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Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capítulo.

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Naruto caminaba con tranquilidad con Grayfia atrás suyo.

Grayfia no comentaba nada ya que no era su lugar hacerlo, ella amaba a su señor y su fidelidad siempre estaría con él hasta el día en que muriera, incluso así ella se arrancaría el corazón para seguirle sirviendo, pero incluso ella no pudo evitar casi sentir lástima por esos insolentes demonios.

La otra cara de su señor era simplemente algo que no podías ver y no tener pesadillas, era un ser tan retorcido y oscuro que incluso la oscuridad le tenía miedo.

Simplemente aterrador.

La batalla fue unilateral, simplemente no tuvieron oportunidad, como un bebé enfrentándose a un dragón celestial.

PAM.

Grayfia chocó con la espalda de su señor cuando este paro abruptamente mientras se quedaba quieto.

Clink.

Incluso Grayfia quien ya rozaba la clase suprema no vio a su señor desenvainar su espada, solo el frío sonido del metal volviendo a su funda.

"Mis disculpas si eh sido grosero..."

-*¡No lo sentí!*-Se pensó Grayfia mientras veía a su izquierda sin mover su cabeza.

De las sombras salió un pelicafe, entre veinte a treinta años, llevaba una barba estilo candado y sus ojos cafés brillaban llenos de sabiduría y poder.

Grayfia le reconoció de inmediato, el era el líder de la casa Bael, primer demonio con ese apellido salido de Lillith y la bestia de la destrucción Bael.

Lillith después de escapar del Eden se mantuvo en el mar rojo hogar de las setenta y dos bestias, disfrutando el placer carnal que le generaban y teniendo decenas de miles de hijos, eso fue hasta que Lucifer la enamoró y se convirtieron en los reyes de la oscuridad.

-Eh fallado-Hablo Naruto fríamente viendo la cabeza del hombre intacta, estaba seguro de haber apuntado bien.

-No, si no me hubiera movido mi cabeza hubiera sido dividida en dos-Hablo Zekram mientras movía su cabeza ligeramente.

La oreja de Zekram estaba ligeramente cortada mientras un fino hilo de sangre se filtraba de ella.

-Que negocios tienes con mi señor, un perro como tú debería saber que a mi Lord le molesta su presencia-Demando saber Grayfia viendo fríamente al demonio.

-Ya veo, necesito más entrenamiento-Hablo Naruto viendo la oreja del hombre.

Zekram sintió un frío en su estomago, pensó que solo le estaba dando una advertencia, pero de verdad intentaba cortarle la cabeza.

El diablo viejo observó a la criada mientras bufaba, él no vino a hablar con simple servidumbre.

-Esto es un problema entre dos diablos de noble....-Hablo Zekram viendo con desprecio antes de ser interrumpido.

-Porque me hablas con tanta familiaridad Gran Rey Bael, la casa Lucifuge ha servido a mi casa durante milenios, tiene más potestad en mi presencia que usted.....-Hablo Naruto mientras inclinaba su cabeza y hablaba con total frialdad.

Zekram no pudo evitar tragar ante aquella sutil amenaza que había detrás de esas palabras.

-Estoy seguro que un humilde demonio como tú debe conocer el código demoniaco, lo que me lleva a mi pregunta, ¿Porque no estas de rodillas estupido arrogante?-Hablo Naruto mientras sus ojos brillaban de un azul eléctrico.

Zekram apretó su mandíbula mientras caía de una rodilla bajando se cabeza ante los dos, no le hirió su orgullo hacerlo ante Naruto sino ante aquella criada.

Grayfia no pudo evita que una mueca burlona apareciera en su rostro ante aquello.

-No confundas mi paciencia con mi benevolencia Bael, estas de suerte ya que de haber sido padre o Rizevim te hubieran arrancado las dos piernas, ¿Dime lo que venías a decirme?-Hablo Naruto viendo con superioridad al humilde demonio en frente suyo.

Zekram entonces sonrió internamente ante aquello, si su plan de ejecutaba sería la mayor ganancia en muchos siglos.

Naruto de verdad odiaba los cobardes, esos demonios lo tendrían lugar en el inframundo si él llegaba a ser Maou, Zekram era la representación de la cobardía y la conspiración.

Todos los pilares originales habían muerto en batalla pero Zekram seguía vivo, en lugar de afrontar sus propias batallas enviaba a sus hijos a morir por él.

El Bael era como una serpiente, astuta y resbaladiza notándose calmada hasta cuando hundía sus colmillos, el Lucifer sabía que con Zekram siempre había que tener cuidado.

-Mi señor, eh sabido que su visita es por motivo de buscar tropas, con gusto eh de ofrecerle las legiones que necesite, solo tengo una demanda que hacer-Hablo Zekram mientras tenía su cabeza gacha.

Zekram trago al sentir algo apuntar en su contra, sus instintos pedían que se retirara.

-Alza tu cabeza-Hablo Naruto con tranquilidad.

Zekram entonces a alzó y deseó no haberlo echo.

Tres espadas apuntaban en contra de su rostro, sabía que si se movía para cualquier lado la puntas lo seguirían.

Pero lo que le dio más nerviosismo a Zekram o fue las espadas que amenazaban con hacerlo un alfiletero, sino más bien la sombra de aquel niño.

Era grande y retorcida, sus ojos brillaban de azul mientras tenía una sonrisa con dientes puntiagudos.

Pero a diferencia de su sombra la mueca de Naruto era de total frialdad, una fina capa de energía cubría su cuerpo, esa aura haría orinarse a cualquier clase suprema normal.

Incluso Grayfia se veía afectada, su frente estaba con una fina capa de sudor ante aquello, pero se mantenía con su visón tranquila y sin emociones, se preguntaba interiormente que estaría viviendo Zekram al recibir toda aquella malicia, casi sintió lástima por el demonio....casi.

-S-Si necesitas....-Hablo Zekram intentando defender su punto.

La espada de Naruto se posó sobre la barbilla del demonio mayor.

-Osas a intentar sacar algo de mi, no se si eres estupido o eres ambicioso, los Lucifer no tenemos porque dar nada, cuando queremos quitamos y ustedes solo dan gracias, por nosotros gente como tú siguen tragando vino en sus castillos...-Hablo Naruto mientras veía directamente a los ojos al demonio mayor.

Zekram sintió que su alma quedaba desnuda ante aquellos ojos, se preguntó que había vivido ese niño para tener esa mirada y a cuantos seres había asesinado para tener tal aura.

-Y-Yo lo siento no fue....-Hablo Zekram ahora conociendo su error, no estaba hablando con algún patriarca o matriarca de algún pilar.

Estaba hablando con un Lucifer.

Déspotas y arrogantes, seres que en su código genético estaba la corona de la oscuridad.

-Ofenderme, el solo echo que me tomes por estupido lo hace, crees que no se con quién estoy tratando...-Escupio Naruto ya que sabía con que serpiente estaba hablando.

-Deberia matarte por decir tal estupidez-Susurro Naruto en tono cortante, más que incluso su espada.

Zekram sintió un frío pasar por su espalda ante aquellas palabras, era sabido que Naruto nunca mentía.

Grayfia controlaba el tinte rosa en sus mejillas mientras inconscientemente se frotaba sus muslos tratando de encontrar alivio.

Las diablesa eran seres hechas para tentar, cada parte de su cuerpo era para llevar a sus amantes a la locura pecaminosa.

Si había algo que una diablesa valoraba era el poder de su amante, las diablesa clase alta y superior no se revolcaban con cualquiera, a diferencia de las caídas que no les importaba el poder y solo disfrutaban el sexo o las Sacubos que si vida era literalmente de cuanto sexo tuvieran, ellas elegían a los más fuertes para tener sexo.

Cualquier diablesa sin duda querría tener la descendencia de algún Lucifer, seres que incluso eran temidos por los monstruos de la oscuridad, el maximo linage de la oscuridad

Zekram bajó su cabeza mientras esperaba el filo de la espada de Naruto, atacarlo esta fuera de discusión ya que su clan caería en deshonra, solo esperaba que su decepcionante duodécimo hijo mayor fuera al menos un líder no decepcionante.

Zekram rió mentalmente ante tal ironía, no murió ante nada y lo iba a matar está pequeña mierda.

Clink.

Zekram alzo su mirada al oír el suave enfundar de la espada de aquel niño, vio que había enfundado su espada viéndole.

-Matarte aquí no traería nada para mi beneficio, adelante estoy de buen humor pide lo que quieres por las legiones-Hablo Naruto con tranquilidad, quería matarlo pero primero estaba su gente ante todo.

-Quiero que dejes vivir ha Sirzechs, a cambio de eso te daré el apoyo que necesites-Hablo Zekram mientras decía aquella ridícula petición.

Grayfia se abstuvo de lanzar un sonido de ofensa ante aquella ridícula petición, pero como sirvienta de su señor no debía opinar sobre las cosas de su señor.

-Pides mucho, eres un ser lleno de codicia...-Hablo Naruto con una pequeña sonrisa ante tal petición.

El solo levantar un dedo en contra de la nobleza demoniaca de mayor rango, clase suprema o no era sinónimo de decapitación o ser quemado vivo en fuego santo.

Sirzechs y su grupo le habían atacado después de él haber herido a Lord Gremory, no solo eso sus ataques fueron cargados de intención asesina.

Ahora el destino de todos ellos estaba en la palma de la mano de Naruto, un solo movimiento de ella y todos serian asesinados.

Zekram abrió su boca para duplicar su oferta, Sirzechs no debía morir todavía, él era una pieza importante en su ajedrez.

Zekram tenía que nivelar el juego, Lucifer no solo tenía a Rizevim sino tenía aunque un poco flojo el collar tenía uno sobre este niño.

No solo eso tenía muchos demonios que no morirían en la guerra al menos que se toparan con el mismo Elohim.

Zekram lo sabía, entre todos los demonios primogénitos ningún aprendió la valiosa lección de correr o esconderse entre la mierda para sobrevivir, él desde pequeño la tuvo claro, no se vivían setecientos mil años en vano.

Cuando Lucifer unificó el inframundo él se unió no por lealtad, sino por codicia, Lucifer podía aportar algo tan valioso que no tenía precio.

Seguridad.

Seguridad para no ser asesinado, seguridad para poder crear un lugar donde ya no temiera, seguridad para tener descendencia.

Él tenía su meta fija desde siempre, nunca la olvidó y se la recordaba cuando se lavaba la cara en las mañanas.

El inframundo para él.

Desde que Lucifer lo hizo un rey del inframundo comenzó a controlar detrás de escena todo, se reprodujo tanto como pudo para que su legado siguiera en pie.

Pero jamás imaginó que Lucifer fuera tan astuto y tan inteligente, durante tantos milenios el Maou jamás había flaqueado o sus órdenes fueran desobedecidas, controlaba todo con mano de hierro y corazón de acero.

Hasta que su hija desde ese entonces favorita Venelana le dio descendencia digna con ese mocoso Gremory, un niño con tal poder que desde su nacimiento nadie se pudo acercar porque los que lo hicieron fueron vaporizados, tal densidad mágica y tal poder destructivo que sintió algo que jamás pensó sentir contra un bebé.

Miedo.

Entonces Zekram supo que Sirzechs era su boleto al poder, lo mejor de lo mejor le fue entregado en bandeja de plata.

Él se sintió orgulloso de su nieto, antes de su reunión le habían ascendido a Clase Suprema, algo solo reservado a los demonios que podían hacerle frente a los dioses mismos, demonios que con tan solo uno de sus suspiros podían devastar pueblos enteros, uno solo de sus estornudos crear una peste tan grande y tan mortífera que acabaran con un tercio de la población humana (Lo habían comprobado porque Rizevim accidentalmente creo una enfermedad al estornudar), una sola de sus palabras tentar ciudades completas (Porque Rizevim estaba aburrido y quiso ver una mega orgía en Sodoma y Gomorra).

Hasta que vio que se había equivocado, su boleto fue simplemente aplastado, lo aplacaron con más poder crudo, le dieron una paliza que pareció un niño siendo nalgueado por su padre.

Lo malcrio.

No le había enseñado algo que ese niño aprendió por la fuerza, algo que le costo años desperdiciados de talento.

Huir un día para pelear otro siendo más fuerte.

Ni siquiera los amigos y Sirzechs pudieron en contra de ese monstruo, lo más terrorífico fue que ni siquiera sudó, los hizo bailar en la palma de su mano y cuando se aburrió cerro su mano y los aplastó.

Zekram entonces supo que ya no se podía quedar sentado esperando su momento, la estúpida acción de su boleto le había obligado a actuar.

Tenía que hacer planes, de la A hasta la Z y luego seguir con los números, pero ahora tenía una prioridad.

Salvarle el cuello de Sirzechs.

-Muy bien, levántate haremos un pacto de sangre por ello-Hablo Naruto mientras sonreía internamente, su problema de falta de personal se había acabado por el momento.

Zekram entonces supo que había caído en la trampa, este mocoso no tenía la intención de asesinar a ninguno de ellos.

Naruto no tenía la intención de matar a ninguno, que sentido tenía hacerlo cuando serían piezas valiosas en un futuro, no les podría poner una correa pero al menos guiarlos, se aprendía una o dos cosas cuando tenías al mayor estafador de todos los panteones como maestro mágico, alguien quien incluso Loki tenía miedo de negociar con él.

Entonces Zekram se paró, solo se dejaría en ridículo si se negaba, ya no podía dar marcha atrás.

-*Disfruta tu puesto, pronto será mío*-Se pensó Zekram apretando su mandíbula.

Ambos usando sus uñas se cortaron la palma de su mano mientras susurraba palabras que ningún humano podría replicar en siete voces distintas al mismo tiempo.

Tiempo después.

Plash.

Naruto salió del agua mientras tomaba un gran bocanada de aire.

Usando sus manos se paso lentamente las manos por su cabello sacando el exceso de agua.

Cualquier mujer sin duda opinaría que aquella acción era más una insinuación sexual, liquido bajaba por aquellos músculos que parecían sincelados en piedra, sus ojos cerrados y sus labios entrecortados debido a la falta de aire.

No hacía falta decir que estaba completamente desnudo.

Naruto camino al filo de la piscina natural mientras se sentaba en la misma y viendo el vapor alrededor suyo.

Este era un lugar secreto que solo él y Grayfia conocían, una piscinas donde abajo pasaba un rió de magma.

Pero a diferencia de los humanos esta piscina estaba a 90 grados pero para su piel gruesa era simplemente relajante.

"Mi señor"

La voz de Grayfia sonó al frente suyo mientras que este alzaba su mirada.

Naruto lo pudo evitar comprar a Grayfia con una hermosa ninfa, su pelo caía como una cascada plateada, sus labios carnosos y ligeramente rosados, su piel blanquecina, sus grandes senos, sus anchas pero delgadas caderas mostrando su fertilidad, un par de muslos que sostenían un alegre trasero que se movía cuando ella caminaba.

-Te has dejado crecer el cabello-Hablo Naruto no viendo el cabello superior de la diablesa y con tranquilidad por fuera, pero por dentro hervía algo que solo Grayfia había podido sacar.

Su lujuria.

Ninguna diablesa aparte de Serafall y Grayfia le habían llamado la atención, todas eran aburridas y simplistas, querían cosas banales y trilladas.

Simplemente decepcionantes.

-Le ha molestado-Susurro Grayfia ya que no quería que su señor se asqueara, simplemente había tomado el consejo de una súcubo.

Ella se dejó crecer el vello y lo cuidaba rigurosamente, según la súcubo cualquier hombre sin duda no negaría que el punto exacto de bello le era atrayente, no muy largo para parecer deshaseado ni muy corto para parecer feo.

Grayfia entonces vio a su señor abrir sus brazos mientras rápidamente se metía a la piscina.

Grayfia se sentó a horcadas mientras Naruto cerraba los brazos abrazándole.

Ambos unieron sus labios mientras se besaban más que llenos de lujuria o por simplemente hacerlo, lo hacían simplemente por saborear al otro.

Para Naruto los labios de Grayfia sabían a Cerezo, una fruta de clima frío y una de sus favoritas.

Para Grayfia, Naruto sabía a una naranja dulce, sin duda ella era adicta a besar a su señor.

Ambos se separon mientras ahora Grayfia mostraba sus sentimientos ya que un tinte rosa estaba en sus mejilla.

Grayfia se estremeció al sentir el aliento de su señor en su oído.

-No....me parece excitante, déjalo-Susurro Naruto mientras sus manos acariciaban la espalda de Grayfia.

Grayfia se estremeció ante tan simple contacto, sintió su parte inferior arder en deseo.

Para Naruto el placer de su pareja era su placer, ver a Grayfia perderse y ahogarse entre la lujuria sin duda era lo mejor cuando volvía a esta partida cuidad de mierda.

No era su cuerpo lo que le llamaba la atención o su estatus, era su hermoso cabello color plata pulida, el solo verlo basto, la primer mirada fue la última para su conciencia.

Serafall fueron sus ojos, aquellos brillantes ojos violeta fueron los que atrayeron su atención en aquel entonces.

-Mi señor por favor apague el incendio que hay en mi con su agua perlada-Hablo Grayfia con sus ojos vidriosos llenos de lujuria.

Mañana Naruto tenía que volver, pero por hoy su mente estaría concentrada en satisfacer a su princesa de hielo.

Otro lugar.

"¡NARUTO!"

Sirzechs se levantó abruptamente mientras veía a su izquierda y luego a su derecha.

Entonces lo notó, estaba en un lugar que se parecía mucho a un hospital, sentía su cuerpo doler horrores y vendas apretar su pecho.

Sirzechs se dejó caer para atrás, no era tan tonto para no saber dónde estaba y lo que posiblemente sucedió.

El muchacho cubrió sus ojos con su antebrazo, se sentía como una mierda en estos momentos.

No fue con quien perdió, sino como lo hizo, fue apalizado como un niño pequeño por su amigo de la infancia.

Él estaba mal, Sirzechs lo sabía, el camino que tomó Naruto era una senda de destrucción, una búsqueda de poder sin sentido llevaba a la muerte.

Sirzechs debía detenerle.

No dejaría que su amigo cayera más profundo de lo que ya hizo, se había convertido en algo que juraron destruir, un ser déspota y arrogante cubierto con una máscara de frialdad.

-Esto es una mierda-Hablo Sirzechs ya que sabía que su clan había caído en la deshonra.

El conocí el código penal del inframundo, estaba tan cegado de ver a su padre herido que no pensó y atacó.

Para Sirzechs su familia y amigos eran los primeros, no había nada que el no hiciera por ellos.

Naruto atacó a ambos.

Sirzechs apretó su mandíbula, pero primera vez se sintió impotente.

Sintió miedo.

Miedo de perder un ser querido.

Miedo de perder a sus amigos.

Miedo de morir.

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Fin del capítulo.

Sin más que decir se despide su amigo y pana del alma Escritor-san.

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