C31: Opciones.
—Chris.... —lo llamó Danna del otro lado de la puerta de la habitación del chico. Escuchó pasos amortiguados y luego la puerta se abrió dejándole ver a un Christopher recién levantado. — ¿Aun dormías? Son casi las once—murmuró la chica con las mejillas sonrojadas cuando se percató que su novio sólo vestía un pantalón deportivo y llevaba el torso desnudo.
—No, de hecho me estaba lavando los dientes.—le sonrió.—Buenos días, muñeca—la saludó un momento después antes de dar un paso al frente y besarla brevemente.
Danna le sonrió un poco.—Buenos días—susurró sin ganas. Christopher la miró un largo segundo.
—¿Te sucede algo, mi amor?—Sus ojos se conectaron y ella soltó un prolongado suspiró. Él tomó su mano y el guío al interior de la habitación.
—Tengo que decirte algo importante...—anunció apenas se sentaron en el filo de la cama aun desecha del chico. El corazón del ecuatoriano latió demasiado de prisa y su cerebro comenzó a trabajar rápidamente creando un sinfín de posibles noticias importante que Danna podría darle.—...es que yo...
¿Y sí le decía que quería terminar con él? ¿O que quería mudarse de casa? ¿O peor aún, de país? Y, oh. Por. Dios. ¿Y sí iban a ser padres? No es que le molestara eso, al contrario, le gustaba la idea. Los problemas vendrían después, cuando tuviesen que decírselo a Renato. Seguramente él los retaría cuarenta y ocho horas seguidas, luego le patearía el trasero a Christopher hasta que sus ganas de matarlo de diluyeran y Danna no volvería a ver la luz del sol hasta que cumpliese noventa años. ¿Pero valía la pena por su hijo, no? Si, valía toda la pena del mundo por un hijo suyo y de Danna. Se tendrían que casar en una ceremonia pequeña en el jardín de la casa, con pocos invitados y un banquete sencillo, porque a Danna le gustaban las cosas sencillas. Camila, Lucy, Ady, Melanie y Amber serían las damas. Los chicos serían sus padrinos, Aaliyah y Thiago podrían ser los pequeños pajes y Madison sería la niña que tiraría los pétalos de rosa por el camino que Danna recorrería hasta llegar a él. Iba a lucir realmente preciosa, ahora que se lo pensaba mejor. Renato intentaría separarlos, pero él no iba a permitirlo y su madre lloraría de orgullo al verlo casarse con la chica que amaba.
— ¡Christopher!—le gritó Danna para atraer su atención. Los ojos castaños del muchacho se posaron en ella y le ofreció una enorme sonrisa, ella en respuesta le frunció el ceño y negó de inmediato—¡No escuchaste lo que te dije!—protestó mirándolo de mala gana.
—Lo siento ¿Qué estabas diciendo?—cuestionó risueño. Danna negó de nuevo y soltó un suspiro de frustración. ¿En dónde tenía la cabeza su novio? Estaba distraído y no entendía por qué.
—¿Recuerdas que el otro día te dije que por alguna razón sentía la necesidad de llorar pero no entendía por qué?—explicó lentamente para que él pudiese entenderlo.
—Sí. ¿Qué es lo que pasa con eso?—preguntó tomando la mano de la chica y entrelazando sus dedos.
—Bien, te mentí un poco. Bueno, en realidad te mentí en todo.—la sonrisa se esfumó de los labios del chico y la miró con expresión seria.
—¿Me mentiste?—Danna asintió.
—Pero no de la forma en la que crees—suspiró y apretó más la mano de su novio—...la verdad es que sí sabía el porqué de mi sentimentalismo...—el corazón del chico volvió a acelerarse.
En alguna parte una vez había leído que las mujeres en las primeras semanas del embarazo tenían cambios de humor muy volátiles. Se ponían irritables, lloraban por todo e incluso pasaban de la tristeza a la alegría en cuestión de segundos. ¿Eso era lo que había pasado con su enana, no?
—Seremos padres.—concluyó él volviendo a sonreírle. La abrazó con cuidado de no lastimarla y Danna frunció el ceño totalmente confundida.
—¿Qué?
—No te preocupes, mi amor. No vamos a ser la primera pareja joven en tener un hijo, pero te juro que nuestro bebé va ser un niño muy amado, vamos a cuidarlo juntos y a quererlo con nuestra vida misma...—Danna sintió ganas de llorar en ese momento.—...Renato seguro intentará matarme, pero estoy dispuesto a soportarlo por ustedes....—ella negó un poco.—Y estoy muy seguro que las fans también van a amarlo—Danna negó de nuevo y luego se apartó lentamente del cálido cuerpo de su novio.
—¡No estoy embarazada! ¡No vamos a ser padres, Chris!—la sonrisa de Christopher volvió a esfumarse y ella se cubrió el rostro con ambas manos.—Eso es prácticamente imposible, nosotros siempre hemos sido muy cuidadosos en ese sentido las veces que hemos estado juntos—agregó con voz amortiguada—¡Es que no me dejaste terminar!
Él suspiró. Aquello era cierto.—¿Entonces qué es lo que pasa?—murmuró.
Danna volvió a mirarlo sintiéndose culpable. Tenía que admitir que el hecho de que él balbuceara tantas cosas sobre un bebé que encima sería de ambos pero que en realidad no existía, le había tocado su fibra más sensible.
—Creo...creo que desperté el interés de una pista de patinaje que no es precisamente Super Wheels en mi—suspiró—el otro día cuando tú viniste a hablar conmigo yo me acaba de enterar, Manuel me lo dijo en un arrebato de euforia, pero luego se quedó callado. Renato lo sabía, porque es obvio que Cindy se lo dijo, sin embargo...yo me sentía herida, porque no me lo había dicho a mí y a Manuel sí.—hizo una pausa—Por eso sentía unas incontrolables ganas de llorar, era...como si estuviese dividida entre la emoción de saber que alguien valora mi trabajo como patinadora pero a la vez frustración porque bueno...ni mi papá ni Cindy no me lo dijeron, ni me lo han dicho aún.—Christopher suspiró. Que tonto había sido.
—¿Por eso dices que me mentiste?—Danna asintió un poco y él volvió a abrazarla cariñosamente.
—Está bien, Dan.—depositó un pequeño beso sobre su coronilla y ella cerró sus ojos un breve momento.—Capaz que Renato no te lo ha dicho porque aún no es tiempo, mi amor. Es normal que te hubieses sentido así. Después de todo, es algo para lo que has estado trabajando y es solamente un pequeño paso para que cumplas tu sueño.—ella sonrió un poco aun siendo rodeada por los brazos de su novio.
—Pero creo que sí es algo que me incluye, debería saberlo. No quiero que vuelvan a guardarme secretos, Chris. Creí que esa etapa ya la habíamos superado—él suspiró y luego recordó el pequeño detalle que definitivamente la incluía a ella y a Cam directamente. Pero Renato le había prohibido decir cualquier cosa, le había prohibido relacionarse y sabía de antemano que tenía que hacerlo.
—Oye, yo creo que todo lo que tu padre hace por ti; es porque realmente te ama. No lo juzgues, mi amor. Sólo lo hace para protegerte—se encogió de hombros—Seguro que Cindy le pidió que no te lo diga aun, y sus razones debe de tener, después de todo, ella es la entrenadora—Danna suspiró.
—Supongo que si—se apartó de nuevo y le sonrió ampliamente.
—Escucha señorita Francis, es una buena novia y acompáñame a comer. —Danna rio. —por favor, muero lentamente de hambre....
—¿Dime cuando tú no estás muriendo de hambre?—se burló la chica.
—Que linda eres, yo también te amo...
(...)
—Murió.—anunció Manuel sentándose frente a Renato en la pequeña mesa de la cafetería frente al reclusorio.
—¿Qué? ¿Quién murió?—cuestionó el hombre con sorpresa.
—El hijo de Marcelle y Marcos.—Renato suspiró.
—Se llama Marcus—corrigió con frustración—¿Y de dónde demonios sacaste eso?—agregó mirándole con detenimiento. Aquello no tenía lógica.
—Escucha, el simple hecho de ser abogado me da acceso a mucha más información que a ti. Incluso aunque sea tu abogado, Marcos...Marcus, como sea que se llame confía más en mí que en ti.—hizo una pausa—aunque claro, supongo que tuvo algo que ver el hecho de que le dijera que tal vez podría hacer que Danna no declarara en su contra....—murmuró ladeando la cabeza y Renato lo miró con reproche—¿Qué? Eso no quiere decir que de verdad vaya a hacerlo, es una simple mentira piadosa—se encogió de hombros—La cosa, Renato, es que me dijo que Marcelle, la madre de Cam la última vez que se vieron, que fue hace casi diecinueve años, le dijo que el hijo que ella esperaba de él, había muerto al nacer. Y a menos que sea un zombi o algo así, Camila no puede ser la hija en cuestión.—Renato suspiró.
—Estamos peor que antes—chilló indignado.
—¿Cuántos años dices que tiene Camila?—Renato lo miró un segundo.
—Diecinueve, casi veinte—Manuel lo observó un segundo y luego suspiró con cansancio.
—Aquí solamente hay dos opciones. O Marcelle le mintió y ese hijo no murió y en efecto, se trata de nada más y nada menos que nuestra queridísima Cami, o de verdad el niño murió y solamente son suposiciones tuyas y de los lunáticos de Christopher y Zabdiel.—Manuel rio un poco.
—¿De qué demonios te ríes?—cuestionó el hombre de gafas negras con frustración.
—Es que ahora tenemos otras dos opciones—se encogió de hombros.
—Pues dímelas, no te quedes callado que haces que mis nervios aumenten—se quejó el mexicano mirando a Manuel.
—La primera opción, se trata de hacerles una prueba de ADN a las chicas, ya sabes, basta un pequeño pinchazo con una jeringa para tomar un poco de sangre de ambas y listo. O bien, podría ser con hisopo—Renato negó de inmediato.
—Tú mejor que nadie sabe que para hacer eso necesitamos el consentimiento de Marcelle....—Manuel negó.
—Camila tiene más dieciséis años, el único consentimiento que necesitamos es el de ella misma y en el caso de Danna es igual, así que....—Renato negó de nueva cuenta.
—¿Y que se supone que les vamos a decir? Hey Danna, hey Camila, necesitamos tomar un poco de su sangre para saber si son hermanitas—ironizó el hombre de gafas.
—De acuerdo, es probable que se rían de nosotros si les decimos eso. Tenemos otra opción—Renato lo miró interesado—No nos queda de otra que hablar con Marcelle Sáenz, si de verdad Camila es la hermana de Danna, creo que tienen derecho a saberlo—suspiró—incluso aunque eso termine con la estabilidad emocional de ambas chicas....
—Te odio cuando tienes la razón—Manuel rio.
—Y mamá que creía que eras tú el inteligente.—suspiró—de verdad que no puedo creer que esa mujer diga que es mi madre...
_ _ _
¡HOLA A TODA LA PEOPLE!¿Quién creen que está mintiendo? ¿Marcelle o Marcus?
¿Adivinen que...? ¡Volvieron las dinámicas! ¡WUUUUUUU! *aplausos* JAJAJA
Acá está....la dinámica es la siguiente...
Si yo les digo que ustedes estarán dentro de HEY DANNA, ¿Quién sería su mejor amiga?
Recuerden que es el primer nombre que vean, ¡no sean tramposas que las estoy viendo!
MUCHO AMOR Y MUCHOS BESOS PARA TODOS.
Gloria, xx.
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