-Postres. | ShinTodo-Bakukami

[Día uno: Postres]
(Flufftober)

[✨ ShinTodo ✨]

—¿Crees que ya son lo bastante grandes?

—Bueno, ya tienen un año. Creo que ya son lo bastante grandes para probarlo.

Shoto lo miró con duda aunque asintió a los pocos segundos, pensando en su interior que tal vez estaba exagerando un poco. Después de todo, solo era un poco de helado ¿No?

Se vistió con rapidez al igual que Hitoshi, ambos con ropa bastante cómoda aunque sin dejar de tener estilo con los jeans negros rasgados del bicolor y el chaleco de lana gris que llevaba el pelimorado sobre su camisa de mangas cortas. No dejaban de tener veinticinco años aunque ya fueran padres de un par de revoltosos. Con la facilidad practicada luego de dieciocho meses, no tardaron mucho antes de arreglar a los gemelos con ropa que tenía la misma gama de color, todos vestían de gris aunque en distintos tonos, y los niños no dejaban de verse adorables, cada uno con un sombrerito pequeño para cubrirlos del fuerte sol de California.

Era domingo, y cómo cada mes tenían un día libre en común en sus respectivas agencias de héroes. Los gemelos aún eran pequeños y tendrían pocos recuerdos de todo, así que se esforzaban al máximo por ahora para ganar fama y prestigio en la ciudad para después poder tener más beneficios como héroes reconocidos como tener vacaciones más largas o poder pedir días libres sin tantos problemas. Aunque de cualquier forma hacían un esfuerzo para que los gemelos pudieran tenerlos a ambos juntos y no siempre estar solo con uno de ellos.

Su rutina en la semana consistía en Shinso llegando en la mañana de sus rondas nocturnas, ayudaba a Todoroki a vestir a los gemelos y preparar el desayuno. Se daban un beso de buenos días, y luego el pelimorado se iba a dormir mientras que el bicolor se llevaba a los gemelos a la guardería, al mediodía Hitoshi los iba a recoger y se quedaba con ellos el resto de la tarde, hasta la llegada de Shoto cuando era hora que el de ojos púrpuras se fuera a sus rondas nocturnas. El heterocromático les daba la cena y luego acostaba a dormir a los gemelos.

Era agotador pero ya estaban casi totalmente acostumbrados, algunos días eran más pesados que otros y habían misiones que se interponían con su rutina, pero fueron ellos los que habían tomado la decisión de ser padres, y de la misma forma solo podían esforzarse por sus hijos.

Ninguno de los dos se arrepentiría de lo que decidieron, aunque fuera difícil y agotador la mayor parte del tiempo... Hanabi y Teru les recordaban el porqué de haber tomado esa decisión, creando recuerdos y siendo felices.

Siguieron su camino con los gemelos balbuceando en el cochecito mientras usaban los juguetes que tenían a la mano, los adultos detuvieron sus pasos frente a una heladería de colores pastel a la cual habían venido en múltiples ocasiones antes aunque claro, siempre los dos solos.

—¡Oh, Dios mío! ¡¿Esos son los famosos gemelos?! —Una mujer de cabello naranja se acercó con una gran sonrisa antes de agacharse frente al cochecito, los gemelos la miraron con curiosidad. —¡Son super mega lindos!

—Taaataaas. —respondieron los gemelos antes de reír y aplaudir con emoción.

—Ellos aún tienen algunos problemas para hablar. Aunque el doctor dijo que es normal que los gemelos tarden mucho más en comunicarse que otros bebés. —respondió Shoto, agachándose también para empezar a desabrochar las correas del coche. Le dió a Hanabi a su esposo, quien la levantó en sus brazos para hacerla reír, y el bicolor se levantó sin problemas con Teru enganchado en su cintura.

—Pues yo entendí perfectamente que me dieron las Gracias. ¿Verdad que sí, ternuritas? —La de cabello naranja hizo una voz graciosa, mientras le extendía la mano a Teru quien se la ofreció con una sonrisa que mostraba los cuatro pequeños dientes que tenía. —Y son muy inteligentes.

—Sí, lo son. —contestaron ambos padres.

—¿Y a qué se debe tan preciosa visita?

—Vinimos para que los gemelos prueben helado.

—¿Por primera vez? —preguntó la mujer, recibiendo un asentamiento como respuesta. Ella sonrió emocionada. —¡Me halaga que hayan traído a sus bebés a mi heladería para probar el helado por primera vez! ¡Es todo un honor! Solo siéntense que en un segundo ya les sirvo.

La heladería de Rachel, en la que se encontraban era un lugar bastante lindo, acogedor y de los pocos cercanos a su hogar, tenían un montón de distintos sabores y por último, era divertido pensar que lo conocieron porque Shoto tenía un descuento de por vida ahí, debido a que en un ataque de villanos, fue él quien evitó que el lugar fuera consumido por el fuego. La dueña, que era joven estaba tan agradecida con el el héroe que insistió regalarle el descuento eterno en su tienda, por más que Shoto se negó pensando que era demasiado por solo un trabajo común.

De cualquier forma, ella ganó y en ese entonces los gemelos apenas estaban en el vientre de Zoe, así que la pareja de esposos llegó a ir en múltiples ocasiones hasta ser amigos de Rachel, la dueña de cabello naranja.

—Aquí tienen, helado de café para Shinso, de té verde para Todoroki y una tina de vainilla y fresa para los bebés más lindos del mundo. —dijo Rachel con una gran sonrisa cuando volvió. La pareja de esposos siempre pedía los mismos sabores, y antes de que la efusiva mujer se fuera detrás del mostrador le dijeron los sabores que querían para sus niños.

Según su propia lógica, a Hanabi debería gustarle el helado de vainilla porque le encanta la leche de ese sabor, mientras que a Teru debería gustarle el de fresa porque era un pequeño ladrón que siempre tomaba fresas del plato de sus padres cuando desayunaban.

Así que antes de comer de sus propias copas de helado, el heterocromático tomó a la niña de ojos púrpuras para sentarla en la pequeña sillita infantil y luego hizo lo mismo con el pequeño de ojos turquesa.

Shoto tomó con la pequeña cucharita un poco de helado de fresa, Hitoshi hizo lo mismo con el helado de vainilla. Y cada uno se acercó al bebé que creían que les gustaría.

Los gemelos abrieron los ojos con sorpresa, viendo las cucharaditas con crema y chispas de colores, se miraron entre ellos un momento antes de abrir sus bocas. Luego ambos empezaron a aplaudir con alegría.

—Iiiiicccoooo. —dijeron antes de reír y seguir aplaudiendo. Ambos volvieron a abrir la boca. —Aaass, avor aaaaasss.

—Al parecer sí les gustó el helado. —comentó Hitoshi entre risas, mientras le daba otra cucharada a Hanabi.

—Por supuesto, nuestro helado es el mejor de la ciudad. —respondió orgullosa la de cabello naranja.

—Tienes razón. Me alegra saber que les gusta. —dijo Shoto, dándole una cucharada más a Teru cuando esté le jaló del brazo.

Y así, fue la primera vez que los gemelos probaron el helado, un delicioso postre dulce.

[✨BakuKami✨]

—¡Quiero pastel de cumpleaños! —chilló la pequeña rubia de tres años.

—Aquí hay un pastel, Hibana. ¿No quieres pastel de zanahoria?

—¡No! ¡No es de cumpleaños! —lloró ella, cruzándose de brazos con un puchero en sus labios.

Denki se golpeó la frente con su mano, mientras bufaba y es que...

Adoraba con locura a su hija, pero aún así, a veces debía admitir que era bastante caprichosa.

Justo ahora, la rubia lloraba porque quería un pastel, pero no cualquier tipo de pastel...

Debía ser un pastel de cumpleaños.

Según la lógica infantil de la pequeña rubia, era que el pastel de cumpleaños siempre sabía mejor que el pastel normal.

Pero el problema era que no había ningún cumpleaños próximamente, el más cercano podría ser el de Yara, la hija de Kirishima pero para ese día aún faltaban unas tres semanas.

Y Hibana estaba llorando justo ahora.

Podría decirse que después de algún tiempo, ya debió haber aprendido distintas técnicas para cuidar y "controlar" a la pequeña caprichosa que tenía por hija, que aunque físicamente era casi una exacta copia de él (exceptuando el cabello cenizo) en personalidad era una pequeña bomba de tiempo, o más específicamente, era una pequeña Katsuki.

Denki no se llevaba excepcionalmente bien con su suegra Mitsuki, pero sí tenía una buena relación con Masaru, y fue él quien le dijo que Hibana actuaba casi de la misma manera de que Katsuki a esa edad.

—¡Quiero pastel, pá! ¡Quiero pastel! ¡Por favoooor!

Una de las técnicas, era distraerla con algún juego o programa de televisión, o incluso a qué se pusiera a jugar con el pequeño King, pero el bebé estaba durmiendo, la televisión de la sala estaba en reparación y la niña no quería para nada usar el teléfono.

—Hibana, cariño. Sabes que te quiero ¿Verdad? —Le dijo, tomando las manos de la niña.

—Yo también te quiero. —respondió la rubia.

—Pero justo ahora no puedo complacerte porque no hay ningún cumpleaños, así que no puedo conseguir un pastel de cumpleaños. —dijo Denki, porque creía firmemente en que todo se podía resolver conversando. —Solo tengo este pastel ¿De acuerdo?

Sus ojos dorados se llenaron de lágrimas, pero asintió.

—Está bien, pá. —respondió, limpiándose la nariz con las mangas de su blusa rosada. —Perdón, pero no quiero de ese pastel.

Se levantó de la silla, abrazando su peluche en forma de Pikachu, se fue a sentar en el tapete para niños donde agarró su libro para empezar a dibujar.

Denki se sintió triste, pero aún así, pensó que era lo mejor, después de todo no podía cumplir todo los caprichos de la niña.

Ambos siguieron con sus actividades, Denki despertó al bebé y los llevó a ambos a la mesa para cenar, dónde les sirvió la comida, Hibana aún estaba un poco triste pero parecía haber olvidado todo el tema del pastel.

—Llegué a casa. —Escucharon la voz profunda de Katsuki al entrar por la puerta de la cocina.

—¡Papá! —chillaron los niños. Hibana se bajó de la silla para lanzarse a los brazos de su padre para abrazarlo, King estiró sus brazos mientras saltaba en el asiento de bebé dónde estaba cenando, así que Denki lo cargó en sus brazos hasta donde estaba su esposo.

Katsuki cargó a King en sus brazos, y lo besó en la frente, antes de darle un beso en los labios a Denki, mientras que Hibana estaba abrazándolo de la cintura.

—Hey, les traje algo. —comentó Bakugo, después de volver a dejar al bebé en su asiento y sentarse a comer su cena. Buscó en su mochila, y sacó un pequeño envase de plástico, con un trozo de pastel de crema blanca con puntos rosas. —Al parecer había una heroína de cumpleaños en la agencia de Creati cuando fuí a la reunión, así que me dieron una rebanada.

Los ojos dorados de Hibana se llenaron de emoción y estiró sus manos enseguida en dirección a la bandeja.

—Alto ahí, enana. —Katsuki levantó la bandeja fuera del alcance de la niña, quien se quejó alegando que ya había terminado de cenar, y de lavarse las manos. —Lo que tú papá te dijo es cierto, que yo haya conseguido pastel de cumpleaños fue una casualidad ¿Oíste? Así que por más que hagas berrinches monumentales, no siempre puedes tener lo que quieres.

El rubio cenizo habló con seriedad mirando directamente a su hija, quien apretó los labios antes de asentir de forma solemne. Bakugo estaba muy seguro de una cosa, y esa era que la menor no le tenía ni una pizca de miedo, pero lo que sí sentía por él era respeto, el suficiente como para no quejarse o objetar cuando el tono de su voz era lo bastante serio.

—Lo entiendo. —respondió ella con su voz infantil. Katsuki asintió, confiando en que lo había entendido, antes de ofrecerle la bandeja de plástico.

Hibana la tomó entre sus manos, buscó una de las cucharas para niños en el cajón y se acercó con pasos cautelosos hasta quedar junto a la silla de King, el bebé de un año que la miraba con curiosidad mientras tomaba sorbos de su jugo de manzana.

—Toma, King. ¡Aquí tienes pastel de cumpleaños! —dijo la rubia, extendiéndole la bandeja, con la cuchara tomó un pedacito e hizo el sonido el avioncito hasta llevarlo a la boca del pequeño de ojos rojos.

King aplaudió mientras comía del pastel, pidiendo más con una sonrisa.

—¿El pastel era para tú hermano? —preguntaron los padres totalmente sorprendidos.

—A King le gustó el pastel de mi cumpleaños. —respondió ella, mientras le daba otro trozo al bebé. —Le gusta pastel de cumpleaños.

En la mente de Katsuki y Denki algo hizo click.

—Hibana, no le gusta el "pastel de cumpleaños" a él le gusta el pastel de limón. —respondió Denki.

—Pero... Pero a King no le gusta, pastel del refri... —contestó ella, como si fuera algo muy obvio.

—Es porque ese pastel es de zanahoria. Y a él no le gusta el sabor.

—¿No es el pastel de cumpleaños?

—No, no es porque sea de cumpleaños.

Hibana parpadeó, antes de asentir con la boca abierta de sorpresa.

—Ahora entiendo...

A Denki le pareció adorable y divertido pensar que todo ese berrinche, fue debido a una linda razón.

[✨]

¡Hola! Cómo notarán (y cómo expliqué antes, perdón por la insistencia jsjs) habrá muchos saltos en el tiempo.

Cómo aquí por ejemplo, que los sucesos del ShinTodo es cuando sus bebés tenían un año y los del BakuKami cuando Hibana tenía tres años.

También será así, cuando sean cosas cortas, habrá dos o más familias por día o de ser muy largo, solo será una por día. Espero que sea fácil de entender, aunque como siempre digo, de tener cualquier clase de duda yo no tengo ningún problema en responder.

Sin más que decir, espero lo disfruten. ¡Nos vemos el siguiente día!

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