Naruto ni Highschool DXD me pertenecen son de sus respectivos dueños así como los animes que salgan aquí.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capítulo.

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Minutos antes.

Sirzechs lanzó un suspiró al beber el jugo de tomate que los sirvientes repartían, era uno de los mejores que había tomado.

Sirzechs vestía una gabardina roja carmesí sin camisa dejando ver su musculoso torso, unos pantalones negros botas de cuero del mismo color.

El pelo carmesí de Sirzechs caía por su cabeza hasta tapar sus orejas mientras un mechón caía por en medio de su frente.

Para los demonios era una broma que se tornó tradición el no beber hasta los veintiuno.

Era un chiste que hizo un Halphas ya que dijo en un reunión "los humanos no bebé hasta los veintiuno y el bastardo de arriba lo aprueba por lo que sean niños buenos y nada de alcohol hasta esa fecha, tal vez los vea como niños buenos".

Estaban en la reunión de jóvenes demonios, los sirvientes como tradición repartían los jugos de tomate a los menores de veintiuno.

"¡Hola Sirzechs!"

Sirzechs sonrió mientras daba media vuelta viendo a sus mejores amigos.

La primera era una pelinegra de ojos morados vibrante, belleza llamaba la atención incluso de los demonios más longevos.

El segundo era un adolescente pelinegro con peinado de piña, su expresión denotaba aburrimiento mientras tenía unas grandes ojeras en su rostro.

El tercero era un peliverde de peinado para atrás, en sus ojos centellaban las ansias de conocimiento.

-Ajuka, Falbium, Serafall me da mucho gusto verlos, ¿Cómo les fue en su verano?-Habló/Preguntó Sirzechs con una sonrisa al ver a sus amigos reunidos.

Sirzechs puso el jugo de tomate casi vacío en la bandeja de un sirviente quien ni siquiera prestó atención sólo siguió caminando.

"Así que están reunidos los cuatro grandes prodigios"

La voz atrás de Sirzechs hizo que el mismo cambiará su sonrisa.

La mueca de Sirzechs se convirtió en una de asco mientras daba media vuelta.

Un rubio estaba presente llevando un traje formal blanco, su pelo caía por su cabeza rebelde pero de manera atractiva y sus ojos azules harían suspirar incluso a la mujer más leal.

-Así que no me equivoque, pensé que había olido pollo frito-Habló Sirzechs con una mueca seria.

-Deberías quejarte con tu madre, parece que su menstruación mancho tu cabello castaño-Habló el rubio de manera asqueada mientras se tapaba la nariz.

Ambos se vieron con rivalidad mientras sus auras competían por la supremacía.

Tas.

Los dos sonrieron mientras se tomaban del antebrazo.

-Sigues siendo el mismo bastardo Ruval-Habló Sirzechs con una gran sonrisa mientras el otro soltaba una carcajada.

-Y tu el mismo pelo de menstruación-Habló Ruval mientras veía a su amigo de mucho tiempo.

Ambos se dieron un abrazo y a los pocos segundos se separaron bajo la mirada de los otros tres.

-Todavía no se como no terminan peleando por tales apodos denigrantes-Habló Serafall mientras que Ajuka con un suspiró asentía.

Falbium estaba más interesado en escaparse para ir a dormir sentado en el váter, tal vez ahí obtendría la paz que buscaba que estar reunidos con sus amigos problemáticos.

-Son problemáticos y ruidosos, quiero dormir-Gimio Falbium mientras se frotaba sus ojos al sentir que ardían, su última siesta fue hace dos horas y necesitaba otra urgentemente.

Aquellas palabras llamaron la atención de Ruval quién hizo a un lado a Sirzechs groseramente y camino a los tres.

Ruval agarró la mano de Serafall mientras le besaba el dorso con delicadeza y en sus ojos destellaba el amor.

-Oh mi hermosa Serafall veo que te has vuelto más hermosa desde la última vez que te vi-Habló Ruval mientras devoraba con la mirada el magnífico cuerpo de Serafall.

Serafall sonrió mientras retraía su mano, hizo una reverencia reflexionando sus rodillas y extendiendo su vestido.

-También está muy galante hoy Lord Phenex…-Habló Serafall como una dama sacando una sonrisa de Ruval mucho mayor a la que tenía.

-Pero lamentó decirle que no me bajaré las bragas con labia tan básica, soy una dama noble no una puta que habita en Lillith-Terminó de decir Serafall mientras que Sirzechs se aguantaba las ganas de reír.

Ruval dio varios pasos atrás herido ante las palabras de Serafall fue recibido por una gran palmada en la espalda de parte de Sirzechs.

-Ya casi la tienes tigre, unos meses más y es tuya-Habló Sirzechs con total burla en su voz.

-Aparte que es lesbiana-Susurró Falbium malhumorado ya que no le dejaban dormir con los ojos abiertos.

PAM.

Ajuka golpeo el costado de Falbium duramente mientras oía el jadeo del agredido, el peliverde vio al pelinegro duramente.

-No dejaré que me arrastres contigo bastardo, recuerda lo que Serafall le hizo al último que la llamó lesbiana-Habló Ajuka con horror recordando cuando ocupó un psicólogo debido a su trauma.

-¡Cierto! ¡Dentro de unos meses serás mía!-Habló Ruval con nuevas fuerzas mientras que Sirzechs negaba divertido.

Serafall quien no habia oído la conversación de Ajuka y Falbium sonrió al ver a ese Phenex, para ella era más un hermano menor pervertido que cualquier otra cosa.

-Oye Ruval, tu padre es más abierto en la guerra, ¿Cómo estamos?-Habló/Preguntó Ajuka con curiosidad mientras que Ruval suspiraba.

-¿Tan mal?-Preguntó Serafall al oír el suspiró de Ruval.

Los padres de Sirzechs, Falbium, Ajuka y Serafall mantenían discreción sobre todo lo referente a la guerra, el único medio sobre como iba eran los periódicos y muchas veces sólo publicaban pequeñas cosas.

Los demonios demonios de infantería les eran puesto un sello de silencio, cuando intentan hablar de la guerra sus bocas se cerrarían durante dos horas para evitar fugas de información.

-Obtenemos logros pero perdemos demasiados demonios de clase suprema, solo el de arriba hace dos noches masacro a doce mil y quemó en fuego santo la ciudadela que custodiaban, esta guerra se convirtió en una de desgaste, ya no queda más que atacar y ser atacados, los límites están decididos perdimos siete territorios con los caídos en la parte norte y ganamos cinco en la parte este, las otras dos no perdimos mucho solo siete mil kilómetros en una y ganamos ocho mil en otra, ahora lo mejor que se puede hacer es aguantar ataques hasta que dos de las tres fracciones se rindan, si los Orias caen sera un duro golpe-Habló Ruval ya que había leído un poco de la información en el despacho de su padre.

Los Phenex apenas se sostenían, el 80% de sus legiones habían perecido ya en la guerra, ahora sólo quedaba retirarse a los dominios Phenex y aguantar el bombardeo.

-¿Quién custodia los Orias?-Preguntó Falbium ya que sin duda la situación estaba muy jodida.

-El presidente Zagan y el marqués Decarabia, pero ellos todavía no han sido tocados, caerían fácilmente ya que apenas tienen tres legiones ya que el resto está peleando junto a Lord Luzbel, hay un general que mantiene a raya a los caídos y ángeles en la zona limítrofe de ambos clanes, Sariel y Ariel lo bombardean sin piedad pero él no retrocede, tiene el apodo de "La muralla china", "El sin sangre", "El mil espadas", "El destello carmesí" pero el que más renombre tiene es "Héroe del inframundo", ni siquiera puta de la esquina pasa sin que ese demonio se de cuenta-Habló Ruval llamando la atención de los cuatro.

-Deja de excitarnos y dinos quién es-Habló Sirzechs con ligera molestia al ver a su amigo burlarse de ellos.

-No lo sé-Habló Ruval alzando sus hombros mientras que todos tropezaban ante aquello.

-¡Cómo no lo sabes!-Chillo Serafall mientras captaba la atención de todos.

Serafall se encogió de la vergüenza al ser el centro de atención de los cientos de demonios reunidos.

Los demonios volvieron a sus charlas con sus compañeros de raza, varios hablando de política y otros de cuantos habían matado o jactandose de matar a un alto cargo enemigo.

-La próxima me quedo callado-Habló Ruval en un gruñido ya que si su padre se enteraba que el espió su despacho y si se daba cuenta que se tomó varios tragos de licor de manzana le cortaría la lengua y le haría correr en un volcán durante dos días.

-Lo siento-Habló Serafall casi susurrando mientras bajaba su cabeza.

-Sigue-Habló o más bien ordenó Falbium, ahora que el pollo frito le quitó el sueño él quería saber más.

-Como iba diciendo, en las cartas que tiene o bueno que pude leer de padre lo manejan de "Él" "Señor" "Lord" y "Lillin", nunca mencionan su nombre pero pude ver que les tiembla la mano el sólo escribir su nombre, cómo si eso lo fuera a invocar, le tienen pavor por lo que buena persona no debe de ser-Habló Ruval ya que había visto el cambio de letra en cada carta al escribir sobre ese general.

-Esto es problemático-Habló Falbium ya que la duda picaba en su cabeza.

-¿Quién crees que sea? Tal vez sea uno de nosotros, nombre y explicación-Preguntó Serafall en tono espectral viendo para todos lados.

Los cuatro sonrieron ya que sabía el juego que quería jugar Serafall.

-Yo digo que es Rizevim, casi nunca pelea y cuando lo hace dicen que tienen que juntar en trozos ya sea de enemigos o aliados, despedaza todo a su paso, di tu postulante Ajuka-Habló Serafall mientras que ellos asentían.

-Yo digo que es uno de nosotros, solo que lo mantiene en secreto-Habló Ajuka analizando a los cuatro.

Los otros se vieron de manera analítica, la duda carcomio la cabeza de todos viéndose.

-Yo digo que es Sirzechs, es el más fuerte de nosotros por lo que tiene que ser él, eso respalda a Ajuka-Habló Falbium mientras que el peliverde sonreía.

Todos vieron a Sirzechs quien se movió incómodo ante la mirada penetrante de todos.

-No soy el más fuerte-Habló Sirzechs recordando a cierto rubio.

Tenía años que no recibía noticias de él, su rival se esfumó de la faz del inframundo.

-Por favor, nos aplastas a todos sin piedad en fuerza y estrategia, te recuerdo que estas invicto en "Sacro guerra", incluso llevando las de perder siempre das vuelta a nuestros encuentros-Habló Falbium viendo a su amigo quien se movió incómodo.

-*No lo entenderían, no lo conocieron*-Se pensó Sirzechs ya que Naruto fue quien le enseñó a jugar pero Sirzechs nunca le llegó a ganar.

-Si, incluso ha te han ascendido a clase suprema y sin tocar los campos de batalla-Habló Serafall con un bufido de enojo, ella también quería ser clase suprema.

Sirzechs bajo su cabeza avergonzado por esas palabras de su amiga.

Al ser última generación los mantenían en el inframundo ya que ellos eran el futuro del inframundo, sus padres ni siquiera le decían sobre como iba la guerra y era un castigo rotundo el sólo ver los archivos en los despachos de los líderes de los pilares.

-Bueno sigamos, yo digo que es el conserje…-Habló Ruval en un susurro mientras señalaba al sujeto que limpiaba.

Todos le vieron como si le hubiera crecido una tercer cabeza de repente.

-Sólo tengo una pregunta y creo que los hacemos esa misma pregunta los cuatro, ¿Porque?-Habló Sirzechs viendo a su amigo como si estuviera loco.

Ruval hizo un sonido de ofensa ante aquello y murmuró algo al ver a todos asentir.

-Sólo mirarlo, incluso con nuestras auras y se mantiene relajado, apuesto a que esta observando midiendo todo de nosotros para así poder asesinarnos fácilmente, solo miren sus ojos desinteresados y esa aura tranquila, es claro que tiene que ser alguien poderoso-Habló Ruval mientras todos veían al conserje.

El conserje se movía de izquierda a derecha limpiando con elegancia, parecía bailar en medio de todos los clase suprema.

-Es cierto, no toca a nadie-Susurró Sirzechs asombrado ante aquella muestra de habilidad, ni siquiera él podía hacer eso.

El conserje lloraba interiormente mientras se apresuraba a limpiar, sentía que aquellas auras lo desaparecían al sólo tocarlas por lo que aunque mañana amaneciera con dolor de cuerpo por doblarse y esquivar ángulos que su cuerpo no estaba preparado para esquivar él lo hacía.

-*Quiero estar con mi esposa, maldigo el juego de los palitos*-Lloraba interiormente el conserje mientras esquivaba los demonios.

Ninguno de sus amigos quería estar aquí así que jugaron a ver quien tenía el palito más corto y por desgracia le tocó a él, en estos momentos quería que su esposa le abrazara y dormir con su cabeza apoyada en sus regazos y que ella le acariciara el cabello.

No podía demostrar miedo ya que según un compañero de limpieza sería el juguete de los clase alta y clase suprema ya que le molestarían siendo el mono de circo de todos ellos.

-Aunque suene descabellado tiene razón-Habló Ajuka ya que ese nivel de habilidad no cualquiera lo tenía y el que lo hacía no era un simple limpiador.

Los cinco estuvieron de acuerdo ante aquello y así nació la leyenda del limpiador legendario quién se decía que con tan sólo verte te hacía mojar tus pantalones.

"Por favor los demonios jóvenes presentarse al frente"

Una voz sonó llena de elegancia mientras captaba la atención de los cinco.

Serafall se sonrojo al ver al demonio presente en el podio, tenía que afirmar el título de "El más bello" le quedaba perfecto ya que su belleza masculina era sin duda atronadora.

Pero lastimosamente para todos sus pretendientes ella ya tenía demonio.

Lucifer era un hombre alto, peliplata con dos colmillos enmarcando su rostro que fue tallado por el mismo Dios sin grasa de bebe o alguna herida antigua, llevaba una túnica con hombreras de metal plateado y el símbolo de los Lucifer en cada una, por debajo de aquella túnica se dejaba ver una camisa azul oscura pegada al cuerpo, pantalón del mismo color que la camisa ligeramente holgados dejando movilidad y dándole una apariencia masculina y unas botas de cuero negras.

Lo que más destacaba no era su físico que estaba esculpido sin tener mucho músculo maximizando la velocidad que era lo que le caracterizaba.

Lo que destacaba de entre aquel ser era sus ojos azules eléctricos y atractivos para el ámbito femenino.

Lucifer sonrió mientras que ya sean casadas o solteras muchas de las reunidas incluida Serafall suspiraron ante aquello.

-*Todavía tengo el toque*-Se pensó Lucifer dándose palmaditas en la espalda mentalmente ante aquello.

-Vamos-Habló Ruval refunfuñando y maldiciendo a los peliplata guapos roba miradas.

Los cuatro asintieron mientras caminaban para quedar en la fila de los demonios jóvenes.

Sirzechs suspiró al ver a su padre tomar más fotos de la que debería, sabía que algo malo vendría después de esto.

Serafall les sonrió a sus padres quienes le saludaron sonriendo.

Ajuka suspiró al ver a su padre siendo jalado de la oreja por su madre, seguramente anduvo de galán y su madre se dio cuenta.

-Los quiero-Habló el lenguaje de señas Ruval a sus padres y le sonrió calidamente a su madre al verle llorar.

Llegar a esta fecha casi nadie podía hacerlo ya que los ángeles y caídos se encargaban de matar a muchos para evitar que los demonios tuvieran más números de demonios pilares, habían habilidades entre ellos que eran muy molestas como los Belial y los Bael que eran el centro de ataques, que un Belial llegará a la adultez era síntoma de tener a todos los general disputando su reclutamiento.

Esta fecha era social puesto que un Gremory conocidos por sus reservas mágicas, un Sitri conocidos por su magia de agua, Ajuka quien era un prodigio entre prodigios y un Belial quienes eran conocidos por no ser afectados incluso por la más poderosa magia habían llegado a ser la reunión.

Sirzechs bajo su cabeza levemente al ver a Diehauser entre ellos, el Belial respondió con un cabeceó y una sonrisa.

Falbium estremeció al ver a su madre hacer una seña de degollamiento con su dedo pulgar al verle bostezar, el mensaje fue claro "Te duermes y te mato" y él lo recibió fuerte y claro sin alguna objeción.

"Es bueno ver que esta generación tiene mucho potencial, espero que no me decepcionen ya que espero mucho se ustedes"

La voz de Luzbel hizo a los demonios jóvenes sonreír ante el elogio de su padre.

Lucifer admiraba a los demonios al frente suyo, tenía una sonrisa ya que ahí estaba su demonio favorito.

PAM.

Las puertas del salón fueron abiertas mientras que Luzbel veía desinteresadamente ya que sintió la magia de su segundo hijo atrás, seguramente se estaba cambiado ya que pudo oler la sangre de ángeles y caídos desde que caminó por el pasillo.

Sirzechs dio media vuelta mientras abría sus ojos de incredulidad al ver al joven caminar por el pasillo.

Los demonios fueron espacio mientras caían de una rodilla bajo la mirada de confusión de los más jóvenes.

Serafall se tapó su boca con los ojos abiertos, quería llorar y no sabía que la detenía.

Ahí estaba su prometido, aquel que ella le juro que con sólo él se casaría y más importante su amor secreto desde su infancia.

Pensó que había muerto ya que nunca más recibió sus visitas.

Al principio lo odio con toda su alma, sus padres la iba a casar con alguien a quien no conocía pero poco a poco ambos se hicieron amigos hasta que Serafall no se veía casándose con otro que no fuera Naruto.

-*Pero sus ojos*-Se pensó Serafall horrorizada al ver aquellos lindos ojos electrizantes de su prometido ahora ser pálidos y afilados con como una espada, antes su aura tranquila era fría y silenciosa.

Serafall sintió miedo de Naruto por primera vez, este no era el niño tranquilo que recordaba, sus ojos eran los de un asesino que no le importaba nada más que su siguiente víctima.

"¡SALVE LORD LUCIFER, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS!"

El bramido de los demonios mayores hizo que los jóvenes se estremecieran.

Sólo Serafall y Sirzechs se quedaron de pie después de esas palabras.

-Sabes, deberíamos cambiar eso, parece que fuéramos la misma persona, quiero aparecer en la biblia-Habló Rizevim en un puchero ya que él quería ser famoso.

Euclid consolo a su señor mientras le daba ánimos de apoyo.

-Well it seems that everyone is gathered-La voz del Luzbel sonó en ligero tono de burla.

Naruto y Grayfia vestía de un blanco impecable excepto por los guantes de Naruto que seguían siendo los mismos de cuero negro pulidos.

Naruto los había cambiado ya que Grayfia tenía sangre en su cintura y mejilla por lo que si se mantenía con ese atuendo revelaría su relación ya que el tenía sus manos llenas de sangre y no tenían que ser genios para sacar conclusiones.

-Padre-Habló Naruto viendo al ser que le dio la vida.

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Fin del capítulo.

Sin más que decir se despide su amigo y que comience este jodido capítulo.