Cambios.
Era un día frio y lluvioso, en el campo de entrenamiento militar. Había cientos de soldados, realizando su rutina de ejercicios diaria, sin importar el mal clima. La última prueba del día, consistía en escalar una pared con una altura de quince metros, mediante una soga.
Muchos de los reclutas iban finalizando, otros ya habían acabado con la rutina, sin ninguna complicación. Pero entre esos soldados, destacaba un chico de dieciocho años, con cabello negro y piel de color. Que apenas podía subir por la soga, apenas había superaba la mitad de la altura.
––Aff, aff, aff. ––Suspiraba el chico, tras ejercer el decimo ejercicio de la rutina, sin haber realizado un descanso. Cosa que no estaba, para nada acostumbrado. ––¡Ah! ¡Maldita sea! ––Exclamaba, al sentir un insoportable dolor y ardor; tanto en sus músculos como en sus huesos. Pero no tenía las intensiones de rendirse tan fácilmente, no quería demostrar debilidad o volver a ser el mismo chico indefenso y patético, como lo fue en esa horrible noche.
Una noche, que perdió a las personas que más amaba en el mundo.
––No creo que ese chico dure tanto, se demuestra que no está hecho para el servicio. ––Comentaba uno de los encargados de los reclutas, tras observar al último chico que quedaba en la soga.
––No lo subestimes, muchas veces las apariencias engañan. Yo solo solía ser como él antes, sin conocer mi propio potencial. ––Dijo el segundo encargado, a su compañero. ––Además que su padre, era amigo mío y me ayudo bastante.
––Fal-falta poco... Solo unos me-metros. ––Hablaba apenas el chico, que seguía apenas escalando la pared, sin dejar que la debilidad le ganara. ––No debes rendirte, piensa en mamá, en Ronnie y en... Lori.
***
Cinco años después...
Estaba ocurriendo una pelea de una pandilla compuesta por quince integrantes, contra dos vigilantes. En un viejo muelle abandona, que se encontraba afuera de la ciudad de Royal Woods.
Anteriormente la pandilla, se habían reunido en el muelle a la media noche, siendo el lugar y hora perfecta para; poder realiza un tráfico de armas y drogas ilegales. Estando fuera del alcance de los policías o de cualquiera que pudiera arruinar sus planes.
Hasta que de pronto aparecieron dos jóvenes disfrazados, a detener sus planes.
Uno de ellos, era un varón de piel morena. Usaba una vestimenta gris y una capucha del mismo color, en su rostro llevaba puesto un antifaz color negro. Tenía como armas; un arco y flechas.
El otro era una chica de piel blanca, de cabello rubio. Usaba una chaqueta de morado claro, al igual que sus botas y guantes, pantalones blancos, y una bufanda en su cuello de color más intenso. También usaba en su rostro, unos lentes de nieve color azul claro.
Fue entonces que iniciaba la pelea.
––Malditos estúpidos, las pagaran por arruinar nuestros planes. ––Amenazaba uno de los traficantes, mientras que agarraba un fierro.
––Hoy van dormir con los peces. ––Otro de los traficantes, sacaba un cuchillo y lo calentaba con un soplete.
––Lamento de informarles, que esta no es la fiesta de disfraces. Niños. ––Comentaba de forma seria otro traficante, mientras que tomaba una cadena de fierro.
––Aun así, es una buena forma para poder probar este bebé. ––Tomaba una de las armas de fuego que le intercambiaron por drogas. Al igual que otros cuatro.
Sin perder el tiempo, el arquero encapuchado toma su arco y cinco flechas, para luego apuntar y dispararles a los sujetos que portaban las armas de fuego, dándoles en los brazos y piernas. Para luego esquivar; un ataque de fierro proveniente de otro rufián. Tras de esquivarlo, realiza un codazo, dándole en pleno rostro al rufián, rompiéndole la nariz y rematándolo con una patada en las costillas.
De pronto el arquero agarra la muñeca, al rufián que trato de clavarle el cuchillo caliente; en su hombro. Diciéndole: ––Son muy predecibles. ––Aprieta más fuerte la muñeca, hasta que soltara el cuchillo. Luego lo agarra del brazo y con brutalidad, lo lanza de espalda contra el suelo.
El rufián trato de levantarse, pero fue invadido por el miedo, tras ver; el cuchillo que seguía caliente clavado a pocos centímetros cerca de su rostro (Como 2cm). Había sido lanzado por el arquero, como una amenaza, dejando al rufián muerto del miedo y con mucho sudor en su rostro.
Por otro lado la chica, estaba realizando arañazo a sus delincuentes, debido que sus guantes poseían unas pequeñas garras metálicas, filosas y puntiagudas. Haciendo que pudiera arañarlos en sus piernas, brazos, espaldas o pechos, pero sin importar en que parte fuera les iba a dejar un dolor insoportable y mal heridos. Aparte que ella conocía unas técnicas de pelea y defensa personal, demostrando que no era una hija de papi.
Pero la chica no se había dado cuenta; que atrás de ella se encontraba otro rufián, que estaba apunto de golpearla con una cadena. El sujeto estaba girando la cadena, preparándose para golpear a la chica en la espalda, con el objetivo de romperle la espalda. Hasta que recibió un fuerte golpe en la cabeza, por una vara de acero.
La chica tras sentir un extraño sonido, se voltea, sorprendiéndose al ver un sujeto tirado en el suelo, y notar que bajo la guardia por un momento. Pero fue dibujando una sonrisa, al ver quien había llegado a la acción. Exclamando: ––Oh sí.
Se trataba, de nada menos que Ace-Savvy.
––Llegas tarde Ace. ––Exclamo un poco molesto el arquero, mientras golpeaba a unos rufianes con su arco.
––Disculpa, solo me atrase un poco. ––Respondió el vigilante rojo. Mientras que golpeaba con su bastón a dos sujetos, dándole a uno en el rostro, y el otro en el estomago. ––Como dice el refrán, mejor tarde que nunca. ––Saca dos naipes metálicos de su bolsillo, para luego lanzarlos hacia el rufián de la cadena, que trataba de levantarse.
Ahora eran tres vigilantes en acción.
Tras unos minutos de dura pelea, solo quedaban tres traficantes de pies, que a pesar de estar un poco maltratados y heridos, tenían fuerzas para seguir de pie y luchar. Ace-Savvy junto con la chica, se fueron a encargar de dos maleantes, mientras que el arquero se encargaba del restante, que parecía ser el jefe principal de esta pandilla de traficantes.
El vigilante junto con su compañera, realizan un truco de pelea, para poder acabar con esos delincuentes de una buena vez. En la cual consistía en que; sus oponentes se fueran acercando hacia ellos en distintas direcciones, para que luego él tomara de la cintura a su compañera, levantándola mientras que ella estiraba sus piernas, haciendo un giro al estilo vuelta carnero, rematando con un giro por los lados.
Por otro lado el arquero, estaba golpeando violentamente al último traficante de pie, a pesar que este se había dado por vencido. El arquero se debuto, apreciando que el traficante tenía en su rostro moretones y gotas de sangres, pero las cosas no se iba a quedar así, ya que el arquero estaba a punto de dispararle y clavarle una flecha en su pecho, sin ninguna piedad. El pobre con tantos golpes, ya no tenía fuerzas para gritar, solo esperaba que su fin llegara.
Pero en ese momento el arquero, fue detenido de bruta por uno de sus compañeros.
––¡Ya basta! La pelea ya se acabo, así que no lo hagas. ––Exclamo Ace-Savvy a su compañero. Se encontraba sujetando la mano de su compañero en donde tenía la flecha, para evitar que la disparara.
––...–– El arquero no dio una respuesta. Solo guardo su flecha, con una mirada fría y de inconformidad, hacia el vigilante.
––Creo que no es un buen momento para discutir. ––Hablo la chica, con preocupación en que esos dos se pusieran a pelear. ––Debemos irnos, la policía no tardaran en llegar; en cualquier momento.
Los tres vigilantes se fueron del lugar, dejando a los traficantes en el suelo. Ahora era el turno de la policía para que hiciera su parte.
***
En arriba de un departamento, se aprecia a los tres vigilantes. En la cual los varones estaban discutiendo, entre ellos.
––Otra vez... Cuando vas a entender que nosotros no somos asesinos, estamos para defender y detener a los criminales. ––Regañaba Lincoln (Se había quitado el antifaz) a su compañero, por su comportamiento violento, ya que no era la primera vez que pasaba.
––Y a ti, cuantas veces te he dicho que no te metas en mis peleas. ––Reclamaba Bobby a Lincoln. Este se había quitado la capucha y el antifaz. ––Además que no atraso con mis cosas, como tú siempre lo haces.
––Viejo, entiende que tengo que hacer otras cosas... Me atrase porque; le tuve que ayudar a Lana en su proyecto de mecánica, pero aun así no paso nada grave, antes que yo llegara.
––Como siempre Lincoln, tienes excusas para todo... No porque eras el hermano menor de mi no-novia, eso no significa; que no pueda clavarte una flecha en el...
––Chicas por favor dejen de pelear. ––Interrumpió la chica. ––No sirve de nada discutir las cosas, una y otra vez. ––Se quitaba sus lentes. ––Además Lincoln tiene razón, nosotros no debemos convertirnos en asesinos.
––¿Ósea estas de su lado? ––Pregunto Bobby molesto. ––Carol.
––No... Yo no estoy en el lado de alguien. Solo digo que Lincoln tiene algo de razón, es todo.
––Saben, no sé porque sigo perdiendo con ustedes dos... Al parecer nunca van a entender, que para hacer justica y mantener la paz en la ciudad, hay que ir más allá de los límites. ––Respondió Bobby de manera fría, mientras que le daba la espalda para irse. Provocando un poco de temor a Carol.
––Tú crees que; tu mamá o Ronnie, hubiesen estado felices; al verte en lo que te estás convirtiendo. ––Hablo Lincoln a Bobby, pero este lo ignoraba, estaba acostumbrados a esos discursos del chico. Sin dejarle más remedio que decirle lo siguiente: ––Dime, acaso crees que Lori le hubiese gustado verte así... Ella solo estaría aterrada y decepcionada de ti, Bu-bubosito.
Esa última palabra, fue la gota que derramo el vaso.
––¡AH! ¡Esa no te la perdono! ––Grito Bobby. Que se volteaba furiosamente, sacando su arco y una flecha, para luego apuntarle a Lincoln en su cabeza, ya que era la única parte que tenia vulnerable. Se encontraba listo para dispara la flecha, pero alguien se pone delante del chico, como una defensa. ––Carol quítate ahora mismo, o si no serán dos en lugar de uno. ––Exclamo, sin bajar su arco, manteniendo su puntería.
––Bobby por favor no... Tú no eras así. ––Rogaba Carol entre lagrimas. ––¿Qué fue lo que te paso?, ¿En donde quedo el chico amable y bondadoso que conocía?
––Ustedes saben claramente que ese chico murió, en esa maldita noche de la purga... Al ver como morían sus seres queridos de la peor forma, mientras que se quedaba mirando, sin hacer nada porque era un cobarde muy débil. ––Respondió, aun manteniendo su puntería. ––Se supone que ustedes dos, deberían entenderme mejor que nadie.
––No eres el único que; perdió a las personas que mas amaba en esa noche y lo sabes. ––Respondió Lincoln, molesto por la actitud de su compañero. Mientras que se ponía al lado de Carol. ––Lo único que puedo deducir que el servicio militar, te hizo mal... pero si te quieres desquitar con alguien hazlo conmigo, no con Carol.
El arquero apuntaba hacia Lincoln.
––No sigan... Bobby ¿Acaso crees que a Lori, le hubiese gustado todo esto? ––Pregunto Carol. ––Piensa un poco antes de actuar... Hazlo por ella.
Tras oír eso, Bobby se queda en silencio pensando un poco las cosas. Hasta que bajo su arco y guardo su flecha, para poder retirarse nuevamente. No sin antes decir: ––Para que sepan el servicio militar, no me hizo un mal cambio... Solo me hizo fuerte, tal como debí serlo en la noche de la purga. ––Tras decir eso se va del lugar, dejando solo a Lincoln y a Carol.
La rubia abraza al chico con preocupación, no les gustaba ver a sus dos mejores amigos peleando. Por otro lado Lincoln, se sentía algo culpable, sabía que no era buena idea decirle eso, después de todo hubo un tiempo, en que él también tenía ese comportamiento.
***
Eran casi las dos de la madrugada. Bobby se encontraba en su departamento, ya estaba arreglado por irse a dormir, usando un pantalón buzo y calcetines plomos como pijama. Una vez en su cama, mira una fotografía de él junto con Lori, recordando sus bellos momentos juntos, antes de esa horrible noche.
––Me haces mucha falta... Te extraño. ––Susurro con un poco de lagrimas. Con su manos se fue secando sus ojos, para luego cerrarlos hasta quedar profundamente dormido.
Toc...Toc...Toc...
Alguien estaba golpeando la puerta del departamento.
––¿Quién rayos será estas horas? ––Se levanto, sin muchas ganas se dirige hacia la puerta. ––¿Quién es?
––Soy yo; Carol. ––Respondió ella desde el otro lado.
––Aff... Es enserio. ––Se golpe en la frente con la palma de su mano. ––No preguntare del porque estás aquí tan tarde... Así que mejor veta a casa, sino quieres que te asalten o algo por el estilo.
––Haber... En primer lugar; sabes perfectamente que yo puedo defenderme sola. Segundo lugar; necesito hablar urgente contigo y no puedo esperar hasta mañana, si lo preguntas. ––Respondía del otro lado. ––No aceptare un como respuestas, y si no me abres seguiré golpeando por toda la noche.
Se abre la puerta, apreciando a Carol que usaba una casaca color purpura, una falda del mismo color, pero más claro y botas blancas. Tras ver que le abrieron la puerta, ella procede a entrar al pequeño departamento de Bobby. Ambos se fueron a sentar en el sofá viejo que tenia, para conversar lo que Carol quería hablar.
––Y bien. ¿A qué se debe tu visita? ––Pregunto sin mucho ánimos, por el cansancio y porque aun estaba molesto por lo que sucedió hace unas horas.
––Es sobre tu actitud y comportamiento... Casi te pasas de la raya, hace unas horas. ––Decía Carol con preocupación. ––Cada vez pierdes mas el control de ti y te vuelves más agresivo. Y nos da miedo que algún día, llegues a pasar los límites... Desde que te fuiste hacer el servicio militar, has sido diferente.
––Af... ––Suspira. ––Lo vuelvo a decir; el servicio militar no me hizo mal, solo me hizo más fuerte como debía ser. ––Respondió un poco molesto. ––Además si algún día llego a pasar los limites con alguien, será por una buena razón; eliminar el crimen.
––No, no, claro no, solo te volverías como ellos... Dime qué pensaría ellas de ti, si haces algo así. ––Decía Carol, dejando a Bobby un poco pensativo. ––Crees que a Lori, le hubiese gustado que fueras como los personas que participaron en la purga... o que le hubieses clavado una flecha a su hermano menor, quien sabe dónde.
––Es que no lo entiendes... No sabes de cómo me siento, cuando me pongo esa mascara y empiezo a golpear a los malos, es como si verdadero yo despertara. ––Hablaba Bobby con tranquilidad. ––Cada vez que veo o lucho contra un criminal, me hacen recordar a esos monstruos de la purga que siguen sueltos. Eso hace que mi furia e ira, se desaten sin ninguna piedad, como quisiera venganza.
––Eso si lose y por eso también se; que necesitas ayuda.
––¿Qué?, ¿De qué estás hablando?
––Pues estoy hablando, de que necesitas ayuda para poder controlar es ira y furia tuya. Si no recuerdas Lincoln, también tenía esos ataques y llegaba a perder el control... también sufrió mucho, al igual que nosotros. ––Respondía Carol, dejando un poco confuso a Bobby. ––El que me entreno a mí y a Linky, le ayudo a tener más control sobre él y creo que podrías hablarle... Recuerda que nosotros también sufrimos como tú y te entendemos, pero no queremos que seas un asesino.
Bobby se queda meditando un poco en lo que Carol, le estaba proponiendo. Para luego responder: ––Tienes razón, me había olvidado que un tiempo Lincoln también era así... Pero entonces tu visita de las dos de la mañana, se debe a que yo; deba hablar con ese mal humorado para que me ayude a controlar.
––En primera; ese mal humorado es mi tío. Y segundo; si a eso se debe mi visita nocturna. ––Respondió amablemente.
––Af, rayos. Como veo; no tengo otra opción que aceptar. ––Comento, haciendo que Carol sonriera, hasta que: ––Pero con una condición.
––¿Cuál sería? ––Pregunto un poco nerviosa, al que pusieron una condición.
––Quiero que me respondas algo... ––Hablaba seriamente. ––¿Era verdad que te gustaba Lori?
––...–– Carol, tras oír esa pregunta se queda congelada. No sabía que responderle a su amigo, ante esta situación. Pero a pesar que no hablaba mediante de palabras, sus ojos y labios hablaban por sí solo.
––Sabes, mejor no digas nada. Con esa mirada lo responde todo. ––Se pone de pie, preocupando a la chica. ––Tranquilo no estoy molesto, solo necesitaba saberlo. Si quieres puedes dormir en mi cama, ya es muy tarde, yo tengo ningún problema en dormir en el sofá. ––La chica no respondía, aun seguía pensativa. ––Antes que se me olvide decirte... Aceptare tu propuesta para mejorar mi conducta, pero no prometo nada. ¿Entendido?
––Esta bien. ––Hablo ella, acabando con la conversación.
Después de unos minutos, los dos chicos se van a costar en sus respectivos lugares. Recordando todo lo sucedido, también a su primer interés amoroso, antes de aquella desgracia llamada purga.
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Bien amigos hasta aquí llega este segundo re-subido one-Shot. En la cual posiblemente cierre esta colección con dos o tres mas. En cual se centraran en Carol, Lincoln y el villano principal.
Como he dicho antes, estos serán unos pilotos para un fic futuro llamado; Héroes entre nosotros. Que se basara en la purga y con estos personajes para detener esta noche.
Disculpen, si hay algún error y nos vemos.
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