Impotencia
Nota de Autor: Créditos al autor de la imagen.
Club Nocturno, Candem Town
8:30 AM
Wendy
Sí, esa soy yo. Mi nombre es Wendy White, soy una gata blanca, tengo 18 años, ojos de azul-celeste y vivo en el segundo piso de un club nocturno lleno de alcohólicos otorgando mi empleo de mesera y ayudante del local desde los 10. Todas la características de una gata rebelde que escapó de casa ¿no?
No les culpo si piensan así, cualquiera que sepa esto pensaría que solo soy una simple don nadie, alguien que no le preocupa nada en lo absoluto y que no haría nada provechoso en la vida...Pero, para que entiendan mi situación merecen saber la verdad...
Flashback
Antes de ser mesera, era una gata muy feliz, tenía a una pareja de ancianos como dueños que me querían mucho y yo a ellos. Es más, se podría decir que yo era su "hija", me habían criado desde que era una gatita y nuestro vínculo que teníamos era increíblemente fuerte. Pero un maldito borracho al volante de un camión los atropelló una noche y los perdí... Con la casa abandonada empolvándose y yo con el corazón roto tuve que salir a las calles para buscar algún sustento ya que la pareja no tenía hijos ni familiares. Fue ahí cuando conocí a un san bernardo que me ofreció amablemente entrar a su negocio como mesera.
Solo tenía que dar botellas y tragos a los clientes y, ocasionalmente, lavarlos en la mañana " No es muy difícil" dije y acepté ese mismo día. Me dieron un techo donde dormir y alimento, el san bernardo trataba muy bien a todos sus empleados y se le veía alguien bueno y justo. Pasó mi primer mes y fue cuando recibí mi primer sueldo, no era mucho, pero fue suficiente para volver a tener en mente que podría salir adelante.
Pasaron algunos años y murió aquel san bernardo: su hijo heredó el local, fue un cambio brusco y para mal la llegada de ese maldito que no se parecía en lo absoluto a su padre. Él nos trataba de forma misógina a mis compañeras y a mí.
Despidió a todos los trabajadores machos y se quedó con nosotras. Nos pagaba menos y nos dañaba física y psicológicamente... Jamás lo podíamos llamar por su nombre, solo le decíamos jefe. Aunque a decir verdad, "Monstruo" le caía de maravilla.
Lastimosamente, vivimos en una sociedad que se deja llevar por pensamientos negativos; creen de todo, menos en la verdad... Y eso es lo que hizo ese san bernardo para obligarnos a quedarnos en el local. Llenaba de sucias y detestables mentiras de nosotras a cualquiera que se encuentre por la calle. Cuando queríamos encontrar algún trabajo para dejar este infierno nos ganábamos el rechazo e insultos por parte de aquellos animales que habían creído todo lo que dijo nuestro jefe... ¿Por qué nosotras? ¿Por qué? ¿Por qué tenemos que ser víctimas de un monstruo como él? Era la pregunta que varias de nosotras nos hacíamos luego de un día de mi*rda.
Nunca he podido estar en paz, sin que me señalen, sin que me silben, sin que algún imbécil trate de aprovecharse de mí. Todos piensan lo mismo, "Wendy White es una manzana que se echó a perder y se merece lo que le pasa". Y por esa mala imagen que tengo no he podido conseguir un trabajo estable para poder dejar esta maldita vida.
Algunas de mis compañeras fueron adoptadas por gente buena y cariñosa, nos alegrábamos por ella al verla irse, finalmente saldría de éste infierno... Pero hasta ahora, no he podido conseguir esa felicidad, no he podido tener al menos el indicio que algún humano me quiera adoptar o volver a querer.
Hace 2 años... Luego de una noche donde un comensal ebrio me rompió una botella de champange en la cabeza por defender a una de mis compañeras, fue cuándo sentí que ya era suficiente, que mi destino estaba sellado en quedarme pisoteada por los demás.
Quería dejar este mundo atrás y tomar la salida fácil... Así que... Tragué varias pastillas con el fin de matarme, mis compañeras del club nocturno me encontraron en la sala tirada en el suelo escupiendo espuma por la boca y ellas rápidamente me inducieron al vómito para salvarme la vida.
Cuando me encontré sentada en el piso del local al lado de mis compañeras, salí corriendo, llorando hacia mi cuarto.
Dejé de hablarles por un mes por haberme salvado la vida, por interrumpi un camino que yo elegí. Pero en ese tiempo de reflexión me di cuenta que la que actuaba mal era yo. Me di cuenta que no valía la pena haber desperdiciado tantos años de sufrimiento, dejar tantas metas sin cumplir y haber dejado atrás la chispa de felicidad.
Las abrazé con fuerza cuando tuve la oportunidad, agradeciéndoles por todo lo que hicieron por mí. "Wendy, tranquila y no vuelvas a pensar en eso. A pesar de que la noche sea larga y fría, siempre va a haber un cálido amanecer", esa frase que me dijo me levantó el ánimo y lo he colocado en mi diario que obtuve como regalo ese mismo día que nos reunimos. Prometimos apoyarnos en todo y cuidarnos la una de la otra.
Fin del Flashback
Tal vez no le importe a la mayoría de personas, es más, dudo de que me tomen importancia lo que narro ahora. Sé que a nadie que no me conoce no le importa mis sueños ni mis metas, pero deseo con todas mis fuerzas salir de éste lugar.
Ayer en la tarde conocí a un gato gris con rayitas negras llamado Alex, es un encanto. Y espero ganarme más su confianza y quién sabe, tal vez algo más. Quizás me esté adelantando a los hechos pero espero de corazón que él me pueda dar un hogar donde pueda vivir durante un tiempo.
Sé que yo no soy su tipo, pero me gustaría que pasáramos más momentos juntos, él es un gran chico y podría ser mi luz de esperanza para salir de aquí. Hablaré con él en la noche y le propondré que me ayude al igual que yo le ayude cuando lo atacaban.
Me despido, querido diario, alguien está que toca la puerta y ya no quiero meterme en más problemas.
Narrador
Wendy guarda el diario bajo su almohada y se acerca a abrir la puerta, era ese san bernardo que la miraba de manera seria.
Jefe (serio): Wendy, lava las copas y limpia la sala.
Wendy (apenada): De acuerdo, jefe.
Jefe: Por cierto, ya no vuelvas a hacer tonterías como lo hiciste el día de hoy. ¿Entendido?
Wendy: Sí jefe...
Wendy fue a la cocina a lavar algunos copas y hacer cosas referente a la limpieza y orden del local, pero un poco más relajada y calmada por compartir momentos en su diario que tiene a escondidas.
Wendy (en su mente): Yo soy Wendy White y buscaré la manera de salir adelante, sea cuál sea.
* * * * * * *
101 de la Calle Dálmatas
Misma mañana, 8:35 AM
Alex y Tim estaban llegando a la casa de los dálmatas, luego de haber caminado varios minutos desde Primrose Hill.
Tim: ¿Ésta es la recta donde vive DJ y sus hermanos?
Alex: Creo que sí... Mira ahí está Deepak, el dálmata que te comenté.
Deepak (saluda con la pata): Hola, Alex... ¿Qué te pasó? (nota sus vendas).
Alex: Nada, solo tuve un problema con un zorro? Pero nada grave, en serio.
Deepak: Bueno, si tú lo dices. Hola usted también (le extiende la pata a Tim).
Tim: Mi nombre es Tim, un gusto en conocerlo. Soy... Hermano de Alex.
Deepak (sorprendido): ¿Hermano?
Tim (serio): Sí, ¿algún problema?
Deepak (nervioso): No, no, no, no. Ningún problema.
Tim: Bueno, con cuidado Alex, voy a la comisaría, me llamas para recogerte cuando acabe, ¿de acuerdo?
Alex: De acuerdo, hermano.
Tim se retira con dirección a la comisaría, junto a su mapa de Londres para no perderse.
Deepak: Oye, ¿cómo te peleaste con un zorro?
Alex: Deepak, no hablemos de eso, mejor vamos que se hace tarde.
* * * * * * *
103 de la Calle Dálmatas
Jeremy, aquel gato de 16 años que le molestaba que Deepak esté en el club, fue a hablar con Constantin a un lado del jardín donde meditan.
Jeremy (molesto): ¿Y bien maestro?, ¿va a sacar a ese maldito perro del club o no? No traerá nada bueno su presencia.
Constantin: Jeremy, por enésima vez te digo que no sacaré a Deepak del club porque sea un perro, ya basta de discutir.
Jeremy: Yo esforzándome en meter a más gatos al club y tú simplemente dejas que siga Deepak arruine todo, ese mugroso cachorro no hará nada provechoso, ni siquiera tiene la intención de meter a más gatos al club.
Deepak (desde lejos): ¡Constantin, ya llegué! Y vengo con un amigo.
Constantin y Jeremy miran hacia donde la voz de Deepak se escuchó y vieron que estaba al lado de otro gato gris con rayas negras.
Constantin (mira burlonamente a Jeremy): ¿Decías?
Acto seguido, Constantin fue donde Deepak y saludó al nuevo gato. Jeremy se quedó ahí donde estaba mirando a Deepak con odio mientras que arañaba con una de sus garras un pedazo de madera que tenía al lado.
La clase fue normal, nadie se acercó a Alex, él y Deepak estaban meditando y el dálmata sentía nuevamente armonía estando en su mundo.
Alex: ¿Crees que yo también pueda sentir la presencia de mi dueño?
Deepak: Todo se puede, Alex. Sumérjete en paz y verás que será más fácil de lo que piensas.
Alex se sentó, cerró los ojos y se puso a meditar.
* * * * * * *
Comisaría de Candem
Tim había llegado a la comisaría para hacer la denuncia contra Fergus. Se acercó a la oficial Perla y le pidió que viera su caso.
Tim: ¿Disculpe, usted es la oficial Perla?
Perla: Sí, lo soy, ¿qué sucedió?
Tim: Vengo a poner una denuncia.
Perla: Muy bien, ¿de qué se trata?
Tim: Mi hermano y yo hemos llegado a Londres ayer. Y nos topamos con un zorro llamado Fergus y que actuó de manera xenófoba contra nosotros dos. Él atacó a mi hermano con una vara cuando estaba solo en el parque.
Perla: ¿Tiene alguna prueba de que Fergus fue su atacante, alguna grabación?
Tim: No, creo que mi palabra ya es suficiente, así es como se hace en Suecia.
Perla: Así no son las cosas aquí en Londres (mira la placa del golden retriever), Tim.
Tim: ¿Qué? ¿Entonces no va a hacer nada?
Perla: Fergus era muy problemático antes, pero ahora a cambiado mucho y ha sido de gran ayuda varias veces. No puede venir alguien que recién se acomoda a Londres que me diga que el zorro actuó de forma xenófoba. Necesito al menos una prueba de que él lo hizo.
Tim (molesto): ¿Qué? ¿Espera que Fergus cause más problemas para que recién actúe?
Perla (seria): Tim, tranquilízate. ¿No te parece que es muy temprano para que estés haciendo problemas?
Tim (molesto): ¡No me pida que me tranquilize! Usted es una policía y debería de hacer algo, debió haber estado ahí vigilando para evitar que ese zorro le hiciera algo a mi hermano.
Perla (seria): ¿Y qué hay de ti? Si tanto te preocupa tu hermano, por qué lo dejaste ir solo a una ciudad que recién conocen.
Tim (molesto): Usted es una... ¡Agh!
Tim sale gruñendo de la comisaría, le habían hecho oídos sordos y se sentió impotente de hacer algo.
Caminó unas cuantas cuadras hasta llegar al parque donde divisó a los lejos un zorro despidiéndose de un labrador negro. Rápidamente se les pusó los ojos rojos y comenzó a apretar su puño con fuerza.
* * * * * * *
Fergus (mareado): Hoy en la noche volvemos a lo mismo, Brandon.
Brandon: Nos vemos, toma ese remedio contra la resaca, te irá mal después. Ah, y trata de conseguir nuevos clientes.
Fergus: Lo haré, de eso no dudes.
* * * * * * *
Tim esperó que aquel labrador se fuera y dejara a Fergus, lo siguió durante un rato.
Mientras que bostezaba de cansancio, Fergus recibió un puñetazo en el rostro por parte de Tim. El zorro, atontado por la borrachera más el golpe, no se le ocurrió mejor idea que seguir peleando. Intentó devolverle el golpe, pero por lo mareado que estaba, el sueco pudo esquivar sus ataques con facilidad. En un movimiento rápido, Tim se abalanzó sobre el zorro, dejándolo inmovilizado y comenzó a descargar toda esa impotencia que tenía sobre Fergus, dándoles varios puñetazos en rostro, ésta vez ya no estaba Alex para que detuviera a su hermano y parecía que Tim estaba saliendo de control.
Tim (molesto): Conque de esta manera te aprovechaste en herir a mi hermano ¿no idiota? ¡Ahora, aprenderás a respetar a los suecos! (coloca las patas en el cuello del zorro)
Fergus comenzaba a respirar con dificultad, comenzaba a ahogarse y Tim, no tenía intenciones de detenerse, entonces fue cuando recibió el golpe de alguien más en el abdomen y luego en el rostro, alejándose un poco gimiendo de dolor y sobándose la nariz.
Ese alguien que ayudó a Fergus había sido Charlie, aquel labrador negro parecido a Brandon que había sido incluido a la "Banda del Canal" el día de ayer. Charlie pasaba por ahí cuando vio que estaban agrediendo a su amigo.
El labrador negro se colocó en medio de los dos mirando desafiante a Tim, no tenía las intenciones de seguir peleando, pero reaccionaría si éste volvía a atacar a Fergus.
Tim (molesto): ¿Y éste quién es?
Fergus (escupe sangre): ¿Éste quién es? Es mi buen amigo, Charlie y te sacará la madre si vuelves a joder, imbécil (le ssca el dedo medio).
Tim (respira dificultosamente): Tú, golpeaste a mi hermano, maldito.
Fergus (sarcásticamente): ¿Yo? ¿Estás seguro que no te equivocas de animal?
Tim (respira dificultosamente): Te mataré... Fergus... Gran... Hijo de p*ta...
Fergus (sarcásticamente): ¿Qué pasa amigo? ¿Acaso el golpe que te dio mi buen amigo te afectó? Al parecer no estás en condiciones para pelear (sonríe) Bien merecido, una razón más para que te vayas de Londres con tu hermano, sueco... Vámonos, Charlie.
Charlie siguió a Fergus sin saber que éste en realidad lo estaba usando para mal. Charlie solo vio como su compañero estaba siendo golpeado y no dudó en defenderle.
Tim se quedó parado tratando de respirar mejor, el golpe certero que había recibido lo había dejado vulnerable.
Tim (tose): Hijo... de... p*ta...
* * * * * * *
Fergus: Vaya, amigo, si que estás cabrón. ¿Cómo sabes pelear así?
Charlie: No quiero hablar de eso...
Fergus: ¿Ya qué, "Misterioso Charlie"? Gracias por la ayuda, bro.
Charlie: ¿Es cierto lo que dijo ese perro? ¿Tú golpeaste a su hermano?
Fergus (ríe): ¿Crees que yo soy el malo, Charlie? Yo solo peleo cuando me siento agredido. Pero cuando tú peleaste parecía que habías entrenado toda tu vida para este momento, ¡lo dejaste vulnerable con tan solo dos golpes! Deberías de enseñarme a pelear algún día, amigo.
Charlie: Tal vez... ¿A dónde te fuiste en la noche?
Fergus: A vender algunas cosas, nada importante, amigo. Por cierto, nada de hablar de esto con Big Fee y Sid, ¿entendido?
Charlie: Entendido.
Charlie y Fergus se retiraron del parque y se encontraron con sus amigos roedores, Sid y Big Fee al ver a su amigo zorro con el pelaje despeinado asumieron que había estado nuevamente en ese lugar. Solo suspiraron tristes y no decidieron hablar del tema.
* * * * * * *
101 de la Calle Dálmatas
Mismo día, 10:00 AM
Dylan y Dolly ya se habían levantado y estaban que lavaban los platos luego de haberle servido a los cachorros. Dolly se acercaba constantemente a Dylan para abrazarlo y darle alguna lamida en su nariz. Pero él solo mostraba preocupación.
Dolly (preocupada): ¿Qué tienes, amor?
Dylan: Me preocupa lo que pasó ayer con Dizzy.
Dolly: Tranquilo, le quitaremos esa grabación y la romperemos, así no podrá revelar nada.
Dylan: Aparte de eso, dijo que se peleó con una gata y se lastimó por hacerlo, ¿tú sabes por qué?
Dolly: No, es más, nunca he visto a Dizzy pelear, ni actuar de manera agresiva, pero al ver sus heridas deduzco que la pelea estuvo fuerte.
Dylan: Qué raro, ¿crees que esté metiéndose en malas cosas?
Dolly: No lo sé, pero eso no me importa. Lo que me importa es buscar esa cámara y borrar esa grabación para que de una vez podamos demostrar nuestro amor con libertad.
Dylan (ríe): ¿Y... por qué no lo hacemos ahora?
Dolly (lo mira seductoramente): Ay, Dylan qué malo eres (ambos ríen).
Dolly se sentó en el regazo de Dylan y lo comenzó a besar mientras que él seguía lavando los platos. Ambos se reían y disfrutaban del momento.
Dylan comenzó a bajar por su cuello y darle tiernos besos que le producía cosquillas a Dolly.
Dylan: Te amo, Dolly.
Dylan: Y yo a ti, Dylan.
Dizzy: ¿Estos dos no aprenden cierto?
El corto momento de ambos fue interrumpido al oír la voz de Dizzy. Se separaron y la observaron nuevamente con la cámara.
Dolly (molesta): Pequeña maldita, ¡dame eso!
Dylan (suspira): Dizzy, por favor, dinos ¿qué te pasa? Estás saliendo de control.
Dizzy (ríe): No me pasa nada, tonto. Solo estoy que me divierto un poco. Ah, me olvidaba, ya saben qué hacer, si no he bajado para desayunar fue porque quiero que ustedes digan a todos que las heridas que traigo me las hize en unos arbustos. Haganme caso y... Tal vez les dé la grabación.
Dylan y Dolly hicieron caso, fueron a la sala a comunicar lo de Dizzy y todos se asombraron y algunos pocos dudaron.
Diesel: Yo me hecho cientos de rasguños cuando escavaba, pero ninguno se parece a los que tienes.
Dizzy (seria): Ajá, hermano, no te pregunté... Bueno, ¿a jugar?
Los demás cachorros vieron de que Dizzy no parecía molestarse por los rasguños y terminaron creyéndole, Dylan y Dolly siguieron lavando y ésta vez ya no decidieron darse ninguna muestra de afecto, ya que Dizzy podría haber colocado un cámara escondida ahí y agravar mucho más la situación.
Por otra parte, Dizzy estaba feliz por salirse con la suya una vez más, no tenía las intenciones de darles la grabación, por el simple hecho de colocarles una raya de límite y pueda actuar con más libertad que antes.
* * * * * * *
103 de la Calle Dálmatas
Misma hora
La clase había acabado y ya todos se iban a retirar, Alex se le veía algo descontento, no pudo llegar a la "extrema paz", pero la meditación le había ayudado a relajar su cuerpo.
Deepak: ¿Qué te pareció la clase?
Alex: Muy buena. Me ayudó a mejorar mis patas, mejor de lo que estaban.
Deepak (preocupado): Oye, referente a eso, ¿me puedes contar qué es lo que te pasó?
Alex: No me pasó nada serio, Deepak. Ya no importa.
Deepak (sonríe): Bueno, ¿quieres estar un rato en mi casa? Creo que tu hermano, Tim, puede recogerte más tarde.
Alex dudaba si entrar ahí, sabía muy bien que estaba Dizzy y lo pensó mejor y se dio cuenta que podría convencerla de que él es bueno, esperaba que Dizzy quisiera escuchar y cambiar.
Alex: Muy bien, vamos.
Deepak: Jeje, eso es vamos... Por cierto, Alex, ayer que te estuviste un rato con Da vinci, ¿qué pasó?
Alex (preocupado): ¿Por qué? ¿Algo malo le pasó a ella?
Deepak: No, ella está bien. Solo quería preguntarte.
Alex: Estuvimos conversando un rato, me estaba agradeciendo por haberle ayudado a Dawkins a sacarle el miedo de socializar con otros animales. Luego nos despedimos y nada más.
Deepak (de forma pícara): ¿Qué rescatas de ella?
Alex: Su voz es melodiosa, tiene una sonrisa tierna, es generosa y se nota que es una hermana increíble.
Deepak: Pues sí, eso no te lo niego.
Alex: ¿Por qué todas esas preguntas, Deepak?
Deepak (ríe): Por nada, Alex, tú tranquilo que ya vamos a entrar.
La verdad es que Deepak le había interrogado indirectamente a su amigo para poder decifrar si él tenía conexión o no con Da vinci, y al final estaba indeciso, todas las respuestas que dijo Alex parecían haber sonado muy directas y sinceras.
Por otra parte, Alex al responder las preguntas sintió como su corazón latía rápidamente al poner la imagen de Da vinci en la cabeza, quería sacarse esos pensamientos hacia ella, más no podía y por suerte sus emociones no lo traicionaron. En pocas palabras, sus respuestas hizo que pasara desapercibido.
Deepak colocó su pata en el escáner y abrieron la puerta, los cachorros que se encontraban corriendo en toda la casa, pararon abruptamente y se quedaron mirando al invitado.
Deepak: Hermanos, él es mi buen amigo, Alex.
Alex (saluda con su pata): Hola a todos.
Sin que se lo espere, una gran ola de cachorros fue hacia su dirección con intención de abrazarlo.
Deepak: ¡Alto!
La ola de cachorros paró en seco.
Deepak: ¿Que no ven que su cuerpo está lastimado? No sean toscos.
Diesel: ¿Cómo te lastimaste?
Dee Dee: ¿Te caíste de la cama?
Dante: ¿Te cayó un rayo?
Delgado: ¿Tienes una incapacidad física como yo?
Alex: Ehm...
Deepak: No, hermanos, se cayó de unas escaleras (le guiña el ojo a Alex).
Alex le acepta el guiño y le agradece en voz baja. Deepak sabía que Alex no quería hablar acerca de su enfrentamiento con el zorro y decidió mentir para que sus hermanos no le hagan sentir incómodo. DJ, que se encontraba escaleras arriba, decidió quedarse en silencio y no comentar nada acerca del incidente.
Poco a poco los dálmatas se acercaron a saludarle.
Dawkins: ¿Qué hay, hermano?
Alex (choca los puños): Hola Dawkins.
DJ: ¡Amigo, bienvenido!
Alex (estrecha sus patas): Hola, DJ.
Pero el saludo que nadie se esperaba era de Da vinci, quien se acercó corriendo a darle un abrazo quien, Alex aceptó, rubirizándose levemente. En ese momento, Deepak y Dawkins vieron como ambos hacían una linda pareja y sonrieron al verlos juntos.
En el segundo piso, Dizzy comenzaba a bajar las escaleras cuando escuchó todo el alboroto que hubo. Al asomarse, se quedó en shock al ver a Alex saludando a los dálmatas.
Dizzy (molesta): ¿Qué m*erda hace Alex aquí?
Fin del Capítulo
Bueno, llegamos al final de este capítulo. Ya saben, voten, comenten y recomienden mi historia si les está gustando que eso me motiva a seguir actualizando más seguido.
Sin nada más que decir, cuídense y nos vemos en el próximo capítulo.
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