Delia estaba adolorida por el fuerte impacto que recibió del grito sónico de Helania. Con su magia quitó los pedazos del árbol que le cayeron encima, primero estuvo sacando pedazo por pedazo pero por su nula paciencia con un solo hechizo se quitó todos los pedazos en un santiamén. Se levantó y sacudió todo el polvo que tenía en su ropa, chasqueó sus dedos y rápidamente quedó limpia como si nada le hubiera pasado, además de que cambió de atuendo a un vestido de color verde.

El ataque de Helania no se lo esperó para nada, no creyó que sus víctimas tuvieran alguna relación con un ser sobrenatural, de hecho nunca investigó a sus víctimas, no tenía un patrón definido, tan solo elegía sus víctimas al azar, con tal de que sean hombres humanos ella los mataba.

—¡Monstruos de tierra es hora de levantarse! —recitó dos veces seguidas y segundos después el suelo tembló, se formó una ligera grieta de donde las rocas se elevaron en el aire, se juntaron y se mezclaron hasta formar dos monstruos de tierra de tres metros de alto—. ¡Vayan por la loba y mátenla!

Los dos monstruos de tierra asintieron y acataron la orden de su creadora. Mientras corrían iban rugiendo como bestias salvajes.

Delia movió sus dedos para llamar a su escoba hechizada que llegó de forma veloz, lo mejor que podía hacer era escapar hasta idear un buen plan para deshacerse de su nueva rival pero pronto descubriría que Helania no era la unica que la estaba cazando esa noche.

Al llegar Nocturna observó como Helania usaba sus puños contra los dos monstruos de tierra, además de su velocidad para marear a los monstruos que poseían una fuerza tremenda.

—¡No la dejes escapar! —dijo Helania de forma autoritaria alzando su tono de voz antes de golpear múltiples partes del cuerpo de uno de los monstruos rocosos.

La vigilante asintió y aceleró, a lo lejos divisó como la bruja de cabello rosa estaba sentada en su escoba a punto de alzar el vuelo. De sus bolsillos sacó una daga amarrada a una soga, se subió sobre la montura de la moto andando para lanzar la daga hacia une extremo de la escoba hechizada, la soga giró tres veces, el otro extremo de la soga lo amarró con rapidez al manillar derecho de la moto que luego la giró para halar la escoba con más facilidad al mismo tiempo que aumentó la velocidad.

Delia cayó al suelo sobre la escoba que se partió en dos pedazos.

—¡Maldición! —Delia se colocó de pie y al ver como la escoba que era su método de escape ya no le servía se enfureció, luego miró a su nueva atacante que reconoció en un instante al mirar su rosto—. Tú eres la del bar, la que se sentó alado mío.

La vigilante no estaba con su traje puesto, por todo lo que había pasado no le dio tiempo a colocarse, fue por eso que ni su antifaz lo tenía.

Bajó de su moto, en su mano derecha llevaba su sombrilla y en su izquierda llevaba otra daga, debido a su arduo entrenamiento se había vuelto ambidextra, su capacidad para usar tanto la mano derecha como la izquierda era la misma. Fue uno de sus entrenamientos que tuvo después de haber perdido a su padre, quería ser muy hábil para no tener que usar su poder, que no lo controlaba del todo, un poder que la volvía muy agresiva y por esos motivos no quería depender de el.

—¿Te has aliado con una loba? —interrogó Delia sin dar un paso—. ¿Por qué?

—Eso es obvio —contestó Fiorella con seriedad—. Mataste a mi padre y mataste a su novio, son razones suficientes para ir por ti, y sí mi viaje a Colombia es por venganza.

La bruja reía a carcajadas con los comentarios emitidos por Fiorella.

—¡Qué patético! —dijo cuándo dejó de reírse—. Los humanos son tan patéticos que tienen que aliarse con seres superiores a ellos para que hagan el trabajo que no pueden hacer por si mismo porque son débiles, se mueren con suma facilidad hasta con una pequeña daga embrujada.

—¡Te equivocas! —contestó Fiorella y procedió a lanzarle la daga—. ¡Los humanos también podemos valernos de sí mismos y te lo demostraré!

Delia no se inmutó y detuvo la daga en el aire a escasos centímetros de ella.

—Con sus estúpidas armas y sus trucos baratos no lo... —exclamó confiada pero no terminó de hablar puesto que la daga tenía un pequeño explosivo con el cuál la bruja cayó al suelo adolorida.

Fiorella corrió hacia ella mientras su sombrilla pasaba a ser un bastón metálico cuando las varillas y las telas impermeables se guardaron en un compartimento especial, colocó la contera de la sombrilla en el mentón de la bruja que al tener sus manos libres las movió para que muchas ramas emergieran del suelo y atraparan cada extremidad de la vigilante.

Las ramas se envolvieron en el cuello, tobillos y muñecas además de otras zonas para inmovilizarla. Helania llegó con su súper velocidad y usó su grito sónico pero la bruja se dio cuenta y rápidamente controló varios árboles para protegerse del ataque a pesar de que igual su espalda fue ligeramente lastimada cuando chocó sobre una gran roca.

Al estar de pie lanzó muchos rayos mágicos en diversas direcciones, Helania esquivó todos los rayos pero no pudo esquivar el que iba directo hacia Fiorella, la híbrida la salvó con su gran velocidad.

—¡Gracias! —agradeció Fiorella mientras Helania le ayudaba a quitarse las ramas restantes que apresaban su cuerpo.

Delia aprovechó el momento para huir, se llevó las dos partes de su escoba para volver a repararla al recitar otro hechizo y así irse volando.

—¡Se nos va a escapar! —exclamó molesta Helania antes de empezar a perseguirla.

En el aire, la bruja lanzaba rayos hacia los árboles para que cayeran y así bloquear el paso de Helania. A la híbrida no le importaban los árboles porque con su fuerza podía atravesarlos con dificultad, Delia se dio cuenta de aquello así que recitó un hechizo más poderoso para crear cinco monstruos de tierra que sirvieran de distracción.

Por otro parte Fiorella al estar libre de las ramas mágicas prendió su moto y fue a perseguir a la bruja por otra dirección al ver a lo lejos como los árboles caían sin cesar.

La bruja fue hacía la carretera, la vigilante aceleró y debido a que encontró varios atajos no estaba tan lejos de alcanzarla.

En la carretera pasó un camión y al ver que más atrás iba a un auto Delia usó su magia para lanzar potentes rayos mágicos en las llantas delanteras, con lo cuál el camión giró de manera frenética, el auto que iba detrás tuvo que retroceder pero por lo rápido del suceso no lo logró a tiempo y por lo tanto chocó con el tráiler de adelante.

Fiorella se detuvo a tiempo para no salir lastimada, se bajó de su moto y rápidamente fue hacía dónde estaban los dos medios de transporte para salvar a las personas antes de que hubiera una explosión.

Muy cerca del lugar del accidente se escuchó un grito sónico que provenía del bosque.

—¿Por qué dejas que se vaya? —preguntó Helania molesta cuándo vio que Fiorella estaba sacando al hombre que manejaba el camión mientras que la bruja se alejaba más y más.

—Porque estás personas nos necesitan —contestó arrastrando con algo de esfuerzo al camionero que estaba inconsciente y con su cabeza sangrante—. La venganza puede esperar, por ahora debemos salvar a estas personas.

—No, tu ayúdalos yo iré por esa bruja —dijo la hibrida antes de ir por Delia.

—¡Mami! —gritaba un pequeño niño llorando que se arrastraba por el suelo con un pequeño hematoma en su mano izquierda, se levantó, miró el carro llorando —. ¡Papi!

Al escuchar al pequeño, la híbrida se detuvo y fue a ayudar, levantó el automóvil con suma facilidad y logró salvar a los padres del niño, que estaban inconscientes. Ella misma los llevó a todos al hospital más cercano usando su velocidad.

Helania estuvo afuera del hospital sentada esperando durante una hora a su nueva compañera, Fiorella. No quiso entrar quedarse en la sala de espera.

—¡Gracias por ayudarlos! —dijo Fiorella cuándo salió del hospital y observó que Helania estaba a unos cuántos metros en uno de los asientos de los exteriores del centro médico, caminó hasta sentarse a su lado—. Gracias por interponer tu venganza para salvarlos, eres una heroína.

La híbrida se quedó en silencio por un momento.

—No lo soy —refutó Helania cabizbaja— Si lo fuera, los hubiera salvado sin pensarlo y sus padres no estarían en este momento en una batalla entre la vida y la muerte, no me considero una heroína cómo tú, no porque lo hice.

—Claro que si lo eres —Fiorella le daba ánimos—. Tú crees que no lo eres pero estás equivocada, tienes ese espíritu heroico, lo he visto antes en los ojos de otra persona y ahora lo veo en ti.

—¿En quién lo has visto? —preguntó Helania alzando su cabeza.

—Lo vi en un hombre que se hace llamar Tigre —respondió Fiorella mirando hacia el cielo—. Y vi lo mismo en ti esta noche y si tú crees que no eres una heroína entonces conviértete en una, marca la diferencia, entre más héroes seamos a más personas podremos salvar.

Las palabras de Fiorella la estaban haciendo reflexionar.

—¡Muchas gracias! —Helania se sentía mejor—. Esto ya no solo se trata de vengar a nuestros seres queridos, esto se trata de vengar a todos los que mató y de evitar que mate a más personas.

La noche pasó y al no saber más información del paradero de la bruja, se quedaron a dormir en un hotel barato que quedaba muy cerca del hospital.

Durante el día siguiente estuvieron recopilando información de diversas fuentes como internet, televisión, radio y redes sociales.

—Mira —Fiorella señaló un afiche que invitaba a los hombres a un nuevo nigth club, arrancó el afiche del poste.

—¡Paraíso Nocturno Nigth Club! —leyó Helania—. ¿Qué tiene que ver esto con la bruja?

—Tiene mucho que ver —dijo Fiorella antes de explicar lo que dedujo—. La bruja solo ha matado a hombres por una razón que desconocemos y lo más lógico es que vaya a este lugar que estará repleto de hombres.

—¡Oh ya veo! —mencionó Helania—. Es más que obvio y si es una buena conclusión, eres muy inteligente.

Estuvieron preparándose todo el día para que al llegar la noche ir al nigth club en busca de la villana.

—¿Lista? —preguntó Fiorella subida en su moto ya con su traje de Nocturna.

—¡Por supuesto! —contestó Helania y así las dos fueron directo al nigth club dispuestas a detener a la bruja.  

*** 

Hice estos dibujos de los personajes principales de la historia: 

Nocturna 

Helania 

Delia, la bruja