Los vigilantes

-¿Creen que terminen haciendo estupideces? –Preguntó Elektra, observando todo el alcohol que habían bebido en tan pocas horas.

-No creo. Al menos no Wade y los demás; ese tipo llamado Constantine, por lo que puedo escuchar, está algo borracho, al resto no les afecta mucho por sus poderes. –Respondió Matt, bebiendo un poco de vodka.

Lincoln estaba sorprendido porque no siguieron cuidando a los enfermos mentales. Bueno, no podía decir eso exactamente; Constantine, para evitar tenerlos aquí, decidió mandarlos a dormir con un hechizo, o eso pensó Lincoln por las palabras raras que dijo y ver como esos sujetos se fueron, a excepción del Dr. Strange y Dr. Fate, quienes estaban escribiendo cosas en un cuaderno. Pero no estaban alterados, todo lo contario; tenían un actitud muy tranquila. Además que Lincoln escuchaba algunas cosas que decían.

Sin embargo, eran algo aterradoras. También observó que, en el mismo cuaderno, había algunos dibujos. Él pensó que los hospitales para gente con problemas mentales no les daban lápices o bolígrafos para evitar accidentes entre ellos o con los otros enfermos. Algo raro fue que esos sujetos parecían ser, al menos para Lincoln, un par de personas normales. Y lo que decían es solo porque tenían una imaginación muy grande.

De lo que más hablaban o decían que veían eran zombis, monstruos de hechos de una masa de carne completamente picada, seres de oscuridad y, algo que lo hizo sentir un escalofrió, un hombre de sombrero junto con tres personas; un hombre delgado y un sujeto con una gabardina negra que tapaba todo su cuerpo; pero lo aterrador era que Lincoln los había visto en sus sueños. La verdad eso lo puso incomodó incomodo un poco. Aunque también le resultó curioso lo también ellos lo vieran.

Y le sorprendió más aún que esos sujetos soportaran los hechizos. Lincoln tuvo la sensación que había algo más para que fueran inmunes a los hechizos. Y eso estaba relacionado a lo que veían. Por lo que veía en sus cuadernos, parecía que sabían hacer hechizos, algunas de las palabas que alcanzaba a ver eran las que luego Constantine decía. O quizás era su imaginación. Porque si podían usar magia, entonces, ¿Cuál era el motivo de seguir ahí si podían usar magia?

-¿Cuánto que Wade lleva a Constantine a la cama y Zatanna los descubre? -Comentó Elektra, viendo a Wade ponerse cariñoso con Constantine. Matt solo se limitó a extender su mano.

-¿Y qué será?

-Luego te digo cuando estemos solos.

Por esas palabras Lincoln se hizo una idea de lo que iban a pedir. ¿Por qué tenían que hacer eso? El que dijeran eso solo le hacía darse ideas. Cosas que estaban relacionadas con el sexo. Por algo no lo decían en voz alta.

-Y díganme, americanos. ¿Cómo es que aún no los matan? –La voz de Constantine parecía estar algo ronca.

-Tenemos nuestros métodos. –Respondió Wade, abrazándolo.

-Si Zatanna estuviera aquí te hubiera despedazado. –Comentó.

-No es la primera vez que lo hacen; cuando fue el holocausto de superhéroes Superman me hizo trocitos y lo desintegro casi todas las partes de mi cuerpo. –Eso no lo dijo con nada de humor. Lincoln, incluso, notó que parecía ligeramente incómodo. Algo muy extrañó en él porque no le tenía miedo a nada. –Imagina tener que regenerarte de un trozo de carne. –Constantine colocó un dedo en su cabeza.

-Puta madre. Eso sí que fue algo jodido.

-No quiero recordarlo. –Wade sacudió su cabeza. –Pero si quieres hablarlo, quizás... pueda decírtelo en otro lado.

-Mierda. –Susurró Matt.

Ambos se pusieron de pie y se desaparecieron en cuestión de segundos. El resto de los chicos no pareció importarles. Elektra se rió.

-Vas a tener que pagarme. –Sonrió.

-Aunque no sabemos si realmente van hacer algo en la cama.

-Tienes súper oído, se supone que los vas a escuchar. –Matt hizo una mueca de asco.

-Me lleva la...

-¿Qué pasó hace cuatro años? –Preguntó Lincoln, interrumpiendo su conversación. –Han hablado mucho del tema y estoy un poco perdido. Bueno, no del todo. –Pensó un momento antes de continuar. –Leí por internet que ustedes mataron a muchos héroes, el Escuadrón Supremo entre ellos. Además, Wade me contó un poco sobre ustedes. Pero lo que me interesa realmente es, ¿la razón de cómo se metieron en esta situación? ¿Cuál fue el motivo para que se unieran a este equipo? –Suspiró. –Sé que quizás no quieran recordarlo, aunque me gustaría saber qué fue lo que paso exactamente.

-Es una historia muy larga, Lincoln. –Elektra se sirvió un poco de vodka que agarró de la mesa. –No hay prisa, así que, ¿Por qué no?

Lincoln iba a escuchar que fue lo que paso. La verdad le generaba mucha curiosidad. Sin embargo, una alarma. Eso los confundió un poco mientras se acercaba a la puerta. Al llegar observaron que muchas de las personas que vivían enfrente del asilo parecían estar tomando poniendo cosas bastante resistentes en sus ventanas y puertas. Aumentaron el ritmo cuando aparecieron algunos autos de la policía.

-Al parecer ya queda poco tiempo para que comience. –Dijo Gambito, inhalando humo de su cigarro.

-¿Qué?

-Liberan criaturas extrañas en la noche y a un equipo de superhéroes donde está el Capitán Britania. –Arrojó la colilla de su cigarro al suelo. Lincoln alzó ambas cejas un poco confundido. Gambito lo notó. –Veras, en la segunda guerra mundial Inglaterra descubrió que Alemania no solo estaba usando complejo V en sus soldados, si no también estaban experimentando con la magia.

-¿Qué tipo de magia? –Preguntó, caminando de regresó.

-Demonios. Lograron descubrir como invocar algunos demonios. –Pareció pensar un poco. –La verdad no sé si son demonios, tienen un aspecto muy extraño. Además, Constantine me ha dicho que los demonios no lastiman al que los invocó, pero el resto de las personas les importa un bledo. –Se encogió de hombros. –El caso es que este secreto lo mantuvieron oculto de los americanos. En el momento que Estados unidos sacó a sus héroes y quisieron que Inglaterra también usara a sus héroes. Pero Inglaterra no quiso aceptar sus productos, al contrario sacaron a su único héroe; el Capitán Britania. Entonces Estados Unidos amenazó con invadir su territorio por la violencia que comenzó por la negativa de su gobierno, eso ya lo sabes; exterminaron a los negros, latinos, judíos, gay, etc. Y decidió usar a los demonios, lo cual funcionó porque lograron asesinar a un equipo de héroes con éxito; además, podían invocar a demonios igual de poderosos que los héroes, aunque creo que eso se hubiera salido de control. –Se rió un poco. –Ahora que lo pienso, quizás hasta eso habría desatado la tercera guerra mundial; héroes, armas nucleares, biológicas y demonios. –Se sentó nuevamente junto a Logan y Frank. –Deberían mantenerlo al tanto de todo. –Ese comentario iba dirigido a Matt y Elektra.

-Le iba a contar, pero... ah, no importa. –Lincoln se acercó a Elektra nuevamente.

-Shuma-Gorath está cerca.

-Yo también puedo sentirlo. –El Dr. Strange y Fate se pusieron de pie con nerviosismo. –Debemos escondernos ahora. Es peligroso seguir aquí.

Ambos hombres hicieron un movimiento raro con sus manos antes de correr lejos de ahí. Lincoln tuvo la sensación que, a pesar de sus visiones, sabían lo que pasaba a su alrededor.

-Esos sujetos son muy raros. –Comentó Lincoln en voz alta. –No sé, no puedo explicarlo.

-No deberías tomarle mucha importancia a ese par de locos. –Comentó Matt. –Bueno, como decía Elektra; nosotros nos unimos hace varios años cuando uno de mis amigos...

-Wade me contó lo que les pasó –lo interrumpió –, lo que yo quiero saber es la historia de lo que paso cuando estaba ese sujeto llamado Billy Butcher. –Lincoln se rió. – Por cómo se expresan de Butcher y como ustedes lo recuerdan creo que lo odian con todas sus fuerzas, incluso ahora que esta muerto.

-El hijo de perra más grande de la historia: el maldito William Billy Butcher. –Lincoln notó algo de odio en las palabras de Matt. -¿Sabes algo, Lincoln? Yo nunca he matado a nadie. Ni siquiera a los héroes a los que me enfrento, de eso se encarga Frank o Elektra. Siento que quitar vida no me corresponde a mí. Pero si Billy no hubiera muerto, no habría descansado hasta encontrar a esa patética basura para mandarlo al infierno.

Lincoln no se imaginó que ese sujeto fuera tan odiado por todos, incluso por Matt. Él soltó un suspiró.

-Comenzó hace cuatro años cuando...

Dejó de hablar cuando golpearon la puerta. Lincoln gruñó. No podían contarle la historia porque estaban interrumpiéndolos cada que iban a contarle la historia. Quizás debería pedírselo a Wade cuando estuvieran solos.

Gambito se puso de pie para abrir la puerta. Observó que Zatanna había llegado junto con Bruce y dos hombres; un hombre negro y un sujeto asiático; sus apariencias estaban algo descuidadas.

-¿En dónde está Constantine? –Preguntó, en el momento que entró ya que él era quien siempre abría la puerta.

-Creo que él y Wade están encerrados en una habitación. –Respondió Elektra indiferente. Zatanna pareció algo enojada al escuchar sus palabras.

-Quaerere. –Una luz salió de sus manos que voló por todo el lugar. Lincoln y Matt la siguieron hasta que llegó a una habitación. Zatanna la abrió rápidamente y con violencia. -¡¿Qué mierda están haciendo?!

-¿Sabes? Yo siempre he querido morir, creo que en el infierno estaré con monstruos como yo.

Wade ignoró a Zatanna. Ella observó que Constantine estaba en la cama de la chica que se quedaba ahí, y era una que se decía llamar "La muerte".

-Si lo haces, me quedare contigo. No creo que merezcas estar solo. –Dijo "La muerte", sonriendo.

-Me alegra saber que... ¿si puedes irte de aquí?

-Sí, yo... solo vine por... Volantes.

El cuerpo de Constantine comenzó a flotar, Zatanna salió de la habitación. Eso fue algo muy extraño; nunca antes había escuchado a Wade hablar de ese modo, normalmente era muy mal hablado.

-¿Qué fue lo que pasó? –Preguntó Elektra. Matt tuvo ganas de reírse por la respuesta.

-Wade esta con "La muerte". –Respondió Zatanna, aun confundida. –Lo mejor será que lo dejemos solos. –El cuerpo de Constantine se colocó sobre uno de los sofás. Matt, por otro lado, se estaba riendo de Elektra porque perdió. –Ellos cuidaran de los enfermos mientras estemos fuera. Se llamas Wong y Jericho Drumm, o Dr. Voodoo, mientras que nosotros iremos ayudarlos sin preocuparnos por lo que pase aquí. –Nuevamente se hizo presente el sonido de una alarma. –Al parecer ya empezó. –Zatanna se acercó a la mesa donde había estado jugando. -¿Quieren ver el espectáculo?

-¿Qué espectáculo? –Pregunto Lincoln, acercándose cuando vio que Zatanna apareció una bola de luz blanca. Al verla mejor observó que mostraba las calles. Supuso que, por lo que ya había escuchado, era un hechizo donde podía ver afuera. -¿Qué supone que veremos?

-Los sujetos que morirán cuando salgan porque no entienden. –Respondió con algo de sarcasmo y humor, cosa que a Lincoln no se le hizo gracioso, y Zatanna pudo verlo –Sé que no es divertido, pero no podemos hacer nada. Ellos decidieron salir.

-La verdad es que tengo algo de sueño. –Dijo, bostezando.

-Como quieras, Lincoln. Wong, ¿puedes llevarlo a una habitación?

El hombre asiático asintió. Lincoln lo siguió. Y mientras caminaban Lincoln lo observó; parecía ser más callado y podía notar que era algo fuerte. ¿Sabría hacer magia como los demás? Siguieron caminando hasta que llegaron a una escalera que subieron hasta el tercer piso. En ese piso estaban el Dr. Strange y Fate, ambos hombres parecían ligeramente nerviosos mientras pintaban y decían palabras. Pensó que eran las que estaban anotando en su cuaderno.

-No les hagas caso –dijo Wong, caminando –, esos sujetos no te molestaran. –Se detuvo enfrente de una habitación. –Si necesitas algo, puedes llamarme.

-Gracias. Y de hecho quiero mis cosas para dormir.

Wong movió sus manos de forma extraña.

-Listo. Tus cosas están en tu habitación.

-Gracias.

El hombre asintió antes de salir para regresar con los demás. Lincoln se imaginó que aquel hombre hizo un hechizo para que sus cosas aparecieran. Imaginó, también, que abajó hablarían sobre ciertas cosas. No se preocupaba mucho porque lo sabría de todos modos cuando regresara. Pero era mejor dejarlos solos.

...

Lincoln se despertó de repente cuando escuchó el fuerte llanto de una niña. Rápidamente se levantó de la cama para asomarse por la ventana. En efecto observó que en medio de la calle había una niña llorando. No escuchó a nadie más despierto y no sabía qué hacer. Pero si estaba seguro de algo; no podía dejar a esa niña ahí. Mas cuando le dijeron lo que está caminando por las calles. Rápidamente se colocó su traje y salió por la ventana. Por suerte su habitación no estaba con barrotes como las demás, ni tampoco había hechizos que le impidieran salir, así que no tuvo problemas. Se dirigió con la niña apenas llegó al suelo.

-¿Estas bien? –Preguntó, apenas acercándose. La niña dejó de llorar mientras miraba a Lincoln atentamente. Él, por su parte vio para todos lados buscando a alguien cerca, pero la niña estaba sola. -¿En dónde están tus padres? –La niña solo giró su cabeza. –No importa te llevare conmigo y...

-Mataste a tus hermanas, ¿verdad? –Lincoln se quedó en blanco, observando a esa esa niña. ¿Qué le acaba de preguntar? La niña comenzó a reírse. –Estarás bien si...

Sintió la punzada en la su cabeza y rápidamente se hizo a un lado. Observó cómo unas cadenas con algo filoso en la punta habían intentado clavarse en su piel. Al mirar hacia donde estaba la niña hace unos momentos observo que había desaparecido. Lincoln se asustó un poco porque algo se la había llevado, o quizás era su imaginación y ahora estaba afuera donde salían monstruos, por llamarlo de ese modo. Comenzó a correr rápidamente de regresó al hospital, pero se detuvo al ver que enfrente del asilo había un hombre algo musculoso con manos de martillo sonriéndole e impidiendo que avanzara.

Lincoln se acercó rápidamente, el hombre lo intentó golpear, pero él, sin embargo, detuvo su golpe, dándole uno en las rodillas para tenerlo en el suelo y darle un puñetazo en la cara. Cosa que no lo dejó inconsciente. La punzada se activó nuevamente, pero Lincoln no pudo moverse y sintió el fuerte golpe en su cara que lo dejó algo aturdido. Se tambaleó un poco mientras la punzada volvía activarse; Lincoln se hizo a un lado mientras observaba como el martillo caía en suelo dejando algunas grietas.

Sostuvo fuertemente su brazo para aplicarle una llave que hizo que se colara contra el suelo; le dio un puñetazo en la cabeza causando que su cabeza se hundiera en el suelo. Iba darle otro, pero la punzada se activó nuevamente, se hizo a un lado, observando cómo le habían vuelto a lanzar las cadenas. Era un hombre dentro de un traje de color negro, casi parecido al de Black Noir, solo que con tonos de color café oscuro. Podía verlo perfectamente a pesar de la oscuridad. Le lanzó algo de telaraña en sus piernas y lo jaló hacia él, dándole un puñetazo en el rostro. Iba darle otro, y la punzada se activó de nuevo; detuvo el golpe del hombre con las manos de martillos. Intentó darle otro, Lincoln la detuvo fácilmente. Dio un brincó para darle un golpe en la nariz. Le dio repetidos puñetazos en el rostro mientras que el otro hombre se rio, poniéndose de pie.

-Tus movimientos son interesantes. –Dijo aquel hombre vestido con el traje negro, tronando sus huesos. –Esos movimientos no son de un hombre normal. Ninguna persona en este país sabe hacer lo que tú haces, y eso solo me hace pensar en que eres un "Superhéroe" de Estados Unidos. –Lincoln no respondió. –Espero que seas divertido. Varios de los que quisieron invadir Inglaterra murió hecho pedazos, a excepción de su cabeza, la cual usamos su cabeza como advertencia. Pero antes de comenzar, ¿hay más como tú? Eso te hará menos dolorosa la muerte. –Lincoln se quedó callado. –No quieres hablar. Igual puedo buscarlos, no pasa nada.

El hombre se lanzó contra él de nuevo, Lincoln se movió rápidamente. Pero el hombre había dejado su cadena para que se moviera contra su cuerpo. Cuando Lincoln sintió la punzada en su cabeza no pudo moverse, limitándose al dolor que el causo al momento de que se enterró su en su piel. El hombre de los martillos intentó aprovechar eso, aunque Lincoln logró detener su golpe y esquivar los golpes. Usó algo de su fuerza para cargarlo y azotarlo contra el suelo. Y eso lo distrajo, lo cual el otro hombre logró enterrar su cadena en el otro brazo. Lincoln gritó de dolor y solo pudo sentir como le arrancaban los brazos de su cuerpo.

La sangre cayó el suelo mientras intentaba irse. Jamás debió salir, ahora iba morir por salir de ese lugar. Antes de que pusiera reaccionar sintió algo clavarse en su pecho, haciendo que volviera gritar de dolor. Era impresionante que aun siguiera vivo, era por los poderes. Aunque no iba sobrevivir, ya lo sabía. Y aunque lo hiciera no haría mucho porque quedaría como un paralitico, no podría proteger a sus hermanas. Las cadenas en su piel comenzaron arrastrar su cuerpo por el suelo hasta una máquina que, por lo que escuchó, trituraba carne. Aun no podía morir; intentó que sus pies se pegaran en el suelo, pero el hombre de los martillos golpeó su rostro causando que quedara aturdido. No tenía duda que si lo succionaban le pasaría algo muy malo.

Incluso en ese momento pasó por su cabeza un pensamiento; porque no se sentía débil por la pérdida de sangre. Aunque no le importaba mucho en estos momento que ya iba morir. No supo en que momento pasó; lo único que alcanzó a escuchar fue el sonido de huesos quebrándose y como algo despedazaba su piel. No sabía si era su imaginación o qué, pero alcanzó a sentir como su cara se partía en trozos grandes de carne hasta que salió por un agujero. ¿Aun podía ver? ¿Seguía vivo?

-Hemos terminado. Creo que fue algo aburrido. –Comentó uno de ellos. –Mejor vámonos de aquí.

Escuchó sus pasos alejarse. Aunque él estaba concentrado en el ardor de su cuerpo; era tan inmenso que seguro que ya no le quedaba mucho tiempo con vida. Incluso le pareció raro que aún no muriera cuando o siguiera consiente. O quizás estaba muerto, o puede que solo fuese la agonía. Lo peor de todo es que ahora que estaba muerto ya no podría cuidar a sus hermanas. Por otro lado, había pagado por lo que les hizo a las demás.

Poco después la respiración de su cuerpo comenzó hacer normal y dejó de sentir, poco a poco, dolor. El dolor se estaba yendo. Eso lo aterró un poco porque quería decir que ya estaba muerto. Se supone que cuando una persona muere deja de sentir dolor. Entonces, ¿Por qué seguía viendo las calles? Comenzó a toser mientras sentía como su estómago se movía frenéticamente y sus manos parecían temblar. Se intentó poner de pie, miró su piel; estaba con algunos cortes, pero lo extrañó era que... ¿estaban sanando? ¿Qué estaba pasando? De seguro era un sueño. Intentó ponerse de pie, observando como aun le cian algunas gotas de sangre. Puede que todo esto era una alucinación causada porque Wade estaba drogándose. Pero era demasiado real para ser una alucinación. Le dolía mucho el cuerpo. Caminó de regresó, observando la puerta del asilo abierta.

-Mierda, Lincoln. ¿Por qué carajo saliste? –Escuchó la voz Frank, al levantar la mirada observó que él estaba junto a Gambito en la puerta.

-Mierda. –Gritó Gambito. Sus manos brillaron de un color rosado que lanzó hacia enfrente, hubo una pequeña explosión. Frank comenzó a disparar. –Vámonos de aquí.

Frank lo cargó mientras disparaba por todos lados. Pensó que ese par de sujetos había regresado, pero observó algunos tentáculos llenos de garras que intentaban atraparlos. Gambito volvió lanzar cosas hacían enfrente hasta que vio la luz; estaba adentro del asilo nuevamente. Lo más extraño es que ya no estaba sangrando.

-Se ve de la mierda. ¿Están seguros que sigue vivo? –Preguntó Constantine al ver la sangre que había encima de su cuerpo.

-¿Qué no vez? –Frank se dirigió a donde estaban las botellas y dejar caer el líquido en las heridas.

-Bueno, mi albino americano, por lo que veo, estas sanando. Así que no creo que mueras. –Metió una carta en su gabardina. –No hace falta que use esto.

-No debiste salir, Lincoln. –Bruce apareció cerca de él. –Nada de lo que viste fue real. Por lo que me contó Zatanna, si saliste porque viste algo, entonces fue porque estaban poniéndote una trampa para que te acercaras. –Suspiró. –Al menos veo que tu cuerpo esta sanando. Eso es algo bueno.

-Creo que ya es hora de limpiar. –Constantine sacó una carta. –Mundus te.

Lincoln no supo que fue lo que le hizo. Intentó moverse de nuevo; su cuerpo ya no se sintió con tanto dolor. Movió sus dedos para verlos; la piel ya no tenía cortes en y los rastros de sangre se habían ido. Además que podía mover su cuerpo sin sentir dolor. Algo que le hizo sentirse incómodo fue que todos lo estaban mirando atentamente.

-¿Qué viste afuera, Lincoln? –Preguntó Constantine.

-Vi a un hombre con manos de martillo y un sujeto con un traje parecido al de Black Noir. Tembló un poco, dejando de ver su cuerpo y mostrándose ligeramente asustado. –No quiero recordarlo.

-No importa. De todos modos ya sé a quién te refieres. –Constantine estiró su cuerpo. –Deberías ir a tu habitación y ponerte algo de ropa. No creo que te guste que vean tu paquete.

Lincoln se sonrojó y se tapó rápidamente la entrepierna mientras corría hacia su habitación.

-Ya no salgas de nuevo a la calle. Lincoln. Es peligroso porque no solo te pones en riesgo a ti, si no a nosotros.

Subió rápidamente las escaleras escuchando las palabras de Bruce. No le tomó mucho tiempo llegar a su habitación. Se colocó algo de ropa interior apenas entró. Ya estaba relajado, se dejó caer en la cama, intentando olvidar lo que paso afuera. Su cuerpo, incluso, le punzaba aun.

Y estaba algo asustado por las palaras que le dijo esa niña. Sin embargo, pensó que, con lo que le dijo Constantine, creía que fue un demonio. Pero eso le aterró un poco por todas las cosas que podrían saber de él. Esperaba no volver a estar en una situación igual. Le daría mucho miedo tener que enfrentarse a un demonio o a esos tipos nuevamente. Y lo más raro de todo es que ya no tenía ninguna herida sobre su cuerpo. Sabía que podía sanar, aunque no creía que pudiera regenerar miembros de su cuerpo, solo piel. ¿Y si hacia la prueba?

Eso le hizo sentir un cosquilleó en su estómago. Podía sacarse un ojo para hacer la prueba. Tal vez le crecería, pero, ¿y si no? En ese caso se quedaría tuerto todo para toda su vida solo por la curiosidad. Aunque hace unos momentos le trituraron el cuerpo. Y no quería recordarlo por el dolor tan intenso. Eso hubiera sido suficiente para matarlo. Pero seguía vivo.

Entonces, ¿Qué tenía que temer? En su habitación había un baño así que no tenía que preocuparse por dejar un desastre. Al entrar al baño y ver su reflejo en el espejo observó su ojo. Eso lo puso más nervioso. Sostuvo con fuerza sus parpados, tocó su ojo sintiendo un poco la viscoso de su ojo. Lo presionó con fuerza sintiendo como salía del agujero. Lo jaló con fuerza sintiendo el dolor de desprenderlo.

Evitó gritar por el dolor, arrojó el ojo al lavabo. Miró el hueco izquierdo donde antes estaba su ojo; la sangre le brotó durante un rato; pero, unos segundos después, el líquido rojo dejó de salir mientras sentía un cosquilleó y el dolor poco a poco se iba. Conforme más pasaron los segundos pudo observar como algo crecía dentro de su ojo, además que podía ver rastros de luz de donde se había arrancado el ojo. Abrió la llave del agua para comenzar a lavarse los restos de sangre junto con la carne. Al mirarse nuevo en el espejo observó como ya estaba creciendo algo dentro del agujero; era un ojo.

Entonces podía regenerar miembros de su cuerpo. Pero, ¿Por qué no escuchó nada de eso en aquel lugar donde estaba encerrado? O quizás no lo dijeron cuando él estaba en su celda. Daba lo mismo realmente. Era algo bueno que le crecieran nuevos miembros del cuerpo porque así no podía morir, o al menos no de forma sencilla, y eso podía serle de utilidad si lo herían gravemente.

...

Never made it as a wise man.
I couldn't cut it as a poor man stealingtired of living like a blind ma.
I'm sick of sight without a sense of feelingand this is how you remind me.

Lincoln se despertó cuando escuchó a Wade cantar.

-Necesitas bajar, Lincoln. Es momento de irnos. –Dijo Wade. Lincoln se sentó en la cama al escucharlo.

-¿Qué pasa? –Preguntó, quejándose. -¿Ir, a dónde? –Se quitó las sabanas y comenzó vestirse.

-Iremos a Alemania a buscar a Magneto o Erik. Espero que acceda a ayudarnos. Ese sujeto nos puede ser de mucha utilidad.

-¿Qué puede hacer?

-Con su nombre no es obvio. –Lincoln imaginó que podía atraer o usar cosas de metal. –Ahora, acaban de venir unos sujetos del gobierno porque como ayer te vieron combatir contra uno de "Los vigilantes", piensan que puede haber más "héroes" dentro de Inglaterra. –Se levantó cuando Lincoln comenzó arreglar la cama y ordenar sus cosas dentro de la maleta. –Por cierto, nunca me dijiste que tenías factor curativo como yo; te cortan un trozo de carne y se regenera. Eso puede ayudarte mucho ya que te hace inmune a la muerte.

-Yo tampoco sabía que lo tenía. –Lincoln se terminó de vestir.

-Tuviste fuerte porque esos tipos te habrían matado.

Tomó sus cosas y salió junto con Wade, al bajar al segundo piso, le hizo una seña para que lo esperara. Lincoln asintió, aprovecharía para mandarle un mensaje a Lisa; pocos segundos de mandárselo le respondió; todo estaba bien, al parecer Lana estaba feliz ahora que estaba jugando con un perro que Alfred había llevado llamado "Terror". A Lincoln le pareció un poco curioso el nombre.

Aunque estaba bien. Más aún que no sabía que les había pasado a sus mascotas ya que no las vio en la mansión. Pensó que quizás salieron tan aprisa que Lana ni siquiera pudo llevar a "Brinquitos", dudaba que siguieran vivas; si no fue por algún superhéroe que fue a su hogar y los asesinó por placer, quizás se murieron de hambre o sed. Pero también estaba la posibilidad de que el señor Grouse los recogió, sin embargo, a pesar de lo mal que le caían. Al menos se sentía bien que su hermana tuviera una nueva mascota. Lincoln le dijo a donde irían y Lisa le respondió con la imagen de un pulgar arriba.

-Volveré. Te lo prometo. –Escuchó a Wade decir antes de cerrar una habitación.

-¿Ella quién es?

-La muerte. –Respondió. Cosa que Lincoln alzó ambas cejas confundido. –Ese me dijo que era su nombre. Pero me agradó esa chica. –Sonrió. –Creo que al menos no estaré de acosador sexual de porquería con Constantine.

Bajaron a la planta baja donde observó a los hombres que Zatanna había traído hablando con ella.

-Si todo se sale de control con nosotros, ya saben qué hacer. –Los hombres asintieron. –Bien, es hora de irnos.

Al salir observaron algunos autos de la policía británica. Lincoln se imaginó que tocaron la puerta del asilo para hablar o investigar si había algún héroe dentro de ese asilo. Pero pensó que Constantine y Zatanna los confundieron con un hechizo de confusión para que se fueran. Además, ¿Qué iría a pasar si entraba si los descubrían? Quizás una pelea entre los demonios y esos sujetos de ayer que Lincoln pensaba que eran héroes.

-¿Quiénes eran los que me atacaron el día de ayer? –Preguntó Lincoln con algo de curiosidad. _los tipos que aparecieron ayer no parecían ser demonios o algo por el estilo.

-Bueno, la verdad lo que más aparecen en las calles son monstruos o demonios, creo que eso ya está más que claro. –Dijo Gambito, bajando el vidrio de su ventana.

-Algunos de mis contactos me dijo que les conocen como "Los vigilantes". No sé más que eso. –Agregó Constantine.

Lincoln no siguió. Eso explicaba porque Wade los llamó "Los vigilantes" hace unos minutos. Pero el nombre que tenían se les hizo vagamente conocido. No sabía exactamente porque. Quizás era una parodia a los vengadores solo que británicos. No estaba seguro. Desearía llegar a casa para que pudiera hablar con Wade o Lisa sobre todo esto.

...

-¿No tienes un hechizo de rastreó o algo por el estilo? –Pregunto Wade, mirando hacia abajo.

Todos, a excepción de Matt, Elektra, Bruce, Zatanna y Constantine estaban caminando sin tener el rostro cubierto. Según Bruce como los superhéroes junto con el gobierno de los Estados Unidos tenían control y oídos por casi todo el mundo por lo que debían tener cuidado.

-Necesito un cabello o algo por el estilo para hacer eso. –Respondió, inhalando algo de humo. –Además, Zatanna está haciendo un buen trabajó. Solo denle algo de tiempo.

-Su hija evita que los encuentre. – Se rió. –Al parecer si usó bien esas enseñanzas de magia que le di.

-¿No dijiste que eran mutantes? –Pregunto Lincoln.

-Su hija tenía cierta manipulación sobre la magia. –Constantine volvió a inhalar humo. –Incluso más que cualquiera de nosotros dos.

Lincoln quedó sorprendido por lo que le dijo. Entonces, ¿los mutantes también podían usar magia? Estaba aprendiendo cosas que no imaginó que realmente pudieran ser reales; los mutantes pueden usar magia, los héroes eran unos hijos de puta, gente como él, accidentes, son entrenados para convertirse en héroes, Inglaterra tiene un gobierno totalitario para no dejar que entren los héroes a su país, la magia existe y estaba seguro que aún faltaban muchas cosas por descubrir.

-Creo que es... si, es por aquí. –Caminaron entre un callejón. A Lincoln le resultó algo peligroso por cómo se veía. –De seguro están aquí para no llamar la atención. O eso creo. –Miró las casa. La gran mayoría estaban totalmente en ruinas y había unas que estaban en mejor estado. –Creo que es esa. –Señaló la puerta una de las casas que no estaban tan maltratadas.

-Bueno, ya lo dijo... iba ser una referencia, pero se me olvido. –Wade se golpeó la cabeza.

Se acercaron a la puerta. Como no tenía timbre Wade golpeó fuertemente la puerta para que atendieran.

Esperaron unos segundos, como no abrieron volvieron a tocar.

-¿No crees que se escapen para no tener que hablar con nosotros? –Preguntó Matt, al no escuchar a nadie caminar.

-Tampoco es como que los vaya a obligar.

-Aunque si quieres culpar a alguien, campanita. Debería ser al hijo de puta de Butcher. –Comentó Wade. Bruce rodó los ojos. -¿Saben? Bruce es Batman de noche porque de día su piel brilla.

La puerta se abrió mostrando a una hermosa chica. Ella pareció ligeramente disgustada por tener que verlos, pero lo único que se limitó hacer fue hacerles una seña para que entraran.

-Hola, Wanda. –La saludó Bruce.

-Hola, chicos. Mucho tiempo sin verlos.

-Bastante. –Wade se sentó en el sofá. –Parece que no tienen muchos problemas económicos. Deberían ver mi casa en "Ghotam". Y lo peor es como soy sicario debería tener mejor calidad de vida.

-Hemos trabajado un poco. –Wanda fue a la cocina. -¿Quieren algo de té o café? No les ofrezco alcohol porque no tenemos.

-Yo quiero algo de té, por favor. –Dijo Lincoln.

-De acuerdo. –Wanda colocó una tasa con agua. -¿Y qué quieren? Pensé que ya no tendríamos que meternos en esto de nuevo por lo que paso hace cuatro años. Además, todo el equipo está junto de nuevo, no sé quién eres...

-Me llamo John Constantine.

-Lo queremos intentar de nuevo. -Bruce miró a Wanda, quien negó con la cabeza.

-Hagan lo que quieran. – Soltó un suspiró. –Si quieren morir es su problema, pero no cuenten nosotros para formar parte de su "escuadrón suicida".

-Nos llamó escuadrón suicida. Lo cual lo hace divertido porque es verdad; solo estamos preparados para morir. Nacidos para morir, ¿o era para matar? –Wade chasqueó los dedos. –Además, nos está comparando con un equipo de DC.

-En realidad creemos que esta vez lo lograremos.

-Solo porque Butcher no esté en el equipo quiere decir que realmente lo logren, Bruce.

Wanda fue a la cocina, movió algunas cosas antes de salir nuevamente. Le extendió la tasa de té a Lincoln, quien la tomó. Debía admitir que aquella mujer se le hacía muy hermosa, incluso más que Dimartino. Y no era la única; Zatanna también se le hacía muy hermosa. Aunque eran mayores que él, por desgracia.

-¿Y en donde está tu padre? –Preguntó Gambito con curiosidad al no verlo.

-Escuchándonos desde la habitación que está en la cocina, me imagino que saldrá hasta que nos larguemos. –Respondió Matt sarcásticamente. Eso hizo que Wanda se riera algo divertida.

-Me olvide de tu súper oído. –Un hombre entre cuarenta años salió de la cocina.

-Cuanto tiempo, Erik.

-Bastante, Bruce. –Erik saludó a todos con la mano. –Pensé que te había dicho que no quería meterme en esto de nuevo, Zatanna. –El hombre se sentó junto a Lincoln. –Creí que lo entenderías.

-Quería saber si estaban hablando enserio. –Zatanna los miró ambos. El resto de los chicos solo se limitaban a escuchar sus respuestas sin meterse en la conversación. –Pensé que podrían ayudarnos.

-Después de la muerte de mi hijo no quiero saber nada más. –Suspiró. –El hijo de puta de Butcher mató a mi hijo y... él... oh, Dios. –Pareció querer llorar.

-No me lo tomes a mal, Eric; te respeto, pero, ¿cómo sabes que tu hijo no sigue vivo? Él forma parte del velocista de Marvel.

-Esa cosa no es mi hijo. –Zatanna no quería escucharse agresiva, y sabia perfecto eso, no obstante, quería saber cómo decía eso. –No sé cómo es que sigue caminando por la tierra. Hay cosas que no tengo idea y no quiero saberlo. Tampoco voy a entrar al equipo de nuevo.

-Lo entendemos. –Bruce se puso de pie. Les hizo una seña a todos para que se fueran del lugar. –Pensé que como Butcher no estaba te unirías.

-Yo deje eso atrás.

Wanda, sin embargo, parecía algo insegura. Quería ayudar un poco, pero tampoco quería morir y que la revieran solo para que formara parte de un equipo superhéroes como un zombi. Si podía llamarlo de ese modo.

-No sé si esto pueda ayudarles. –Habló Wanda, llamando la atención de todos. –Cuando me secuestraron hubo un hombre que trabajaba para las tres empresas por igual.

-¿Un hombre?

-Sí, no era un mal sujeto. En realidad era muy amable. –Agitó su cabeza. –Pero me contó que las empresas lo tenían como si fuera una especie de esclavo sexual.

-¿Y cómo mierda nos puede ayudar eso? –Preguntó Wade, sin entender a que se refería con eso.

-Que ese hombre odia a los superhéroes. Quizás pueda ayudarles, dándoles información.

-¿Sabes en donde esta? –Wanda hizo un movimiento con sus manos, las colocó en su cabeza, haciendo que Zatanna viera la dirección. –Ya veo.

-Creo que es hora de irnos. –Bruce se dirigió a la salida junto con los demás. –Cuídense mucho y si necesitan algo, sea dinero u otra cosa, ya saben mi número de teléfono.

Salieron de la casa. No había sido una pérdida de tiempo después de todo. Zatanna lo sabía. Solo necesitaba buscar a ese hombre y decirle a Bruce sobre lo que Wanda de le mostró. Quizás, tan solo quizás, puede que esta vez podrían tener éxito en acabar con los héroes. Algo que nunca tuvieron cuando estaban con Butcher.

...

El sol apenas estaba saliendo en Ghotam. Habían regresado al infierno que estaba desatado en América. Ahora solo tenían que empezar a buscar a ese hombre que odiaba a los héroes y a las personas que sabían algo sobre el paradero de las hermanas de Lincoln. Todos entraron a la mansión donde observó a Lisa junto a un hombre de edad avanzada sin cabello.

-Me alegra volver a verlo, amo Wayne.

Bruce solo lo abrazó mientras que Lincoln se sintió algo incómodo por no poder hacer lo mismo con sus hermanas.

-¿En dónde están Lana y Lola? –Preguntó Lincoln, intentando no sonar tan incómodo.

-Jugando con Terror.

-¿El perro de Butcher sigue vivo? –Preguntó Wade, sorprendido. –No creo que lo sepas, Lincoln. Pero Terror es un Bulldog ingles que violaba. –Lincoln alzó ambas cejas. Lisa, incluso, también lo hizo, mostrándose ambos sorprendidos. –Es enserio; su perro violaba a quien Butcher le dijera.

-Estoy haciendo que deje de hacerlo.

-Ese hijo de puta de Butcher sí que era un enfermo. –Elektra fue junto a Matt a su habitación.

-Entonces si le digo "Terror, cógetelo", ¿me hará caso? –Preguntó Wade con dudas.

-No quiero que lo hagas enfrente de Lana. Odiaría que mi hermana terminara con un trauma. –Dijo Lincoln, seriamente.

-¿Por qué crees que iba hacer la prueba? –Wade hizo una mueca de asco al recordar algo. –Una vez recuerdo que le dio la orden que se cogiera a un gato; le dijo "Terror, cógetelo". –Sacudió su cabeza. –Eso fue traumático.

-Que buena vida tienes aquí, hombre vampiro. –Mencionó Constantine, sacando un cigarro. –Vives en este lugar tú sólo. Me sorprenda que nadie sospeche que estas en contra de todos los héroes. Pero me imaginó que están muy confiados en que solo eres un niño bonito que brilla en el día.

-¿Podrías llevarlos a su habitación, Alfred? Tengo que hablar con Lisa Loud. –Alfred asintió, mientras que él y Frank fueron a la parte de abajo junto con Lisa.

Al llegar a la parte de abajo Lisa se acercó a la computadora. Bruce y Frank observaron la pantalla.

-Imaginó que te has de preguntar sobre los resultados y bien; al parecer su cuerpo no rechazó los poderes, al contrario; los admitió. –Lisa tecleó un momento en la computadora hasta que apareció algo. –Al parecer su poder solo rechazó un poco la furia. No del todo, pero creo que no podrá usarla del todo.

-Lo había visto en Inglaterra. –Negó con la cabeza. –Sera mejor que no preguntes. Ahora, quiero que busques esta dirección y a este hombre –Bruce le extendió un pedazo de papel. Lisa observó que decía el nombre de una persona junto con su dibujo.

...

-Necesito hablar contigo, Wade. –Dijo Lincoln seriamente, en el momento que se quedaron solos.

-No tengo otra cosa que hacer, así que, ¿de qué quieres hablar? –Wade se dirigió a la cocina donde buscó una botella de tequila. Él había traído todas sus botellas, así que tenía derecho de embriagarse cuando quisiera. –Espero que no sea una pregunta incomoda de que sienten las cicas cuando me hacen sexo oral porque no lo voy a responder.

Lincoln lo miró de forma rara. Negó con la cabeza ante la declaración de Wade.

-Yo no quiero preguntarte sobre eso.

-Menos mal. –Wade se sirvió un poco. -¿Quieres un trago?

Lincoln negó con la cabeza. Wade se encogió de hombre, dio un largo trago mientras movía su mano para indicarle a que le dijera sobre qué quería hablar. Él asintió.

-Veras, no se mucho sobre el equipo antes de que Lisa y yo nos uniéramos. –Comentó, jugando un poco con sus dedos. –Quiero que me digas todo sobre el equipo, Butcher, la pelea que tuviste hace cuatro años, para quien trabajaban. Todo. Quiero saber todo lo que ustedes hacían antes de formar parte del equipo.

Wade tomó un largó tragó de la botella, luego se tomó el del vaso.

-Está bien. Una larga historia llena de violencia y corrupción. –Wade volvió a darle otro tragó a la botella. –Hace cuatro años nosotros trabajábamos para la CIA en un equipo que mantenía a raya a los superhéroes conocidos como "The boys"...

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