EL SUELO

Los labios de Aspros eran suaves.

Muy dulces.


Un calido placer recorría mi cuerpo.

Quería más.

Deseaba más.

Pedí permiso para adentrar mi lengua en su cavidad y el gustoso entre abrio sus labios, el permiso había sido dado.

Mi lengua se adentro en su cavidad bucal.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando mi lengua entró en contacto con la lengua de Aspros.

Se sentía tan bien.

Una lucha entre nuestras lenguas inició.

Un fuego quemaba mi vientre.

Realmente era un sensación tan placentera.

Nos separamos por la falta de aire.

Aspros me miro de manera avergonzada mientras que con una mano cubría su boca.

Pero de pronto su mirada cambio a una llena de indignacion.

-¡Metiste tu lengua! ¡Depravado largate!-

Mi rostro fue un desconcierto total.


La sorpresa me invadio.

No podía creer que Aspros me dijera depravado si él fue quien hace unos meses me había pedido que lo besara.

No lo comprendía.

-asp...-

Trate de decir pero mi gemelo me corto en el acto.

-¡Largo! ¡Por hoy no quiero verte!-

Chillo mientras que con su mano libre señalaba la puerta.

Suspire lleno de frustración, realmente no podía comprender a mi gemelo.

Me levante de la cama y salí de la habitación que compartíamos.

No teníamos un sillón, por lo que no me quedo de otra que dormir en el duro y frío suelo.

Nuevamente un suspiro lleno de frustración salio de mi boca.

Cerre los ojos tratando de dormir.

Lamentablemente no podía conciliar el sueño, el suelo realmente era incomodo.

¿Por qué reacciono así?

La pregunta cruzó por mi mente.

Lo había besado, meses después de que me lo pidiera, pero lo hice.

Sería ese el problema.

Aspros le había llamado depravado, y se enojo por el hecho de que yo metí mi lengua.

Fue ese el motivo por el que se enojo.

No. Su hermano no se habría enojado por algo así.

Había algo más.

-tube snif un sueño extraño donde conocí snif snif a un hom-bre snif-

Era curioso, su hermano había cambiado desde aquella noche.

Aquella noche su hermano dijo que había conocido a un hombre.

Me sentí preocupado.

Y si no hubiera sido un sueño.

Trate de no darle más vueltas al asunto.

Pero fue imposible.

Pasaron horas hasta que por fin pude consiliar el sueño.

En la mañana, cuando desperte sentí mi cuerpo completamente adolorido, pero también sentí un cuerpo ajeno pegado al mío.

Sonreí, Aspros era quien se encontraba pegado a mi.

Tal vez su hermano no estaba tan enojado, después de todo.

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