La horquilla. (Noruega)
Estabas en casa del hermano de tu mejor amigo, ya que te aburrías y tenías ganas de molestarlo. Él tenía su típica cara de serio y de repente lo miraste.
- Noruuu...
- ¿Qué?
- Tengo hambre...
- ¿Y a mi qué? -Dijo levantando una ceja.
- Que me traigas algo para comer.
- No pienso hacerlo. Que yo sepa tú tienes piernas. -Dijo molesto.
Te fijaste en esa horquilla con forma de cruz que tenía en el pelo. La verdad siempre has tenido ganas de tocarle el pelo ya que luce tan radiante. Empezaste a acercar la mano a su pelo y por cada centímetro que te acercabas el se alejaba.
- Traeme algo para comer. -dijiste con los mofletes inflados.
- No.
Acercaste la mano a su pelo hasta que lograste que se recostase en el sofá y te echaste sobre él. Ya no tenía escapatoria.
- ¿Ahora como escapas, listillo?
- Cómo menos te lo esperas.
Él se giró en el sofá y te tiró al suelo. Se levantó y te miró. Tú estabas super sonrojada. Hubieras esperado cualquier cosa menos eso, así que ciertamente el había tenido razón. Se colocó bien la camisa y la corbata y te miró.
- Nunca retes a Noruega, cariño.
Esa palabra resonó en tus tímpanos. "Cariño"... Sonó tan bien saliendo de su boca. Pero no sabías exactamente por qué. Estabas confusa. Se estaba yendo a la cocina y te trajo una tableta de chocolate. Tú la empezaste a comer aún atónita. Volviste a mirar su pelo. Ese pelo dorado ni demasiado corto ni demasiado largo. Otra vez ese impulso... Acercaste tu mano a la horquilla que mantenía aprisionado a un mechón, pero de nuevo Noruega rechazó tu tacto.
Al fin te volviste a poner sobre él tocaste su horquilla y quedaste feliz.
- Lo logré... -susurraste en su oído.
- Pero te va a costar caro.
- ¿Qué vas a hacer? ¿Tirarme al suelo otra vez?
- No, voy a hacer esto.
Te besó y te puso a ti bajo él. Cortó el beso y se levantó de espaldas tuya. Te miró por encima del hombro.
- Te lo dije, soy impredecible... Amor.
Ahí quedo todo claro. Ya sabías lo que sentías por Noruega. Te habías enamorado de él.
Caminó hacía su habitación y salió con una mini caja en sus manos.
- (T/n), ¿quieres tener algo serio conmigo? -Dijo arrodillandose ante ti con la caja en las manos.
- ¿Algo más serio que tú? Eso es imposible. -Dijiste entre carcajadas- Pero acepto.
Abriste la caja y viste que era una horquilla cómo la suya. Justo lo que querías.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top