Capítulo #19

Le gustaría averiguar que está pensando, su mirada se pasea sobre la fachada e aquella pequeña casa, a medida que se acerca sus propios pensamientos se alteran un poco más. Se siente ansioso y no esta seguro de la razón.

Se pregunta si después del incidente anterior las cosas serán iguales o si cambiarán de alguna manera, su lógica le dice que las cosas ya han cambiado, aunque pretenda que eso no suceda. Después de todo él fue quien lo dejo en claro esa misma noche.

Aún se sentía ligeramente avergonzado por su comportamiento, no estaba seguro respecto a como dirigirse a ella ahora que había regresado al país del té. Aunque había intentado controlar sus emociones no pudo evitar sentirse expectante. Últimamente, había sentido con mayor intensidad la atracción que Izumi le provocaba, había intentado ignorarse a si mismo, enfocado en sus misiones, y en intercambiar opiniones políticas con Kisame, pero era inevitable de hecho, era un ser humano después de todo, un adolescente con las hormonas revolucionadas, algunas noches despertaba sintiendo las intensas ganas de sentir su cuerpo pegado al suyo, solía perderse en el acto de divagar acerca de como se sentiría su tacto sobre la piel, la temperatura en su cuerpo se incrementaba gradualmente tan solo imaginándose mil maneras de estar cerca de ella, de besarla, de probarla. No había podido evitar contener su adrenalina, ni las emociones que todo lo que solo su imaginación le hacía experimentar.

En algún punto a causa de sus pesadillas Itachi había terminado en vuelto entre los brazos cálidos de Izumi Uchiha una noche, y desde entonces dormir cada uno en un extremo de la habitación se había vuelto absurdo, entre el ir y venir de Itachi, simplemente se había convertido en una nueva rutina entre ambos, una que le resultaba agradablemente placentera, pero sobre todo reconfortante y que le llenaba de una extraña sensación de calma. Por lo menos hasta esa noche.

Aun siendo solo un recuerdo puede sentir el ambiente caluroso de la habitación; realmente estaba hirviendo, o quizá era se trataba de él encontrando un pretexto para justificar la intensa temperatura de su cuerpo, que combinada con el rose de la tela de su pijama y el aroma del cabello de Izumi, sumado a la vista de la espalda de la chica recostada junto a el o el desenfrenado deseo se acercarse a ella para tocarla un poco más, había provocado una evidente erección bajo sus pantalones.

Inconscientemente ella busco su contacto, moviéndose ligeramente hacia atrás, topándose el cuerpo de Itachi, lo suficientemente tenso como para no percatarse de que algo no estaba bien. Izumi no se giro de inmediato, en cambio espero unos segundos hasta notar que era exactamente lo que sucedía. Itachi no pudo evitar que Izumi lo notará contra sus caderas. Ninguno hizo el intento de apartarse, Izumi demasiado tensa y vergonzosa para evidenciarlo y el demasiado caliente como para querer poner distancia. La mano masculina se poso sobre el hombro femenino. Izumi sintió la temperatura contrastando. Itachi se pego un poco mas a ella. Solo un poco, quizá con la intensión de hacerle sentir  lo que había provocado él, su presencia.

Noto el instante en el que la respiración de Izumi se pauso a causa del asombro. Y el deslizo su mano sobre su hombro permitiéndose bajar hasta su cintura y estrujar un poco la curvatura. Para después hundir el rostro en el espacio entre el cuello y el hombro de la joven aspirando todo el aroma de su cabello, en un intento poco disimulado de contener sus bajos instintos.

Izumi desde luego era una chica tímida cuando quería y al mismo tiempo tan abierta en otros sentidos, como su admirable capacidad para socializar. Él llegó ala conclusión de que la timidez de Izumi surgía de su innegable atracción hacia él, si él no le gustase tal vez a ella no le importaría en absoluto el juicio que se hiciera sobre ella. Esa era una de las cosas sobre ella que le gustaba y le hacía sentir especial, quizá era eso lo que a él le volvían loco de ella.

Ella por su parte solía ser bastante reservada sobre algunos asuntos, nunca había tenido contacto con un chico más allá de los besos y tomarse de las manos, además de los abrazos que iba por la vida obsequiando al mundo, en ese momento estaba asustada. Pero tampoco se atrevió a apartarlo. 

-Lo siento. 

Se disculpo el y una oleada de culpa se instalo en Izumi. Por supuesto. Itachi era después de todo un hombre, había escuchado muchas cosas acerca de estos momentos, era solo que ella nunca se había imaginado a si misma siendo el objeto de deseo de Itachi, de algún modo, era parte de verlo perder sus compostura, últimamente parecía mas vulnerable a todo.

Izumi hizo el intento de girarse buscando su rostro, pero la mano que sujetaba su cadera se tenso lo suficiente para impedirlo.

-Espera. 

Izumi sentía que el corazón dejaría de funcionarle por latirle tan rápido.

-Itachi- 

Izumi nunca espero que la respuesta por parte el joven, fuera nada menos que un mal contenido gemido, que demasiado cerca de su oído solo provoco un estremecimiento que le erizo cada bello del cuerpo y la obligo a sentir su propio cuerpo calentándose.

Lo escucho murmurar un "mierda", antes de apartarse de ella.

Entonces ella se levanto de su sitio observándolo dirigirse al baño.

Se preguntó miles de veces si debería decir algo al respecto.

Guardo silencio intentando averiguar que sucedía, aunque no era difícil imaginárselo.

Por su parte el agua fría había servido, al menos un poco, aunque la necesidad urgente de un orgasmo era demasiado fuerte como para ignorarla. Pensó que no tendría las fuerzas para mirarla a la cara la mañana siguiente después de pajearse en su nombre con solo una puerta de distancia, por lo que descarto la Idea y decidió tomar una ducha helada en ese mismo instante.

La cabeza de Izumi era un mar de pensamientos, se preguntó si realmente era posible lo que estaba sucediendo, si realmente él quería hacerlo en ese mismo instante con ella, no era su imaginación realmente había sucedido, todas las veces que su mano se paseó sobre sus hombros tanteando terreno, cada vez un poco más abajo, todas las veces que coloco besos sobre su cuello ganando lentamente un poco más de espacio sobre su cuerpo, buscando la manera más sutil de tener un poco mas de ella a la vez. Todas las veces que sus duchas duraban más de la cuenta, cuando no lo encontraba en la habitación al despertar, ¿se trataba de eso?, ¿El estaba a caso intentando mantenerse alejado de ella para evitar un momento incómodo como el de ahora?

Él pasaba mucho tiempo fuera de la aldea, mucho tiempo lejos de ella, siempre tuvo suerte para las mujeres aun a su corta edad, las niñas en la academia morían por poder interactuar con él, incluso se había sentido celosa cuando Shisui insinuó que Shinko se le había adelantado a confesarse a Itachi. Luego escucho los rumores de que Inari Shinko fue el primer beso de el Uchiha, todos hablaban acerca de lo apuestos que eran ya de por si los hombres Uchiha, quien no pondría sus ojos en Itachi, si ella misma lo había hecho desde el principio. Que podría ofrecer ella aparte de un par de besos cálidos y abrazos sin intenciones más allá, solo tenia dieciséis, había dejado el mundo ninja, y aunque no había abandonado la practica de sus habilidades, tampoco había aprendido mucho más, no habría más academia, no habría más misiones, nunca podría estar a su altura. No podía volver a su aldea y ni siquiera tenía una idea completa del por que, no sabía como preguntar y tampoco estaba segura de querer saber. 

 Ella comprendía perfectamente lo que él deseaba, había tenido un par de sueños extraños en alguna ocasión, con besos subidos de tono en los que recreaba en su mente aquella mirada que Itachi le había dedicado mientras la veía caminar envuelta en esa toalla blanca que a veces compartían, con rumbo hacia la habitación. Esa mirada que de algún modo logró despertar en ella algo que ni ella misma comprendía, le había gustado la forma en que la había mirado, como si hubiese descubierto en ella a una mujer diferente, ella misma descubrió una Izumi diferente, una a la que le gustaba ese tipo de atención. Itachi realmente la deseaba.

Itachi la encontró sentada en el futón, abstraída en sus pensamientos.

-debería mudarme a la sala.

El rostro de Izumi demostró confusión, una vez que la voz profunda del joven la saco de sus cavilaciones.

-Pienso que debería darte tu espacio, ademas he dejado de verte como una niña.

El rostro de Izumi se sonrojó furiosamente, ante las palabras tan directas de Itachi. Apostaría que ni siquiera su madre habría tenido tan poco tacto para tocar el tema.

-compartir la habitación ha perdido cualquier sentido inocente. Es mejor si te quedas aquí y yo duermo afuera.

-No era mi intención incomodarte-  Admitió avergonzada la chica, sin saber muy bien como asimilar la situación. Itachi sintió la necesidad de soltar una risa irónica, pero el momento de hecho no era el correcto

-No es eso, no es culpa tuya, hay cosas que no puedo controlar.

-Lo, lo lamento- fue lo único que pudo escuchar de ella.

-¿Por qué vas a llorar?- pregunta inmediatamente al notar sus ojos cristalizados. De pronto se siente terrible por ser tan directo. -Solo pienso que sería mejor si...

-Iras con otras mujeres, porque no se que hacer en estos casos.

Le acuso la chica llevándose las manos a su propio rostro intentando ocultar lo patética que se sentía.

-¿Que?, por que iría con otras mujeres-argumentó entonces un poco sorprendido por la recién descubierta inseguridad de la chica. -deja de mirarme así.

El ceño fruncido de ella intentando contener sus sentimientos y al mismo tiempo queriendo asesinarlo con la mirada le hizo sentir realmente mal.

-Entonces duerme conmigo, como hasta ahora -exclamó la chica con enfado, odiaba tener que llegar a ese tipo de conversación dónde sus emociones quedaban expuestas como libro abierto siendo el receptor alguien tan hermético.

-¿No tienes miedo de lo que pueda pasar?

Ella negó con la cabeza tímidamente.

-Estoy segura de que no harás nada que no quiera que hagas.

...

Nunca imagino que esa tarde regresar a la aldea en dónde siempre se sintió en casa fuese tan caótico.

Izumi lo observó en silencio hasta que cruzó el umbral. Le tomó quizá dos segundos desenfundar su cunai y ponerlo sobre la garganta del joven que amaba, si, a veces olvidaba que Izumi seguía siendo una Kunoichi. Desde luego ella no podría hacerle daño si él no quisiera, pero tampoco quería defenderse de lo que sea que estuviera sucediendo en la cabeza de Izumi.

-¿Qué sucede?

-Vas a hablar sobre esa noche y quiero saberlo todo de ti. No más mentiras.

Itachi cerró los ojos sintiendo el peso del mundo venir encima de sus hombros.

Deseó morir tal vez o que esa dulce chica cumpliera su amenaza de terminar de clavar el agudo filo de aquella pequeña navaja dentro de su garganta, pero siendo realista aún no se ganaba el derecho de morir, tenía aún muchos crímenes que pagar.

...

-Se encuentra en el mismo lugar donde hemos visto antes a Konan, está con esa chica.

-Tráela ante mi, quiero saber que tiene de especial.

-Es apenas una chiquilla, no representa una amenaza, si me permite no creo que tenga algo de especial, quizá algún capricho, una aventura del mocoso.

-Itachi Uchiha no da un solo paso sin antes haberlo planificado. Si tengo que mantener su lealtad a mi causa entonces voy a utilizar cada oportunidad que se presente.






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