Era un Día hermoso bello bello, de esos donde no tenia que preocuparme de hacer una cola por que la había hecho el día anterior y tenía Harina Pan

Tocaron la puerta y pense que era de esos chicos que hacen la broma te tocar y salir corriendo, pero seguían tocando

— ¡Que Wuebo!, quien pensé que tenia el día libre — Maria estaba preparada para resivir a cualquier país ( En pijama y vuelta nada*) pero no de espero a quien estaba en la puerta

- ¡Maria! Buen.... - María le cerro la puerta en la cara a Antonio que venia con rosas a mejorar su relación

- Ese Mardito Mamawuebo, se va a quedar todo el puto día ahí - dijo molesta, pero no podía dejar a un País afuera por sea cual sea la situación

María vio la puerta por media hora y fue a Abrir a Antonio que estaba sin zapatos, la inseguridad ya lo había atacado.

- ¿Que quieres? - pregunto molesta

- Pasar, Por favor - pido suplicando.

Lo dejo pasar y le dio unas chancletas viejas de ella.

- No crees que deberías liberar a los presos políticos - hablo él preocupado por María

- No deberías mejorar la situación de tu país, metete en tus problemas

Ella no podía hacer nada, la división de su pueblo hacia estragos con ella y le daban una jaqueca continua aparte de los demás problemas. Estaba más flaca y se vea enferma, la corrupción de los bandos la destruía pero pasará lo que pasara no se vería débil ante de el

- ¿Por qué vuelves? Deja de meterte con nosotros, vete a tu continente y no mires a este. Todo lo que haces aquí es daño - estaba a punto de hecharle el café encima

- Me preocupó por ustedes - se levantó de inmediato a las palabras de ellas

- No lo haces, nunca lo has hecho. Lo único que tienes que hacer es dejar de meterte en nuestros asuntos

María nunca perdonaría a Antonio, nunca le perdonaría la esclavitud, nunca le perdonaría para logra que desconfiara en sus hermanos, nunca perdonaría que de empeorara su relación con su hermana. Nunca confiaría en él