1. ¿Qué es la mujer?
En 1949 es publicado El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir. En el capítulo I de la primera parte de este trabajo, Destino, se puede leer lo siguiente: «¿Qué es la mujer? Es muy sencillo, afirman los aficionados a las fórmulas simples: es una matriz, un ovario; es una hembra: basta esa palabra para definirla. En boca del hombre, el epíteto de "hembra" suena como un insulto...» Ciertamente, en la actualidad, el concepto hembra o mujer continúa siendo un insulto cuando éste es usado por un hombre para referirse a otro, ya sea cuando ha fallado en algo, no ha respondido a un acto violento o, simplemente, no sigue los patrones tradicionales de la masculinidad. Hembra, en la sociedad pasada y en la actual, sigue denotando debilidad, fragilidad, algo completamente alejado a lo masculino y, por ende, inferior. Es menester, al igual que la filósofa francesa, preguntarse: ¿qué es la mujer?
Aristóteles, en su obra La Política, pone a la mujer y al esclavo en el mismo nivel. Argumenta que unos seres nacieron para mandar y otros para obedecer, con la base de que algunos nacieron dotados con la razón (fundamental para mandar) y los otros con las facultades físicas (fundamentales para obedecer). Habla del dueño y el esclavo. El filósofo griego expone: La naturaleza ha fijado, por consiguiente, la condición especial de la mujer y la del esclavo. Este pensamiento nos deja claro que el problema de la mujer y la opresión no es un caso propio de la modernidad.
La mujer se fue rebelando, creando otros escenarios y cediendo a ciertas tranquilidades con tal de obtener la más plena de las libertades.
La mujer moderna pudo, tras años de luchas, repudios y marginaciones, ser maestra, doctora, filósofa, científica y hasta militar. Era impensable que, durante los años de la Grecia Antigua, una mujer pudiese contradecir o trabajar hombro con hombro al lado de lo más grandes pensadores. Nadie, en plena Revolución Francesa, pensaría que una mujer pudiese ganar, en dos ocasiones, un prestigioso premio de ciencias: el caso Marie Curie. La mujer ha llegado a ser cabeza de naciones. La mujer ha podido lograr grandes cosas.
Biológicamente, son dos las partes fundamentales para definir a la mujer: sus genitales y sus cromosomas. Genitalmente, la mujer está compuesta por ovarios, trompas de Falopio, útero y la vagina. Sin mencionar la capacidad, única en las féminas, de poder procrear vida a partir de funciones especiales de sus genitales internos. A nivel de cromosomas, la mujer posee dos cromosomas sexuales X, es decir, la mujer es XX. Fuera de eso, estamos haciendo un ejercicio hermenéutico acerca de la mujer basado en las discusiones sociales, ideologías sexuales y demás. Tal es el caso que está sucediendo con el colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales), el cual aboga para que una persona sea reconocida como mujer, u hombre, si esta se identifica como tal, aunque esto vaya en contradicción con su biología.
La mujer, jurídicamente, es un ente portador de derechos y deberes en igual medida que los hombres. Hoy día, en la mayoría de los países, hombres y mujeres gozan de las mismas prerrogativas, a diferencia de antaño donde, derecho como los políticos, estaban totalmente vedados para la mujer.
Volvemos a la pregunta inicial: ¿Qué es la mujer? No obstante, creo que es menester reformularla: ¿Qué es la mujer hoy en día?
Hoy la mujer tiene un rol fundamental en la sociedad. La mujer es independiente, tanto económica como legalmente; la mujer no está atada de brazos por ninguna ideología política; la mujer toma la libertad por cualquiera de sus variantes. La mujer es, sin temor a equivocaciones, es un ser tan libre como el hombre. Sin embargo, todavía existe un problema.
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