Toma mi bufanda. (Holanda)
Recién salíamos de una cafetería, estaba todo muy nublado. Miré al cielo.
- Parece que va a llover.
- Sí.
- ¿Tú por tu lado y yo por el mío?
- ..... Ok. -dijo algo cabizbajo Holanda.
Vi como Holanda se alejaba. Si llovía él no tendría de que preocuparse, llevaba paraguas. A diferencia de mí. Yo estaba rezando porque no lloviese. La gracia estaba en que lo que menos esperaba es que fuera a llover, ya que, cuando salí de casa, estaba soleado. Empezó a llover.
- ¡Mierda!
Salí corriendo a casa. Pero dio igual. Llegué que parecía que acababa de salir de la playa. Estaba chorreando. Me quité el chaquetón y fui a cambiarme. Pero cualquier oportuno llamo al fijo. Bajé corriendo las escaleras helada, ya que no iba vestida nada más que en ropa interior.
- ¿Sí?
"T/n, ¿has llegado ya a casa?" Era Holanda.
- Ah, sí, gracias por preocuparte, pero... ¿Me darías unos minutos?
"Claro."
Colgué el teléfono y subí rápido y tiritando las escaleras. Cuando llegué a mi habitación empecé a estornudar.
- Oh, oh...
***A la mañana siguiente***
No me podía levantar de la cama. Tenía fiebre, frío, no paraba de estornudar, tenía hambre, y para fastidiar más la cosa llegaron dos amigos míos, Francia y América.
- T/n-san, ¿sabes por qué te ha pasado eso? -dijo Francia.
- ¿Por qué? -contesté ya fría y un poco cabreada.
- 1, por no llevarte paraguas, y 2, por ser amiga de Holanda.
- ¡Vete a la mierda, pesado!
- ¡Yo tengo la solución! -intervino de repente América.
Lo vimos rebuscando en su mochila, aunque no veíamos nada ya que estaba de espaldas.
- ¡I'm the hero!
Cuando América dijo su típica frase me puso una hamburguesa en la frente.
- ¿Eh? Pues no funciona. -dijo América con inocencia.
- ¡Pues claro que no, idiota! ¡¿No ves que es lo mismo que le paso a Inglaterra?! ¡Si no le sirve a Inglaterra que es un energúmeno, como le va a servir a ella!
- ¡¿Por qué metes a Inglaterra en esto?!
- ¡Porque mala hierba nunca muere!
- ¡Si no está delante para defenderse no lo insultes!
- ¡Parad ya!
Nos pasamos discutiendo un buen rato hasta que...
- ¿Pero que hacéis?
Holanda apareció por la puerta.
- No han parado de discutir toda la tarde. Dios que dolor de cabeza me ha entrado por culpa de estos.
- Fuera de la habitación. -ordenó Holanda.
Francia y América, aún sin dejar de discutir salieron de la habitación. Holanda me miró y estornude otra vez.
- Oye T/n... Tenía que decirte algo...
- Dime.
- Yo... Yo....
- ¡Suéltalo ya!
- Yo... ¡Yo te amo!
Me quede flipada. me esperaba cualquier cosa menos eso. Se me acercó y me dio un beso. Volví a estornudar.
- Toma mi bufanda.
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