El bebé será...

Hola aquí les dejo otro Cap disfrutenlo. :3

Jack se levanto con pesadez.

Era hora de ir a la escuela.

Se estiró aún en la cama y sintió algo extraño junto a él.

Era un bulto… debajo de las sabanas.

Jack destapó un poco al bulto y se dio cuenta de que era Elsa.

Estaba dormida en posición fetal. Parecía un gatito.

Y los recuerdos golpearon la mente del peliblanco.

Pero con una condición.

Qué tú y yo durmamos juntos.

Jack volvió a observar a Elsa y sonrió.

– Que linda– dijo el peliblanco en un susurro.

– No me quites mi pastel…– dijo Elsa en sueños.

Jack se rió levemente y se levanto de la cama.

Tomo el uniforme que Elsa le había dejado en la orilla de la cama y se metió a bañar.

Dejo que el agua tibia le relajara el cuerpo.

¿Por qué le habré pedido a Elsa que durmiera conmigo? – pensó Jack mientras cerraba los ojos–Solo la quería cerca de mí pero… ¿por qué?

Jack cerró la llave del agua y salió para poder cambiarse.

Para cuando llegó a su habitación, Elsa ya no se encontraba ahí.

– ¿Elsa? – pregunto Jack

– ¡Estoy en mi habitación Jack! – gritó Elsa en forma de respuesta.

Elsa estaba muy sonrojada.

Aún recordaba las palabras de Jack.

Junto a él… me siento segura– pensó Elsa llevándose una mano a su vientre.

– Bebé… ¿tú me entiendes? –

Después de que Elsa se arreglo, ambos jóvenes desayunaron y se dirigieron al instituto.

– Jack… ¿por qué me pediste que… durmiera contigo? – dijo Elsa de repente causando una gran impresión en Jack.

– ¿Po-Por qué? – dijo confuso Jack.

– Sí… ¿por que Jack? –

Jack no sabía que responder.

Ni siquiera él conocía la respuesta.

– ¡Elsaaa! ¡Jaaack! – exclamó Aster, quien venía corriendo con los brazos extendidos, dispuesto a abrazarlos pero Jack lo detuvo con un golpe en la cara.

– Hola Aster– dijo Jack con una vena pulsante en la cara.

– Buenos días Aster– dijo Elsa con una linda sonrisa.

Con el saludo de la ojiazul, Aster se lleno de alegría y se incorporo para abrazarla.

– ¡Qué amable eres Elsa…!–Aster fue golpeado en la cara de nuevo, por Jack.

– No la abraces de esa manera Aster– dijo Jack furioso.

– En-Entendido– dijo Aster desde el suelo y con la nariz sangrando.

En el salón de clases…

– ¡Buenos días Anna! ¡Buenos días Punzie! – saludo enérgica Elsa apresurándose hacia sus amigas.

Jack la observo por un momento y después sonrío.

– Cualquiera diría que estás enamorado Jack– dijo Kristoff entrando al salón.

– ¡¿Qué dices? ¡Claro que no! – contestó Jack alterado y rojo hasta las orejas.

– Claro que no– dijo Kristoff caminando pero en el último instante se volteo y dijo…

– Por cierto… te sonrojaste–

Jack se cubrió el sonrojo con una mano mientras pensaba en una dulce venganza para Kristoff.

Jack se dirigió hacia su asiento cerca de la ventana dispuesto a descansar pero su atención fue desviada por una chica de cabello rubio.

Elsa se encontraba riendo y platicando con sus amigas.

Jack no pudo evitar sonreír, ella se veía sumamente feliz.

– Cualquiera diría que estás enamorado– dijo Eugene desde su lugar.

– ¿Qué? No digas tonterías– contestó molesto Jack mientras el rubor aparecía en su rostro.

– Entonces… ¿por qué la observabas de esa manera? –

– ¿De qué manera? – pregunto Jack

– Con ternura– contestó Eugene tomando por sorpresa a Jack.

– Yo… yo no…–

– ¡Muy bien chicos! ¡Siéntense! – entró la profesora interrumpiendo la contestación de Jack.

– Hoy empezaremos con Biología y hablaremos sobre el embarazo– continuó la profesora y apuntando algunas cosas en el pizarrón.

Jack y Elsa se sorprendieron por el tema de la clase y sus amigos, conocedores de su situación, ahogaron una risa burlona.

– En el segundo periodo de clases veremos una película, obviamente sobre el embarazo. Muy bien chicos, abran su libro de texto en la página 345–

Y así empezó la clase.

– ¡Ah! Un minuto más sobre embarazos y juro que golpeaba a la profesora– exclamó Eugene incorporándose de su lugar.

– Es cierto, ya no lo soportaba más– dijo Rapunzel con cansancio.

– Me pregunto, ¿cómo la habrán pasado esos dos? – se pregunto en voz alta Anna logrando que todos observaran a los peliplateados.

Ellos aún se encontraban sentados en sus sillas, parecían pensativos.

Creo que nunca había pensado… en mi embarazo de esa manera– se dijo Elsa mientras una mirada triste aparecía en su rostro.

¿Todo eso le sucede a Elsa? ¿Qué fue lo que hice? – pensó Jack con frustración.

Durante la clase los padres primerizos, aprendieron que el embarazo en adolescentes era muy riesgoso porque podía haber problemas en el parto, mal formaciones en el bebé y también estaban los problemas psicológicos.

Elsa no soporto la tensión y se incorporo rápidamente saliendo del salón, bajo la mirada de todos sus compañeros.

Anna y Rapunzel se observaron por un momento, para después seguirla por el corredor del instituto.

Eugene, Kristoff e Hiccup se acercaron a Jack.

– ¿Qué creen que le sucedió a Elsa? – les pregunto Eugene.

– Eugene, ¿te haces o naciste idiota? – le contestó Kristoff mirándolo incrédulo.

– Pues creo que… ¡Hey! – se quejo Eugene.

– ¿De qué estás hablando Kristoff? – pregunto Jack interesado en saber que ocurrió con Elsa.

– ¿Tú también Jack? – dijo Hiccup sin dejar de ver su celular.

– Ah… Elsa está aturdida por la clase de hoy–explicó Kristoff con algo de preocupación.

Jack se sorprendió un poco y después desvió la mirada hacia la ventana.

– Jack… si estás tan preocupado por ella, búscala–le dijo Eugene.

El peliblanco no se movió ni un centímetro.

Sus amigos lo observaron impacientes.

Pero nada sucedió.

Tomaron su almuerzo y se fueron comer a la azotea, como de costumbre.

Las chicas nunca aparecieron.

Cuando regresaron al salón de clases, la profesora ya tenía todo listo para la película.

Elsa ya se encontraba en su lugar.

La película comenzó.

Se trataba de un parto real.

Contracciones, dolor, sangre, la placenta…

Se escuchó un extraño ruido que alertó a toda la clase.

Era como si una silla se hubiera caído.

Jack giro el rostro hacia el origen del ruido y la vio.

Era Elsa, estaba tendida en el suelo. Se desmayó.

– ¡Elsa! – exclamó Jack llegando hacia ella en dos zancadas.

– ¡Elsa! – gritaron Anna y Rapunzel rodeándola.

– ¡Jack! ¿Qué le sucedió? – pregunto la profesora deteniendo la cinta y encendiendo las luces del salón.

– No lo sé pero… la llevaré a la enfermería– dijo Jack tomando a Elsa en brazos saliendo por la puerta del salón con la profesora pisándole los talones.

– ¡Kristoff estás a cargo! – ordenó la profesora.

– Sí– exclamó triunfante Kristoff.

– Muy bien. Les aplicaré un examen sobre la película– continuo Kristoff.

Pero cuando el chico volteo, sus compañeros ya lo estaban esperando con sogas y un pañuelo.

Lo amarraron a una silla y lo amordazaron.

– ¿Quién quiere ver la película del Hombre Lobo? –pregunto Rapunzel sacando la cinta de su mochila.

– ¡Yo! – exclamaron todos sus compañeros.

Kristoff lloraba desde su lugar mientras Anna se sentaba a lado de él.

– Yo te cuidaré Kristoff– dijo la pelinaranja dándole un beso en la mejilla al chico, provocando un fuerte sonrojo en él.

En otro lugar del instituto… Jack se encontraba esperando afuera de la enfermería.

Cuando llegaron la profesora tomo a Elsa de sus brazos y entró diciéndole que regresará a clase.

Claro que él no le hizo caso.

La salud de Elsa en verdad lo preocupaba.

No podía evitar estar inquieto.

De repente la puerta de la enfermería se abrió y de ella salió la profesora, estaba seria, algo inusual en ella.

– Jack, como lo pensé, no te fuiste a clase– dijo la profesora al verlo parado enfrente de la puerta.

La profesora Honey suspiro y dijo:

– La enfermera quiere hablar contigo. Iré a ver cómo está mi clase–

Jack entró a la enfermería sin pensarlo dos veces.

Ahí, sentada, estaba Fiorella. La hermosa pelinegra observaba a Elsa dormir. Al parecer estaba remplazando a Ariel.

– Fiorella, ¿cómo está Elsa?– pregunto Jack llamando la atención de la mencionada.

– Está perfectamente. Solo le dio un ataque de pánico, aunque para su estado es muy peligroso. Recuérdale que tiene que estar tranquila– dijo Fiorella observando de reojo la reacción de Jack.

El peliblanco suspiro aliviado.

– Y… ¿el… el bebé? – pregunto nervioso Jack.

– Está bien– contestó cortante la enfermera.

Jack sudo frío. Sabía cómo era el carácter de la mujer pelinegra. Y temía por su vida.

– Jack, ¿cómo pudiste ser tan irresponsable? ¿Embarazarla? – dijo Fiorella en voz baja pero fuerte.

– Fu-Fue un accidente– dijo nervioso Jack.

– Un accidente. Eres un idiota– dijo Fiorella en conclusión.

Se escucho una leve queja por parte de Elsa, quien se removió en la camilla de la enfermería.

– Será mejor que la dejemos descansar– dijo Fiorella

Jack no se movió de su lugar, miraba a Elsa preocupado y no estaba seguro si irse de su lado.

– Estarán bien. Vete a clase– le ordenó Fiorella dedicándole una sonrisa.

Jack asintió y se fue a su salón.

Cuando entró al aula le sorprendió mucho lo que vio.

– ¡Vamos! ¡Mátalo! – gritaban la profesora y Anna mientras observaban la sangrienta película que Rapunzel había puesto.

Estaban entusiasmadas.

– ¿Eso es una profesora? – se pregunto en voz baja Jack, pero la profesora Honey lo escucho y le lanzó una pelotita rosa justo en la cara.

– ¡¿Cómo que eso? – gritó la profesora.

Al final del día, Jack esperó a Elsa en la entrada del instituto. Ese día, tenían una cita con la ginecóloga.

Ella no tardó en aparecer pero algo era diferente.

Elsa estaba muy triste. Pero… ¿por qué?

– Elsa– la llamó Jack.

Elsa se sorprendió al verlo ahí, cuando lo volteo a ver, Jack pudo apreciar algunos restos de lágrimas en sus ojos.

– Jack, ¿qué haces aquí? – pregunto Elsa sorprendida mientras se limpiaba las lágrimas.

– Hoy tenemos que ir al médico, ¿recuerdas? –

Elsa abrió sus ojos como platos. Comenzó a temblar, estaba asustada.

– N-No… no quiero– dijo en un susurro Elsa.

– ¿Qué? – pregunto confundido Jack.

– No quiero ir… No quiero. ¡No quiero! – exclamó Elsa llevándose las manos a su cabeza, cubriéndose.

En sus ojos, Jack pudo notar el miedo y la desesperación que sentía en ese momento.

– ¿Qué sucede Elsa? –

– Tengo miedo Jack. No quiero que mi bebé nazca mal– dijo Elsa cerrando los ojos con fuerza.

– Todo lo que aprendí hoy… no quiero… que le pase a mi bebé–

– Elsa– Jack se acerco a Elsa, dispuesto a abrazarla pero alguien lo interrumpió.

– ¡Elsa! – exclamó Nicolás desde la ventana de su auto.

Ambos peliplateados giraron sus rostros y vieron a toda la familia Overland ahí, enfrente del instituto. También estaba Bella.

– ¿Qué hacen todos aquí? – pregunto Jack molesto.

– Es obvio hermano, iremos con ustedes al hospital– contesto Olivia.

– ¿Quién les dijo…?–

– Lucas .. – la interrumpió Jack, molesto.

– Así es. Lucas nos llamo. ¡Vamos súbanse! – dijo Bella con emoción.

Jack observó a Elsa, la tomó del brazo y la guió al interior del auto.

Ya en camino al hospital…

– Dime Elsa, ¿estás emocionada? –pregunto Nicolás, observándola por el espejo retrovisor.

Elsa dudo por un momento, pero respondió:

– Sí– con una sonrisa fingida.

Bella la observo sorprendida.

– Elsa– susurro la castaña con el semblante preocupado.

– Elsa, ¿qué te gustaría que fuera? ¿Niño o Niña? – pregunto Emma.

Elsa bajo la mirada, un poco triste.

– Eso no me importa, solo quiero que nazca sano–

– ¡Eso es hermoso Elsa! – exclamó Nicolás con lágrimas en los ojos.

Emocionado, el doctor soltó el volante y con un rápido movimiento tomó las manos a Elsa, quién estaba en el asiento trasero.

– ¡¿Qué haces viejo loco? – gritó Jack.

– ¡No sueltes el volante! – gritó Olivia.

El auto se salió del camino.

– ¡Aaaaaa! –

Los hermanos Overland se lanzaron sobre el volante intentando salvar sus vidas.

– ¡Quítense! – exclamó Bella empujándolos y tomando el volante. La castaña frenó de golpe.

Cuando el auto se detuvo todos suspiraron aliviados.

– Nicolas– dijo Bella girando su rostro, como un demonio.

– Papá– dijeron al mismo tiempo Olivia y Jack.

– Lo… Lo siento– dijo Nicolás temblando mientras se cubría con el brazo de Elsa.

Cinco minutos después…

– Aaa… así está mejor– dijo Jack más tranquilo.

– ¿No se sobrepasaron un poco? – pregunto Emma.

– Se puede enfermar– dijo Elsa viendo hacia el techo del auto.

– Mmm… ¿viejo tienes frío? – pregunto Olivia golpeando el techo.

– ¡Aaaaaa! ¡NO! ¡Pero en serio quiero bajar! – gritó Nicolás, estaba amarrado al techo del auto.

– Eso te pasa por ser estúpido– dijo Bella molesta y aumentado la velocidad.

– ¡Aaa! – gritó Nicolás.

– Música para mis oídos– dijo Olivia.

– Bella, conozco una calle en donde hay muchos baches– dijo Jack con una sonrisa siniestra.

– Excelente. Dime por donde es–

– ¡Lo siento! – más gritos de Nicolás.

Por fin llegaron al hospital.

– ¡Bella! – exclamó con alegría Lucas.

– ¡Tío Lucas! – exclamó Emma abrazando al castaño doctor.

– Hola Emma, ¿cómo has estado? – dijo Lucas acariciando a la pequeña en la cabeza.

– Bien tío– contesto contenta Emma.

– ¿Por qué abrazas a ese loco Emma? – dijo Olivia.

– Aaa… no estés celosa Olivia, también hay un abrazo para ti– dijo Lucas abalanzándose pero Olivia lo detuvo poniendo una mano justo en su cara.

– Ni muerta– dijo Olivia.

– … ¿en dónde está Nicolás? – pregunto Lucas.

– Estaba indispuesto y no pudo venir– dijo Bella ahogando una risa.

Lucas observo a Elsa, quien se mantenía detrás de la castaña.

– Hola Elsa– dijo Lucas muy amable, provocando el sonrojo de la mencionada.

Se acerco lentamente a Elsa y la abrazo muy fuerte.

– ¡Qué linda eres! – exclamó el doctor pero enseguida recibió un golpe, de parte de Jack.

– No la toques de esa manera– dijo Jack algo molesto.

– Al parecer hoy es el día de golpear al guapo doctor– dijo Lucas tirado en el suelo.

– No lo haríamos si te portaras como una persona decente– dijo Fiorella entrando al vestíbulo del hospital.

– Fiorella– dijo Elsa viendo a la esposa de Lucas.

– Hola Elsa, ¿vienes a un ultrasonido? –pregunto Fiorella dedicándole una hermosa sonrisa a la ojiazul.

– Sí– contestó Elsa con un leve rubor en las mejillas pero con la mirada triste.

– Muy bien, ven conmigo. ¿Vas a entrar Jack? – le pregunto la doctora al peliblanco.

Jack asintió confundido y las siguió hacia la habitación.

Ahí estaba la misma camilla y el mismo monitor, que Elsa conocía.

Se recostó en la camilla y espero a que Fiorella preparara todo lo necesario.

– Acércate Jack. No muerdo– dijo la doctora, dándose cuenta de lo lejos que se encontraba el peliblanco.

Jack se acercó hasta quedar al lado de Elsa.

Fiorella aplicó el gel en el vientre a Elsa y comenzaron con el ultrasonido.

En la pantalla del monitor se podía ver todo de color negro pero con rayas blancas, como si fuera estática. En medio de ese mar negro, estaba una forma humana de color gris.

Jack y Elsa podían ver a su bebé.

– Aquí están las piernas, la cabeza y los brazos–dijo Fiorella señalando diferentes puntos de la pantalla.

– Y este… es el sonido del corazón– Fiorella le subió el volumen al monitor para que ellos pudieran escucharlo mejor.

Ambos jóvenes estaban sin palabras.

De repente Jack sintió algo cálido sobre su mano.

Era la mano de Elsa.

– Perdóname… Jack–

– Por culpa de mis inseguridades… hice que te preocuparas por mí– dijo Elsa con lágrimas rodando por sus mejillas.

– Elsa… yo velaré por ti y por mi bebé. Te lo prometo– dijo Jack totalmente en serio.

– Jack–

Jack entrelazo sus dedos con los de Elsa, haciendo el agarre más fuerte.

– Mmm… esto es raro. El corazón…–

– ¿Sucede algo malo con el bebé, Fiorella? –pregunto Elsa preocupada al ver el semblante de la mujer.

– No... No es nada. Veamos el sexo del bebé– dijo Fiorella.

Fuera de la habitación…

– Me pregunto, ¿qué será? – dijo Emma.

– No lo sé, solo espero que nazca sano– le dijo Olivia con una sonrisa.

– Yo creo que será niña– dijo Bella, imaginándose una linda bebé peliplateafa pero su imagen se torno escalofriante porque la bebé tenía la mirada de Jack.

– Espero que eso no pase– dijo la castaña con cara de desagrado.

– Para mí que será niño. Tan hermoso con yo– dijo Nicolas, quien de alguna manera se había liberado de las ataduras y ahora estaba esperando junto con las chicas.

– No lo eres– dijeron Olivia y Bella al mismo tiempo.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Jack y Elsa tomados de la mano y sonriendo como nunca antes.

– ¡Hermano! ¡Elsa! – exclamo Emma acercándose a ellos con los demás detrás de ella.

– ¿Y bien? ¿Será niño o niña? – dijo Nicolás con emoción.

Elsa y Jack se observaron por un momento y después sonrieron.

– Nuestro bebé será niño– dijo Jack con mucha alegría.

– ¡Aaaaaa! – grito toda la familia Overland con emoción.

– ¡Elsa estoy tan feliz por ti! – dijo Bella abrazándola con alegría.

– ¡Hermano! ¡Felicidades! – exclamaron las mellizas al mismo tiempo que abrazaban a Jack.

– Por fin un nieto… que seguirá mis pasos. Qué feliz soy. Ya puedo morir en paz– dijo Nicolás con lágrimas en los ojos.

– Solo espero que tu hijo no salga como él– dijo Olivia, observando avergonzada a su viejo padre.

No muy lejos de ahí, para ser más exactos detrás de una pared cercana, se encontraba Tooth Fairy.

– Jack y Elsa tendrán… un bebé– pensó la joven castaña.

Tenía los ojos desorbitados y de ellos brotaban gruesas lágrimas.

¿Qué sucederá ahora?

Y eso es todo por el Cap de hoy si les gusto denle clic a la estrellita, no olviden leer ni otro fic, cuidense mucho, nos vemos en el otro Cap, chau chau!

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