Venganza

El sonido de un piano ser tocado junto con la voz de Wade hizo que Lincoln y Slade se despertaran con un quejido al escuchar la canción.

-No puede ser. –Dijo Slade, suspirando con fastidio por el ruido del piano.

What's left to say?
These prayers ain't working anymore,
Every word shot down in flames,
What's left to do with these broken pieces on the floor?
I'm losing my voice calling on you.

-No sé porque hace esto, pero creo que nunca le va fastidiar hacer todo esto.

Slade se levantó de la cama. Salió de la habitación algo molestó. Lincoln también salió de la habitación donde, inmediatamente, vio a Wade tocando el piano a mitad de la sala. Dejó de tocarlo cuando salió Elektra. Le lanzó una navaja que pasó cerca de su cara. Aunque Wade logró hacerse a un lado.

-Deberías darle más atención a tu novia asesina, Matt. –Wade hizo un círculo con su pulgar e índice en donde metió su dedo. Lincoln se sonrojó un poco mientras intentaba no reírse.

-Vete a la mierda, Wade. –Matt le enseñó el dedo de en medio.

-Me alegra que esta canción los despertara. ¿Saben algo? Si fuera un héroe de alguna compañía y me hicieran una película, me gustaría que fuera esta canción; Ashes de Celine Dion. Una buena canción de introducción, ¿no creen? Pensándolo bien quedaría mejor en una secuela. –En ese momento Logan llegó a la sala, cuando vio a Wade en el piano suspiró con fastidio. No podía creer que durmiera cerca de Wade. Eso simplemente lo hacía molestó. Solo se estaría divirtiendo despertándolos con una canción cada vez que se le diera la gana. Suspiraron con fastidio. –Lo que gano solo por querer despertarlos con una dulce melodía. –Wade negó con la cabeza. –Si quieren culpar al alguien que sea a Bruce. Me dijo que necesita hablar con ustedes. Al parecer vamos a buscar a Zatanna y Gambito.

Al escuchar esas palabras de Wade se dirigieron a la entrada detrás de un reloj, el cual era la entrada a la cueva de Bruce. En el momento que bajaron totalmente vieron a Bruce, Frank y Lisa enfrente del enorme computador donde estaban los nombres de Gambito y Zatanna.

-¿Ya vamos por Gambito y Zatanna, tío Bats? –Preguntó Wade, abrazando a Lincoln, quien lo miró un poco sorprendido por ese abrazó. –Supongo que los necesitamos para entrar a ese lugar donde están las hermanas de la cuatro ojos.

-Lo último que supe de ambos es que estaban trabajando en un casino en las vegas, pero cuando Lex me mandó algunas grabaciones para que los buscara en las cámaras de la ciudad no los encontré. –Bruce miró el computador, se agarró la barbilla pensando un poco. –Eso me hace pensar que quizás ya no estén en las Vegas. Aunque de todas formas tendremos que ir a ese lugar.

-Supongo que vamos a buscar a quien tenga referencias sobre ellos, ¿no? –Bruce negó ante la declaración de Elektra.

-Bueno, en parte sí. –Miró a Lincoln. –Verán, en esa ciudad hay mucha gente que está muriendo a causa de los "héroes". Muchos de ellos van a divertirse a las Vegas. –Se rió un poco al pensar en las estupideces que podrían estar haciendo. –Supongo que los hijos de puta están matando, violando, mutilando, jugando mientras ríen, beben y se drogan. –Miró de reojo a Lincoln, quien se sintió un poco incómodo por la mirada. –Ahora lo pagaran. Pero aprovechare para buscar algo de información que pueda sernos útil para saber en dónde están. -Suspiró, dando un aplauso. –Muy bien, pueden irse y preparen sus cosas, trajes, armas por lo que haremos. Esto también será una señal para que estén preparados.

-Es hora de bailar. Y con bailar me refiero a que intentaremos matarnos mutuamente entre todos nosotros mientras –Comenzó a subir el tono de su voz –la sangre cae de nuestros cuerpos y nos levantamos para seguir peleando pinches putas que quieren coger al no haber tenido sexo durante un año, pidiendo por más sangre y violencia hasta que finalmente... -Dejó de hablar al ver que solo Lincoln era él que estaba en la cueva. –Hijo de su puta madre. Supongo que me dejé llevar. –Wade volvió abrazar a Lincoln. –Vamos, Lincoln. Una vez que terminemos, ¿Qué tal si vamos a desayunar? Te voy a preparar una de mis famosas malditas putas chimichangas.

-Supongo que está bien. –Respondió, con una sonrisa.

-Sabes siempre he querido ir a las Vegas. Apuestas, sexo, alcohol, comida, juegos de azar y ahora muerte. Todas las cosas prohibidas por Dios. –Wade Chasqueó los dedos. –Deberían llamarle la Sodoma del siglo veintiuno. Y ahora que lo pienso es la ciudad perfecta para que muchos "héroes" puedan hacer de las suyas. Tiene razón Bruce. Espero que no haya muerto mucha gente. –Eso último lo dijo con un tono serio. En estos días pudo conocer a Wade mejor y en efecto era una gran persona, puede que a veces podía irritar, pero eso no le quitaba el gran corazón que tenía y su empeñó por querer ayudar a los demás. –Espero poder darles en su puta madre a los hijos de perra. –Chasqueó la lengua. –Vamos, Lincoln. Hay que prepararnos.

-No te vayas todavía, Lincoln. Tú hermana quiere sacarte una muestra de sangre.

Lincoln y Wade parecieron un poco confundidos. En realidad Wade no. Sabía perfectamente que le sacaban sangre a él y Logan para que pudieran curarse de las heridas que les dejaban las batallas. Cuando fueron por el puto que era dueño de la mansión "X" tuvo que darle sangre a Frank para que se curara de las heridas. Con Lincoln pensaba que era para ver si podía hacer lo mismo. Él le dijo que sanaba rápidamente, así que quizás esa era la razón.

-Solo una muestra. –Lisa clavó la aguja en su hombro. Sacó unos cuantos mililitros de sangre y apartó la aguja. –Listo. Muchas gracias, hermanito.

Lisa le sonrió. Lincoln se inclinó para darle un beso en la frente a Lisa. Aunque ella se puso algo incomoda, pero no protestó. Lincoln, inmediatamente después, salió junto a Wade. Bruce y Lisa se quedaron solos. Retiró la aguja de la jeringa, después acercó un pedazo de plástico para poner una gota. Colocó la muestra dentro de lo que parecía ser un telescopio junto a la computadora.

-¿Crees que haya funcionado? –Preguntó Bruce, comiendo un sándwich de jamón y dando un tragó a un vaso de leche. –Ayer estuve investigando un poco y el que pueda absorber las habilidades de otros es porque, según estudios, muchas arañas también pueden hacer lo mismo con comerse a otra. Es bastante fascinante lo que investigue. –Dio otra mordida. –Creo que hay muchas que Lincoln puede hacer. Todo lo deje en la computadora para que puedas leerlo mientras estamos afuera.

-Espera, ¿y si algunos de...?

-Tranquila. –La interrumpió. – ¿Recuerdas a Alfred? –Lisa asintió. –Legara en unos minutos. No te preocupes, él podrá cuidar de ustedes mientras estamos fuera.

Salió de la cueva. Lisa continuó esperando que la pantalla diera el resultado de la sangre. Al menos estaría sola. Podría trabajar tranquilamente mientras sus hermanas se divertían jugando con algunas de las cosas caras de Bruce. Y si necesita algo podría pedírselo al que cuido a Bruce, quien también era muy inteligente.

...

-Un elefante se lo columpiaba sobre la tela de una araña –Lincoln se quiso reír por escuchar la canción de Wade –, como veía que resistía, fue a llamar a otro elefante. Dos elefantes se columpiaban sobre la tela de una araña.

-Por cierto, Lincoln. Vas a teñirte el cabello de color negro. –A Lincoln le tomó por sorpresa ese comentario.

-¿Por qué?

-El color de tu cabello no es muy común, si alguna persona que pertenezca al FBI, o de algún organismo de seguridad nacional te podrá reconocer fácilmente y llamarán a uno de los equipos más importantes de la tierra para que te atrape. –Lincoln hizo una mueca. –Entonces tendremos que liberarte por segunda vez. Y puede que sea mucho más difícil que la primera.

-¿No hay otra forma?

-Que te afeites la cabeza. –Comentó Frank, quien, junto con Wade, rieron.

-Supongo que está bien. –Dijo resignado.

En sí ellos tenían razón. Su cabello blanco no era muy común. Además, como su piel no era demasiado clara, tampoco era muy difícil identificarlo entre la gente. Al menos esperaba que pronto terminara todo esto. Odiaría tener el cabello de negro siempre porque tener el cabello de ese color lo hacia sentir que con no era él, más bien otra persona. A Lincoln le gustaba tener su cabello de color blanco.

-¡Y llegamos a las Vegas! ¡VIVAN LAS VEGAS! –Cantó fuertemente Wade, al ver la ciudad iluminada desde el cielo. Lincoln ya había escuchado la canción. Si mal no recordaba era de Elvis Presley. -¿Tenemos reservaciones, Bruce?

-Soy dueño de un hotel así que podremos descansar unas horas hasta que aparezcan esos hijos de puta. –Sintieron como el avión comenzaba a descender. –Ahora, no vayan a llamar la atención... lo digo por ti Wade.

-Que amargado.

El avión descendió del todo. Lincoln observó que Logan se puso algo nervioso al ir descendiendo. En el momento que el avión aterrizó pareció estar aliviado. Bueno, cada persona podía asustarse con ciertas cosas. En el momento que aterrizaron Bruce le hizo una seña a sus compañeros para que esperaran un momento. Salió primero él del avión. Matt escuchó que había comenzado hablar por teléfono. Unos minutos después llegó una camioneta de color negro, y, unos segundos después, cuando el hombre que trajo la camioneta se marchó, les indicó para que salieran del avión.

-Preferiría ir en una limosina. –Dijo Wade, abriendo la puerta. –Primero las damas. –Wade hizo un ademan como en las películas para que Elektra pasara. Ella rodó los ojos. –Las gracias no me vendrían tan mal.

Todos entraron al auto, no sin antes ponerse una sudadera con capucha de color negro, a excepción de Bruce, quien fue al asiento del conductor. A su lado se sentó Matt. Lincoln observó que las ventanas parecían ser muy oscuras y, al parecer, resistencia, al igual que el resto del vehículo. Aunque si lo que le dijo Wade que sus empresas estaban "asociadas" con las corporaciones no habría nada de extraño que Bruce estuviera muy protegido.

-¿No les gustaría que les contara sobre ese sueño?

-En serio a veces me dan ganas de coserte la boca, Wade. –Musitó Logan, soltando un gruñido.

-No sería peor que ponerme un traje de color verde. –Se rió. Nadie pareció entender ese chiste. –Como sea, ayer soñé que un niño, de los que no hacen nada más que ver esos animes mamones e insultar a la gente, junto con otro niño que nada más anda viendo revistas pornográficas, odia la vida de todos y tiene un serio problema de eyaculación precoz nos metían en una historia toda estúpida.

-¿Y de qué era la historia? –Preguntó Lincoln un tanto interesado.

-No lo sé. Desperté y me empecé a reír por lo estúpida que era la idea. –Respondió. Frank negó con la cabeza, sonriendo. –Oye Frank, ¿recuerdas ese sueño que tuve días después de que los Loud llegaron?

-¿Donde eran devoradores de carne?

-Ese... exactamente. Donde ellos tenían tendencias sexuales, locura y esas mamadas que no dan nada de miedo. –Lincoln se sintió un poco confundido. ¿Por qué Wade soñó algo como eso? –Pues haz de cuenta que ambos niños estúpidos querían que esas criaturas mamonas aparecieran en nuestro mundo para que pudieran acabar con Superman y los héroes.

-No sería tan mala idea que algo así apareciera. –Comentó Matt.

-Supongo que en mi mente hay oscuros secretos. –Frank, Wade y Lincoln se rieron. La idea de por si era muy estúpida, pero que seres malvados devoradores de carne, con tendencias sexuales entre ellos, que se sentían invencibles y que eran creaciones de un niño amante del anime... bien, eso lo hacía una idea muy estúpida. –Desearía no tener sueños tan estúpidos como esos. –Wade miró al frente. – ¡A la mierda! ¿Ya vieron la ciudad? Menos tú Matt...

Los demás miraron al frente donde observaron las calles; había manchas rojas, huesos, y algunas personas que pedían dinero; algunos edificios y casas estaban destruidos, también habían algunos escombros alrededor de las personas donde habían unos niños durmiendo junto a sus padres.

-La evidencia de cuantos héroes han estado divirtiéndose en la ciudad. –Bruce suspiró con fastidió.

-¿Por qué nadie dice nada? –Preguntó Lincoln, haciendo una mueca de molestia.

Le sorprendía ver cómo es que podía haber algunas ciudades. No había visto nada de esto. En la televisión, revistas, periódicos o comics nunca mencionaron esto, ni tampoco pensó que pudiera haber algo así, pero ver la ciudad en ruinas le hizo sentirse frustrado. ¿Estos eran los héroes que había admirado por mucho tiempo? Nunca pasó por su mente que algo así pudiera estar pasando.

-El gobierno está bajó el control de las corporaciones. –Respondió Matt. –No hay nada que podamos hacer, todo está controlado por los tres representantes dueños de las corporaciones que lo único que les gusta es el dinero.

-Pero no puede ser que...

-Si puede ser, Lincoln. –Lo interrumpió Frank. –No hay nadie que pueda alzar la voz o decir algo porque inmediatamente los silenciarían. Supongo que Tony Stark es quien cubre los gastos de los daños causado a algunas ciudades.

Lincoln no dijo nada más. Se sintió un poco mal por ver a las personas de esa manera; entre cadáveres, sangre y ruinas. Suspiró con amargura mientras la camioneta continuó avanzando. Pasando unos minutos las ruinas fueron sustituidas por luces, risas y el ruido de los autos. Todo parecía estar "normal", si se le podía llamar de ese modo.

-Me imagino que los hijos de puta están en ese edificio. –Frank señaló el edificio donde Bruce pareció observar con atención.

-Ahora es cuando tú dices: "Iron Man apesta". –Dijo Wade, específicamente a Bruce, quien rodó los ojos. –Todos lo odiamos, no sé porque te enojas. –Escuchó el claxon del auto que estaba atrás. Wade volteó. –Para no querer llamar la atención estás haciendo justamente lo contrario. –Bruce comenzó avanzar al darse cuenta que había una cola de autos detrás de él. –Y para ser un sujeto que está ciego, pero que el resto de los sentidos están aumentados tampoco pareció que escuchar el sonido del claxon del auto. –Matt no le respondió.

La camioneta continuó su camino por unos minutos más, hasta que Bruce dio la vuelta y entró por la parte trasera de un hotel. Al parecer era la entrada para empleados. Bajó el vidrio del auto para que el hombre que supervisaba esa entrada lo dejara pasar sin preguntarle por los que iban en la camioneta junto con él.

-Uno de los mejores de las Vegas y no está cerca de los demás donde se hospedan los héroes. –Comentó Wade. –Así que si nos vamos a romper la puta madre en unas horas. –Bruce se estacionó enfrente de lo que parecía ser, o eso pensó Lincoln al ver la puerta, una habitación que no tenía ventanas. Solo tenía muros de concreto. –La sala de operaciones de Bruce que está en las Vegas. Bastante retirado de las habitaciones de los huéspedes para que no nos vean. –Todos bajaron de la camioneta. –Muy inteligente, Bruce.

-Te daré una computadora para que puedas ver quien está en el hotel, Frank. Logan ira contigo.

Bruce le dio las llaves a Frank. Entró a esa habitación donde rápidamente salió con un par de maletines. Lincoln las conocía; eran de esas que a veces aparecían en las películas que usan los espías. Al parecer si era real, solo que iban a espiar superhéroes. Esa era la diferencia.

-Ahora esperen indicaciones.

...

-Bruce quiere que investigues todos los vuelos que partieron hacia Inglaterra, Lisa. Desde hace dos años y que busques si en alguno aparece los nombre Gambito o Zatanna. –Dijo Lincoln desde el teléfono.

Miró a Bruce, estaba sentado en la computadora mirando algunos archivos sobre vuelos. Había salido a buscar algo de información cuando encontró que esos dos habían trabajado en un casino en las Vegas. Pero cuando los superhéroes tomaron el control total sobre el ejército, FBI, NSA y el resto, decidieron irse de las Vegas hacía, según una persona que le dio información, Inglaterra. A Lincoln le resultó un poco curioso que se fueran a ese país cuando también había "héroes".

-De acuerdo, Lincoln. Tardaré unas horas porque hay muchos vuelos que salen diariamente y me costará trabajo buscar sus rostros.

-Está bien, Lisa. ¿Cómo están las chicas?

-No te preocupes. Ya está con nosotros Alfred, quien es el que cuido de Bruce cuando era niño.

-Me alegro. Nosotros nos iremos a Inglaterra esta noche después del caos que haremos contra los "héroes" que están aquí. –Ocho superhéroes y ellos eran siete, bueno, serian ocho, pero Lincoln no iba ayudar. No mataría a nadie. Solo los ayudaría en caso de ser necesario. Bruce pareció entenderlo. Le dijo que no lo obligaría a nada que él no quisiera, así que era mejor que no estorbara cuando hicieran el trabajo. –Por eso Bruce necesita saber en qué ciudad están Gambito y Zatanna para poder fijar el rumbo.

-Lo entiendo. Haré lo mejor que pueda.

-Me alegra, Lisa. Cuídate mucho. Las amo.

-Cuídate mucho. Y yo también te amo, Lincoln.

Lincoln colgó. Tuvo algo de hambre y fue al refrigerador donde, por suerte, estaba llenó de comida congelada; pollo, carne, hamburguesas, jugos. No sabía porque le daba mucha hambre. Al ponerse a calentar la comida observó que Bruce parecía trazar algo; Wade estaba jugando con una consola de videojuegos y decía, de vez en cuando, maldiciones; Matt y Elektra jugaban ajedrez, para ser ciego ya le había ganado varias partidas a su novia. Cuando el horno le indicó que la comida estaba lista Lincoln comenzó a comerla con grandes mordiscos. La comida nunca la había sabido tan bien.

-Las arañas tienen un aparato digestivo demasiado rápido. Normalmente guardan a sus presas para que puedan comer constantemente. Esa es la razón de que siempre tengas hambre. Incluso que comas mucho no hará que subas de pesó. Tu complexión siempre estará según sea conveniente. –Comentó Bruce, poniéndose de pie. –Incluso puedes tener reservas en organismo para que tampoco estés demasiado delgado. Es más o menos lo mismo que hacen algunas arañas. –Se dirigió a una de las maletas. Lincoln continuó comiendo mientras observaba a Bruce abrirla. Observó que estaban sus trajes. Él fue el primero en ponérselo. Los demás al percatarse de eso también se pusieron el suyo. –Es hora. En unos minutos Frank hará estallar unos explosivos para que la gente se vaya de la zona, así no lastimaremos a civiles. En caso de que las cosas se salgan de control –Miró a Lincoln –bajas y nos ayudas, Lincoln. ¿De acuerdo? -Lincoln asintió. –Espero que esto funcione.

Bruce sacó una pastilla muy grande de color azul. Todos se confundieron por eso. ¿Qué era exactamente esa píldora?

-¿Y ahora que carajas madres te vas a meter, son esteroides? –Preguntó Wade, terminándose de poner su máscara y comenzando a cargar sus armas.

-Es un compuesto que fabricó Lex; ayuda aumentar las habilidades del cuerpo humano de manera que podamos pelear contra los estos desgraciados. –Respondió, dándoles una pastilla a Matt y Elektra, quienes parecieron un tanto inseguros. –Tranquilos. No lo usen si no quieren.

-No es eso, pero, ¿estás seguro que no es peligroso? –Preguntó Elektra, guardando sus cuchillos.

-Ya lo use yo. No los matará, solo les dará mucha fuerza. Tanta que podrían pelear contra el Juggernaut o Ace Savvy. –Elektra y Matt no preguntaron más, sabían que Bruce era una persona en la que podía confiar ciegamente, no los usaba como Butcher y nunca haría nada que ellos no quisieran. Iban a tomársela, pero, sin embargo, Bruce los detuvo. –No lo usen todavía. El efecto solo dura unos quince minutos. Úsenlo cuando estemos en el campo de batalla.

-¿Y qué hay de Deadpool y mi amigable vecino el hombre araña?

-Ustedes tienen poderes. No lo necesitan, Wade. –Bruce colocó algo en su cinturón. –Es hora. Una vez que terminemos con ellos iremos a Inglaterra.

Todos salieron. Lincoln se colocó su traje de color negro rápidamente. Le hubiera gustado que fuera de color azul y rojo, pero este tampoco era malo, incluso se veía increíble, el problema es que... daba algo de miedo. Bueno, tampoco es como si lo que hicieran fuera algo muy bien visto por la gente. Salió junto a Wade y entraron en la camioneta. Esta vez el hombre de la puerta no le pidió que bajara el vidrio.

Bruce sacó su teléfono y marcó.

-Es hora Frank, llegaremos en unos minutos.

Al decir eso escucharon el sonido de explosiones cerca de la parte del hotel, luego el gritó de las personas que salían corriendo, algunos autos aumentando la velocidad, uno chocaron incluso. Bruce aceleró un poco hasta que entró a un callejón.

-¡Que comience la masacre, perras! –Deadpool salió del auto mientras comenzaba a disparar haciendo que la gente gritara con más fuerza. – ¡Culo Rojo los matara a todos!

-Lincoln, tu sube arriba y solo estate al pendiente. -Bruce sacó la pastilla y se la tomó. –Es hora.

Matt y Elektra hicieron lo mismo. Sintieron como si su cuerpo comenzara a tener mucha energía de repente. Lincoln suspiró, lo mejor era ver y estar atentó por si necesitaban su ayuda. Al subir en unos pocos segundo observó perfectamente todo desde la parte de arriba como la gente gritaba al ver a Batman, Deathstroke, Elektra, Daredevil, Deadpool, Punisher y Wolverine. En el enfrente iba Batman mientras detrás estaban sus compañeros. De la puerta principal del hotel salieron unos sujetos, los cuales estaban muy molestos al verlos.

-¡Malditos hijos de puta! ¡Cómo se atreven a interrumpir la orgia de un superhéroe! –Dijo un hombre que parecía tener en su espalda puntas; el resto de sus compañeros tenían una característica en particular; uno de ellos tenía una lengua larga, a otro parecían vibrarle las manos, a una de las chicas le brillaban las manos de color azul, otra de las chicas tenía grandes armas de color rojo en su manos, también había una criatura grande de color rosado, otra de las chicas parecía generar un aura de color café y el último de ellos era un hombre muy alto y musculoso. Lincoln los conocía, si podía decirse así, no recordaba sus nombres. -¡Pagaran por esto con la muerte!

Deadpool, Deathstroke y Elektra sacaron sus armas y se lanzaron contra ellos. Wolverine fue quien comenzó a pelear contra aquella mujer del aura y ese hombre musculoso. A pesar de tener un esqueleto de metal se movía con velocidad, esquivando la luz de color amarillo y los golpes de aquel hombre. Se acercó lo suficiente para lograr acercarse e intentar clavar sus garras, sin embargo, la cubrió un campo de luz roja haciendo que no la lastimara. Metió sus garras dentro de sus manos para comenzar a golpear el campo, causando gritas, aunque el hombre musculoso lo golpeó. Su cabeza pareció moverse por el fuerte golpe. Pero cuando intentó darle el siguiente golpe lo esquivó, esta vez clavó sus garras en su hombro.

Deadpool peleaba con la criatura de color rosado, ya había logrado hacerle unos cortes en la piel, y esquivaba con velocidad sus ataques; Deathstroke pelaba contra la chica de las armas, moviéndose contantemente para que sus proyectiles no impactaran contra él. Lanzó una de sus espadas, en el siguiente disparó que logró esquivar, haciendo que impactara en su brazo, dio un saltó quedando encima de ella. Intentó clavar su espada, pero aquella chica intentó dispararle al pecho, Deathstroke le hizo una llave a su brazo y luego clavó un cuchillo en su pecho. Al escuchar los gritos de su compañera, la chica del aura le lanzó un rayo de color amarillo. Deadpool, un segundo antes, logró apartarse de la criatura rosada. Se acercó rápidamente a su hermano para darle una patada, mandando lejos a Deathstroke. Pero eso causo que el rayo impactara contra una parte de su cuerpo, lo que causó un enrome agujero en su cuerpo. La sangre salió a grandes cantidades. Aunque él parecía indiferente

-No golpeó a las mujeres, pero creo que sería más estúpido de mi parte no matarte dejar que me mates, cabroncita.

Deadpool iba dispararle a la chica, aunque el hombre musculoso golpeó con fuerza a Wolverine y se fue hacia Wade, tomándolo para comenzar apretar su cuerpo. El agujero en su pecho comenzó salir grandes cantidades de sangre mientras sintió como comenzaban a subir sus órganos. Sin embargo, le habían pasado cosas peores, solo que en este momento no podían despedazarlo, no cuando estaban en una misión. Wolverine se lanzó contra el hombre musculo. Al acercarse lo suficiente profundo para intentar desprender todo su brazo. El hombre dio un gritó de olor, soltando a Wade para defenderse de Wolverine. Golpeó a Logan con su brazo sano. Deadpool miró un momento, en el momento que su cuerpo sanó fue ayudar a Wolverine, pero la criatura lo tomó de los brazos y estrelló su cabeza contra el suelo. El trozó de carne ya se había regenerado por suerte. Él era Wade Winston Wilson; un hombre que nunca huye de las peleas. Esquivó sus golpes y volvió hacer los mimos cortes de hace unos momentos que, sin saber la razón, habían sanado. Deathstroke se puso de pie, tronando su cuello. Observó que la chica ahora tenía un aura de color morado. La misma que ahora estaba usando para sanar las heridas de aquel musculoso al estar pelando con Logan. Sacó su arma y le disparó; la bala impactó contra su pecho.

Elektra peleaba contra la chica que lanzaba rayos de color azul. Enterró uno de sus cuchillos en su mano, haciendo que se quejara por el dolor. Intentó lanzarle más rayos, pero ella esquivar sus rayos, logrando clavar el otro cuchillo limpiamente en la otra mano. Le aplicó una llave con la que lo tiró y comenzó a golpearla con mucho salvajismo. Daredevil estaba esquivando perfectamente al hombre de la lengua larga y golpeándolo cada que podía. Sus sentidos muy desarrollados hacían que logrará esquivarlos a la perfección. Pero no caía el maldito. Y él no quería matarlo.

-¡Deberías dejar de jugar, Rojo! –Dijo Punisher, cayendo a su lado. Se volvió a levantar, limpiándose la sangre de la boca.

-Parece que da problemas ese sujeto.

-Voy arrancarle la cabeza a ese hijo de puta.

Punisher se lanzó contra ese sujeto. Prestó atención a sus golpes para esquivarlos perfectamente. Agarró fuertemente su brazo para intentar hacerle una llave, pero aquel sujeto impactó contra su pecho su puño que estaba libre. A pesar del dolor que le causó, lo soportó, le dio un cabezazo, lo que causó que uno de sus dientes saliera volando. La sangre le entró en los ojos y la limpió con una sonrisa.

-Peleas como una perra en celo. –No le gustó que Punisher le dijera perra. –Vamos. Pelea.

Batman esquivaba cada proyectil de agujas que ese tipo le lanzaba. Al momento que le lanzó otro, se hizo a un lado y lo sostuvo del cuello. Impactó su rostro contra el suelo. Le dio la vuelta para golpearlo limpiamente. Le lanzó, nuevamente, agujas, pero Batman las esquivó y volvió a golpearlo. Agarró su cabeza y la estrelló contra el suelo varias veces.

-¡Mami! ¡Mamá! ¡¿Dónde estás?! –Batman observó una niña enfrente de ellos.

-¡No te muevas, hija! –A varios metros estaba, aparentemente, su madre.

-Carajo... -Batman se puso de pie. Al estar distraído no pudo ver como ese hombre le lanzaba agujas, solo sintió como se impactaron las agujas en su brazo. – ¡Maldito infeliz!

Batman lo sostuvo de la cabeza y la impactó contra su rodilla. Eso lo dejó aturdido. Aprovechó esa situación para dirigirse hacia la niña. Punisher también se dio cuenta de la niña. Golpeó al hombre fuertemente en el estómago, dejándolo sin aire. Él se dirigió rápidamente hacia la mujer para sacarla de ahí, sin embargo, Elektra fue golpeada con el cuerpo de Deathstroke. Un aura de color purpura cubrió a la mujer; sus manos comenzaron a sanar y apuntó hacia Batman y Punisher.

-¡Mueran malditos hijos de perra!

Antes de que lanzara los rayos sus manos fueron cubiertas por telaraña y después sintió como se elevaba hasta que cayó al suelo. Era un hombre dentro de un traje de color negro. Le intentó disparar, pero se movió a mucha velocidad esquivando sus rayos. Al estar enfrente la agarró de la cabeza e impactó esta contra el suelo. Después le disparó telaraña para que no se moviera. El que lanzaba agujas intentó lanzarle, pero Spiderman sintió la vibración en su cabeza y dio un salto. Disparó su telaraña contra su cuerpo y lo acercó a él. Aquel sujeto que lanzaba agujas solo puso sentir como su vista se hacía oscura cuando lo golpeó dos veces seguidas. Spiderman lo sostuvo para que no muriera en el impactó y le disparó telaraña para que no se moviera al despertar.

-¡Eso es, Spiderman! –Gritó Deadpool, clavando ambas espadas en el estómago de esa cosa rosada. Tomó un poco de impulsó, cargó a la criatura, aunque pareció que le pesaba, Deadpool solo lo hizo para poder tomar impulsó y poder arrojar fácilmente su cuerpo hacia la chica que tenía las armas, quien le iba a disparar a Batman y Punisher. Pero al darse cuenta de lo que iba caer sobre ella se asustó, haciendo que comenzara a disparar. Desintegró el cuerpo de su compañero, quien solo gritó por el dolor. Antes de que pudiera reaccionar Deadpool se acercó a mucha velocidad y cortó su cuerpo, exactamente, en tres trozos con sus espadas. Los pedazos, junto con sus intestinos, cayeron al suelo. -¡Eso...estuvo...increíble! –Dijo, lanzando su espada contra la chica del aura. -¡Ahora voy por ti, perra!

La chica concentró su atención en Deadpool, la cual no se dio cuenta cuando su compañero al que le vibraban las manos cayó muerto al ser decapitado por Deathstroke. Cuando sintió la sangre sobre su cara vio a Deathstroke. Pero tampoco se dio cuenta cuando Deadpool se acercó y cortó limpiamente su cabeza, haciendo que parte de sus sesos cayeran al suelo. Elektra fue ayudar a Daredevil, cortó su lengua con uno de sus cuchillos. Daredevil aprovechó que dejo de verlo para comenzar a golpearlo varias veces en el rostro. Al final Elektra clavó el cuchillo en su cuello.

-¡Esperen a que la policía llegue o váyase con su hija, pero no se acerquen! –La mujer pareció un poco confundida de que esos hombres, sobre todo ellos, las hubieran ayudado.

Wolverine esquivó el golpe de aquel hombre quedando a sus espaldas, cuando giró hizo un corte a un lado de su estómago; sus intestinos cayeron al suelo mientras gritaba de dolor. Intentó golpearlo de nuevo, pero Logan clavó sus garras en el puño y lo abrió limpiamente de un corte, haciendo que mucha sangre cayera al suelo. El hombre volvió a gritar de dolor, causando una distracción que Wolverine usó para clavar sus garras en el rostro del musculoso; la carne cayó al suelo mientras Wolverine observó perfectamente sus sesos saliendo de su cabeza.

-Él es el mejor en lo que hace... -Dijo Deadpool, alzando lo pulgares. Wolverine solo gruñó.

Solo quedaban dos; la que lanzaba los rayos de sus manos y el que tenía las gujas de su espalda, los cuales fueron sometidos fácilmente por Spiderman con su telaraña.

-Me alegró que ayudaras, Lincoln. –Dijo Batman, con una pequeña sonrisa.

-Ahora... -Punisher les disparó a ambos en la cabeza, matándolos al instante –, hemos terminado finalmente. –Guardó el arma.

-¿Nadie está herido? –Preguntó Wolverine, sacando su garra de en medio para cortarse en caso de ser necesario.

-El murciélago tiene el brazo dormido y el diablo un par de golpes. –Comentó Deadpool.

-Debemos irnos. –Daredevil logró escuchar algunos helicópteros a lo lejos.

Bruce tomó alunas gotas de sangre de Logan y asintió a lo que dijo Matt. Todos se dirigieron rápidamente a la camioneta. Una vez que llegaron Frank sacó su teléfono.

-¿Qué rayos estás haciendo...? –Slade no terminó la pregunta cuando escuchó el sonido de una explosión e inmediatamente después como todo era cubierto por una cortina de humo.

-Los perderemos rápidamente con esto.

Subieron a la camioneta en ese momento. El humo cubrió todas las calles. Además, Bruce ha logrado hackear las cámaras de seguridad de la ciudad para que no grabaran nada.

Ahora debían irse a Inglaterra.

...

-Inglaterra, hogar de los mejores grupos musicales. –Dijo Wade, en el momento que salió del avión.

Pero cuando todos salieron del avión escucharon las sirenas de los autos de la policía que se acercaban a toda velocidad. Se pusieron ligeramente nerviosos porque eso significaba una cosa, sin embargo, Bruce parecía de lo más tranquilo. Sacó su teléfono, tecleó un momento antes de que los autos de la policía se pusieran enfrente de ellos. Les apuntaron sus armas. Bruce guardó su teléfono.

-No hagan nada estúpido. –Dijo, levantando las manos, acercándose a la policía. –Buenos días, señores. Me podrían indicar cuál es el problema.

-¿Qué mierda es lo que quieren? No recibimos visitas de americanos a menos que seamos informados. En otras palabras los arrestaremos...

El teléfono de Bruce comenzó a sonar. El hombre se acercó a él para quitárselo. Observó que era un número privado.

-¿Por qué no contestas tú? –Comentó Bruce con una sonrisa. –Quizás te digan que es lo que hacemos aquí y porque no deberías arrestarme.

El hombre pareció un poco confundido por esas palabras. Aunque tampoco le importaron mucho.

-Hola... -Matt se rió unos segundos después de que el hombre pegó su oreja al teléfono. –Señor yo... no lo sabía... usted nunca... no, no se molesté... pero.... Está bien. –El hombre le regresó el teléfono a Bruce. –Lamento mucho las molestias, señor.

-Está bien, usted solo hace su trabajo. –Lo excusó Bruce.

-Vámonos de aquí. –Todos guardaron sus armas. Aquel hombre gruñó con algo de molestia. –Malditos americanos. –Subió a su auto y se marcharon.

-Los acaban de insultar. –Wade se rió mientras los señalaba. –Pobrecitos.

-También te insultaron a ti, Wade. –Lincoln lo señaló.

-Alto ahí, araña. Logan, mi hermano y yo somos canadienses. Elektra es griega. No pertenecemos a toda esa mierda del sueño americano. –Comentó. Lincoln recordó que era cierto; tanto Wade, Slade y Logan vivieron una parte de su vida en Canadá; Elektra nació en Grecia, no sabía mucho de donde pasó su infancia y con quien. Wade no conocía mucho esa parte. –Bueno, ¿A dónde vamos exactamente, Bruce?

-Al parecer Gambito y Zatanna trabajan en un pequeño asilo mental para personas peligrosas. –Respondió Bruce, mirando una camioneta del otro lado que se acercaba.

Lincoln pensó que eso de hace unos fue porque ya había reconocido a Logan y Frank. Sabían quiénes eran. Pero no fue así; solo pareció que Bruce con una llamada logró calmar las cosas. Pareció que estaban más molestos porque venían de Estados Unidos que otra cosa. Por lo poco que conocía es que Europa tenía a sus propios héroes, muy ajenos a los de Estados Unidos. Y al único que conocía era al Capitán Britania y a Ladybug, solo ellos. No conocía a nadie más.

Era un alivió. Por un momento pensó en que tendrían pelear de nuevo. Menos mal que no tuvieron que hacerlo. Y también que no revisaran el avión porque tal vez no los reconocieron al no tener los trajes. Pero si revisaban el avión los podrían encontrar y de inmediato se darían cuenta de quienes eran. Cuando subieron al avión cada uno se tomó una ducha para no llamar la atención. Sin embargo, los trajes seguían en el avión en una caja. Bruce le dijo que los iban a quemar la caja cuando se fueran.

-No hagan nada estúpido. Recuerden que estamos en Inglaterra.

Todos miraron a Wade.

-¿Por qué me miran así? Ahg, está bien. –Comenzó a golpear su cabeza. –Fuera impulsó de idiotez.

Todos entraron a la camioneta, la cual no tenía las ventanas oscuras, ni tampoco parecía estar blindada como la que dejaron en el aeropuerto de Las Vegas. Bruce volvió a ser quien conducía. Al ir avanzando y comenzar a ver parte de la ciudad de Liverpool. Lincoln observó que era algo tranquila, incluso le resultó mucho más, sorprendentemente, que Royal Woods; no había tanto ruido y todo parecía estar en orden.

Bruce decidió encender la radio. Al principio Lincoln la ignoró, pero...

-"Recuerden que deben permanecer en casa a partir de las diez de la noche. No pueden salir. Y cualquiera que no acaté las indicaciones será arrestado hasta por una semana, en el mejor de los casos". -"¿Por qué debemos quedarnos en casa tan temprano, Steve? ¿Y a que te refieres con el mejor de los casos?" "Los héroes de los estados unidos quieren, nuevamente, que nosotros también tengamos héroes. Y todos nosotros sabemos que eso es peligroso". "¿Por qué no nos cuentas un poco sobre eso, Steve?" "Veras, mi amigo, después de que un grupo de varios héroes fuera asesinado esos héroes creen que los asesinos pueden venir a ocultarse aquí en Inglaterra". –Ambos comenzaron a reírse fuertemente. –"Aunque eso fuera cierto, Inglaterra jamás dejará que esos héroes vengan para acá hacer lo que quieran. Es por eso que al inició dije que pueden ser arrestados en el mejor de los casos, si es que un policía logra verlos antes de lo que sea que van liberar en la noche". "¿Puedes decirme a que te refieres exactamente, Steve?". "Lo siento, James. Es algo que yo tampoco sé, pero deben entender que por nada del mundo salgan. Si valoran su vida no salgan en la noche; tengan un familiar en el hospital, sus hijos tuvieron un accidente, una emergencia familiar, lo que sea, no salgan. Esto es temporal hasta que las cosas estén más tranquilas". "Steve tiene razón. No podemos dejar que esos héroes vengas y nos obliguen a que acatemos sus órdenes. Inglaterra ha logrado salir adelante sin los héroes; hay educación, comida, hospitales y seguridad. Que ellos vengan seria solo para arruinar a nuestro pueblo. Si no nos creen pueden verlo en las noticias cada mañana; ciudades destruidas, un gobierno totalitario que se acata a sus órdenes". "¿Sabes algo, James? A mí me gustaría conocer a un norteamericano..." "¿En serio? ¿Por qué?" "Ha de ser divertido hablar con gente tan imbécil".

-Les volvieron a decir imbéciles. –Wade se rió nuevamente y Bruce mejor apagó la radio.

Pero Lincoln, por otro lado, quería seguir escuchando. No sabía exactamente porque los llamaban de ese modo, ni mucho menos que era lo que saldría en la noche para vigilar las calles y evitar que lo héroes entraran, aunque si era le asustó un poco que ahora matarían a las personas si salían a las calles sino los llegaba a ver un policía. Esto parecía ser un mundo totalmente diferente a lo que él pensó. Sin embargo, tampoco conocía mucho del país. Quizás siempre habían sido así. No lo sabía. No era Luna o su padre como para saber demasiado de Inglaterra. Él solo conocía dicho país por las grandes agrupaciones musicales que venían de aquí y algunas investigaciones sobre que realizó sobre la segunda guerra mundial, guerras o cosas por el estilo. También le resultó extrañó que dijeran que no hay héroes; creyó que si estaba el Capitán Britania debían haber muchos más héroes.

-¿En dónde está el Capitán Britania? –Pregunto finalmente un tanto confundido. -¿Y porque no hay "héroes" como en estados unidos?

-Es una buena pregunta, pero en un momento te responderemos. –Respondió Wade, mirando hacia fuera. Lincoln observó que estaban enfrente de lo que parecía ser una mansión; tenia ventanas pequeñas con barrotes y el vidrio parecía ser aprueba de balas; la puerta, a pesar de ser de madera, parecía ser muy resistente; además, contaba con cuatro pisos. Todos bajaron inmediatamente. –Bien, supongo que es hora que conozcas a más de nuestros aliados, Lincoln. Solo ten cuidado con Gambito. Él muy cabrón es un cleptómano. –Negó con la cabeza. –A mí no me hace imbécil, lo hace apropósito.

Se acercaron a la puerta y Frank tocó.

Repitió la acción pasando un minuto.

Y nuevamente lo hizo al pasar otro.

Lo iba volver hacer, pero Matt lo detuvo al escuchar los pasos. Él obedeció. Esperaron un momento hasta que la puerta la abrió un hombre de cabello rubio; llevaba una gabardina beige, una corbata de color negro con una camisa blanca, además de estar fumando un cigarro.

-¿Que mierda quieren? –Preguntó, inhalando un poco de humo.

-Buscamos a Zatanna y Gambito. Escuchamos que viven aquí. –Respondió Frank, un poco molestó por la actitud de aquel sujeto.

-Sí, aquí viven. Pero no quieren verlos, así que si es todo... adiós... -Iba cerrar la puerta, pero Frank lo detuvo. El hombre suspiró un tanto fastidiado antes de abrir en su totalidad la puerta. – ¿Qué parte de "no quieren verlos" no entendieron? –Volvió a inhalar humo. –Americanos. Siempre tan fastidiosos e idiotas.

-De hecho son ellos. –Comentó Wade, señalando a Frank, Bruce, Matt y Lincoln. –Tres de aquí somos canadienses y la señorita es griega. Ya sabes, amigo. Filosofía y esas cosas.

-Gracias por responder la pregunta que no te hice. Un segundo antes te hubiera preguntado. –Dijo sarcásticamente, volviendo a inhalar humo. –Pasen. No tengo ganas de echar a nadie por la fuerza.

Todos entraron. Lincoln observó que Wade parecía estar viendo muy raro a ese hombre. Le había resultado extrañó porque de esa manera era con la que a veces miraba a Stella o Ronnie Anne.

-Creo que él me gusta. –Dijo finalmente Wade, cuando aquel hombre se alejó.

Lincoln lo miró con la boca abierta mientras caminaban.

-¿Qué dijiste?

-Qué creo que me gusta- Repitió nuevamente Wade. Lincoln lo miró algo confundido. Si apenas lo había visto. ¿Cómo era posible? –No empieces de puto intolerante. El hijo de puta de Billy Butcher también era un cabrón intolerante. Por eso me alegro que lo hayan matado al ojete. –Wade apretó un poco sus puños. –Si no lo hacia Superman juro que lo hubiera hecho yo mismo y le hubiera arrancado el pene con mis propias manos. –A Lincoln le resultó desagradable la imagen de pensar en Wade arrancando un pene, aunque como él no era convencional puede que lo hubiera arrancado con su boca, y esa imagen era mucho más desagradable. –De hecho eso se lo que quiso hacer a Matt. –Agitó su cabeza. –El punto es que no empieces de intolerante.

-En realidad es que no entiendo porque te gustó ese sujeto con tan solo verlo unos segundos.

-Oh, lo siento. –Wade le dio un puñetazo amigable. –En eso tienes razón. Supongo que amor a primera vista.

Lincoln no entendió un poco de eso. Bueno, era Wade. Quizás solo le resultó atractivo su apariencia y actitud. Él no lo sabía.

Cruzaron una reja donde vieron a varias personas; algunas jugando con juguetes, otras viendo fijamente a la pared, otras dibujando y otros balbuceando cosas. Y todos ellos usaban batas de color blanco, tal como en un hospital, en este caso psiquiátrico. Pero había un par de personas que estaban vestidos como personas normales; era una chica, bastante hermosa, que llevaba un traje de color negro con una camisa blanca y un sombrero negro; un hombre que también llevaba una gabardina beige con un traje de color negro y una camisa de color purpura. Entonces Lincoln pensó que tal vez ellos eran Gambito y Zatanna. Solo que, ¿Quién era el hombre que les abrió?

-¿Por qué carajo los dejaste pasar, Constantine? –Preguntó Gambito. Al acercarse un poco más observaron que estaban jugando póker.

-Porque no tenía ganas de echarlos. Dejaría un desastre y asustaría a los pacientes. –Respondió, sentándose nuevamente. –Espero que no te hayas robado mi mano... -Al ver sus cartas lo miró frunciendo el ceño. –hijo de puta. Empecemos de nuevo.

-Y ahora, ¿Por qué están aquí? –Preguntó Zatanna. Se levantó para sacar unos seis vasos de alacena. Se volvió a sentar, tenía a su lado una botella de whiskey y les sirvió. –Supongo que ustedes dos son los únicos que no toman. –Eso se lo dijo principalmente a Lincoln y Bruce, quienes se negaron. El resto agarró los vasos. –Ahora sí, díganme a que vinieron. ¿Buscan refugio o algo?

-Bien, yo reparto. –Constantine comenzó a revolver las cartas.

-No, en realidad venimos a pedirles ayuda. –Zatanna y Gambito prestaron total atención a lo que iba decir. –Lo queremos intentar de nuevo. –Bruce miró un momento a Zatanna. –Esta vez puede que si lo logremos.

-¿Qué cambiara a la última vez? –Preguntó Gambito, dejando de jugar, prestándole atención a Bruce. –Por si no lo recuerdas estuvimos a punto de morir por culpa de ese idiota de Butcher a manos de Superman. De no ser por Logan y Wade, quienes estuvieron a nada de morir al enfrentarse a él, hubiéramos muerto todos. ¿Qué cambiara esta vez?

-Tenemos dos armas. –Respondió.

-Quizás Superman es el héroe más poderoso del planeta. Pero aun así, no es el único héroe, Bruce. Esta la capitana Marvel, Tony Stark, Ace Savvy, Mujer Maravilla, Aquaman, entre otros héroes que podrían matarnos si están bien organizados. –Gambito bebió el contenido de su vaso de golpe y se sirvió un poco más de whiskey.

-Antes solo estábamos buscando la manera para que no entraran al ejército y que el mundo se librará de ellos. Ahora, no solo estamos enfrentándonos a ellos, también nos enfrentaríamos a casi todas las agencias de inteligencia de los Estados Unidos junto con muchos más héroes, como los de Asia o Rusia. –Zatanna bebió todo el contenido de su vaso. Se volvió a servir un poco más. –Esta vez no lo haremos. Hacerlo es un suicidio.

-Además, Magneto y su hija Wanda se retiraron de esta mierda. –Agregó Gambito.

-Y hablando de él, ¿Qué fue lo que le hicieron? –Preguntó Wade, acercándose a Constantine y acariciando su pecho. Él pareció algo extrañado por lo que hacía, pero no le importó. Volvió a sacar otro cigarro. Zatanna lo miró algo molesta.

-Si lo sigues tocando... ¡Olvídate que puedas dormir tranquilamente nuevamente! –Wade se rió.

-Hazlo. No me importa. –Continuó tocando su pecho.

Constantine sacó una carta de su gabardina, se incendió inmediatamente y la arrojó a su rostro.

–Quo paralyticus. –Wade cayó al suelo. Todos lo miraron confundidos por lo que hizo. –Es un hechizo para paralizar a quien yo quiera. –Aunque no le gustó hacerlo. La verdad le estaba gustando como lo tocaba.

-¿Un hechizo para paralizar? ¿La magia existe? –Preguntó confundido Lincoln, al ver a Wade en el suelo.

-Más o menos. –Respondió, nuevamente inhalando humo de su cigarro.

-¿Entonces qué le pasó a Magneto, lo sabes? –Preguntó Frank.

-¿Saben de esas torturas chinas donde les arrancan o clavan objetos filoso en las uñas de las víctimas? –Lincoln sintió un pequeño cosquilleó en su dedos al pensar en las palabras de Zatanna. –Eso fue lo que le pasó. Estuvieron semanas torturando a Erik. Cuando lo liberaron fue con nosotros para llevarse a su hija. –Zatanna tomó un largo trago a su vaso hasta que se lo termino. –Creo que ahora vive en una parte de Alemania. No lo sé. Decidí dejarlo en paz.

-Con ellos fuera del equipo estamos mucho más jodidos, Bruce. –Dijo Gambito.

-Tenemos otra arma para detener a Superman. Quizás funcione. –Bruce se acercó a Zatanna. –Puedes mirar y sabrás que digo la verdad.

Zatanna suspiró y se acercó a él. Colocó sus manos en su cabeza, sus ojos se tornaron de un color blanco mientras sus manos comenzaban a brillar. Pasando unos segundos lo soltó, se le podía notar que estaba sorprendida. Se sentó nuevamente.

-Entonces, ¿crees que esta vez lo lograremos? –Preguntó, volviéndose a servir whiskey.

-¡Drácula acaba de despertar! ¡No se preocupen, voy a exterminar a todos los vampiros! –Gritó un hombre de color.

-Otra vez Blade. No puede ser. –Gruñó Constantine, poniéndose de pie.

-¡Donde está mi arena! –Gritó otro un hombre delgado, cabello negro y con la piel demasiada pálida. Ese hombre miró a Constantine como si estuviera molestó. – ¡Tú la tienes! –Señaló a Constantine. – ¡Devuélvemela! –Constantine sacó algunas cartas de su gabardina y las lanzó contra quienes se alteraron. Al principio su respiración era agitada. Poco después comenzaron a calmarse. –No me intentes hacer eso. Yo sé que tú tienes mi arena. Lo sé. Hare que Lucifer-Morningstar te torturará en el infierno por...

Pareció calmarse junto con el hombre que gritó Drácula.

-Pónganse a pintar en su cuaderno o pónganse a su jugar entre ustedes, solo no me molesten. –Gritó Constantine, volviendo a sacar otro cigarro. En el momento que lo encendió un hombre sin mano se le acercó. -¿Ahora qué quieres, Ash?

-No encuentro el Necronomicón. Si el libro se pierde todo el mundo caerá en caos. –El hombre levantó su mano. – ¡Yo lo sé! Por eso lo tenía. Para que nadie lo encontrará. Pablo y Kelly, ¿en dónde están? Vamos por estos malditos hijos de puta. Debemos detenerlos.

-¡Confirmo! –Constantine colocó una mano en su cabeza y aquel hombre se calmó. –Ve a jugar con Roberto, Ashley. –Constantine regresó a donde estaban los demás, quienes lo esperaban para continuar con la conversación. Al parecer él ya era parte de esto. –Lamento eso...

-¡El infierno esta en llamas! ¡El rey Blaze no está! ¡Los demonios están libres! –Gritó un hombre, acercándose a Constantine, quien suspiró con fastidió. -¡¿Qué le paso al rey Blaze?!

-Mentibus cessabit. –Constantine colocó una mano en el pecho de hombre. –Regresa junto a Ash, Roberto. E investígame cuando fue la última vez que vieron a los demonios y al rey Blaze. –Roberto asintió.

-¡Mi padre Satanás va a conquistar el infierno!

-¡Con un carajo! –Constante sacó otra carta. - Mentibus cessabit. –Repitió nuevamente. El hombre se calmó y caminó junto a Roberto. –Al menos no se pusieron como locos el Doctor Strange, y el Doctor Destino. Por alguna razón tienen más resistencia a la magia.

-¿Qué es lo que exactamente lo que tienen? –Preguntó Lincoln un tanto confundido.

-Ven de todo; demonios, vampiros, hombres lobo, ángeles, dioses antiguos, hay uno qué cree que es Sandman, otros ven criaturas Lovecraftianas. O eso creo. –Constantine tomó un tragó a su vaso de whiskey. –Los dos de allá –señaló al fondo donde habían dos hombre jugando ajedrez –piensan que combaten fuerzas del otro mundo. Se la pasan diciendo Shuma-Gorath, Yot-Soter, Kthl y Nyerlathortech. Normalmente son lo que más mencionan. Aunque no he escuchado a ningún monstruo con ese nombre.

-Nos desviamos del tema. –Dijo Gambito, volviendo a servirse Whiskey. -¿Qué viste exactamente, Zatanna?

-Hay un hombre de color verde que pude regenerar su cuerpo y, al parecer, es muy fuerte. –Miró de reojo a Lincoln. –También esta ese niño. –Señaló a Lincoln. –Tiene los poderes de una araña. Y si no lo sabes las arañas son animales increíbles, ahora con sus poderes, bien, es muy fuerte. Muy, muy fuerte.

-Parece que esta vez están seguros de que funcionará.

-Tú participaras, Constantine. –Dijo Bruce, señalándolo.

-Obvio. No pienso dejar a mi novia en manos de ustedes, putos dementes. –Wade sintió como se rompía su corazón cuando dijo novia. Aunque se conformaba con poder verlo. El amor de un hombre hacia una mujer no es eterno, y él estaría ahí para Constantine cuando eso sucediera. –Pero, ¿Quién cuidara a los enfermos mentales?

-No te preocupes, amor. –Zatanna le guiñó un ojo. –Lo tengo resuelto. Además que también tengo a alguien que le encantara estar dentro del equipo.

-¿Nuevo? –Frank alzó una ceja.

-No sé cómo se llama. En estos momentos está descansando, pero pronto bajará.

-Entonces, ¿aceptan ayudarnos? –Zatanna le alzó el dedo pulgar.

-No hay nada que podamos perder. Además, si lo que vi es cierto podríamos ganar esta vez. –Zatanna miró a Constantine. –Sin embargo, estamos por nuestra cuenta; todas las agencias del gobierno ahora están en manos de esos sujetos.

-Inglaterra no. –Comentó Constantine, tomando otro tragó de whiskey, inhalando humo de su cigarro nuevamente. –Aunque el sistema de gobierno que ahora usamos bien podríamos decir que es una mierda parecida. Quizás la diferencia es que ninguna de nuestras ciudades son destruidas por algún héroe o villano.

-Y hablando de eso, ¿Cómo es que no los matan por el tipo de personas que hay aquí? –Preguntó Frank, señalando a Blade, Roberto y algunas personas más de color o con algún rasgó latino.

Lincoln se confundió un poco por eso. ¿Por qué habrían de matar a esas personas?

-Es un hechizo de confusión. –Respondió Zatanna. –Si algún hombre quiere venir o entrar, en el momento que toca la puerta su mente olvidara lo que estaba haciendo aquí.

-¿Entonces por qué...?

-Los vi venir. Otro hechizo. –Lo interrumpió. Frank no entendía nada sobre esa mierda de la magia.

-Deberíamos irnos ahora. –Bruce los miró. Zatanna y Constantine movieron la cabeza.

-No nos iremos hasta que pueda encontrar a alguien que cuide a los enfermos mentales.

Constantine su puso de pie y fue hacia la alacena donde sacó otra botella, esta vez de vodka. Fue algo extraño para todos que muchas de las botellas de alcohol estuvieran cerca de los enfermos mentales, ¿y si alguno llegaba a tomar alguna?

-Está bien. Solo espero que no les lleve mucho tiempo.

Lincoln levantó a Wade y lo señaló. Constantine tomó de golpe la mitad de la botella de vodka.

-Puedes descongelarlo o quitarle eso que le hiciste. –Constantine asintió, sacando una carta.

-Solo espero que te comportes... ¿Cómo se llama?

-Wade Winston Wilson.

-Wilson... ¡Modero! –Wade dejó de estar paralizado y cayó al suelo. Se sacudió un poco antes de ponerse de pie. Tomó la botella de vodka, se bebió todo el contenido de golpe. Soltó un eructó.

-La puta madre. Me sentí como cuando me ahogue en vomito en aquella fiesta en el ejército. –Wade pareció pensar un poco. –Supongo que estaba muy emocionado porque fui a dormir en la en la cama de un compañero... y termine sin pantalones... luego me enteré que no era parte de nuestro pelotón... -Se alzó de hombros. –Cosas de la vida.

-Ahora, podrías explicarme, ¿Qué rayos pasa aquí? –Lincoln estaba confundido. –Por lo que entendí no puede haber ciertas personas en las calles.

-¿No te lo han dicho, niño? –Gambito volvió a revolver las cartas. -¿Quieren jugar Wade, Frank, Logan? –Los tres se sentaron en la mesa. Lincoln hizo lo mismo.

-Es una larga historia, Lincoln. –Dijo Wade. Constantine se levantó de nuevo y fue por más botellas.

-No se terminen emborrachándose. –Ordenó Zatanna, tomando un abrigo de color negro. –Saldré junto con Bruce. –Se acercó a Matt. –Vigila que no hagan nada estúpido, Matt. Si algún enfermo se sale de control y Constantine esta borracho o drogado, despierta al hombre que duerme en el piso de arriba en el cuatro cinco. –Matt asintió. –Vamos, Bruce.

Ambos salieron. Matt y Elektra se sentaron en una mesa junto a varios pacientes que pintaban en hojas de papel.

-Yo soy el heredero de Asgard. –Dijo un hombre rubio. Elektra observó que en otra de sus manos tenía un matillo de juguete. Era el que había en las leyendas nórdicas, por lo que recordaba, era el Mjolnir. –Soy el protector de la tierra. Ni Thanos, ni Galactus podrán conquistar la Tierra mientras yo esté vivo.

Matt no respondió. Su atención estaba en los demás, quienes hablarían de lo que pasó anteriormente en Inglaterra.

-Veras, Lincoln. Hace cuatro años, nosotros junto con el cabrón hijo de puta madre de Butcher hacíamos trabajos para el FBI manteniendo a raya a los héroes. –Wade vio sus cartas, gruñó después de hacerlo. –No voy. Mi mano es una mierda. –Dejó las cartas en la mesa. –Te decía que como hacíamos eso de mantener a los héroes raya. Podría decirse que los héroes estaban más controlados; no podían salir muy seguido a fiestas, hacer desastres, emborracharse, drogarse, ese tipo de cosas. Por ponerte un ejemplo: si tu novia hubiera muerto hace cuatro años, jura que Logan o Mother's Milk le hubieran dado la paliza de su vida a Ace Savvy. –Lincoln tuvo una expresión sombría al recordar a Ronnie Anne. Wade tomó un poco de vodka. –Pero por culpa de ese cabrón de Butcher, quien expuso todos secretos de la guardia nacional sobre el equipo y toda esa mierda que estábamos haciendo. Bien, todo se fue al carajo. –Volvió a tomar más de su vodka, esta vez se lo terminó todo y se sirvió más. –Espero que esta vez no me den una mano de la mierda. –Dijo, cuando Constantine había ganado la mano anterior y ahora era quien comenzó a repartir. Al tener sus cartas Wade sonrió. –Esto está mejor. Te decía que como expuso todo del gobierno tuvieron que despedir o asesinar, la verdad no lo sé, a todos los trabajadores que llegaron a estar involucrados con nosotros. A partir de lo sucedido el gobierno de los Estados Unidos junto con una gran parte de los gobiernos mundiales está bajo control total de los superhéroes. –Tomó otro tragó de vodka. –Dos pares de dos. –Wade mostró sus cartas. Los demás enseñaron las suyas, Lincoln no entendía como se jugaba, pero al parecer Wade perdió de nuevo. –Mierda. Entonces los países que no estaban muy relacionados decidieron mandarlos al carajo, ese fue el caso de Inglaterra, pero como no querían nada de violencia, desorden social, discriminación, intolerancia y todo ese tipo de cosas tomaron la decisión de exterminar a todas las otras razas que estaban aquí, como fueron judíos, negros, gays, lesbianas, musulmanes, latinos, etc. –Logan fue el que repartió esta vez. –Espero que no me toque una mano hecha mierda de nuevo... -Al terminar de repartir Wade observó sus cartas. –Creo que... sí ganaré esta vez. Con todos ellos muertos no habría racismo, desorden social. Ya sabes; esas cosas con las que puedes llegar a discutir si lo hablas con otras personas. Esto con la finalidad de que ningún héroe intentará venir ayudar por situaciones como la intolerancia. –Wade enseñó sus cartas y todos parecieron gruñir al ver su mano. –Les gané perras. –Dijo en un tono feliz. –Supongo que ahora yo reparto. –Wade tomó las cartas. Las comenzó a revolver. –Por eso en el aeropuerto vino la policía, no pertenecemos a este país. Pero como el gobierno de Inglaterra no trabaja para los héroes Bruce conoce a alguien importante del centro de inteligencia británico, por esa razón no nos hicieron nada. Esa persona también quiere que los superhéroes mueran.

Wade comenzó a repartir las cartas. Lincoln pensó un momento todo lo que Wade dijo. Las cosas se salieron de control porque un país no quería verse involucrado en todo esto, entonces tomó la decisión de matar a todos los que no pertenecieran a su país, ni que tampoco siguieran ciertas reglas y principios. Estaba totalmente sorprendido. Había muchas cosas que él desconocía. Eso explicaba porque Frank preguntó "cómo es que no tenían problemas" al ver a esos hombres llamados Blade y a Roberto; uno era un hombre color y el otro era latino. Lincoln se sentó junto a Matt, pensando aun en lo que Wade le dijo.

-Tranquilo, Lincoln. –Lo calmó Matt al notar su sorpresa. –Todo esto que pasó fue por la desesperación de no querer tener el control de ellos. –Le dio unas palmadas en la espalda. –Nosotros cambiaremos eso. O moriremos en el intentó. No dejaremos que más inocentes mueran por esos hijos de puta.

-Supongo que está bien.

Lincoln sonrió. También quería pensar positivo. Sin embargo, había algo que le preocupaba y era Stella; no quería creer que ella era igual que la gran mayoría de "héroes". Stella siempre demostró ser una chica amigable y bastante gentil. Entre todas esas ovejas negras tenía que haber una oveja blanca. No quería pensar que todos los superhéroes fueran iguales. Le gustaría hablar con Stella para creer que aún era la que conoció a sus once años. Podía, incluso, ayudarlos a acabar con los héroes. O eso quería pesar. Lo mejor sería esperar.

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