Capítulo #17
El tiempo que había invertido en su investigación finalmente había dado frutos. Sonrió altanera mientras atravesaba el pasillo en dirección a la habitación que el Uchiha compartía con el demonio tiburón.
Le había tomado mucho más tiempo del que había planeado llegar hasta donde pretendía con aquel misterio tan celosamente guardado del prodigio. El hijo de Fugaku Uchiha tenía más secretos de los que cualquiera podría imaginar. El clan Uchiha era una maldita bola de estambre enmarañada, pero ella tenia la suficiente paciencia como para ir desenredándola poco a poco y había comenzado justo por donde debía. El niño Uchiha, no no estamos hablando de Itachi, sino de su hermano menor Sasuke Uchiha.
Había estado infiltrándose en Konohagakure durante un largo periodo de tiempo había conseguido analizar al niño a profundidad; era un crio con carácter, justo como su hermano mayor, seguramente lo habían heredado de su padre, el niño era popular, justo como imaginaría que Itachi lo fue en su tiempo, aunque prefería a esos dos únicos dos niños, la niña de cabello de chicle y el niño con el demonio zorro. Esa fue la primera conjetura que la astuta Konan pudo atar.
La información sobre el niño demonio fue algo que guardo para si misma, despues de todo era solo un niño, al igual que el ultimo Uchiha de la aldea. Ella misma había sido una niña con suficientes problemas para sobrevivir como para agregar más cargas. Lo entendía, ambos ahora eran huérfanos. El rubio y el azabache, quizá por ello se comprendían tanto.
El carácter del niño era tan antipático como el del adolescente, quizá Sasuke Uchiha era una pizca más adorable, de cualquier modo pudo notarlo. La ignorancia, la inocencia y la fe ciega en una persona que lo había traicionado de todas las maneras posibles. El niño no lo sabía y aunque era un secreto a voces nadie era capaz de decírselo directamente. Sasuke no tenía la menor idea de quien había sido el autor intelectual del crimen que lo dejo huérfano. El misterio detrás del hermanito estúpido que no merecía morir por causar un poco de lastima había sido el nudo más fácil de desenredar.
Kisame y su facilidad para caer a la menor provocación, le había autorizado el acceso a la habitación de ambos. Konan había actuado tan natural, que ninguno de los dos se había percatado que estaban caminando exactamente en la dirección en la que ella quería llevarlos.
El par de idiotas se encontraba en la sala del cuartel, tan perdidos en alcohol que apenas podrían notar su ausencia.
Ingreso a la habitación buscando directamente en las pertenencias del Uchiha. No le tomó ni dos segundos averiguar donde Itachi guardaría algo que no querría que fuese encontrado por nadie.
Ella misma llevaba un retrato de grafito de Yahiko bajo su túnica de Akatsuki, justo en el bolsillo sobre su pecho, del lado izquierdo justo cerca del corazón. Y ahí estaba gloriosamente colgada sobre el perchero al costado de la cama.
Tomo entre sus manos la túnica buscando en los bolsillos, acertando a la primera. La textura del papel sobre sus dedos le saco una sonrisa de victoria.
Sacándolo de su sitio y extendiéndolo apresuradamente pudo ver el segundo papel caer al suelo. La foto de la familia Uchiha paso a segundo plano cuando la imagen de una niña de rasgos Uchiha, se extendió sobre el suelo.
Era la pagina de algún registro, había sido arrancada descuidadamente, pero no lo suficiente como para hacer daño a la imagen de aquella niña, que de acuerdo a la información alrededor de su fotografía tendría unos doce años. Izumi Uchiha. La chica a la que había estado buscando ahora tenía un rostro. Un rostro bastante tierno para ser una Uchiha, Intentaría guardar cada detalle sobre aquel rostro, para no levantar sospechas al desaparecer la imagen de la joven.
Cerro los ojos intentando rememorar los rasgos mas relevantes para luego doblar el papel y mirar una ultima vez la foto familiar, aquella donde el pequeño Uchiha era cargado por su hermano mayor con alegría. Una alegría que nunca había podido apreciar en el mayor de los Uchiha.
Habían pasado más de un año desde que comenzó a infiltrarse en Konohagakure, una tarea bastante difícil para cualquiera, le tomo muchas semanas planear la manera perfecta de pasar desapercibida en todas las ocaciones en que fuera necesario su ingreso. Después de tanto tiempo metida en aquel asunto sus informes comenzaron a requerir más información, para tener a Pain tranquilo había mencionado algunas cosas sobre la historia de los Uchiha, que había averiguado al estar en aquella aldea había utilizado un poco de información sobre la familia e Itachi a cambio de mantener guardados sus secretos más importantes. Después de todo Itachi parecía ser un libro abierto para su aldea, vamos no era un secreto que era un criminal de rango s, que era el mejor amigo de Shisui Uchiha, que acecinó a sus padres con sus propias manos, no era un secreto para nadie, pero tampoco se tocaba el tema, por respeto al único Uchiha vivo en la aldea. Era un dato bastante interesante que el niñito Uchiha no tuviese conocimiento certero sobre el tema, era como si aun lo estuviesen protegiendo de aquella cruel realidad. Konan no es una mujer mala, pero tampoco es estúpida, intercambió aquella información por un poco más de tiempo, ya Pain sabría que hacer con aquella información.
Ahora solo faltaba una pieza en ese segundo rompecabezas que era Izumi Uchiha, quien desde luego no estaba muerta.
...
—No te vallas aún. — el tono de suplica que utilizó la chica le caló el alma. Con uno de sus dedos acaricio su suave mejilla con un deje de ternura en la mirada, una que solo le pertenecía a ella.
Acerco una vez más sus labios a ella, uniéndolos en un beso fugas antes de separarse por completo para dejar un ultimo beso sobre su frente.
Izumi Uchiha le miro con tristeza.
—Sabes que tengo que hacerlo.— dijo el Uchiha apartando la mirada de la de ella, últimamente se odiaba muchísimo más a si mismo por tener que seguir sumando mentiras a su lista. — Es parte de ser un ninja de elite, ya lo sabes.
Izumi asintió decepcionada. Ella lo sabía por supuesto, ella misma lo experimento en su momento, cumplió misiones fuera de la aldea, se ausento por semanas, incluso meses, justo como Itachi lo hacía.
—¿Cuándo podremos volver a la aldea?— pregunto la joven chica mientras el Uchiha preparaba sus cosas en una mochila, dándole la espalda, Había envuelto y puesto en una cajita los dangos que Izumi preparo con tanto esmero solo para darle gusto. Amaba eso, aun tenía a alguien que se preocupaba por hacerlo feliz, incluso si no lo merecía.
El aire salió de sus pulmones sin avisar, le tomo un momento pensar ordenadamente una respuesta que pudiera dejar tranquila a la chica. Pero no pudo encontrar ninguna satisfactoria, Izumi no es una chica tonta, por lo que decidió responder con otra pregunta una que la pusiera a pensar para ocupar su mente y hacerla olvidar su propia duda.
—¿No eres feliz aquí?— logró que la pregunta sonara casual, casi despreocupada.
La chica observo con devoción la espalda masculina.
—No es eso— respondió de inmediato la castaña. — Es solo que, ya lo sabes, nunca pude despedirme de nadie, supongo que es algo que quiero hacer en algun momento, volver al lugar en el que crecimos, despues de todo ahí estaba nuestro hogar, nuestra familia. Me gustaría despedirme de mi madre.
Izumi había tocado un punto sensible. La imagen de aquella mujer apareció en su mente, primero abriéndole la puerta cálidamente con aquella radiante sonrisa que había heredado Izumi, y despues aquella misma mujer apagando sus ojos justo frente a el, justo en sus manos, justo con su propia katana.
—Izumi— habló el azabache con tono serio. —Prometo que volveremos en algun momento, pero por ahora no es conveniente.
—No entiendo por que no es conveniente, nunca quieres hablar de lo que sucedió, tengo derecho a saberlo, no soy una niña — reprocho ella con cierto enfado. Itachi suele rehuir tanto sobre el tema que a Izumi le resulta cansado, intenta comprenderlo, que no es fácil para él, que vivió todo de cerca y que no tuvo tiempo de perder la conciencia, pero había cosas que ella quería saber, tenía derecho a saberlo, era una Uchiha, tanto como él, quizá era media sangre, pero había vivido en el complejo como cualquier otro Uchiha, y ahora que al parecer no quedaba rastro de los Uchiha en su aldea natal tenía derecho a saber que había sucedido con ellos.
—Lo se, lo siento tanto, de verdad lo siento— se disculpo sincero el Uchiha, parte de todo su arrepentimiento iba en aquellas palabras. —hice un voto de silencio sobre lo que paso esa noche, se lo jure al tercero.
Había parte de la verdad en aquella confesión. Itachi solo esperaba que a Izumi no se le ocurriera otra pregunta, pero que podía hacer Izumi era una chica astuta, bastante lógica, con frecuencia unía conjeturas con facilidad. Itachi lo sabía, el único motivo por el que Izumi no cuestionaba sus palabras y su actuar era por que estaba enamorada de él. El no pretendía aprovecharse de ello de ninguna manera, pero en instantes como ese lo utilizaba como válvula de escape.
Izumi lo miro con desconfianza. Últimamente esa mirada comeenzaba ser constante.
—Prometo que pronto lo sabrás, te lo diré todo.— Una promesa vacía. El día en que ella se entere de la verdad todo acabará, lo sabe y aun esta dispuesto a correr el riesgo, lo vale, no importa cuanto valla a sufrir cuando ella lo deje y lo odie, justo como Sasuke lo hará.
Haber sentido algo de amor será algo digno de recordar antes de morir. Ella sería su mejor recuerdo y atesoraría todos y cada uno de los instantes con ella.
Izumi asintió permitiendo que los brazos del chico la estrecharan contra su pecho. Aspiro su aroma y se relajo una vez que los dedos del azabache acariciaron su cabello delicadamente, casi como si tuviese miedo de romperla.
—Odio cuando te marchas. — confeso la chica con cierto rencor.
—Odio no poder llevarte conmigo.— Eso era verdad, odiaba dejarla sola, estando tan lejos no podría defenderla. además de que detestaba la idea de que Izumi compartiera tiempo con otros chicos.
De cierto modo había logrado aceptar que Izumi tenía una vida aparte de la que compartía con él, pero eso no significaba que lo aceptaba de buena manera.
—Puedes darme un beso más antes de irte— pidió la chica mirando el suelo. Aun guardaba un toque de timidez al pedir algo tan simple como un beso. Itachi la miro a los ojos antes de unir sus labios y comenzar un beso profundo en el que su lengua explorara su lugar favorito en el mundo.
Izumi suspiro al tiempo que sintió el aire comenzar a faltarle, despertando en el Uchiha el deseo que tanto tiempo llevaba reprimiendo por ella...
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