar el tour no se hubiese hecho presente en la cabeza de su novia, sabía que la relación con su madre se había roto y lo menos que quería era que por consecuencia, Camila dejara su trabajo para no tener que toparse con su madre, así que mentalmente ya había preparado una larga lista de razones por las cuales ella tenía que seguir con ellos.

Golpearon un par de veces la puerta de caoba hasta la voz de Renato les concedió el permiso para entrar. Como todo un caballero el boricua dejó que la chica entrara primero, luego caminaron hasta las sillas al frente del escritorio y se sentaron en medio de un suspiro.

Renato los observó fijamente y luego negó.—¿Pasa algo? ¿O por qué tienen esas caras?—murmuró sin dejar de mirarlos—esperen un segundo, no me vayan a decir por favor que van a ser padres, porque les juro por amor a Dios y a todas las cosas buenas que yo....—se calló de golpe cuando Zabdiel comenzó a negar con una sonrisa burlona en el rostro.—...Dios que alivio, vivo con la preocupación de que alguna vez uno de ustedes me diga eso...sobretodo Christopher y Danna—Camila sonrió.

—Es un tema importante pero no se trata de eso.—respondió la chica volviendo a la seriedad.

—¿Entonces qué es lo que pasa?—inquirió acomodándose las gafas. Zabdiel observó a su novia que parecía estar debatiéndose internamente entre hablar y no hablar.

—Necesito que me hagas un favor enorme....—Renato asintió lentamente.

—Sí se trata sobre venir a vivir con los chicos, de una vez te digo Camila que por el simple hecho de ser la novia de Zabdiel ya eres parte de esta familia y puedes hacerlo si quieres...claro que Marcelle va a poner el grito en el cielo cuando se entere, pero creo que podemos manejarlo—Camila negó de nuevo.

—Muchas gracias, pero tampoco es eso...es otra cosa.

—¿Entonces qué es lo que pasa, Camila? Estoy comenzando a imaginar cosas que no son buenas....—Zabdiel suspiró.

—Cam ¿Por qué tanto misterio?—farfulló el boricua en voz baja.—De verdad estoy comenzando a preocuparme...

—Es que le he estado dando muchas vueltas al asunto, he tratado ya de preguntarle a mamá pero simplemente parece que no va a hablar jamás y estoy comenzando a desesperarme....—soltó un suspiro—...probablemente me arrepienta después pero...

—¿Pero...?—Renato la observó fijamente por un largo segundo, Camila bajo la mirada hasta el filo de la mesa, negó levemente como sí la idea fuera horrible para después observar a su jefe.

—Necesito que me ayudes a averiguar quién es mi verdadero padre...

_ _ _ _

¿YA ESCUCHARON MI MEDICINA? ¡Perfección pura, señores! Es tan... asdfghjklñ, no sé como explicarlo...sus voces...la canción...el video... *c muere la escritora* JAJAJA

¿Ya pre-ordenaron el álbum? ¡Yo estoy por ir a comprar una tarjeta para poder pre-ordenarlo como Dios manda! JAJAJA en finnnn. Siento la necesidad de que Abril llegue yaaaaaa.... *muere de ansiedad* Mucha efusión el día de hoy.

Oigan otra cosa....

Por pedido de dos lectoras, consideré la idea de hacer una entrevista con la escritora, la idea es que ustedes me pregunten lo que quieran saber sobre mi o sobre la historia (pero de una vez les digo que no les voy a hacer spoilers, jaja) Así que sí les interesa la idea, dejen aquí todas las preguntas que tengan para mí. Va ser algo así como entrevista de escritora-lectoras ¿les gusta la idea?

Les envío mucho besosssssssss y abrazossssssss *la euforia sigue*

All the love, ah. G xx

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