C13: Ofertas tentadoras.


—¡¿Esto es una broma, no?!—cuestionó Danna sin poder apartar la mirada del lugar.

—No—respondió su novio abrazándola por la cintura y apoyando su barbilla en el hombro de la muchacha.

—Novio, esto es un edificio abandonado y encima está en ruinas—exclamó con sorpresa—Esto no puede ser tu lugar favorito, Christopher—se giró entre los brazos del chico y él rio.

—Ni siquiera lo has visto por dentro, novia—contestó sonriéndole.

—Pero, Chris. Sí ponemos un pie ahí dentro esa cosa se nos va a caer encima—el chico rio y besó su frente.

—No seas exagerada, la construcción no es tan vieja. Está abandonado pero de todos modos el interior no importa, no es ahí a donde vamos—anunció el chico apartándose de ella. Entrelazó sus dedos con los de su novia y luego tiró de ella para comenzar a caminar al interior del lugar en ruinas.

Danna lo siguió en silencio aún sin dar crédito a lo que estaban haciendo. Su novio realmente tenía que estar muy mal de la cabeza sí consideraba un edificio que estaba a nada de caerse su lugar favorito. Las paredes llenas de tierra solamente hicieron que su corazón latiera descontroladamente dentro de su pecho, tenía la impresión de que estaba metida en una de esas películas de terror que solía ver con Richard y que en cualquier momento una criatura extraña les saltaría encima para atacarlos. Sin embargo, Christopher parecía realmente saber lo que hacía. La condujo hasta un estrecho pasillo y tiró de una puerta de metal revelando una fila de escaleras.

—¿A dónde vamos?—preguntó automáticamente.

—Espero estés en buena forma mi amor, porque vamos a subir quince pisos—Danna lo miró con los ojos desorbitados y él rio al tiempo que tiraba de ella para hacerla subir.

Veinte minutos después de subir escaleras, volvieron a encontrarse con una enorme puerta algo deteriorada, pero no lo suficiente como para formar parte de inmobiliario del lugar, de hecho, parecía como sí alguien le diera mantenimiento de vez en cuando. Christopher soltó la mano de su novia para poder abrir la puerta, una ráfaga de aire helado jugueteó con el cabello castaño de Danna y ella lo miró automáticamente.

—¿Tengo que pasar?—preguntó mirándole.

—Pues claro—respondió simplemente.

Suspiró y luego atravesó la puerta. Se quedó estática contemplando el lugar en el que estaba. Se estremeció cuándo sintió los brazos de Christopher rodeando su cintura, los labios del muchacho se posaron en su cuello y Danna jadeó.

—Esto es...

—Este, es mi lugar favorito—señaló el muchacho—suelo pasar tiempo aquí con mis amigos, los conocerás mañana en la fiesta de mamá—anunció con media sonrisa.

—Es increíble—respondió la castaña esbozando una pequeña sonrisa.

Una larga extensión con focos atravesaba el lugar, a un lado una pila completa de macetas con flores de diferentes colores, una mesa con tres sillas descansaba debajo de lo que parecía ser una especie de techo y muchas, muchas plantas. Literalmente, ahí había un jardín completo.

—Mis amigos y yo lo acondicionamos para pasar el rato—rio—A que nadie se imagina que encima de un edificio en ruinas descansa esto—Danna rio.

—Definitivamente, no—Christopher volvió a depositar otro beso en su cuello y la chica se estremeció.—Basta, no hagas eso—protestó. Él soltó una risita divertida y volvió a besarla en el cuello.—¡Christopher!

—¿Te está gustando Loja?—preguntó él contra el oído de Danna.

La piel de la castaña se estremeció ante el roce del tibio aliento de su novio y sonrió.—Me encanta.

—Pues te lo regalo. Todo Loja es tuyo ahora—Danna rio.

—Guau. No sé que decir—Christopher rio también—nunca nadie me había regalado una ciudad entera para mi sola—bromeó.—Muchas gracias, ya tienes un pequeño lugar en mi corazón.

—Yo ocupo todo tu corazón, muñeca.—alardeó.

—Cuánta confianza, señor Vélez—se mofó la chica en medio de una risita divertida.

—¿Estás cansada?—cuestionó y ella se giró en sus brazos.

—Un poco, sí. ¿Por qué la pregunta?

—Porque podríamos jugar a hacer un bebé—canturreó ofreciéndole una pícara sonrisa. Las mejillas de la chica se sonrojaron y él se carcajeó. Le obsequió un golpe en el hombro y lo miró indignada.

—¡Sigue soñando, Vélez!—El chico la abrazó con fuerza y besó su coronilla.

—Todavía no puedo terminar de creer que de verdad estás aquí. Conmigo.—Ella se apartó del chico, lo miró a los ojos y luego le sonrió.

—Pues créetelo porque estoy aquí. Amándote todavía más de lo que lo hice antes.—anunció justo antes de que el muchacho terminara con la poca distancia que los separaba.

—Te amo—susurró sobre los labios de su novia.

—Te amo...

(...)

—¡Buenos días, amor!—la saludó Christopher apenas la vio salir de su habitación. Danna rio y antes de que pudiese responder al saludo; su espalda ya estaba chocando contra la pared y sus labios siendo atacados por su novio.

—Que efusividad la tuya. Acabas de partirme la columna vertebral en dos—se quejó con diversión apenas se separaron para tomar un poco de aire.

—Sé de otra manera en la que podría partirte la columna vertebral en dos.—Danna rio.

—¡Idiota!—masculló mirándole fijamente.

— ¡Te encanta!—alardeó el chico sonriéndole.

—Eso no te lo voy a negar—sentenció la chica encogiéndose de hombros.

—El día de hoy el chef Vélez va a prepararte el desayuno—anunció totalmente orgulloso—¿Te parece?

—¿Quién de tu familia es chef y por qué no me lo habías presentado?—bromeó ella cruzándose de brazos. Su novio la miró indignado y Danna rio.

—¡Me pierdes!—agregó ofendido.

—Te amo—susurró la chica y él rio.

—Te aprovechas de que sabes que eres mi debilidad para hacerme reír cuándo estoy ofendido—Danna sonrió.—En fin, como las comidas típicas de Loja no son lo tuyo y te asustas cada vez que mamá te dice el nombre de un platillo, vamos a ir a lo seguro. Huevos revueltos con tostadas y beicon—ella asintió lentamente.

—Me parece perfecto—respondió simplemente y luego ambos caminaron a la cocina.

Danna se sentó en uno de los taburetes y lo observó ir de aquí-allá cada dos segundos. Claramente la cocina no era el fuerte de Christopher Vélez. Ella se cruzó de brazos mirándolo totalmente divertida pero manteniéndose en silencio. Le hizo un par de fotografías sin que el chico se diera cuenta y luego dejó el teléfono de lado al mismo tiempo que el muchacho colocaba dos rebanadas de pan en la tostadora. Se giró sobre sí mismo y le sonrió victorioso.

—Tu novio es el mejor chef de Loja, es más...de todo Ecuador—Danna rio y él se acercó a ella. La besó dulcemente. Un beso lento. No sabía cuánto tiempo ya la había estado besando pero no le importaba. No le importaba nada, sólo ella.

—Oye Chris...—susurró Danna mirando por encima de su hombro.

—No arruines el momento, por favor—suplicó sin apartarse de los labios de la muchacha.

—Pero Chris...

—Mi amor, lo digo en serio—le espetó mirándola un poco.—Déjame hacerme ilusiones de que en serio soy el mejor chef de Ecuador—Dan rio de nuevo.

—Christopher...

—¿Si?—preguntó apartándose para mirarla a los ojos alg

o exasperado.

—...está saliendo humo de la tostadora....—los ojos del castaño se abrieron de golpe.

—¡No es cierto!—exclamó.

(...)

—¿Se puede saber qué fue lo que pasó en la cocina?—cuestionó la madre del muchacho apenas él y Danna atravesaron la puerta de la casa.

—Intenté hacer el desayuno—respondió él y Danna rio.

—¿Pero en que estabas pensando, Christopher? Ni siquiera sabes preparar cereal con leche, ¿en serio pretendías preparar el desayuno?—se burló Jonathan.

—Me distraje un poco.—se defendió el castaño.

—Tuvimos suerte que la alarma de incendios no se activara, mamá—respondió con diversión el chico—Aunque...hubiese sido emocionante tener a todo el cuerpo de bomberos de la ciudad en casa—Danna rio de nuevo.

—Como sea, mantente alejado de mi cocina, Bryant—se quejó la mujer.

—¿Puedo ayudarla en algo con los preparativos de la fiesta?—preguntó Danna con una dulce sonrisa. La señora le sonrió y luego le tendió la mano para que la siguiera.

—No...espera, cuñada. ¡Necesitamos tu ayuda para la decoración del lugar!—Jonathan corrió detrás de las mujeres y Christopher rio.

(...)

—Debería encerrarte en la habitación para que ningún otro chico te mire—Danna miró con los ojos bien abiertos a su novio a través del espejo y él sonrió.

—¿Puedo saber a qué se debe ese arranque de machismo?—Christopher rio.

—No es machismo. Es solamente que...te miras realmente hermosa—las mejillas de la muchacha se sonrojaron de inmediato—Creo que la idea de no ir a la fiesta se está volviendo cada vez más atractiva—Danna negó de inmediato. Su novio comenzó a acercarse sigilosamente a ella y le ofreció otra sonrisa cuándo estuvo lo suficientemente cerca de ella.

—Volamos doce horas para asistir a esta fiesta y eso es exactamente lo que va...espera un segundo, la idea en sí no era la fiesta ¿cierto?—cuestionó con una ceja enarcada.

—Puede que sí, puede que no. ¡Quién sabe!—la chica rio y él la abrazó

—¡Eres un tramposo!—se quejó en medio de un risilla divertida.—Ahora que lo pienso, los chicos no han dado señal de vida...¿tienes algo que ver con eso?

—Eh, puede que les haya dicho que no quería que nos interrumpieran—ella rio de nueva cuenta, luego se apartó de los brazos de su novio y se sentó en la cama para terminar de atarse los zapatos.—Lo digo en serio, podríamos hacer acto de presencia en la fiesta y después marcharnos—ofreció de nueva cuenta.

—¿Te volviste loco? ¡Es la fiesta de tu mamá! No voy a hacerle esa grosería, ella no ha hecho más que ser amable conmigo.—señaló mirándolo con dureza.

—Tranquila, era sólo una oferta—suspiró el muchacho sentándose a su lado.

—¡Estoy lista!—exclamó poniéndose de pie.

Christopher rio.—Muy bien. Entonces bella señorita, vamos a que todo el mundo muera de envidia cuándo vean a mi hermosa acompañante—ella sonrió.

—Lástima que nadie vaya a envidiarme a mí por mi acompañante—soltó un suspiro de frustración y él la miró ofendido.

Media hora después tomados de la mano entraron en el pequeño y elegante salón abarrotado de gente, el corazón de Danna se estremeció apenas se dio cuenta que por lo menos medio Loja estaba ahí. Christopher sonrió ampliamente cuándo reconoció a sus amigos, apretó con un poco más de fuerza la mano de la chica y Danna lo miró un momento.

—¿Pasa algo?—cuestionó acercándose al oído el chico.

—Ven, te quiero presentar a mis dos mejores amigos—anunció sonriéndole.

Danna no respondió, lo siguió lentamente tratando de no caerse y quedar en ridículo. Un par de muchachos le ofrecieron una enorme sonrisa apenas quedaron frente a ellos.

—¡Christopher!—exclamó un muchacho de tez blanca poniéndose de pie.—Cuándo Jonathan dijo que vendrías no podíamos creerlo. Digo, la última vez que estuviste aquí casi te fuiste corriendo—rio.

—Porque no soportabas estar lejos de tu....—Christopher rio.

—Basta, ella no tiene por qué saberlo—anunció con una pequeña sonrisa divertida.—Dan, ellos son Esme y David, mis mejores amigos de toda la vida—señaló a los muchachos. La castaña les sonrió ampliamente y estrechó su mano con ellos—Y chicos, ella es Danna Francis, el amor de mi vida...

—Así que eres Danna—comentó la chica sonriéndole—Chris no paró de hablar de ti en todo el tiempo que estuvo aquí durante las vacaciones—las mejillas de la muchacha se sonrojaron.

—Sí, y vaya que está enamorado—se burló el muchacho—¡Y ahora entiendo porque!—Christopher sonrió totalmente nervioso.

—Sí, basta. No sigas, por favor—Danna rio.

—Es un gusto conocerlos, chicos.—anunció la muchacha.—Uhm, Chris ya me había hablado de ustedes, dijo que me caerían muy bien y no se equivocó—Esme le sonrió.

—Siéntate con nosotros, Danna. Tenemos tanto de que platicar—Danna rio.—Debes ser muy afortunada porque él jamás llevó a nadie a su casa.—las mejillas de Danna se sonrojaron nuevamente.

—Nos gustaría, Esme. Pero primero tenemos que ir a dónde mi madre—anunció el muchacho con media sonrisa.—Así que sí no les molesta, en un rato volvemos—la chica asintió, luego David y Christopher hicieron un raro saludo y ellos caminaron a la mesa de la familia de Christopher.

—Ella se mira una buena persona, es agradable—comentó la chica con media sonrisa.

—Y lo es, pero antes de que comiencen a contarte la patética manera en la que sufrí por estar lejos de ti, y te conviertas en la chica más poderosa sobre Loja, vamos a bailar—Danna lo miró divertida.

—¿Por qué sería la chica más poderosa sobre Loja?—Christopher sonrió.

—Porque eres la única chica con el poder de destruirme en el momento que tú quieras. Te entregué todo a ti, Danna. Te entregué mi alma, mi corazón, mis besos, mis caricias, mi cuerpo...te entregué absolutamente todo—¡Quería llorar!

—No sé si ya te lo dije una vez, pero...te amo—susurró mirándolo fijamente con el corazón latiendo a mil por hora en su pecho.

—No me lo habías dicho—se rio el ecuatoriano.

—Bueno, pues ahora ya lo sabes. Te amo, Chris.—él sonrió y se acercó demasiado a ella.

—Repítemelo de nuevo porque no escuché bien—Danna soltó una carcajada.

—¡Que te amo, Christopher Vélez!

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¡Hola chicas!

Dinámica de hoy.

Completar las cuatro frases con los nombres que encuentren en la sopa de letras, OJO, están todos los personajes masculinos dentro, pero solamente pueden comentar los primeros cuatro que vean, no sean tramposas porque las estoy vigilando JAJA.

1.- ___________ me invitó al cine.

2.- Con _______________ fuimos a tomar un helado.

3.- Junto a ________________ tuvimos un picnic romántico a la luz de la luna.

4.- Tuve una cita en un bote con _________________.

Fijense bien porque hay nombres en todas direcciones, jajaja.

En otras noticias...

¡Feliz cumpleaños al canela pasión de mi corazón!😍💙🎂🎉🎉.  JAJAJA okayno, pues.  ¿Ya felicitaron a Richard?

Muchos besos.

Gloria. xx

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