No es justo (Dinamarca)
Estabas yendo a casa de Dinamarca porque habíais quedado para jugar a algo. Al llegar a su casa tocaste a la puerta. Te calentabas las manos, ya que es un país muy frío. Tu y Dinamarca os conocíais desde que tenías 5 años.
~Flash Back~
Llevabas 2 horas en el país y aun nadie te hablaba. Estabas sola jugando con la nieve preocupada debido a que te sentías sola.
- Hola. -Dijo alegremente un chico a tu espalda.
- Hola. ¿Cómo te llamas? -Preguntaste curiosa al chico.
- Soy Dinamarca. ¿Y tú? -Pregunto con inocencia el chico.
- (T/n). -Dijiste con una sonrisa.
- ¿Puedo jugar contigo? -Te dijo regalándote una sonrisa enseñándote todos sus dientes.
- Claro -le devolviste la sonrisa y os pusisteis a jugar con la nieve durante horas.
~Fin Flash Back~
En ese momento un rubio con el pelo echado hacia un lado abrió la puerta.
- ¡(t/n)! ¡Qué alegría verte!
- ¡Dina! ¡Cuánto tiempo! -Dijiste abrazándolo fuertemente mientras el correspondía el acto.
- Pasa. Mi casa es nuestra casa.
En ese momento los dos empezasteis a reír cómo niños.
- Ja ja, perdona eso ha sido muy gracioso.
- Ya. Mmm... ¿Entramos? -Dijo echándose a un lado para que pasases.
Entraste y cerró la puerta. Te sentaste en la mesa.
- Bueno... ¿Y a qué jugamos?
- Mmm... A Noru le gusta mucho el ajedrez... ¿Qué tal si echamos una partida? -Dijo el rubio interrogante.
- Hecho.
Empezasteis a jugar y cuando menos te lo esperabas ya te habías comido su reina. Él se quedo pensativo.
- Este juego representa bastante mi vida... ¡Esto no es justo! ¡No sólo no puedo tener mi reina en la vida real, sino que tampoco la puedo tener en el ajedrez! -Parecía enfadado.
- ¿Tu reina en la vida real? -Preguntaste confusa.
- Sí, mi amor, mi vida, mi mar, mi cielo... Y parece que no se entera de que la amo. -Dijo un poco depresivo.
- ¿Y quién es?
- ¡Tú! ¡Ya no lo soporto más! ¡Te amo!
Quedaste atónita. No sabías como reaccionar.
- Yo... -Dijo un poco culpable- Desde que nos conocimos... Me empecé a encariñar contigo... Y... Pues...
- Shhh... -lo callaste.- Te entiendo...
Lo besaste. Él no se creía lo que estaba pasando en ese instante. Su reina, su amor, su mar, su cielo... Le había correspondido. Tras terminar el beso, el ojiazul se atrevió a preguntar.
- Entonces... ¿Quieres salir conmigo?
- Claro que sí.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top