Descubriendo la verdad
Miércoles por la mañana.
Una chica de cabellos rubios y ojos verdes, caminaba por las calles de la ciudad de Coldbridge.
Llevaba puesto el uniforme del instituto de dicha ciudad, que consistía en una falda de tablones de color azul marino, una camisa blanca y una corbata azul en el cuello.
Su nombre: Rapunzel Corona.
La chica iba con celular en mano, escribiendo mensajes. Al parecer su hermano saldría de la cuidad por un par de días, por cuestiones de trabajo pero ella le estaba pidiendo una gran colección de artículos de pintura, su hobbie favorito era pintar.
Al llegar a la entrada del instituto, alzó la mirada mientras guardaba su celular en el bolsillo de su falda y fue cuando lo vio. Al chico que la esperaba todas las mañanas desde que eran niños de kínder.
Eugene Fitzherbert.
Ante los ojos de Rapunzel, Eugene es totalmente perfecto. Alto, tez bronceada, cabello castaño, ojos increíblemente cafés, cuerpo de dios griego... hermoso. Pero la ojiverde jamás le diria estos pensamientos por ser tan orgullosa. Nunca aceptaría que necesita de un hombre.
- ¡Hola Eugene! -dijo muy alegre Rapunzel, apresurando el paso hacía él.
- Hola enana- contesto Eugene .
A Rapunzel se le colorearon las mejillas de rojo, detestaba que la llamara enana.
El chico de cabello castaño notó el color en el rostro de Rapunzel y sonrió. Eugene alzo una mano y le toco suavemente la mejilla a Punzie. La ojiverde abrió los ojos con sorpresa.
- Te ves adorable- dijo Eugene, para después jalarle las mejillas.
- ¡Eso dolió Eugene - se quejo Rapunzel sobándose la mejilla dañada.
Eugene rió sonoramente mientras corría hacía el interior de la escuela con Punzie pisándole los talones.
Este será un buen día.
Las clases pasaron rápido para Rapunzel. Y ya era la hora del almuerzo.
- ¡Elsa! ¡Vamos a comer! ¡Hoy preparé los sándwiches de crema de maní y jalea! - dijo emocionada Rapunzel, acercándose el asiento de Elsa , con Anna detrás de ella.
- Ehmm... lo siento Punzie pero no se antoja comer sándwiches- dijo Elsa poniéndose un poco pálida.
- ¡¿Qué? Pero si comemos sándwiches todos los miércoles desde que nos conocemos- le reclamo Punzie a la peliplateada.
- Sí lo sé Punzir. Pero... no me siento muy bien- dijo Elsa disculpándose con la rubia.
- Elsa, ¿Te encuentras bien? Últimamente has estado muy pálida o con nauseas- pregunto Anna.
- Sí Anna. Estoy bien lo prometo- dijo Elsa con una sonrisa en el rostro.
De repente escucharon unos pasos detrás de ellas. Al voltear las chicas no podían creer quien era.
-Elsa, ven tenemos que hablar- dijo Jack, con una mirada de autoridad y frialdad. Elsa se tenso en su asiento.
Lentamente se incorporo, se disculpo con sus amigas y salió del salón con Jack delante de ella.
Rapunzel y Anna aún no salían de su sorpresa.
- Anna, ¿Qué acaba de pasar? - pregunto Punzie estupefacta.
- Creo que Jack va a hablar con una chica en privado- dijo Anna
- ¡Es el fin del mundo! - grito Punzie exagerando la situación.
- ¡No hagas tanto escándalo! - dijo Anna tapando la boca de la ojiverde.
- ¡Anna! ¡Vamos! - dijo Punzie quitando la mano de su amiga.
Anna, asintió y salió corriendo junto con Rapunzel del salón. Después de todo tenían una misión: espiar.
En los jardines de la escuela se encontraban dos jóvenes, estaban en la parte más oculta. Se encontraban incómodos con la situación.
Habían pasado dos semanas desde la revelación de Elsa y desde la discusión en casa de Jack .
Y desde entonces no se hablaban.
- Me sorprendió mucho que me hablaras... Jack...- dijo Elsa con un hermoso sonrojo en las mejillas.
- No lo hice porque quisiera. Mi papá te manda algo- dijo cortante Jack. Elsa se desilusionó.
Jack se metió la mano en el bolsillo del pantalón y saco una pequeña cajita de color blanco. Y la arrojo a las pequeñas manos de Elsa, quien torpemente las tomó.
- ¿Eh? ¿Qué es esto? -
- Es ácido fólico. Tienes que tomar una tableta diaria, durante todo el embarazo. ¿Entendido? - dijo Jack dándole la espalda a Elsa, dispuesto a irse.
- ¡E-Espera! ¡Jack! ¿Por qué...?-
- ¡Aaaahhh! -
Elsa dio unos pasos intentando evitar que Jack se fuera pero tropezó con sus propios pies chocando con el peliblanco y cayendo los dos sobre el césped.
Qué torpe.
Dos chicas corrían por las instalaciones del instituto.
Anna y Rapunzel buscaban desesperadas a los misteriosos Elsa y Jack.
- ¡Oh! ¿En dónde estarán esos dos? - se quejó Punzie, deteniéndose para recuperar el aliento.
- ¡No lo sé! Pero hay que encontrarlos rápido, antes de que se acabe el descanso- dijo Anna mientras volteaba a ver por la ventana del primer piso. Y fue cuando lo vio.
Un cabello blanco. No... dos cabezas peliplateadas.
- ¡Ahí están! ¡Junto a esos árboles! - dijo Anna señalando el lugar.
- ¡Vamos! - gritó Punzie corriendo hacía los jardines del instituto.
Se acercaron a los árboles con mucho cuidado, no querían que Jack las viera o las mataría. Estaban ocultas detrás de unos arbustos.
Se acercaron un poco. Un poco más. Y un poco más.
Y los vieron, en una posición comprometedora.
Elsa se encontraba encima de Jack. El joven peliblanco estaba con una mano apoyada en el césped y la otra en el pecho de Elsa. La peliplateada se ubicaba con las manos apoyadas en el suelo, cerca de las caderas de Jack.
Y sobre todo, sus labios estaban muy cerca, casi besándose.
- ¡JACK! ¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO? - gritaron al mismo tiempo Rapunzel y Anna, saliendo de su escondite.
Ellos las voltearon a ver sorprendidos y Jack empujo levemente a Elsa, haciendo que se separaran un poco. Ambos se levantaron con los rostros totalmente rojos.
- ¡Jack! ¿Qué le estabas haciendo a Elsa? - dijo Anna tomando a Jack por el cuello de la camisa, encarándolo.
- ¡Tonta! ¡Fue un accidente! - exclamó Jack.
- ¡La estabas tocando! - gritó Anna, totalmente colérica.
- ¡Jamás la tocaría de nuevo! - gritó furioso Jack.
Anna y Rapunzel enmudecieron. Elsa ya no se movió.
- ¿De... De nuevo? - repitió Anna.
Jack se tapó la boca con una mano. Rapunzel volteo a ver a Elsa y noto que tenía algo entre las manos.
- Elsa, ¿Qué tienes ahí? - preguntó Punzie con curiosidad.
Elsa se aferró fuertemente a la cajita, dando unos pasos hacia atrás.
- Elsa tenme confianza. ¿Qué tienes ahí? -volvió a preguntar.
La peliplateada volteó a ver a Jack.
La mirada de él era de rabia. Estaba furioso y ella tenía la culpa. Elsa sintió pánico y corrió del lugar.
- ¡Elsa! - gritó Punzie corriendo detrás de ella.
- Jack, dime qué has hecho- exigió Anna viendo a Jack mientras este desviaba la mirada.
Elsa corría por la escuela, buscando un lugar en donde esconderse. Pero Rapunzel era rápida y la estaba alcanzando. Llegaron a la azotea.
- ¡Eugene, atrápala! - gritó Rapunzel.
Lo siguiente que sintió Elsa fueron unos brazos fuertes que la aprisionaban.
Ahí estaban la mayoría de sus amigos. Después de todo ellos almorzaban ahí.
- ¡Ya basta Elsa! ¡Dinos que está pasando! -exigió saber Rapunzel .
Las lágrimas no tardaron en aparecer por el rostro de Elsa. Su cuerpo tembló. El verla en ese estado Eugene la soltó y ella cayó al suelo, sollozando.
Una caja blanca cayó cerca de los pies de Kristoff .
Él se sorprendió al ver el objeto, se acuclillo y lo tomo con las manos.
- Elsa, ¿Por qué estas tomando ácido fólico? ¿Acaso...?-
- ¡No lo digas Kristoff! - grito Elsa interrumpiéndolo.
- ¿Dijiste ácido fólico? Eso lo toman las mujeres embarazadas, ¿no? - dijo Tadashi
- Sí- afirmó Kristoff, totalmente serio.
Todos voltearon a ver a Elsa. La observaban como bicho raro. Y quiso huir. Pero una mano se lo impidió.
- ¡Espera Elsa! - dijo Kristoff tomando la muñeca de una aterrada Elsa.
- ¡Por favor Kristoff! - intento liberarse pero el agarre era fuerte.
- ¡Elsa! ¿De quién es el bebé que estas esperando? - dijo Rapunzel acercándose a Elsa. Y fue cuando la joven ojiverde recordó las palabras de Jack:
¡Jamás la tocaría de nuevo!
- No me digas que es de...-
- ¡No Rapunzel! - gritó histérica Elsa, con las lágrimas recorriendo todo su rostro.
De repente la puerta de la azotea se abrió de golpe. Eran Jack y Anna.
- ¡Kristoff! ¡Suelta a Elsa! - gritó furioso Jack al ver como la estaba agarrando y en dos zancadas se acerco a ellos empujando a Kristoff y tomando por el brazo a Elsa.
Elsa se sintió aliviada al verlo llegar. Y sin pensarlo se aferro con sus frágiles manos al brazo fuerte de Jack y oculto el rostro. Se sentía muy avergonzada enfrente de sus amigos.
Jack observo el semblante de Elsa.
- Demonios... ¿Qué le hicieron a Elsa? - exigió Jack.
- Aquí la pregunta es ¿qué le hiciste tú? - dijo Eugene, encarando a Jack.
- ¡Nada! ¡Él no me hizo nada! ¡Yo estoy embarazada! !Yo tengo la culpa! - gritó Elsa, haciendo más fuerte el agarre en el brazo de Jack.
Todos guardaron silencio.
Elsa sintió como todo le daba vueltas. De nuevo esas nauseas. Y pronto todo se volvió negro. Pero antes de perder la conciencia pudo sentir unos brazos tibios rodeándola y dándole seguridad.
Cuando Elsa abrió los ojos se encontraba en una habitación de hospital. Pero no era la enfermería, está habitación era diferente.
Era mucho más amplia y fresca.
- Por fin despertaste- dijo una voz que ella reconoció fácilmente.
- J-Jack..- susurro Elsa. Se sintió aliviada aunque no supo porque.
- Estás en el hospital de mi papá y me dijo que estás bien y también el bebé- explico Jack sentándose en una silla cercana a la cama- El desmayo fue por tanta presión-
- "¿Presión? Es cierto. Mis amigos ya saben la verdad"- pensó tristemente Elsa, agachando la cabeza.
- Estarás bien. Por cierto tienes visita- dijo Jack volteando a ver hacia la puerta de la habitación. Elsa hizo lo mismo.
Cuando la puerta se abrió, Elsa pudo ver a todos sus amigos ahí afuera. Esperando.
- Chicos- susurro Elsa.
- Ellos ya saben la verdad. Pero se quieren disculpar por como actuaron. ¿No es así? - dijo Jack dirigiéndoles una mirada asesina a sus amigos.
Todos asintieron rápidamente mientras un sudor frío recorría su nuca.
- Elsa... lo siento mucho- dijo Rapunzel haciendo una reverencia. Y los demás la imitaron.
- ¡Perdónanos por favor! - dijeron todos al mismo tiempo.
- Perdónenme a mí. Debí decirles la verdad. Por favor perdón- dijo Elsa
Rapunzel y Anna se acercaron a ella y la abrazaron.
Le dijeron a Elsa, que no se preocupara, que ellas la entendían y que todo va a estar bien.
Y salieron del hospital.
El grupo caminaba por el parque, acompañarían a Elsa a casa.
- Así que, ¿estás embarazada de Jack? - dijo Eugene sin preocupación, pero su comentario hizo que Elsa y Jack se sonrojaran.
- ¡Idiota! ¡No hagas esa clase de comentarios! -gritaron Rapunzel, Anna y Jack dándole un golpe en la cabeza a Eugene.
- ¡Solo era curiosidad! - se defendió Eugene.
- Idiota- dijo Jack separándose un poco del grupo.
Elsa lo observó con una mirada triste y agachó la cabeza. Anna lo notó y dijo:
- Chicos... porque no van por algo de comer a ese puesto. El bebé tiene hambre-
Elsa la observó con sorpresa y Anna le guiñó un ojo.
Los chicos se sonrojaron levemente y corrieron apresurados hacia el lugar que indicaba Anna, arrastrando a Jack consigo.
Rapunzel y Anna se rieron suavemente.
- No te preocupes Elsa. Los chicos son nuevos en esto de bebés, querrán complacerte en todo- dijo Rapunzel palmeando la espalda de la peliplateada quien asintió tímidamente.
- Elsa, ven. Vamos a sentarnos- dijo Anna, guiándola a una banca cercana.
La banca era de madera, estaba debajo de un árbol de cerezo.
Los cerezos aún eran botones, pero pronto florecerán. Era tarde y los rayos rojizos ya estaban cruzando el cielo. Las chicas se sentaron.
Elsa se encontraba en medio de Rapunzel y Anna.
Anna se encontraba pensativa, como buscando las palabras correctas para empezar a hablar. Respiro hondo y dijo:
- Elsa, ¿somos amigas verdad? -
La ojiazul asintió rápidamente.
- Entonces... ¿podrías decirnos que sucedió entre Jack y tú? - dijo Anna.
Elsa se sorprendió mucho. Sus mejillas adoptaron un color carmín muy intenso.
- No... no puedo. Anna, perdón- dijo Elsa bajando la mirada.
- Elsa... ¿no nos tienes confianza? - pregunto Punzie.
Elsa movió la cabeza en forma negativa.
- No es eso... es solo que... me da mucha vergüenza... hablar de eso- dijo Elsa que mantenía la mirada clava en sus zapatos.
- Pero...-
- Por favor... Punzie... por favor- suplico Elsa interrumpiendo a la ojiverde.
Las amigas de Elsa suspiraron sonoramente. Lo dejarían así, por el momento.
- Y... ¿Cuánto tiempo de embarazo tienes? -preguntó Punzie con curiosidad.
- Ehmm... un mes de embarazo- dijo en voz baja Elsa y muy sonrojada.
- Un mes... ¿Un mes?... ¡Un mes! - gritó Anna al darse cuenta de las palabras de Elsa.
- S-Sí- afirmo Elsa cerrando fuertemente los ojos.
- Pe-Pero... hace un mes fue el baile... fue cuando desapareciste junto con Jack- dijo Rapunzel armando las pistas.
- Entonces... ustedes lo hicieron durante el baile-dijo en un susurro Anna.
- S-Sí- afirmo Elsa ocultando su sonrojo con sus manos.
Sus amigas no lo podían creer. Estaban totalmente sonrojadas y sin poder evitarlo se imaginaron la escena.
Los dos peliplateados besándose, sudando, sus cuerpos juntos, jadeando y después...
Anna y Rapunzel tenían un hilo de sangre saliendo de su nariz.
- ¡No puedo creer que lo hayan hecho en la escuela! - dijo Rapunzel con un pañuelo blanco cubriendo su nariz.
- Shhh... Punzie, no tan alto- dijo Elsa intentando calmar a su amiga.
- Ejem... será mejor que dejemos este tema para después que ahí vienen los chicos- dijo Anna limpiándose la nariz.
Las chicas voltearon y los vieron. Tadd llevaba las hamburguesas, Kristoff las bebidas, Jack los helados y Eugene las papas fritas.
Todos comieron alegremente, excepto Elsa que al oler las hamburguesas sintió nauseas y casi vomita sobre Eugene. ( xD)
***
Dos horas después un peliblanco se encontraba en su habitación.
Estaba sentado en su escritorio haciendo su tarea. Aunque no se encontraba muy concentrado.
De repente su puerta se abrió y una niña de cabello castaño entró. Llevaba algo en las manos.
- ¿Qué ocurre Emma? - dijo Jack sin voltear a ver a su hermana.
- Hermano, ¿me podrías hacer un favor? - pregunto la pequeña sonrojándose levemente.
Jack giro su cuerpo quedando de frente a su hermana.
- Quiero que le des esto a Elsa-
Jack abrió sus ojos con sorpresa.
***
Al día siguiente en la escuela.
Jack se acercó a Elsa, que se encontraba saliendo del baño de niñas.
- Elsa- la llamó Jack para tener la atención de ella.
- Jack- dijo la peliplateada sonrojándose porque la estuvo esperando afuera del baño.
- Ten- dijo Jack extendiendo su brazo hacia la joven peliplateada.
En su mano en forma de puño de encontraba colgando una bolsa de color amarillo y tenía en lindo lazo rojo.
- ¿E-Es para mí? - dijo Elsa tomando la pequeña bolsa en sus manos.
- Sí. Mi hermana menor Emma lo hizo para ti-
Elsa desamarro el lazo rojo con cuidado, abrió la bolsa y metió la mano en ella.
Sintió al suave y tibio.
Lo sacó de la bolsa y al verlo se sorprendió mucho.
Eran unos guantes pequeños de color amarillo. Eran de lana, tejidos y tenían un lazo de color blanco para poder ajustarlos.
- O más bien los hizo para el bebé- dijo Jack.
- Gracias, Jack- dijo Elsa con una voz suave.
Elsa cerró los ojos mientras se llevaba los guantes a su mejilla derecha. Sintió la suavidad de la lana y una hermosa sonrisa apareció en su rostro.
Jack se sorprendió al verla.
Ella estaba en paz.
Sin poder evitarlo, Jack sintió ternura al verla.
- "Es muy hermosa"- pensó Jack mientras una sonrisa se formaba en su rostro.- "Después de todo, tal vez no sea tan malo verla todos los días"-
Y bueno eso es todo por el cap de hoy, si te gustó dale click a la estrellita, espero que les agrade la historia, y bueno no se olviden leer mi otro fic "Mi niñero, Mi perdición", nos vemos en el proximo capitulo, cuidense mucho, chau chau!
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